No se dispensará cannabis en las farmacias de Catalunya
Una oportunidad perdida
Ha sido desestimado el proyecto que preveía dispensar cannabis bajo prescripción médica en las farmacias de Catalunya. En su lugar se ofrecerá un extracto farmacológico, el Sativex, sólo en hospitales.
Las reticencias y el miedo de los políticos han pesado más que la razón y las necesidades de los enfermos y estos siguen sin poder utilizar libremente una planta medicinal de probada eficacia y seguridad.
La reivindicación del derecho a utilizar el cannabis con fines médicos en Catalunya se materializó en un manifiesto publicado por una asociación de mujeres enfermas de cáncer de pecho, Ágata. Con el titulo “O vomitamos todos o no vomita nadie”, exigían el derecho a la información sobre el uso del cannabis como antiemético y su dispensación por parte de la sanidad publica. En dicho manifiesto emplazaron a los políticos a ejercer sus obligaciones y establecer las medidas legales pertinentes para atender este derecho fundamental de los enfermos.
La administración autonómica respondió con una resolución parlamentaria (646/IV) en el 2001, que instaba a iniciar las gestiones necesarias para atender esta necesidad sanitaria. El resultado final fue autorizar el Nabilone, un fármaco que no contiene ninguno de los principios activos de la planta, caro y poco eficaz. En resumen se dio gato por liebre y la prueba es que el Nabilone prácticamente no se utiliza en la actualidad, básicamente porque es mucho menos eficaz que la planta.
Tras este primer intento fallido el parlamento volvió a recuperar el verdadero sentido de esa primera resolución que no era otro que legalizar el uso médico del cannabis y no dar fármacos sustitutorios y aprobó en el 2003 una nueva resolución (1721/IV) que preveía inicialmente la ejecución de estudios clínicos con la planta de modo que se pudiera atender las necesidades de los enfermos incluyéndoles en el estudio clínico. Esta resolución se quedó también en humo político pues se recomendaban los estudios clínicos pero sin presupuesto, sin marihuana y sin enfermos.
En el 2004 nos sorprendió a todos la iniciativa del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona. Siguiendo el modelo ya experimentado en holanda se proponía que las oficinas de farmacia dispensaran la planta bajo prescripción médica y con un seguimiento de fármaco vigilancia. La consejería de salud de la Generalitat apoyó en principio el plan pero rápidamente se topó con las reticencias y el miedo a la incorrección política del ministerio de salud que se oponía de forma tajante a que las oficinas de farmacia dispensaran la marihuana y sólo se mostraba dispuesto a permitir estudios clínicos en el ámbito hospitalario. Hay que recordar que el motivo de todas estas iniciativas no era el de investigar las aplicaciones de la marihuana, sino el de responder a una realidad: la de cientos de enfermos que ya están utilizando la marihuana con fines médicos.
El Plan aprobado
A finales de Julio, Marina Geli, consellera de salut de la Generalitat presento el plan piloto definitivo. El proyecto, que tiene el aval del Ministerio de Sanidad español, durará un año y medio. “A partir del 2007, cuando se tengan los resultados se determinarán las acciones políticas a seguir”, aseguró Geli.
No se utilizara la planta sino un extracto de la misma, el Sativex. El Sativex es un fármaco elaborado a partir de la planta que contiene THC y CBD al 50%. También contiene un 5% de otros cannabinoides y otras sustancias contenidas en la planta. Sativex, que se presenta en forma de spray sublingual se importará de Canadá donde está autorizado para el alivio sintomático del dolor neuropático en adultos con esclerosis múltiple.
Tampoco se dispensará en las oficinas de farmacia sino que se restringirá a las farmacias hospitalarias. El medicamento se dispensará en las farmacias de los hospitales de Vall d´Hebron, Clínic, Mar, Sant Pau en Barcelona, Bellvitge en L´Hospitalet de Llobregat y Germans Trias i Pujol en Badalona. En estos centros, unos 60 farmacéuticos harán el seguimiento de los pacientes, para elaborar un estudio donde se determinará la efectividad del tratamiento, la seguridad y la calidad de vida.
