Los padres de Bilbao aprenden a educar a sus hijos. Las charlas informativas del Consistorio contra las drogas han asesorado ya a 4.200 progenitores. ¿Sirven de algo todas estas iniciativas, algunas organizadas con toda la buena voluntad del mundo? Eduardo Hidalgo, autor de los libros ¿Sabes lo que te metes?, Heroína y Ketamina, está publicando estos meses artículos sobre este tema en la versión impresa de Cannabis Magazine. También publicamos este artículo hace unos años.

BILBAO. Los últimos datos sobre su consumo entre los adolescentes señalan que casi la mitad de los jóvenes consume alcohol los fines de semana. Respecto al tabaco, se sabe que la mayoría de los fumadores se inicia entre los 15 y los 16 años, y un 39,2% de los jóvenes ha probado alguna vez en su vida el cannabis. Estos datos preocupan a los educadores y, entre ellos, a los progenitores, que para prevenir el inicio de sus hijos en el consumo de drogas participan en las escuelas de padres y madres que organiza el área de Salud y Consumo del Ayuntamiento de Bilbao. Desde 2006 hasta 2009 han asistido ya 4.200 padres y madres que aprenden cómo ayudar a sus hijos adolescentes.

En muchas ocasiones, los padres son los últimos en enterarse de que sus hijos consumen alcohol, fuman tabaco o cannabis. Estas son las drogas que más preocupan a los educadores porque son las que se encuentran más al alcance de los adolescentes, ya que pueden adquirirlas con mayor facilidad. Lo mejor, según los especialistas, es abordar el problema antes de que se produzca y es lo que se pretende desde el Ayuntamiento de Bilbao.

Las escuelas de padres y madres que promueve el Ayuntamiento de Bilbao a través del negociado de drogodependencias son un lugar de reflexión donde aprender cómo se puede educar a un joven para evitar que se inicie en el mundo de las drogas. Curiosamente, lo normal es que asistan a estos encuentros los padres que no han detectado ningún problema. Según el jefe del negociado de drogodependencias, Gonzalo Mac Gragh, “precisamente los padres que han detectado algún problema con sus hijos son los que no suelen acudir. Aunque es cierto que muchos van a la oficina de drogodependencias a pedir ayuda”, reconoce.

Entre los 4.236 personas que han asistido a estos cursos, el concejal de Salud y Consumo, Sabin Anucita, señaló ayer que la mayoría son mujeres -un 88% frente al 12% de hombres-, que han adquirido recursos formativos e informativos en salud general y prevención de drogodependencias.

Para desarrollar esta labor, los centros públicos del municipio y, más concretamente, sus AMPA, federadas por BIGE, y los centros concertados, a través de Agintzari, han recibido durante este curso 2009-2010 una subvención de 54.000 euros para el desarrollo de las escuelas de padres y madres.

Las sesiones Los padres, a través de esta herramienta, son conducidos por un especialista con la finalidad de adquirir instrumentos que les faciliten su labor educativa con los adolescentes. Concretamente, en los centros de Enseñanza Primaria se capacitan para poder mostrarles comportamientos preventivos y desarrollar mecanismos de protección frente al consumo de drogas.

Para ello, las materias sobre las que versan las sesiones son la prevención de drogodependencias desde el seno de la familia, el fracaso escolar, la resolución de conflictos, la educación para el tiempo libre y aspectos de psicología infantil, entre otros.

El número máximo de participantes en las sesiones es de 15 personas por cada grupo y, según las necesidades del centro, se realizan entre 5 y 15 sesiones de 90 minutos. Generalmente, no llegan a ser necesarias todas las reuniones.

 
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