Aprende a identificar el momento ideal de la cosecha, optimizar el secado y lograr un curado perfecto para mejorar sabor y potencia

por Nvidia

Cosechar es el nombre que le damos al acto de cortar las plantas de marihuana para proceder a secarlas. Saber cuándo debemos cosechar es un arte poco desarrollado. Una amplia mayoría de cultivadores se basa en las semanas de floración que marca el banco de semillas. Sin embargo, en algunos casos es necesaria una semana más y en otros es suficiente con una menos. Si el banco ha hecho bien su trabajo, muchos ejemplares necesitan las semanas que indica la casa, pero eso no significa que no podamos tropezar con algunos fenotipos más rápidos o más lentos.

Cuando no tenemos medios para comprobar los tricomas podemos dejarnos llevar por las indicaciones del banco de semillas, pero si tenemos algún microscopio, lupa decente o cámara fotográfica capaz de sacar macros, lo mejor es que nosotros mismos determinemos cuándo es el momento idóneo para la cosecha. Los tricomas tienen forma de diminuto hongo transparente y recubren los cogollos, lo que se conoce como resina. Lo que podríamos denominar la “cabeza” de dichos hongos (para que todo el mundo lo comprenda bien, se conoce también como glándula o cabeza glandular) la cual va cambiando de color conforme la planta va madurando. De forma que cuando aparecen los tricomas, estos tienen un color totalmente transparente. Cuando la cabeza de dichos tricomas se vuelve blanca, significa que la planta está en su momento óptimo para ser cortada. Cuando se torna de color amarillo oscuro/ámbar, significa que el tricoma ya se está pasando, y si se vuelve de color negro o café, significa que ya se pasó por completo.

El mejor momento para cortar una planta es cuando un 90 % de los tricomas tienen la “cabeza” blanca/lechosa y un 10 % ámbar. Los tricomas de color ámbar/amarillo oscuro nos indican que la planta ya ha alcanzado su punto y comienza a madurar en exceso. Existe una semileyenda urbana que indica que si cortamos la planta antes de tiempo (supuestamente con todos los tricomas lechosos) tiene un efecto más psicoactivo, mientras que si se corta pasada de tiempo (con una mayor proporción de tricomas ámbar) tiene un efecto más físico y sedante. Esto no es real, obviamente, ya que una variedad pura sativa tendrá un buen efecto psicoactivo se corte antes o después, al igual que una variedad índica pura tendrá un efecto relajante se corte antes o después.

Sin embargo, si cortamos la planta con todos los tricomas lechosos, nuestra planta tendrá un efecto más potente (en todos los sentidos) ya que prácticamente el cien por cien de los tricomas estarán en su punto. Y si la cortamos pasada de tiempo, es decir, con una gran mayoría de tricomas ámbar o negros, la planta será menos potente. Pura lógica si tenemos en cuenta que una gran cantidad de tricomas han ido perdiendo fuerza por el curso natural de la maduración/degradación. Todo esto sin olvidar que solamente jugamos con la potencia e intensidad, pero poco o nada tiene que ver con el tipo de efecto.

En las cabezas glandulares se almacenan los cannabinoides y terpenos, es decir, las sustancias que le dan a las plantas de cannabis su olor y efecto. Y para quienes no sepan aún que el estado de la luna influye en las plantas, recordar que cuando hay luna llena no conviene cortar, porque es cuando la planta está dándolo todo y es posible que aún engorde un poco más si cabe. Así que es recomendable intentar calcular el inicio de la floración de forma que cuando finalice termine más o menos después de la luna llena. Si queréis más información sobre la influencia de la luna en los cultivos, podéis buscar por internet el “calendario biodinámico”, también conocido como “calendario lunar”.

Hay quien dice que antes de cortar hay que dejar las plantas durante cuarenta y ocho horas a oscuras, o quien dice todo lo contrario, que hay que dejarlas dos días continuados con la luz encendida. Lo cierto es que la luz que usamos en cultivos (vapor de sodio) tiene una cantidad considerable de rayos UVA que afectan a los tricomas, por lo que en caso de querer aplicar alguno de estos “trucos”, el mejor sin duda sería el de dejarlas a oscuras. La experiencia me ha demostrado infinidad de veces que esto es sólo una leyenda urbana, así que cada cual con sus creencias.

Antes de cortar los cogollos, o justo después de cortarlos, es necesario realizar lo que se conoce como “manicura”. Consiste en eliminar todas las hojas que contienen los cogollos y que hay junto a ellos, dejándolos limpios. Estas hojas las secaremos y guardaremos, ya que también contienen tricomas que vamos a usar. No se puede desperdiciar nada.

El secado, un paso fundamental

Secar correctamente los cogollos de marihuana es un arte que no todo el mundo tiene, pero que se adquiere fácilmente. Hay quien prefiere colgar las plantas boca abajo mientras secan y quienes prefieren usar mallas de secado, aunque en realidad esto no tiene tanta importancia. Lo realmente importante son las condiciones en las que se realiza el proceso de secado. Este proceso suele tener una duración de entre siete y diez días, dependiendo de la zona donde se viva. Si hay un exceso de humedad en el ambiente (zonas costeras) es posible que tarde algo más. Sabremos que los cogollos se han secado correctamente cuando al doblar alguna de las ramas que los sujetan suene el típico clic de rama rota.

