Hay restos arqueológicos que muestran que hace 2.500 años ya se fumaba o inhalaba el humo de la marihuana de forma ritual buscando los efectos psicoactivos, «el colocón» propio de uno de sus compuestos, el THC

Bautizada formalmente Cannabis sativa en 1753 por Carl Linnaeus, la marihuana es uno de los especímenes más resistentes de la naturaleza. Necesita pocos cuidados para prosperar. No hace falta hablarle, cantarle o ponerle a Beethoven para que crezca con lustre. Es tan vigorosa como una mala hierba.

Así que probablemente floreció en los vertederos ricos en nutrientes de los cazadores y recolectores prehistóricos.

La primera evidencia de su uso se remonta a semillas de cannabis quemadas en túmulos funerarios en Kurgan en Siberia que se remontan al 3000 a. C

En las Tumbas de Yanghai cerca de Turpan, en la Región Autónoma de Xinjiang-Uigur en el norte de China, descubrieron una de las pruebas botánicas más antiguas documentadas. Encontraron casi un kilo de cannabis en el enterramiento de un hombre de 45 años.  Su entierro ocurrió de 2,400 a 2,800 años atrás.

En la tumba había 13 plantas de cannabis, cada una de casi 90 centímetros de largo, con las raíces extendiéndose por debajo de la pelvis; los tallos dispuestos en diagonal sobre el pecho; y los extremos de las plantas desde justo por debajo de la barbilla subiendo por el lado izquierdo de la cara.

Ritos funerarios que incluían fuego, música rítmica y humo de alucinógenos para guiar a las personas a un estado mental alterado

El rito con marihuana

En 2019, los arqueólogos que trabajan en el oeste de China, en el conocido como cementerio de Jirzankal, anunciaron otro descubrimiento importante: la evidencia más antigua conocida de que los humanos fumaban cannabis .

El cementerio de Jirzankal se situó a unos 3.000 metros de altitud, donde se sabe que el cannabis crece de manera silvestre. Algunas de estas variedades podrían haber contenido grandes cantidades del compuesto psicoactivo THC.

En Jirzankal descubrieron braseros de 2.500 años de antigüedad, recipientes diseñados para generar grandes cantidades de humo, que contenían residuos de una forma de cannabis muy potente, lo que sugiere que la planta se quemó e inhaló.

Los investigadores excavaron braseros de madera que contenían residuos de cannabis (C) del cementerio de Jirzankal (B, vista aérea) en el oeste de China. Los puntos rojos en el mapa (A) muestran las tumbas en las que se encontraron los contenedores. Xinhua Wu / Instituto de Arqueología, Academia China de Ciencias Sociales

Los resultados preliminares del análisis de huesos humanos en el cementerio de Jirzankal muestran perforaciones en algunos cráneos y signos de cortes y roturas fatales en varios huesos; los excavadores los interpretan como signos de sacrificio humano

Es posible que un conjunto complejo de prácticas religiosas ocurriera en estos sitios en el primer milenio a. C. Otros artefactos en estas tumbas sugieren prácticas rituales, por ejemplo, la presencia de un arpa angular, un instrumento musical importante en los antiguos funerales y ceremonias de sacrificio. Además, muchos de los artefactos de estas tumbas tienen claras marcas de quemaduras. Es posible armar una imagen de ritos funerarios que incluían fuego, música rítmica y humo de alucinógenos, todo ello destinado a guiar a las personas a un estado mental alterado.

Incienso de marihuana

En 1963, se encontraron dos altares de piedra caliza en la entrada al “Lugar Santísimo” de un santuario en el valle de Beersheba, en Tel Arad de Israel,  al oeste del mar Muerto. Los restos del lugar están datados entre el siglo IX a principios del siglo VI a. C.

Cuando reconstruyeron las paredes del viejo templo se tomaron pequeñas muestras de los materiales en los altares con un bisturí y se conservaron en papel de aluminio.  El resultado  fue que el material del pequeño altar contenía residuos de cannabinoides, incluidos el cannabidiol (CBD), el tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabinol (CBN), el subproducto del THC cuando el THC se degrada.

El material sobre el pequeño altar del santuario contenía compuestos de cannabis y heces de animales. os compuestos del cannabis habían sido mezclados con grasa y heces de mamíferos.

Esto significa que la mezcla era quemada en la pila del altar, y que el THC que contenía producía en los que estuvieran presentes los efectos psicoactivos y la alteración del estado mental propios de este compuesto del cannabis.

Las momias egipcias más polémicas

La Dra. Svetlana Balabanova, toxicóloga y endocrinóloga del Instituto de Medicina Forense de Ulm, en Alemania, conmocionó a la egiptología y al mundo entero en 1992, cuando realizó pruebas de detección de drogas en momias de 3.000 años de antigüedad.

Los resultados dieron positivo en THC, cocaína y nicotina, suscitando una polémica que aún no se ha resuelto. La principal razón es que la nicotina y la cocaina nacen en America, y no habría manera de que los egipcios ya pudieran consumirlas.

Otras muchas culturas, como la tribu Gaddi, de los Himalaya; el reino Buganda, de África, y el Tenetehara, de Brasil, han usado el cannabis de forma recreativa y para el éxtasis en ceremonias de culto, según estudios previos.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.