Descubre las claves esenciales para la etapa de floración: ciclos de luz, nutrientes, control de humedad y temperatura para obtener cogollos grandes y densos.
por Nvidia
Existe cierta frase que, aunque breve, siempre es acertada. Esta frase dice algo tan sencillo como: “todo llega”. Los cultivadores somos conscientes de que la etapa de crecimiento puede hacerse un poco larga y, en ocasiones, tediosa, ya que los cambios que podemos apreciar en la planta son meramente estructurales y eso, a veces, aburre.
Pero todo llega amigos, nuestros esfuerzos manteniendo las plantas sanas y vigorosas se verán altamente recompensados si realizamos una buena etapa de floración. Algo bastante sencillo si nos ceñimos al “plan estándar” de cultivo de interior, aunque, como no podía ser de otra forma, vamos a explicar también todas las variantes, para que cada cual elija o pruebe la que más le convenza. Como hemos indicado en varias ocasiones, esta guía de cultivo está orientada al cultivo interior de cannabis, no al cultivo exterior.
En anteriores números de Cannabis Magazine vimos cómo realizar una germinación de forma correcta y cómo realizar la etapa de crecimiento basándonos en el tipo de iluminación y en las horas de luz. Ahora, por fin, llega el momento que todo cultivador adora: la etapa de floración. En esta etapa veremos cómo nuestras plantas comienzan a formar pequeñas flores que irán creciendo y engordando hasta formar suculentos cogollos que más adelante podremos fumar.
Pero antes de entrar en esta nueva etapa, debemos recordar que las plantas varían mucho su altura durante el ciclo de floración. Las variedades índicas, a niveles generales, doblan su altura, de forma que si tenemos una planta de cincuenta centímetros, cuando finalice el ciclo de floración probablemente mida sobre un metro de altura. Las variedades sativas crecen aún más, triplicándola generalmente. Éste es un dato muy importante dado que en cultivos de interior la altura es limitada y debemos recordar que es necesario dejar cierta distancia entre el foco y las puntas de las plantas. Sabiendo nuestra altura total y el tipo de planta que estamos cultivando, sabremos cuándo tiene la altura perfecta para comenzar el ciclo de floración.
Se denomina ciclo de floración a la etapa en la que la planta se desarrolla sexualmente para reproducirse. Las plantas de marihuana hembra crean flores (cogollos) para ser polinizadas y generar nuevas semillas. En realidad, el único fin real y natural de cualquier ser vivo es ése, reproducirse para mantener la especie. Obviamente, nosotros no queremos que la planta produzca semillas porque simplemente queremos fumarnos sus cogollos, así que eliminaremos cualquier planta masculina que se haya podido colar en nuestro cultivo, de la misma forma que eliminaremos plantas hermafroditas. Teniendo claros estos pequeños pero importantes detalles, vamos al tema.
Técnica de floración tradicional 12/12
En cultivos de exterior, la propia naturaleza va acortando levemente la duración de los días conforme transcurre el verano y llega el otoño. De esta forma la planta sabe que debe comenzar a florecer antes de que llegue el invierno. En cultivos de interior se hace algo muy similar, acortar las horas de luz y aumentar las de oscuridad, para que la planta interprete que la primavera ya ha pasado y es hora de comenzar a florecer. Nos llevaría varias semanas ir acortando poco a poco las horas de luz, por lo que, a niveles generales, y aunque pueda suponer un poco de estrés para la planta, el cambio se hace drásticamente.
Suponiendo que tenemos nuestro cultivo en crecimiento con un ciclo lumínico de dieciocho horas de luz y seis horas de oscuridad (18/6 o similar), lo que haremos será reducir las horas de luz a doce y aumentar las horas de oscuridad a doce también. De forma que la planta estará a 12/12 durante todo el ciclo de floración, desde el primer día al último.
No se puede negar que es un cambio muy brusco para las plantas, algo que supondrá un gran estrés para ellas. Por eso es súper importante respetar esos horarios estrictamente durante todo el ciclo. Nada de encender la luz durante las horas de oscuridad, ni de dejar a oscuras las plantas durante las horas de luz. Debemos evitar cualquier acción que pueda suponer más estrés aún para la planta.
Es muy habitual, cuando llega a casa un amigo cultivador, enseñarle cómo van tus plantitas, cómo huelen, etc. No lo hagas si las plantas están en su fase de oscuridad, ni siquiera con la clásica “luz verde” que algunos venden indicando que no afecta a las plantas, porque sí afecta en realidad y posiblemente las estresarás.
Nadie sabe con certeza cuál es el límite de estrés que puede soportar una planta. Algunas variedades pueden soportar estrés sin problemas y otras dan problemas al más mínimo cambio (produciendo que hermafroditen). Por ello, es muy importante respetar los ciclos de luz y oscuridad. Posiblemente sea lo más importante en todo el ciclo de floración.
Una vez que hemos preparado el programador eléctrico para que las plantas tengan doce horas de luz y doce de oscuridad, veremos cómo, durante las primeras semanas, comienzan a crecer de forma acelerada. Es algo completamente normal. En apenas las dos o tres primeras semanas de floración, las plantas pueden llegar a doblar o triplicar su altura.
Así que, como sabemos que van a desarrollar mucha materia vegetal en poco tiempo, es conveniente utilizar algún abono de floración mezclado con el agua de riego durante estas primeras semanas. Recordad que los mejores abonos son los orgánicos y que siempre hay que ajustarse a las tablas que marca el fabricante o incluso utilizar un poco menos. Nunca uses más, no por usar más van a crecer mejor o más fuertes, sino todo lo contrario. Un exceso de abono quemará y saturará las raíces de nuestra planta, haciendo que la floración sea un desastre.
