Tengo cuadros de dolor lumbar crónico y la marihuana me alivia. Ahora tengo posibilidad de comprar un cannabinoide sintético (JWH-018) a través de Internet. ¿Podría usarlo para tratar mi problema?

Durante los últimos años el fenómeno de los research chemicals (fármacos de experimentación) está adquiriendo una dimensión preocupante. A principios de este siglo era posible adquirir algunos psicodélicos exóticos a través de Internet, generalmente por parte de personas con conocimientos suficientes sobre los riesgos y el manejo de estas sustancias. Desde hace dos o tres años sin embargo el número de sustancias disponibles y su accesibilidad ha aumentado, en gran parte como consecuencia de las exageradas noticias que aparecen en los medios de comunicación, que actúan como altavoz de fenómenos hasta ahora restringidos, y que más que informar en ocasiones parecen promocionar el uso de nuevas sustancias.

El cannabis es una droga que ha sido utilizada por el hombre desde hace cuatro o cinco mil años. En la actualidad la consumen millones de personas y sus efectos y riesgos a corto, medio y largo plazo han sido concienzudamente estudiados desde un punto de vista científico. Existen suficientes estudios epidemiológicos y ensayos clínicos para poder aconsejar sobre los beneficios y los riesgos de su uso terapéutico o recreativo.

Desde hace unos años es relativamente sencillo adquirir a través de Internet, productos químicos que no están fiscalizados y que, teóricamente, no están dirigidos al consumo por parte de humanos. Vendidos como inciensos o aromas, es posible encontrar mezclas de cannabinoides sintéticos que eluden los controles legales al no tratarse de sustancias fiscalizadas o dirigidas al consumo humano. Durante los años 2008 y 2009 se han detectado distintos productos que contienen estas sustancias que en la práctica son utilizadas de forma recreativa.

El problema fundamental es que se trata de compuestos químicos sobre los que no existen prácticamente datos de investigación en humanos, y en muchos casos ni siquiera han sido probados en animales de experimentación. En este sentido, las personas que utilizan estas sustancias actúan como auténticos conejillos de indias, exponiéndose a efectos y riesgos desconocidos.

El JWH-018 (llamado así por las iniciales de su descubridor, John W. Huffmann), es un agonista sintético de los receptores CB-1 y CB-2, sintetizado en 1995. Su utilidad fundamental tiene que ver con experimentos de investigación básica para detectar y describir los receptores de cannabinoides en el organismo. Parece ser entre cuatro y cinco veces más potente que el cannabis y, aunque se une a los mismos receptores (si bien de forma distinta a como lo hacen los cannabinoides naturales), su estructura es muy distinta a las moléculas activas de la planta del cannabis.

Como ya he señalado, no existen prácticamente datos de investigación en humanos sobre este tipo de sustancias. En este sentido los riesgos son desconocidos y mucho mayores a los que puede suponer el uso de cannabis. En este sentido, ninguno de los cannabinoides sintéticos que circulan por el mercado puede considerarse indicado para el tratamiento de ninguna enfermedad, y tampoco para su uso recreativo.

Acerca del autor

Fernando Caudevilla (DoctorX)
Médico de Familia y experto universitario en drogodependencias. Compagina su actividad asistencial como Médico de Familia en el Servicio Público de Salud con distintas actividades de investigación, divulgación, formación y atención directa a pacientes en campos como el chemsex, nuevas drogas, criptomercados y cannabis terapéutico, entre otros.