Dentro del plan piloto se subministrará Sativex a 600 pacientes. De ellos, 130 serán enfermos de esclerosis múltiple con dolor neuropático o con espasticidad, 130 pacientes con dolor neuropático de otras etiologías, 40 enfermos de sida con anorexia o caquexia y 300 enfermos de cáncer con náuseas y vómitos causados por la quimioterapia. Los pacientes que acepten participar en esta iniciativa tienen que haber fracasado previamente en los tratamientos convencionales para paliar los síntomas derivados de las patologías graves que sufren, explicó el director general de Recursos Sanitarios de la Generalitat, Rafael Manzanera.
Limitaciones del plan
Geli aseguró que “el plan piloto servirá para comprobar si el cannabis tiene uso terapéutico o no” y para “poner rigor a lo que ya está pasando”. En primer lugar hay que suponer que la consellera supone que los resultados obtenidos con Sativex son extrapolables al cannabis. En el proceso de registro de Sativex en Canadá, Bayer en su dossier ya presentaba como garantía de seguridad de su producto la seguridad comprobada de la planta de la que se extrae: la marihuana. Pese a que dicho preparado galénico es lo más similar a la planta posible, se pierde la posibilidad de investigar directamente con la planta. La importancia del consumo de la marihuana en nuestro país tanto con fines médicos como no, ya justifican la realización de dichas investigaciones con la planta, en lugar de utilizar un fármaco derivado.
Por otra parte, es muy poco realista afirmar que este es el camino para poner rigor a lo que esta pasando. Lo que esta pasando es que cientos de enfermos están utilizando la marihuana con finalidades médicas, de forma ilegal y sin control médico. Este plan solo hace que algunos de estos enfermos puedan sustituir la planta por un fármaco derivado y el resto siga utilizando la planta de forma ilegal y sin control médico. En este sentido se ha perdido realmente una gran oportunidad de poner rigor a lo que esta pasando. Mucho más realista era la propuesta del colegio de farmacéuticos de Barcelona que se basada en un enfoque de reducción de riesgos y control médico-sanitario en los usuarios de cannabis medicinal.
El plan piloto olvida una de las patologías en que es más eficaz el cannabis: la reducción de la presión intraocular en enfermos de glaucoma. El grupo más importante de usuarios del cannabis con fines terapéuticos son los enfermos de cáncer. Es bien conocida y demostrada la eficacia de uno de los componentes de la planta, el THC como antiemético. La marihuana utilizada habitualmente contiene proporciones de THC de hasta el 20% y la concentración de CBD no supera en el mejor de los casos el 5%. Las proporciones habituales THC:CBD en la planta son de 10:1, mientras que en el fármaco la proporción es 1:1. La proporción del Sativex es la ideal para el tratamiento del dolor y trastornos neuromusculares pero no para su uso como antiemético. Es de suponer que aunque la proporción THC:CBD sea distinta a la de la planta, el fármaco sea eficaz como antiemético en quimioterapia, pero Sativex no está registrado como antiemético, no ha presentado ninguna solicitud como tal, y ni siquiera ha experimentado con las dosis necesarias.
Pues bien, como no sabemos si el Sativex es útil en quimio ni las dosis necesarias, nuestras autoridades sanitarias le van a hacer un gran favor al laboratorio que lo comercializa realizando un ensayo clínico durante seis meses con 60 enfermos de cáncer que sufren náuseas y vómitos por quimioterapia para determinar la dosis más eficaz para estos pacientes. Nuestras autoridades van a utilizar un fármaco como antiemético del que no tenemos garantía de su eficacia, mientras desestiman usar la planta de la que ya conocemos su acción positiva en vómitos derivados de la quimioterapia. De hecho ha sido esta acción en quimioterapia la que ha generado todo esta demanda de uso médico de la marihuana. Esta vez no nos dan gato por liebre, pero la liebre es de cartón.