Kristen Stewart, Jennifer Lawrence o Jennifer Aniston lo consumen. Desde que el consumo de marihuana vip está permitido en California, el mercado está explotando en Beverly Hills

No es una novedad que a algunas celebrities les guste colocarse de vez en cuando: las hay que reconocen abiertamente que consumen, como Justin Timberlake o Matthew McConaughey, y otras a las que los paparazzis han pillado infraganti y no han tenido empacho en admitirlo, como Kristen Stewart, Jennifer Lawrence o Jennifer Aniston. Pero desde que la proposición 64 fue aprobada en California en las elecciones de 2016 y entrara en vigor en enero de este año, las marcas de marihuana orgánica y accesorios de lujo no han parado de crecer.

El pasado 20 de abril fue el Día Mundial de la Marihuana y mientras que algunos como Rihanna lo celebraban en las redes sociales, otros aprovecharon para hacer el primer, que se sepa, preestreno de una película con robot ‘lía porros’ incluido (el robot, Otto, formó parte de la fiesta organizada por una agencia de publicidad para un visionado de la película ‘Supermaderos 2’).

Desde las bebidas de diseño con 5 gramos de BCD para inspirarse antes de una audición hasta los porros ‘elegantes’, ya liados, en cajitas exclusivas, para llevar discretamente a una entrega de premios y librarse de los nervios. Eso sí, todo con estilo y, a ser posible, 100% orgánico.

El Hermès de la marihuana

Scott Campbell, artista y marido de la actriz Lake Bell, lanzó el año pasado su línea de productos llamada Beboe, que ofrece vaporizadores y pastillas con ‘microdosis’. Su cajita de tres vaporizadores bolígrafo con dosis de marihuana orgánica en un paquete rosa dorado promete ser “la manera perfecta de compartir una elegante experiencia de microdosis para el consumidor nuevo o el más sofisticado”. Calificado por el ‘New York Times’ como el “Hermès de la marihuana”, se inauguró hace un año en una fiesta en West Hollywood a la que no faltaron Orlando Bloom, Justin Theroux o Sharon Stone, y ha celebrado su aniversario con una evento similar en el que pudo verse a Alicia Silverstone y Dita Von Teese.

Una caja de la marca Beboe.

“Queremos que la marihuana deje de ser ese producto medio clandestino, que tienes que comprar en un dispensario cutre, sintiéndote culpable. Con nuestros vaporizadores y nuestras pastillas en paquetes de lujo, traer marihuana a una fiesta o una cena es lo mismo que traer una botella de vino”, explicaba el cofundador en la cena de lanzamiento. La marca, asegura, está pensada para “profesionales con estilo que valoran las materias primas de calidad elaboradas con una sensibilidad artesana”. No tienen una tienda física, pero sí una red de dispensarios colaboradores y la posibilidad de comprar online y recibir en casa, en el mismo día, por 10 dólares de gastos de envío. [Por motivos estrictamente profesionales, esta periodista intentó hacer un pedido online y el proceso, de momento, dista de ser sencillo. El pago ha de ser en efectivo y la entrega (por un mínimo de 150$) se realiza tras enviar una foto del cliente con su documento de identidad… Es de suponer que los famosos tendrán quienes hagan estas gestiones por ellos]

El Apple del porro y el café de las Kardashian

Otra ‘marca’ de marihuana de diseño es Canndescence, que cultiva sus plantas de forma orgánica, las riega con agua purificada y conserva las hojas en tarros de cristal ‘resistente a los niños’ y las ofrece según el estado de ánimo que se quiera alcanzar: Calm, Cruise, Create, Connect y Charge.

Un vistazo a alguna de las tiendas que han abierto en los últimos meses en Hollywood y alrededores no deja duda, desde luego, de lo lejos que están estos negocios del tradicional ‘dispensario’ que uno asocia con la marihuana. Por ejemplo, MedMen, con un espacio que permite mascotas, impoluto y diáfano, a medio camino entre una óptica y una bodega, con mesas de madera maciza donde se exponen los distintos tipos de cogollos y flores, frigoríficos cromados y expositores transparentes con todo tipo de productos. “No somos una ‘tienda de porros’, sino una cadena de locales con clase que venden marihuana y derivados”, reza su página web. La tienda de Nueva York (donde el consumo solo está permitido, de momento, por motivos médicos), recién inaugurada en abril, en plena Quinta Avenida, es una especie de tienda Apple de la marihuana.