Debemos secar los cogollos en un lugar totalmente oscuro y donde no haya corrientes de aire. Es un gran error dejar secando las plantas dentro del armario de cultivo con el extractor puesto, y si no se pone corremos el riesgo de tener un exceso de humedad que puede producir hongos. Sencillamente, no es recomendable secar dentro de un armario de cultivo. Cualquier habitación vacía y oscura puede servirnos, debemos airearla una vez al día para eliminar el exceso de humedad (y olor ambiental). Si la habitación supera el 60 % de humedad relativa, procura poner un deshumidificador que la regule hasta el 50 % que es como debería estar para un secado óptimo.

Hay que recordar que si los cogollos se secan excesivamente rápido no se secan bien, haciendo que queden con una textura demasiado seca al romperlos o triturarlos para fumar. Por eso debemos evitar cualquier corriente de aire continua, como la de una ventana siempre abierta o la que puede generar el propio intractor/extractor, para quienes deciden secar dentro del armario…  Tanto la luz solar como la luz de nuestro foco para cultivar contienen una alta cantidad de rayos UVA, que destruirán los tricomas de las plantas que estén secándose o secas. Por eso deben secarse completamente a oscuras.

Uno de los trucos de secado más viejos que se usa es el de la caja de cartón, algo muy casero y rudimentario pero altamente eficaz cuando queremos secar poca cantidad. Bastará con cruzar algunas cuerdas dentro de la caja y colgar ahí los cogollos, evitando que se toquen. Cerrar la caja y abrirla una vez al día para airearla, agitando un poco las manos sobre ella (o un cartón) para crear una pequeña corriente de aire por unos segundos. Aunque no es la técnica más profesional de secado, es muy sencilla y funcional. Al igual que con las técnicas anteriores, a partir de los siete días de secado podemos ir valorando si ya están listas para ser almacenadas o no.

Si los cogollos a secar son poco compactos o pajizos, el tiempo de secado puede verse reducido de forma notoria. Al igual que si secamos en pleno mes de agosto en un lugar muy cálido (poco recomendable). ¿Qué se hace después del secado? Pues obviamente guardar los cogollos en un lugar hermético para que no pierdan toda su humedad y queden excesivamente secos.

El curado, el último paso antes de disfrutar

Una vez hayamos guardado los cogollos en recipientes herméticos, los cuales pueden ser los clásicos tarros de cristal para conservas, debemos guardarlos en un lugar fresco y oscuro, para que se conserven perfectamente y comience el proceso de curado. El curado es el nombre que recibe el ciclo de tiempo en el cual muchos cannabinoides terminan transformándose, algo complejo que necesitaría de todo un artículo para ser bien explicado. Durante dicho proceso, y al permanecer en total oscuridad, restos de nutrientes como el nitrógeno van perdiendo intensidad, haciendo que el humo del cogollo sea más suave al fumar.

Si hemos realizado un buen lavado de raíces y no hemos abusado de abonos, podemos guardar algunos cogollos para ir fumando y poner el resto a curar. Sin embargo, si no hemos realizado esos pasos fundamentales, no es recomendable fumarlos aún. El proceso de curado suele ser de unos seis meses en adelante. Algunos cultivadores dejan sus plantas curando un año entero antes de fumarlas.

Para que os hagáis una idea de la importancia del curado, usando un ejemplo con el jamón, sería como comparar el jamón cocido con un jamón ibérico de bellota. Pues ésa es la diferencia entre fumar marihuana que no está curada y marihuana con un buen proceso de curación. Cuando comencéis el curado, revisad los cogollos a los siete o diez días. Abrid los botes y verificad que el cogollo continúa seco. Porque algunos cogollos, principalmente los más densos, terminan de sacar humedad durante los primeros días y eso puede ser excesivo. Si el cogollo ha pasado de estar seco a estar un poco húmedo nuevamente, simplemente dejaremos el tarro abierto por unos días hasta que sequen bien. Es recomendable airear los tarros una o dos veces al mes, simplemente abrir el bote y agitar un poco la mano para generar una pequeña corriente de aire que mueva el poco aire del interior del bote, con eso es suficiente.

Los restos de la manicura (esas hojas que estaban en los cogollos o cerca de ellos y que contienen tricomas) podemos usarlos para infinidad de cosas una vez secos. Desde hacer hachís casero a tinturas, mantequilla cannábica, aceite…  Esos tricomas aún nos darán muchas alegrías. Buscad guías por internet y encontraréis centenares.

En realidad, poco más hay que contar. A niveles generales, y desde un punto de experiencia básico, podría decirse que esto es todo lo que hay que saber para realizar un buen cultivo de interior.  Sed felices.

Acerca del autor

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.