Mi madre sufre de dolores articulares desde hace muchos años. Ha pasado por muchos médicos, ha tenido distintos tratamientos pero mejora poco. Hemos oído hablar de pomadas y friegas de cannabis y querríamos saber si puede mejorar con ellas. Muchas gracias.

 Los dolores de tipo musculoesquelético constituyen uno de los motivos de consulta más frecuentes en las consultas de Atención Primaria o Traumatología. En algunos casos, sobre todo en personas jóvenes, son producidos por lesiones de tipo agudo (esguinces, tendinitis…). En otras ocasiones, este dolor se presenta en personas de edad avanzada, en las que el desgaste y la degeneración de los cartílagos de las articulaciones en caderas, rodillas o muñecas da lugar a la artrosis. La artrosis es la enfermedad reumatológica más frecuente en todo el mundo, y se relaciona tanto con la edad como con el exceso de peso y falta de ejercicio, que incrementa el “sufrimiento” al que se exponen las articulaciones del cuerpo y que se manifiesta como dolor.

Existen distintos grupos de fármacos para tratar el dolor musculoesquelético o el dolor asociado a la artrosis. En todos los casos se trata de un tratamiento sintomático, en el que no se actúa tanto sobre la causa última de la enfermedad sino sobre su manifestación, el dolor. Los antiinflamatorios no esteroideos (ácido acetilsalicílico, ibuprofeno, diclofenaco…) y el paracetamol son los más utilizados, aunque existen otros muchos (metamizol, tramadol…).

Se entiende que la vía de administración más eficaz para estos fármacos es la vía oral. Es necesario que el compuesto pase a la sangre para que se distribuya por los tejidos y produzca sus efectos en las estructuras afectadas. Existen antiinflamatorios para aplicación en pomada, crema o ungüento, pero su utilidad clínica desde un punto de vista científico es discutible. El motivo es que la absorción de estos fármacos a través de la piel es muy limitada y en la mayoría de las ocasiones no se consiguen los niveles suficientes. La eficacia de las pomadas y las cremas en el tratamiento del dolor muchas veces está más en relación con el efecto relajante del masaje que con las propiedades intrínsecas de los fármacos que contienen.

Con respecto al uso de cannabis en este sentido, los cannabinoides se pueden incorporar al organismo por distintas vías (oral, sublingual, inhalada…) pero la vía tópica (a través de la piel) no parece ser suficientemente eficaz. De hecho ninguno de los fármacos aprobados con acción sobre el Sistema Cannabinoide Endógeno tiene esta presentación y sólo hay algunos modelos experimentales con derivados cannabinoides sintéticos muy específicos para algunos problemas dermatológicos. Al aplicar cremas, tinturas o ungüentos de cannabis sobre la piel más del 95% de los principios activos no consiguen traspasar las capas superficiales de la epidermis, por lo que su efecto sobre articulaciones, tendones, músculos o huesos sería inapreciable.

Por otra parte, los cannabinoides han demostrado eficacia en el dolor neuropático, aquel que se produce por la destrucción directa de fibras nerviosas (amputación, infiltración por tumores, enfermedades neurodegenerativas…) pero sus propiedades antiinflamatorias ante un traumatismo o su eficacia para el dolor de la artrosis es mucho más discutible. Así, no parecen una opción terapéutica eficaz en este sentido.

 

Acerca del autor

Fernando Caudevilla (DoctorX)
Médico de Familia y experto universitario en drogodependencias. Compagina su actividad asistencial como Médico de Familia en el Servicio Público de Salud con distintas actividades de investigación, divulgación, formación y atención directa a pacientes en campos como el chemsex, nuevas drogas, criptomercados y cannabis terapéutico, entre otros.