En este artículo nos acercaremos a los usos que dieron los antiguos egipcios, persas y asirios al cannabis. En todos existía una cuádruple utilización del cannabis: religioso, lúdico, médico y como material para hacer fibra. Sin duda, muchos ritos realizados con cannabis se han perdido en la noche de los tiempos.

© Isidro Marín Gutiérrez

 

Egipto

En el Egipto faraónico existen pocas referencias al cannabis. La palabra antigua egipcia para el cáñamo era “smsmt”, aparece en los textos de la pirámide, en relación con la fabricación de cuerdas. El cáñamo era utilizado en la construcción de pirámides, para empujar los bloques de piedra caliza, también en las canteras, donde la fibra se machacaba, se metía entre las grietas de la piedra y se mojaba. Cuando la fibra se hinchaba la piedra se rompía. Sir W. Flinders Petrie encontró una esfera grande de fibra de palma atada con cuerdas de cáñamo en el-Amarna. En otras excavaciones se han desenterrado sudarios de cáñamo de los periodos antiguos.

Hasta el siglo II no aparece reflejado claramente cuando el emperador Aurelio impuso un impuesto al cannabis egipcio. Tampoco existía mucho cáñamo en Egipto ya que se utilizaban otro tipos de fibras (tanto textiles como para papel). Pero a partir de esas fechas los egipcios usaron cannabis para fibra, semillas y como embriagador. Los coptos de Tebas empleaban en sus rituales de “ingestión de humo” a fin de comunicarse con Dios (Melouchan, 1986).

En el siglo XVI antes de Cristo aparece ya descrito el cáñamo en el papiro de Ebers (Mañoso/Cortés, 2000:44); en el papiro de Ramses (1700 a.C.), en el papiro de Berlín (1300 a.C.) y el papiro de Chester Beatty VI (1300 a.C.) la palabra smsmt se traduce literalmente como “la planta de cannabis medicinal”.

Los curanderos egipcios utilizaban el poder de las palabras mágicas para aliviar al enfermo, pero utilizaban también un tratamiento medicinal en el que el cannabis formaba parte. También era utilizado con fines medicinales como remedio “para enfriar el útero”, el cannabis era introducido en la vagina de la mujer para tratarle inflamaciones y problemas de gonorrea (Papiro Ebers, receta número 821), un enema y un cataplasma para una uña de los pies lastimada (Fórmula 618 del Papiro Ebers) y todo a base de cáñamo. En los papiros de Ramsés III (26 d.C.) había una receta oftálmica que contenía cáñamo. Así muchos gobernantes egipcios de Etiopía trajeron hachís desde sus tierras. En Etiopía se pensaba que en un arbusto vivía el Espíritu. También se creía que ciertos aceites inducían estados místicos de conocimiento y podían producir toda clase de efectos mágicos. Muchos papiros tenían trozos de ungüentos perfumados, este tipo de ungüentos probablemente consistían en aceites cannábicos. Hay quienes piensan que el mito de Osiris también tiene referencias al cáñamo.

Es posible que lo egipcios copiaran la tecnología del cannabis de sus vecinos y estos de las tribus arias circundantes. Los primeros restos de fibra de cannabis cercanos a Europa se han encontrado en Turquía; fibras de cannabis del año 1000 a. C. en las ruinas de la ciudad frigia de Gordion (cerca de Ankara) (Bellinger, 1962:5-33). Las tribus frigias que invadieron el imperio hitita en el año 1000 a.C. tejían con fibras de cáñamo (Robinson, 1999:111).

Por último se han descubierto restos de cáñamo (además de cocaína y tabaco) en la tumba de Akenatón (Amenofis IV), de la octava dinastía, en el-Amarna. También se ha encontrado polen de cannabis en la momia de Ramsés II (dinastía novena hace 1.200 a.C.). La Doctora Irina Balabanova de la Universidad alemana de Ulm descubrió que muchas momias de Egipto contenían este tipo de drogas y que algunas son sustancias naturales de Sudamérica. Aquí tenemos un enigma ya que antes de Colón esas plantas no existían en ninguna otra parte del mundo más que en América. La investigación se realizó con cientos de momias y no han quedado dudas. En un pasado remoto unos navegantes atravesaron el mar e influyeron en culturas a ambos lados del Atlántico.

