Cultivo hidropónico de cannabis

Cuando las plantas se cultivan en interiores el tiempo es oro, ya que el coste de recrear un entorno natural es elevado. Enseguida, uno empieza a preguntarse cómo optimizar el espacio, acortar los ciclos y aumentar la cosecha. Hablamos del cultivo hidropónico de cannabis.

por William Texier, GHE

Sólo existe una respuesta a estas preguntas: el cultivo hidropónico. Para aquellos de ustedes que no sepan de qué se trata, consiste simplemente en cultivar las plantas sin tierra, en un sustrato inerte o en agua.

Laboratorios de todo el mundo utilizan exclusivamente tecnologías hidropónicas para sus investigaciones por una única razón: es la forma más rápida y efectiva de cultivar plantas en cualquier sitio; con luz, en un invernadero o en un campo al aire libre.

La represión sin sentido de la que es objeto el cultivo de marihuana, especialmente en los EE.UU., nos ha obligado a ser creativos, y muchas de las tecnologías utilizadas en grandes explotaciones agrícolas se han perfeccionado y adaptado para caber en un armario. Se han desarrollado variedades especialmente adaptadas a este entorno. Al mismo tiempo, se han diseñado nutrientes específicos que se ajustan a este tipo de cultivos. En el empeño por obtener cada vez mejores resultados, también se han desarrollado suplementos y fertilizantes, que aún han incrementado más las cosechas, que ya eran mucho mejores que en cultivos de tierra. En la actualidad, los cultivos hidropónicos de interior son una tecnología totalmente desarrollada que se beneficia de los descubrimientos más recientes en botánica. Esta tecnología en conjunto (sistemas, nutrientes y fertilizantes) es la herramienta más poderosa de la que disponemos para cualquier cultivo.

No todas las plantas reaccionan del mismo modo al cultivarlas en estas condiciones. Sólo un 1% de todas las variedades de plantas que he cultivado a lo largo de los años no mostraron signos de mejora en comparación con los cultivos con tierra. El 99% restante sí lo hizo, pero no en la misma medida en todos los casos. Las mejoras fueron desde un crecimiento ligeramente más rápido y sano hasta un crecimiento exuberante y mucho más rápido. El cannabis es una planta que ama el cultivo hidropónico. Casi es posible verlo crecer, ¡es asombroso! En este breve artículo, comentaré las razones por las que el cultivo hidropónico funciona tan bien y cómo se aplica específicamente al cultivo de cannabis con luz.

El entorno de la zona radicular al que se expone la planta en el cultivo hidropónico es totalmente distinto al de la tierra. Ninguno de los parámetros físicos, químicos o fisiológicos es igual. Sin embargo, en palabras de William F. Gericke, fundador de la hidroponía moderna:“La hidroponía es un método artificial (que no antinatural) de cultivo, basado en los mismos principios que la naturaleza ha establecido como modelo para la vida.”

Primero, veamos más de cerca los factores que afectan a la producción de los cultivos.

Diferencias físicas 

Dejando a un lado el agua, que tiene propiedades muy específicas, una diferencia física que se produce todos los sustratos es el espacio poral (el espacio entre las partículas), que es mucho mayor en cualquier sustrato inerte que en el terreno mejor aireado. Esto se traduce en un entorno que retiene mucha más agua que la tierra y desempeña un papel fundamental en la oxigenación de la zona radicular, un factor clave para una estera de raíces sana.

En este espacio tan poroso que ofrece poca resistencia a la penetración de las raíces, el crecimiento de nuevas raíces requiere menos energía de la planta, por lo que esa energía puede destinarse a otros procesos metabólicos. A esto se debe, en parte, el aumento del crecimiento. En la tierra, las raíces adventicias pueden morir tras un breve periodo de sequía. Por supuesto, esto nunca ocurre en los cultivos hidropónicos y representa otra fuente de ahorro de energía para la planta.

La morfología de la estera de raíces es totalmente diferente en el cultivo hidropónico. Las plantas desarrollan lo que a veces se denomina “raíces de agua”. A menudo, son más finas y compactas que las de los cultivos con tierra. Cuando están sanas, presentan un color blanco limpio y brillante, pero su característica más destacable es el espacio que ocupan: ¡diez veces menor que en la tierra! La raíces se bañan en un saludable caldo de agua, nutrientes y oxígeno. No tienen la competencia de otras especies vegetales, por lo que no necesitan crear una estera de raíces muy amplia para buscar fuentes potenciales de comida o agua.

Mientras la solución nutritiva de su sistema esté bien oxigenada (aireada), será un paraíso para las raíces, las condiciones perfectas. Ésta es la razón de que se puedan poner tantas plantas en poco espacio, maximizando el aprovechamiento del mismo. En efecto, la luz artificial tiene dificultades para desplazarse y pierde intensidad a distancias cortas (a razón del cuadrado de la distancia), así que, cuando se cultiva con luz, es mejor tener gran cantidad de plantas pequeñas que unas pocas plantas grandes. Cualquier parte de la planta que no esté expuesta directamente a la luz será inútil, lo máximo que producirá serán pequeños brotes peludos que no merece la pena conservar.

