Cannabis y tratamiento del dolor
El opio ha sido durante milenios el principal remedio para aliviar el dolor. El siguiente recurso vegetal en importancia histórica en el tratamiento del dolor es la marihuana. La medicina moderna ya ha incorporado preparados farmacológicos extraídos de la planta para actuar como analgésicos en ciertos tipos de dolor, especialmente el dolor neuropático.
Si algo en común tenemos todos los humanos es haber sufrido el dolor en alguna ocasión. El dolor es el síntoma clínico más común, seguramente el más molesto y el que requiere en mayor número de ocasiones tratamiento farmacológico.
El dolor
Pese a ser tan común no resulta fácil definir el dolor pues engloba desde la mera detección de una lesión (nociocepción), a la propia sensación dolorosa o percepción del dolor y también las consecuencias psicológicas como es el sufrimiento y los comportamientos que adoptamos consecuencia del sufrimiento que esta percepción nos genera. Se clasifica habitualmente en dolor crónico y agudo según la duración. El agudo es la respuesta inmediata a una lesión, y responde bien a los fármacos y desaparece con la mejora de la lesión. El dolor crónico se prolonga en el tiempo, conlleva trastornos psicológicos y suele hacerse resistente a los analgésicos. Otra clasificación del dolor, de especial interés al hablar de la marihuana, lo divide en dolor nocioceptivo y dolor neuropático. El nocioceptivo es el originado por lesiones concretas como quemaduras, traumatismos localizados, o dolor visceral, anginas de pecho y cólicos abdominales, más difusos. Por su parte el dolor neuropático se origina en los propios nervios, por lesión o alteración funcional del sistema nervioso central o del periférico. Este tipo de dolor responde mal a los analgésicos habituales.
Tratamiento del dolor
Para tratar farmacológicamente el dolor tenemos gran variedad de fármacos de origen vegetal o sintético. Pueden actuar a nivel de la zona lesionada o inflamada como la aspirina y la gran variedad de analgésicos antiinflamatorios existentes. De eficacia limitada en dolores agudos, menor en crónicos y nula en neuropáticos, tienen efectos secundarios graves como son las lesiones gástricas llegando a provocar hemorragias internas. De hecho se estima que unas 15000 personas mueren al año a consecuencia de estos fármacos. El otro gran grupo de analgésicos son los opiáceos tanto los naturales, como la codeína y la morfina, como sus derivados sintéticos, actúan directamente sobre las vías del sistema nervioso encargadas de transmitir el estimulo doloroso. Son mas potentes, aunque esa potencia se asocia a algunos síntomas inconvenientes como estreñimiento y mareos que la hacen mal tolerada y la depresión cardiorrespiratoria que puede poner en riesgo la vida. Tienen potencial adictivo, minimizado en un contexto de uso terapéutico, y el inconveniente de presentar tolerancia. Son imprescindibles en dolores agudos y crónicos muy intensos como en dolores de cáncer y enfermos terminales. Pero hacen poco efecto en los dolores neuropáticos. Para tratar el dolor neuropático se utilizan también antiepilépticos y antidepresivos tricíclicos con un pobre balance riesgo beneficio.
Tratamiento del dolor con marihuana
Los cannabinoides, tanto los naturales que genera la planta, los endógenos que genera nuestro propio organismo, como los sintéticos que se generan en laboratorio copiando o modificando los anteriores, actúan disminuyendo la reactividad al dolor. Esta acción analgésica se efectúa a través del sistema cannabinoide endógeno, actuando al igual que los opiáceos sobre las vías nerviosas de control del dolor. Esta coincidencia de acción con los opiáceos redunda en una potenciación mutua de interés terapéutico. La potencia analgésica de los cannabinoides naturales THC y CBD principalmente es moderada en general. Sin embargo esa potencia moderada se convierte en excepcional cuando se trata de dolores de tipo neuropático u otros que no responden a los tratamientos habituales. Ya ha sido aprobado para tratar las neuralgias en esclerosis múltiple un fármaco, Sativex, que contiene los cannabinoides naturales de la planta. Así pues, el cannabis es eficaz para tratar dolores de tipo neuropático como neuralgia de trigémino, el dolor de herpes, el dolor de miembro fantasma, dolores en esclerosis múltiple o en lesiones medulares, ciertos dolores de cáncer y neuralgias asociadas al SIDA. En este tipo de dolores el cannabis debería ser de elección. También es muy interesante en el tratamiento de los otros tipos de dolor, no como primera opción sino cuando los demás tratamientos son insuficientes. Por la distinta vía de acción complementa a los analgésicos antiinflamatorios sin los efectos secundarios graves de los primeros (si la aspirina y similares matan a 15000 al año, el cannabis no ha matado a nadie en 7000 años). El cannabis o bien los cannabinoides también son útiles cuando ya estamos al nivel de la morfina, pues la sinergia que presenta hace que se potencien mutuamente y que sean necesarias dosis menores de morfina para conseguir los mismos efectos si se administra conjuntamente con cannabis o sus cannabinoides, reduciendo así los riesgos de la morfina.
Como utilizar el cannabis para el tratamiento del dolor
Hay que elegir una variedad que además de THC contenga un nivel apreciable de CBD. Para elegir la vía de administración tendremos en cuenta que si la fumamos o la inhalamos por vaporización los efectos son inmediatos y pueden ser útiles en una crisis dolorosa. En el caso de fumarla no hay problema de dosificar puesto que fumamos lentamente hasta obtener alivio. Con una marihuana potente unas pocas caladas (de tres a cinco) son suficientes, hay que espaciar las caladas (aunque se apague es igual, lo volvemos a encender) y no es necesario retener el humo en los pulmones aunque si hay que tragarlo. Los efectos suelen durar unas dos horas por lo que habrá que repetir la operación tantas veces como sea necesario.
Si no se quiere fumar, o en caso de buscar un efecto mas largo, la opción es comerla. Tarda un rato en hacer efecto pero este se alarga durante unas seis horas. Para ello se reduce la planta a polvo y se administra ese polvo tres veces al día con las comidas. Para ajustar la dosis a cada persona hay que ir subiendo un poco cada vez hasta encontrar la cantidad ideal: que no coloque mucho y que alivie las molestias. La dosis inicial recomendada por vía oral seria media cucharilla de de café de polvo de cogollo, si no se notan efectos, en la siguiente toma se incrementa la dosis en media y así sucesivamente. Si se nota una embriaguez intensa y no hay alivio sintomático mejor buscar otra opción terapéutica. Los efectos psicoactivos del cannabis son indisociables de los terapéuticos, pero por suerte no son necesarias grandes dosis y en cualquier caso no hay riesgo de sobredosificación.