Mesopotamia

Imperio AsirioEn Mesopotamia datos botánicos indican que hubo cáñamo en toda esta región. Una de las referencias históricas más antiguas con respecto al cáñamo es de los sumerios. En Mesopotámica los curanderos utilizaban cannabis y recurrían a la ayuda divina (encomendándose a los dioses Ea y Marduk); se valían de la palabra para apresar a los demonios o espíritus invasores que estaban en el cuerpo del enfermo y así desorientarlos, aislarlos o asustarlo, y así obligarlos a huir y el cuerpo lograr de nuevo su vitalidad.

En una historia sobre Atrahasis, el primer salvador de la humanidad, el rey mago lejano; él podía hablar con su Dios, Enki, que le revelaría sus secretos. Atrahasis necesitaba conocimiento para salvar a sus gentes de la destrucción. Él tenía las comunicaciones cuando estaba en trance y su método para entrar en trance era el hachís.

Aunque hará falta esperar el dominio asirio (IX a. C.) para que la planta aparezca mencionada, concretamente como incienso ceremonial (Schultes y Hofmann, 1982:95) (Escohotado, 1999: 74). El pueblo asirio, un imperio militar abraza la planta del cáñamo como símbolo de conexión con el más allá. A partir del 1250 a. C. tomaron posesión de Mesopotamia los asirios, de origen semita, que se establecieron al norte de Babilonia, en el valle superior del Tigris. Este pueblo era belicoso, cruel y feroz. Sus capitales fueron Nínive y Assur, ubicadas cerca del río Tigris.

Los reyes asirios estaban convencidos de que su misión era someter al mundo a su dios Assur. Creían que podían alegrar y aplacar sus iras si aplicaban crueles castigos a los derrotados. Arrasaron con los pueblos, devastaron países enteros, enviaron al cautiverio y al exilio a millares de personas y sembraron en todas partes el terror y la muerte. El imperio asirio alcanzó su mayor apogeo alrededor del 700 a.C., cuando se extendía de Armenia hasta Egipto y desde el Asia Menor hasta Irán y el golfo Pérsico por el sur. El emperador era gran rey de Asiria, rey de Súmmer y Accad, soberano de los reyes y príncipes sirios, cananeos y judíos y, desde el año 671 a.C., ocupaba el trono de los faraones.

El último de los grandes emperadores asirios fue Assurbanipal, quien fomentó las artes y letras, hizo construir magníficos templos y palacios y formó una gran biblioteca donde reunió, escritos en signos cuneiformes sobre tablillas de arcilla, los documentos más importantes de las civilizaciones sumerio-acadia, babilónica y asiria. Las ruinas y los escritos fueron encontrados por los arqueólogos bajo la ciudad de Nínive. El imperio asirio basado en el terror y la violencia y cobrador de altos tributos, duró 2.000 años. Entre los pueblos reprimidos empezó a crecer el odio y la oposición. En el año 612 a.C. cayó la capital, Nínive; sus lujosos palacios y templos fueron incendiados. Sardanápalo, el último rey de Asiria, antes de ser capturado se lanzó a las llamas.