La zona radicular de los cultivos hidropónicos también se caracteriza por una baja presencia microbiológica. De hecho, no es que no haya vida: bacterias, hongos y otros organismos colonizarán la solución nutritiva poco a poco, pero incluso en su punto álgido, la presencia de vida en los cultivos hidropónicos será sólo una facción de la existente en la tierra, hasta el punto de que puede ser útil introducir algunos organismos beneficiosos como el Trichoderma harzianum.

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Diferencias químicas

Se producen, evidentemente, bajo el suelo. Los fenómenos químicos y eléctricos que se producen entre las raíces y su entorno son totalmente distintos en los cultivos en tierra y los hidropónicos. Lo mismo ocurre con el modo en que se absorben los nutrientes. Estas interacciones son demasiado complejas para describirlas en este artículo, pero podemos ver las consecuencias obvias que produce este nuevo entorno.

En la tierra hay muchos fenómenos que interfieren en la absorción de nutrientes. A menudo, la presencia de un elemento en grandes cantidades bloquea la absorción de otro. Cualquier desequilibro en el pH tiene el mismo efecto. En muchos terrenos, los microelementos escasean o son bloqueados en moléculas más grandes, de lo cual deriva un déficit de este elemento. En los cultivos hidropónicos, esto se puede evitar de forma sencilla: basta con comprobar el pH y proporcionar a las plantas una nutrición equilibrada. En caso de duda, siempre se puede desechar la solución nutritiva y utilizar una nueva, algo que es recomendable hacer de todos modos cada dos semanas. De este modo, siempre puede proporcionar a sus plantas la nutrición óptima. Un elemento de especial importancia es el nitrógeno. Para que nos entendamos, el nitrógeno es lo que hace que las plantas luzcan verdes y sanas. En los cultivos hidropónicos, es fácil suministrar abundante nitrógeno a la planta, lo que se traduce en un crecimiento fantástico.

Diferencias fisiológicas

La diferencia más notable no es sólo la velocidad de crecimiento, sino también la estupenda salud que pueden conseguir las plantas en los cultivos hidropónicos. Al mismo tiempo, gracias al abundante suministro de elementos minerales, las plantas pueden sintetizar una gran cantidad de metabolitos secundarios de todo tipo (compuestos que no están implicados directamente en la fisiología de las plantas). Estas son, entre otras cosas, las armas que utiliza el sistema de defensa. Debido a estos dos factores (crecimiento rápido y un sistema de defensa fuerte) la lucha contra insectos y enfermedades es mucho más fácil. Las plantas son fuertes y ayudan a luchar contra sus invasores.

Las plantas hidropónicas producen rápidamente una gran cantidad de masa verde, a veces demasiada, por lo que se hace necesario podarlas. Jugando con la conductividad, una medición de la cantidad de sales que da a sus plantas, puede controlar hasta cierto punto su distancia internodal. Es sencillo: un ligero exceso de sales en el momento oportuno de la vida de la planta, cuando está desarrollando su estructura principal, puede producir grandes cambios en la morfología. Puede conseguir el mismo objetivo con conductividad baja con sólo modificar el equilibrio de las sales en las soluciones. Por supuesto, estas dos técnicas no son aptas para principiantes.

Ventajas específicas para el cultivo de cannabis en interiores

La hidroponía tiene su espacio siempre que se desee obtener la máxima cosecha en el menor espacio y tiempo posibles. Velocidad y eficiencia, ¿no es lo que desea para su sala de cultivo? El cannabis va de la mano del cultivo hidropónico. Este tipo de cultivo no sólo permite que las plantas florezcan dos semanas antes que en los cultivos con tierra, sino que también elimina el tiempo que suelen pasar en estado vegetativo.

Como sabrá, al cultivar cannabis, se utilizan dos fases muy diferentes para la nutrición de la planta: una fase vegetativa cuando la planta es joven y gana en tamaño y estructura, y una fase de floración en la que las plantas maduran (de hecho, también hay una fase previa a la floración de la que hablaré más adelante). Cambiar la naturaleza de la solución nutritiva se convierte en un juego de niños: vaciar el sistema y llenar el sistema. Por supuesto, esto también se puede hacer en la tierra, pero el proceso es más lento: si se cultiva en contenedores, hay que añadir bastante agua dulce para eliminar los restos de la nutrición vegetativa.

En la actualidad, la mayoría de cultivadores utilizan fertilizantes para todas las fases de los cultivos, desde la plantación o la poda hasta la floración, con un poco de abono de crecimiento entre estas fases. Por supuesto, estos productos funcionan con la tierra, pero la respuesta es muy superior en los cultivos hidropónicos: el efecto se puede ver casi al instante. Por lo general, los fertilizantes no son baratos. En los cultivos hidropónicos todo el producto penetra en la planta, no se pierde nada en el substrato. Se consiguen resultados con dosis más pequeñas, lo que supone un gran ahorro. Esto se aplica especialmente a las técnicas que se utilizan al final de la floración, aclarando una planta (FloraKleen), aplicándole un fertilizante de maduración (Ripen o Bio Bloom) que incrementa aún más el contenido de cannabinoides de las plantas.

