Texto y fotos: Marqués de Esquilache

Hace ya cinco siglos antes de Cristo, el filósofo Platón narraba las maravillas del vino de su tierra y en sus crónicas decía que eran las nueces las responsables del excelente caldo producido por los labriegos griegos. Según él, una de las razones para tal éxito residía en las nueces, excelentes productos orgánicos para enmendar unos suelos muy alcalinos, repletos de yeso y con muy poco oxígeno. Lo que podría parecer una superstición sin criterio científico alguno es, en realidad, un gran avance aplicable también al cultivo del cannabis y de cualquier otra especie vegetal.

Cogollo de suelo tierra madre enmendado con nuecesEn nuestro país, el 80% del terreno es muy alcalino y formado sobre todo a base de arcilla y yeso. Son pocos los afortunados que disponen de suelos con un PH adecuado y sueltos, poquísimos. Por otra parte, también son pocos los que no están acusando los efectos devastadores de esta maldita crisis que nos trae de cabeza en mayor o menos medida. Todo esto es de tener en cuenta. Pero sobre todo, este reportaje está destinado a aquellos que deben hacer cultivos de guerrilla. ¿Por qué? Porque llevarse hasta lugares remotos sacos de 50 litros de buen sustrato es casi imposible en según que circunstancias.

Por desgracia, el cannabis es una planta cuyo punto débil, su talón de Aquiles, son las raíces. Y una planta es en este sentido como una casa. ¿Puede imaginarse una mansión, un casoplón, sin buenos y sólidos cimientos? No, por supuesto. Lo mismo le sucede a cualquier planta: sin buenas raíces olvidémonos de conseguir buena cosecha.

Las raíces del cannabis son poco eficaces, muy holgazanas y débiles. Por lo tanto, es imprescindible conseguir un sistema radicular brillante para la obtención de buena marihuana, cualquiera que sea el uso que le vayamos a dar. Pero…¿cómo hacerlo en la mayoría de los suelos de España? Y sobre todo…¿cómo hacerlo sin gastar mucho dinero o incluso nada? Porque hacerlo con dinero es más fácil, pero, ¿sin presupuesto? También es fácil aunque conlleva ciertas molestias.

Hay varios productos sumamente baratos e incluso gratis que podemos utilizar. Comencemos con las nueces. Ya sé que no son gratis, a no ser que, como yo, vivas en el campo. En la mayoría de los campos de la península ibérica abundan tanto los nogales que casi se puede considerar como autóctona. No lo es en realidad, ya que es importada. Pero la realidad es que alguien tira una nuez al río Manzanares, en Madrid ciudad, y esa misma nuez desemboca cientos de kilómetros río abajo en cualquier vega. Allí queda anclada y pocos años después tenemos un precioso nogal que nos abastecerá de muchas y sabrosas nueces. Pero no es su valor nutritivo o culinario lo que ahora nos interesa. Es su capacidad como enmienda orgánica del sustrato lo que le confiera su inestimable valor.

Cuando abrimos una nuez lo que nos encontramos en su interior, además de su sabrosa carne, es un conjunto de membranas y elementos rugosos y repletos de agujeros y cavidades. Son precisamente estos elementos lo que a nosotros nos beneficia y mucho. ¿Por qué? Porque cuando, como decía Platón, enterramos una nuez en el sustrato, cada vez que regamos el oxígeno del mismo se esconde en estas cuevas orgánicas. Un sustrato demasiado compacto no puede albergar oxígeno alguno. Pero si le metemos nueces cascadas (cuanto menos mejor) el oxígeno se refugiará en sus grutas para después volver a oxigenar todo el sustrato una vez la riada haya pasado. Esto, que de por si es importante en cualquier planta, es incluso mucho más determinante cuando hablamos de cannabis ya que, como hemos dicho, sus raíces son débiles y poco eficaces.

Tuve la ocasión de visitar algunos cultivos exteriores en San José (California. USA) donde el suelo es muy parecido, si no idéntico, al que predomina en España. Suelos calizos, con yeso, muy compactados y con poca retención de oxígeno. En cada planta ponían alrededor de 10, incluso hasta 20, nueces que previamente habían sido sometidas a un semi cascado. Les daban un ligero golpe con un martillo y cuando se resquebrajaban un poco ya estaban listas para su uso. Las iban poniendo espaciadas por todo el sustrato (unos 50 litros de volumen) y de esta manera contribuían notablemente a oxigenar todo el sistema radicular.