Además del cáñamo la medicina babilónica utilizaba habitualmente opio, mandrágora, cerveza y vino. Los asirios tenían una serie de conocimientos científicos muy avanzados para su época. El cannabis se menciona en unas tablillas cuneiformes que datan del 650 a.C., y que son copias de textos mucho más antiguos, encontradas en la biblioteca del emperador babilonio Asurbanipal. También se menciona en una carta, que se conservó en los archivos reales, escrita alrededor del 680 a. C. por una mujer desconocida a la madre del rey asirio Esarhadón, menciona el hecho de que existe una sustancia llamada qunnabu “remedio para los pesares” que podría ser cannabis (Abel, 1980) y las semillas de cáñamo se las llamaba shahdanah o “semillas del emperador” (Robinson, 1999:111). Parece ser que dependiendo del uso que le daban, le otorgaban un determinado nombre; qunnabu (otros investigadores escriben quonmubu de donde procede la denominación griega de cannabis) era empleada en ritos ceremoniales, azallu era referido como un término médico (utilizado pera la bronquitis, problemas de vejiga, reumatismos o como remedio para el insomnio), mientras que armitu estaba relacionado con fines terapéuticos, funcionaba en contra de enfermedades en las que los miembros inferiores eran afectados; mientras que Gan-Zi-Gun-Nu ha sido interpretada como la droga “que se lleva lejos a la mente” (Murillo, Erick). En otra receta se usaba el “unbu” como remedio estomacal, como afrodisíaco, como cataplasma para la hinchazón y como fumigante.

El Árbol de la Vida se graba en las construcciones de piedra de las ciudades asirias y en sus templos. La imagen estilizada del Árbol de la Vida parece tener grandes brotes que crecen en su cima y alrededor de la planta. Siempre está rodeada por personajes alados, reyes y águilas, llamados “genios” por los arqueólogos. También arqueólogos rusos han descubierto grandes templos de fuego iraníes en la zona del desierto de Kara Kum que contenían restos de cannabis junto con opio y efedra en las vasijas rituales. Estos templos datan del primer milenio antes de Cristo. (Rudgley. 1999:89).

Zoroastro

El profeta persa Zoroastro dio al cáñamo el primer lugar en el texto sagrado, Zend-Avesta (del siglo VII a. C.) que incluye más de 10.000 plantas medicinales. Se escribió en 1.200 cueros que contenían dos millones de versos. La religión zoroástrica estaba basada en la planta del cannabis, que era el principal sacramento religioso para la clase sacerdotal, pero también era utilizado como medicina y como aceite, tanto por la clase sacerdotal como por el mundo secular (Herer, 1999:139). El profesor Mirceau Eliade sugirió que el propio Zoroastro pudiera haber utilizado una especie de bhang como fórmula para alcanzar la iluminación. En uno de los pocos libros supervivientes del Zend-Avesta, llamado Vendidad (“la ley contra los demonios”) cuenta que dos mortales fueron transportados a los cielos sus almas, allí tomaron una taza de bhang y empezaron a revelarse los misterios más grandes (Abel, 1980). Sin duda creo que aún no conocemos todos los misterios que estos dos pueblos dejaron a la humanidad. Tampoco sabemos mucho sobre cómo se realizaban los rituales mágicos con el cannabis.

Bibliografía

  • Abel, E. Marihuana: The first 12,000 years. Ed. Plenum Press. Nueva York (1980)
  • Biblia del Peregrino. Ed. Mensajero S.A. Bilbao (1995). Con las debidas licencias de la Conferencia Episcopal Española.
  • Escohotado, A. Historia general de las drogas. Ed. Espasa Fórum. Madrid (1999)
  • Herer, J. El emperador está desnudo. Ed. Castellarte S.L. Castellar de la Fra. (1999)
  • Mañoso Flores J. y Cortés Blanco M. Perspectiva histórica de las drogas desde un punto de vista militar. Ed. Agencia Antidroga. Comunidad de Madrid. Madrid (2000)
  • Meloucham R. Cannabinoids as Therapeutic Agents. Ed. CRC Press. Boca Ratón, Florida (1986)
  • Murillo Rodríguez, Eric. El autor es doctorando en el Grupo de Neurociencias/Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UNAM
  • Rudgley, R. Enciclopedia de las substancias psicoactivas. Ed. Paidos Divulgación. Barcelona (1999).
  • Robinson, R. (1999). El gran libro del cannabis: Gui completa de los usos medicinales, comerciales y ambientales de la planta más extraordinaria del mundo. Inner Traditions / Bear & Company
  • http://hempology.yi.org/textbook/

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.