Las claves del cultivo hidropónico

Lo primero que hay que saber es que no debemos empezar el cultivo hidropónico desde las semillas ya que, para cuando la planta está madura y lista para florecer, se ha convertido en un monstruo. Las plantas de cultivos hidropónicos crecen demasiado rápido para esperar a la maduración. Puede intentar podarlas, o reducir la luz a menos de 12 horas para inducir una floración temprana, pero ninguna de estas opciones es totalmente satisfactoria. De hecho, si desea plantar una nueva variedad y sólo tiene las semillas, lo mejor es tratar la planta como una planta madre: plántela (por ejemplo en un AquaFarm) y coja los clones de la planta. A continuación, haga florecer los clones. Puede conservar algunas de las plantas en su sistema con menos de 18 horas de luz como futuras plantas madre. La autofloración es una excepción, siempre bienvenida: no sólo permite iniciar los cultivos en su sistema hidropónico directamente desde la semilla, sino que es difícil obtener buenos resultados cultivando plantas de autofloración sólo con tierra. La hidroponía es la herramienta natural para la autofloración.

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Como he dicho antes, la luz artificial no se desplaza bien. Usted quiere plantas pequeñas, y esta es la principal diferencia con los cultivos en tierra, en los que se suelen cultivar plantas más grandes. En los cultivos hidropónicos, no deberían superar los 30-35 cm. Muchos principiantes cometen el error de dejar que las plantas se hagan demasiado altas, con lo que terminan teniendo un tallo innecesariamente largo en el que no puede crecer nada de provecho porque está demasiado lejos de la luz. La situación ideal es un follaje denso formado por plantas pequeñas, cada una con un brote central y un máximo de cuatro laterales. La densidad debería ser de 36 a 48 plantas por metro cuadrado, en función de la variedad. Sé que esto supone un montón de plantas pequeñas. La cosecha por planta no es nada, de 15 a 28 gramos (de nuevo, en función de la variedad), pero la cosecha total por metro cuadrado es difícil de superar, especialmente si tenemos en cuenta el tiempo: en muchas variedades de plantas, una cosecha requiere dos meses en cultivo hidropónico. Si dispone de un espacio aparte en el que conservar los clones listos para replantar, ¡puede obtener hasta seis cosechas al año en el mismo espacio!

¿Cómo se consigue esto? Muy fácil: empiece con clones con raíces, puesto que ya tienen una estera de raíces bien desarrollada. Expóngalos a 18 horas de luz durante uno o máximo dos días (o ninguno para algunas especies), y después reduzca a 12 horas de luz. Las plantas entran en una fase de prefloración. Es en este punto cuando la planta desarrolla una estructura dentada que las flores cubrirán para formar los brotes. Esta fase dura unas dos semanas, después de lo cual debería ver las primeras flores. Durante estas dos semanas, las plantas que eran pequeñas y no llenaban el espacio seguirán creciendo y formarán un denso follaje. Para ayudarlas en el proceso, proporcióneles una nutrición vegetativa. Sí, 12 horas de luz, pero nutrición vegetativa. Sé que es un concepto nuevo para la mayoría de cultivadores, pero es la forma de evitar las plantas demasiado altas (se empieza con plantas que parecen demasiado pequeñas, pero pasada la fase de prefloración, serán perfectas). Después de esto, el crecimiento se detendrá. Este es el momento en el que se inicia la nutrición de floración, así como la poda de las ramas que crecen bajo el follaje, demasiado lejos de la luz. Esto también ayuda a crear un espacio bajo los brotes por el que el aire fresco puede circular libremente. Hecho esto, siéntese y contemple cómo las flores se desarrollan hasta el momento de la cosecha, que es cuando aproximadamente la mitad de los pistilos se vuelven marrones. Por supuesto, debe ir llenando el depósito con una solución de floración, que conviene cambiar una vez durante el ciclo de floración.Al final de la floración, utilice una solución de lavado o, todavía mejor, Ripen, para conseguir un plus adicional. Después, el tratamiento posterior es similar al de las plantas cultivadas en tierra.

Conclusión

El cultivo hidropónico desempeña un papel importante en la producción de alimentos en la actualidad —importancia que irá en aumento—, pero en el mundo moderno, además, también se utiliza de muchas otras formas, como por ejemplo para cultivar una cubierta vegetal en la fachada o el tejado de una casa como aislamiento natural. En el pequeño mundo del cannabis, ha revolucionado la forma de cultivar plantas en interiores, aportando tantas ventajas que siempre me pregunto por qué algunas personas todavía se aferran al dudoso placer de ensuciarse las manos con tierra. He cultivado todas mis plantas de este modo durante los 30 últimos años y nada me haría volver a los cultivos de tierra.

Pruébelo y verá lo que puede hacer por sus plantas… y por usted.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.