© Isidro Marín Gutiérrez

El cannabis en la tradición japonesa

El cannabis ha sido una parte integral de la cultura japonesa desde los inicios de la Historia. El cannabis es una planta sagrada en la religión sintoísta, también fue utilizada y alabada por los antiguos poetas zen y los monjes budistas.
Desde los albores de la historia

Desde el Neolítico el cáñamo ha crecido en Japón. Pruebas arqueológicas nos advierten que el cáñamo era utilizado como alimento en el periodo neolítico Jomon (desde el 10.000 a.C. hasta el 300 a.C.). El término Jomon significa “patrón de cuerdas” que son hechas de cáñamo. Los cazadores- recolectores utilizaban la fibra de cáñamo para tejer prendas de vestir y canastos. Algunos investigadores piensan que el cannabis era ya importante antes de los contactos con Corea y China. Otros afirman que la cultura del cáñamo fue importada y adoptada por los japoneses de China.

El cáñamo se adaptó con éxito al clima japonés y se dispersó por toda la isla. Incluso a la isla septentrional de Hokkaido. Los japoneses, al igual que los chinos utilizaban el cannabis para tratar enfermedades. Utilizaban el cannabis como laxante, para tratar el asma, contra las picaduras venenosas, en tratamientos en la piel y como tónico para promover vigor. El papel realizado con cáñamo no entró en Japón hasta el siglo VII cuando sacerdotes y monjes coreanos entregaron esta nueva tecnología en el Palacio Imperial en el año 610 junto con el budismo y la aceptación del sistema de escritura china.

Durante la era feudal, el cultivo de cáñamo fue alentado por los daimyo o señores feudales que querían los beneficios económicos que el cáñamo proporcionaba. En la época feudal las monedas japonesas tenían un agujero en el medio para que pudieran llevarse mejor ocultas en cuerdas de cáñamo. Las monedas actuales japonesas aún conservan esta forma. El cáñamo fue la principal fibra para telas de vestir hasta el siglo XVII cuando se introdujo el algodón. Pero el cáñamo se siguió utilizando para las correas de geta, sandalias altas de madera, o en kimonos, ropa tradicional japonesa, utilizada sobre todo en verano.

Primera representación gráfica del cannabis

Mural en una cueva de KyushuuEn la imagen principal podemos observar dos hojas de cannabis rodeadas por un círculo y con un fondo rojo. La obra está ricamente coloreada. Podemos además ver dos caballos negros, un personaje cayendo al mar lleno de olas en el océano y un barco. La imagen parece representar a comerciantes coreanos, con pantalones cortos anchos y altos sombreros curvos, trayendo la planta por barco. Encima de las grandes hojas de cáñamo existe un aura soleada, lo que sugiere la conexión entre el sol y el cáñamo. Esta pintura mural se encuentra en una cueva en Kyushuu, la isla más al sur de Japón, en la costa. Es una de las primeras obras de arte descubiertas en Japón. Así advertimos que las semillas de cáñamo llegaron por comerciantes coreanos a la isla de Kyushuu.

El cannabis es expresado por un ideograma con adaptaciones del chino y se pronuncia “asa”. Este carácter se lee “ma” en chino y representa a dos plantas colgando boca abajo desde las vigas del techo en un cobertizo de secado.

Las tradiciones japonesas

En Japón el cáñamo era muy considerado entre los japoneses. Los marineros llevaron el cáñamo a Japón, donde lo llamaron asa. El asa fue usado para hacer aparejos de pesca, ropas y esteras. Una leyenda japonesa cuenta la historia de un soldado que se enamora de una joven muchacha, el joven se iba a marchar sin darle información a la muchacha de en qué regimiento se encontraba. Como la chica no quería perderlo, ella ató una pelota hecha con cuerda de cáñamo en sus ropas cuando se despidieron. Al irse, ella empezó a seguir el hilo que llegaba hasta el templo del dios Miva y descubrió que su amante había sido el mismo dios (Abel, 1980).

El cáñamo también llegó a simbolizar las virtudes de las mujeres, castidad y obediencia. Las cuerdas de cáñamo eran una parte importante en el amor japonés y en el matrimonio. Se colgaban cuerdas de cáñamo en los árboles como forma de “ligar” entre los amantes. En las ceremonias formales el cáñamo significaba pureza y se les daba a las novias como un símbolo de obediencia de la esposa a su marido. También la familia del novio enviaba regalos hechos de cáñamo a la familia de la novia, para demostrar que la aceptaban. Los taoístas japoneses utilizan tela de cáñamo y arrojaban semillas de cannabis en los quemadores de incienso (Abel, 1980).

Sintoismo

El cáñamo en el sintoismo es símbolo de pureza y de fecundidad. En el santuario en la península de Ise, la oración especial para la diosa fundadora del Japón se llama Taima (Cannabis). Además, sake, cáñamo, sal y arroz son los alimentos básicos sagrados que se utilizan como parte de todos los ritos en el santuario. De hecho, de cáñamo y fibra de morera están hechas las telas y el papel.

Las cuerdas de las campanas debían ser de cáñamo, los peregrinos y los que viajaban que eran creyentes estaban obligados a realizar ofrendas de arroz y cáñamo en las estatuas fálicas de la fecundidad que se encontraban al lado de los caminos, eran deidades protectoras, antes de emprender un viaje. Se dejaban a lo largo de las carreteras, y, sobre todo, en los cruces, convirtiéndose en protectores.

También se utilizaba cáñamo en forma de incienso como forma de purificación para ahuyentar a los malos espíritus de las casas, invitar a los espíritus de los difuntos y alentar a las personas a bailar. El gohei, una vara utilizada por los sacerdotes sintoístas para eliminar los espíritus impuros, se hacía habitualmente de cáñamo. Según los sacerdotes sintoístas, el mal no podía residir en los cuerpos así que ondeaban el gohei (símbolo de pureza) sobre alguien para que el espíritu malo se fuera (Rudgley. 1999:87).