Una vez pasadas las primeras semanas y el boom de crecimiento por parte de nuestra planta, veremos cómo desacelera, y mucho, su crecimiento para comenzar a formar las primeras flores, lo que en un futuro serán bonitos cogollos.
No debemos apresurarnos en usar estimuladores o productos para engordar cogollos, cada cosa en su momento. Debemos dejar que la planta desarrolle sus flores formando cogollos. Veremos cómo las flores van adquiriendo un tamaño más largo, pero no más gordo. Durante esta fase seguiremos usando abono de floración de forma normal. A mí me gusta usarlo un riego sí y otro no (es decir, un riego con abono y otro sólo con agua) pero cada cual con sus manías.
Una vez que veamos que la planta deja de estirar sus flores y comienza a engordarlas, es cuando debemos comenzar a utilizar PK. P es la referencia en la tabla química al fósforo y K la referencia al potasio. Las plantas de marihuana demandan fósforo y potasio a la hora de engordar sus cogollos. Así que si añadimos un poco de PK en el agua de riego cuando comiencen a engordar, le estaremos dando a la planta justo lo que necesita para que produzca cogollos grandes y densos.
Olvidaos por completo de usar productos químicos concentrados. Si saturamos a la planta de PK la echaremos a perder. Debemos usar algún PK orgánico y siempre en pequeñas cantidades. No se debe usar demasiado PK, personalmente apenas lo utilizo en tres o cuatro riegos, cuando los cogollos comienzan a engordar. Con eso es más que suficiente.
Las variedades índicas suelen tener un ciclo de floración de unos dos meses de duración, dos meses desde que ponemos la luz a 12/12 hasta que los cogollos están listos para ser cortados (lo que se llama cosechar). Sin embargo, las variedades sativas pueden irse a tres meses o más de floración, por lo que debemos tener mucha más paciencia y no excedernos con los abonos. Veremos cómo los cogollos de nuestra querida planta van madurando conforme va finalizando el plazo de floración de dicha variedad. Por lo que realizaremos un lavado de raíces unos días antes de la cosecha (explicamos más adelante cómo hacerlo).
Consejo para el cultivo de variedades sativas: algunos cultivadores, cuando se trata de variedades sativas, no utilizan el 12/12 en el ciclo de floración, sino que utilizan un 11/13, es decir, once horas de luz y trece de oscuridad. En realidad es algo que personalmente recomiendo, siempre y cuando se trate de variedades sativas. Las variedades sativas son más “reacias” a entrar en floración y en ocasiones, un 12/12 no es suficiente para ellas. Con un 11/13 nos aseguramos de que la planta comprenda que tiene que florecer sí o sí. Sin embargo hay cultivadores que utilizan el ciclo de 12/12 desde que la planta germina hasta que es cosechada. En variedades sativas está técnica funciona muy bien, porque evitamos que adquieran alturas descomunales y florecen de forma más sencilla. Existen otras técnicas de floración en las que utilizan diferentes ciclos lumínicos, como por ejemplo la de Reinhard Delp, aunque, sinceramente, no la recomiendo porque suele dar bastantes problemas.
Temperatura y humedad
Si durante el ciclo de crecimiento recomendábamos mantener un nivel de humedad elevado, durante el ciclo de floración debemos moderarlo y vigilarlo constantemente. A niveles generales, debemos reducir la humedad hasta el 50% en cuanto aparezcan las primeras flores. La humedad elevada puede provocar la aparición de hongos en las flores (cogollos), por eso es muy importante evitar que suba del 50% (humedad relativa ambiente). El mejor truco para reducir la humedad es utilizar un intractor y extractor de aire, aunque si vives en una zona costera también puedes usar un deshumidificador programable (que se detenga al llegar a la humedad programada). Utilizar de forma foliar algunos preventivos naturales contra hongos (fungicidas) como la cola de caballo, nos ayudará a protegernos más aún.
La temperatura debe ser estable. Recordad que altas temperaturas impiden el correcto desarrollo de las plantas y además hacen que ciertas plagas, como la temida araña roja, se sientan más a gusto. Una temperatura media de unos 25 ºC es perfecta para cualquier cultivo de interior. Si baja algunos grados durante la etapa de oscuridad no hay ningún problema.
Lavado de raíces
Cuando calculemos que faltan aproximadamente quince días para cosechar, debemos hacer lo que se denomina un lavado de raíces. Consiste en colocar la planta en un lugar donde el exceso de agua no sea un problema (como por ejemplo en un plato de ducha) y regarla continuamente dejando que drene agua. De esta forma arrastraremos el exceso de sales y nutrientes del sustrato, haciendo que la planta consuma durante los últimos quince días sus propias reservas de nutrientes. Hay quien dice que se debe regar con X litros por cada litro de sustrato… Yo simplemente recomiendo regar y regar hasta que el agua de drenaje salga tan limpia como la que usamos para regar.
Sobra decir que no debemos usar ningún abono ni estimulador durante los últimos días. Si acaso, algún producto rico en azúcares o un poco de agua miel. Es completamente normal que durante las últimas semanas de floración las hojas de la planta se pongan amarillas, se sequen y se caigan. Si esto ocurre, es que lo estamos haciendo bien.
En el próximo número veremos cuándo cortar, cómo secar y, sobre todo, cómo curar nuestros cogollos de marihuana para obtener el mejor sabor y efecto.
Mientras tanto… sed felices.
Acerca del autor
Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.