MedMen es un espacio que permite mascotas con mesas de madera maciza donde se exponen los distintos tipos de cogollos y flores.

En las tiendas de MedMen se pueden encontrar los productos comestibles gourmet que triunfan todavía más que los de fumar: pastillas de menta con 2,5 miligramos de THC de la marca Petra (22 dólares) o las pastillas de chocolate de 20 dólares de la marca Defonce (‘colocado’, en francés) con 90mg de THC; o gominas con CBD de la marca Lord Jones (45$ por cada cajita de nueve); también hay bebidas cítricas como Sprig, con 45 mg de THC por lata (y 5 dólares cada lata), o los zumos Monk, que mezclan frutas exóticas con CBD. La cafetería Alfred Tea & Coffee, en Melrose Place (preferida de las Kardashian), incluye en su menú el te matcha de melocotón y jengibre con CBD, cuyo efecto, aseguran, es “superzen”.

Yoga fumado

Pero el mundo de la marihuana para ricos y famosos no se reduce a los productos que se pueden ingerir o inhalar. Incluye la posibilidad, por ejemplo, hacer yoga en un estado de conciencia elevado en Higher Self Yoga, un estudio que reparte a sus clientes vaporizadores antes de comenzar la clase para “facilitar la entrada en los sagrado”.

La cadena de centros de manicura y pedicura Bellacures, cuyo establecimiento en Beverly Hills frecuenta, entre otras, Reese Witherspoon, ofrece una “canna-cura” para manos o pies que promete, con el uso de aceites cargados de BCD, reducir la inflamación y relajar los músculos doloridos. La línea de productos cosméticos Herb Essntls hace lo mismo pero con cremas faciales y bálsamos de labios, y la crema corporal de Lord Jones, con aceite CBD, cuenta entre sus más entusiastas usuarias a Mandy Moore y Olivia Wilde.

Reese Witherspoon, en una foto reciente. (Reuters)

Y por supuesto está todo el sector de los accesorios de lujo. Por ejemplo, pipas de diseño fabricadas en cristal o hechas a mano con ónice azul argentino (900$), a la venta en la tienda de lifestyle Mr Green, en pleno Hollywood. Una joyería tan exclusiva como Jacquie Aiche aprovechó el día del cannabis para lanzar su línea Sunshine California, en la que se incluyen accesorios ‘fumetas’ de superlujo como tubos para liar de piel de serpiente por 440$ , saquitos para colgarse del cuello y clutches con estampados de la hoja de marihuana. Un elegantísimo vaporizador portátil puede ser digno de una gala del MET, como el que vende Bloom Farms en rosa dorado .

Flores cuquis fumables para Coachella

Pero la manera más discreta de consumir cannabis es sin duda la que ofrecen los servicios de clubs por suscripción. Siguiendo los pasos del pionero Beverly Hills Cannabis Club de Sheryl Shuman, otros servicios a domicilio como ClubM ofrecen paquetes cuatrimestrales de edición limitada por 1.000 dólares que los suscriptores reciben en una elegante caja de cuero negro con forma de enciclopedia, perfecto para colocarse disimuladamente en cualquier estantería. Dentro, la mejor selección de plantas, comestibles, vaporizadores, y accesorios. También hay la posibilidad de acceder al club ‘de élite’, el 24k, por 24.000 dólares que cubren dos años de suscripción: la mercancía llega en preciosos cofres de madera rústica y llave de seguridad y algunos de los ítems recibidos son boquillas con cristales Swarowsky o inhaladores con diamantes incrustados.

Dos chicas jovenes en Coachella 2018.
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El premio al más ingenioso es para Lowell Herb Co, otra de las marcas dedicada al cultivo de plantas de marihuana 100% orgánica, que hizo furor el año pasado en Coachella con un curioso método de llevar la marihuana al festival: en forma de bucólicas coronas florales para el pelo, cuyas flores podían eventualmente fumarse. También las venden en forma de ramo. Por 400 dólares y con casi 30 gramos de cannabis ‘princesa púrpura’, un híbrido ‘equilibrado’ de las variedades indica y sativa, el ramo causó furor el pasado día de San Valentín.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.