La Segunda Guerra Mundial

El cultivo de cáñamo se interrunpió de forma brusca tras la ocupación norteamericana tras la II Guerra Mundial en 1945. En 1948 el general americano a cargo de la ocupación Douglas Mcarthur, reescribió la Constitución japonesa e incluyó la Taima Torishimari Hó, la Ley de Control de Cáñamo. Aquellos productos realizados con cannabis ahora se realizan con productos sintéticos. Así, en 50 años la cultura del cáñamo en Japón se ha perdido por completo. Aún quedan retazos en el arte, en los libros y en los cuentos japoneses. En 1997 el señor Marui, un abogado especializado en casos de marihuana, obtuvo dos permisos para cultivar cáñamo, una para el señor Nakayama, un joven agricultor en la zona de Shizuoka y otra para si mismo con fines investigativos.

Como por ejemplo Miasa; es un pueblo que se encuentra entre las colinas y valles en la prefectura de Nagano. Antaño fue un centro de cultivo de cáñamo. Miasa Mura tiene una población de 1500 habitantes. En 1875 recibió el nombre traducido al español de “el pueblo de bello cáñamo” en reconocimiento a su larga tradición de producción de cáñamo, que ha crecido allí desde el periodo Yayoi, hace 2000 años. El cáñamo de esta zona se llama asa yamanaka (o cáñamo de montaña). Después de la II Guerra Mundial la demanda de cáñamo disminuyó drásticamente y con la Taima Torishimari Hó el cultivo de cáñamo se fue reduciendo hasta desaparecer en 1965. Actualmente existe un museo del cáñamo en Miasa Mura en una casa de 300 años, construida en parte con cáñamo, y reconocida como patrimonio nacional.

El consumo actual

Activistas procannábicos en acción...

El consumo actual de cannabis en Japón es inferior al consumo en Europa. Pero su consumo y tenencia está fuertemente penado. Aunque sea en pequeñas cantidades está castigado hasta con 7 años de cárcel. En 1995 el cantante más popular de rock, Tsuyoshi Nagabuchi fue sorprendido con menos de dos gramos de hierba. Fue encarcelado y multado, tuvo que cancelar sus conciertos y se disculpó públicamente.

Recientemente un español, llamado Tochico, de 28 años, estudiante de ingeniería en la Universidad de Tokio fue arrestado por enviarse así mismo, por correo postal, desde España a Japón, 6’2 gramos de polen. El hachís estaba camuflado en el estuche de un CD. El correo fue interceptado, Cerveza de cáñamo vendida en un restaurante en Japónolvidando los japoneses ese derecho universal de que el correo de uno es inviolable y Alfonso ahora está detenido. La policía le estuvo esperando 18 días a que volviera de sus vacaciones navideñas. La noticia salió en Japón con imágenes del pobre chico esposado y con cara de no creérselo (¡Me van a joder la vida por tres porros!). Si aquí en España saliera un joven japonés esposado por tenencia de 6 gramos afirmaríamos que se han vuelto locos, lo más probable que le pase a Tochico es que esté un tiempo en la cárcel y que posteriormente le deporten a España. Así le impedirán volver a entrar en suelo japonés y además le dejarán con antecedentes penales. El consumo y tenencia está penada con 5 años de prisión y la venta está penado, como mínimo, con 7 años de prisión.

El consumo de cannabis en Japón se produce de manera privada en las casas. Raramente se huele a porros en parques, calles, plazas, bares o discotecas. No se ven a los porretas haciéndose makas en los portales o en las plazas. Tampoco se ven a los típicos camellos sisando a los clientes. Así, para un consumidor japonés el mayor temor de los temores es perder a su dealer o camello porque cuesta mucho encontrar a uno. La mayoría de ellos suelen ser africanos o centroasiáticos. El hachís es vendido principalmente por iraníes en parques o estaciones de tren. La maría proviene de Filipinas y Tailandia por barco. También viene de Hawai por traficantes haciéndose turistas. El precio de cannabis es brutal, por un gramo tienes que pagar 6.000 yenes, unos 46 euros. Hay que ser estúpido para pagar eso. Así que muchos japoneses viajan a países cercanos a fumar porros más baratos.

En los últimos años las autoridades japonesas se lo han tomado en serio y han arrestado a universitarios, luchadores de sumo, actores, deportistas. Así desde 1998 el número de personas arrestadas por cultivo se ha cuadriplicado en Japón. En total, la irrisoria cifra de 192 cultivadores de marihuana. La policía arrestó a 2373 personas por tenencia o consumo de cannabis. Para que comparemos los datos pensemos que en los Estados Unidos son 800.000 personas arrestadas anualmente por consumo o tenencia de drogas. Bueno, Estados Unidos es muy grande y podemos pensar que son muchos a los que tienen que coger. Pensemos en España, con una población de 46 millones de personas, son multados anualmente por la Ley Corcuera unos 50.000 individuos. Mientras que en Japón viven 127 millones de personas y han cogido a 2.373 personas fumando petardos ¿Y están preocupados?

Bibliografía

  • Marín Gutiérrez, I. (2003) La historia conocida o desconocida del cannabis. Megamultimedia. Málaga.
  • Abel, E.L. Marihuana: The first 12,000 years. Plenum Press, Nueva York (1980)
  • Rudgley, R. Enciclopedia de las substancias psicoactivas, Paidos Divulgación, Barcelona (1999)z<<<<<<<<<<<<<<<<<<<<

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.