Cada vez que regamos, el agua forma una especie de vórtice, como un remolino, arrastrando el oxígeno del aire hacia adentro. Cuando éste encuentra las nueces cascadas inmediatamente se refugia en sus múltiples cavidades hasta que pasa la tormenta, el aguacero y entonces vuelve a nutrir a todo el sustrato y demás seres microorgánicos de la vida radicular. Por lo tanto, con tan sólo las nueces hemos conseguido solucionar uno de los grandes problemas de nuestros suelos y el cultivo de cannabis. Una idea aún mejor es utilizar basalto, lava volcánica, que también está repleta de miles de pequeños agujeros donde se refugia el oxígeno. Cuanto mayor sea el calibre de cada piedra mejor. Pero, una vez más, esta solución cuesta dinero. No mucho, pero sí algo. Y no todos pueden permitírselo por desgracia.

Bueno, ya hemos solucionado el problema de la oxigenación de suelo compactado. Pero aún estamos lejos de conseguir un sustrato capaz de proporcionarnos buena hierba, de primera calidad. Vamos a ver cómo podemos solucionar su elevadísimo PH, alrededor de 8,00 en casi todo el territorio nacional. Decididamente incapaz de proporcionar buena marihuana a estos niveles tan altos. ¿La solución ideal? Comprar un saco de 20 euros de tierra buena de los grows y ponerla. Pero eso no es el tema de este artículo. Ahora lo que buscamos es cómo poder rebajar ese PH hasta nuestro nivel óptimo, que rondará un PH de 6,00 e incluso podemos llegar hasta 6,5. Y…¡cómo hacerlo gratis!

Los posos del café son quizás el mejor subproducto orgánico gratis que existe en todo el mundo. En cualquier bar, cafetería, restaurante, pub, etc. se sirve café. En algunos sitios llenan cada día todo el enorme cajón que tienen justo debajo de la cafetera. Ya sabéis: cuando hacen un café después tiran siempre los posos en un saco o cajón que toda cafetera tiene instalada a tal propósito. Estarán encantados de regalároslos cada día. Les hacéis la limpieza gratis y tú te llevas a casa un excelente abono y enmendador de suelos orgánico. En los USA, y especialmente en el estado de California, algunas microempresas de cafeterías que operan por todo el país, ya lo regalan envasado y todo. En Starbucks, una de las cadenas de cafeterías más abundantes en todos los EEUU, los regalan ya envasados en preciosos sacos biodegradables de 25 litros. Te tomas un café y después te llevas a tu jardín el mejor abono rico en nitrógeno orgánico y natural que te puedas imaginar. En los EEUU la gente se los lleva para todo en sus jardines: rosales, tomates, plantas decorativas en general, árboles etc. Y, por supuesto, también para nuestros cultivos de interior y exterior.

Esta es la miel que utilizo en mis cultivosPero no es en este caso su capacidad indudable como fertilizante lo que nos interesa. Lo que ahora nos ocupa es su capacidad para rebajar el PH considerablemente y además para dar al suelo una estructura mucho más esponjosa y suelta. No olvidemos que estamos tratando con suelos muy arcillosos y compactos. Suelos imposibles para el cannabis. Los posos del café son muy ácidos, no tanto como la turba pero alrededor de 5,00 de PH. Mezclados en su justa proporción con la tierra madre que tienes puedes rebajar el PH tanto como tú desees. Y además de ajustar tu PH reduces la compactación natural de tu tierra arcillosa. Creedme que es peor el tema de la compactación que el del PH. Si al cannabis no le gusta nada un suelo con PH elevado todavía le gusta mucho menos un suelo compactado, arcillosos. En el primer caso puede vivir, en el segundo es muy improbable que llegue a nacer la semilla.

Por cierto, antes de finalizar con el café quiero decir algo en relación a nuestros suelos arcillosos. Muchos de los cannabicultores nunca han cultivado cosa alguna aparte de cannabis. Por lo tanto nunca han prestado atención alguna a tipos de suelos y demás consideraciones botánicas. Para ellos digo cómo saber si tu terreno es de este tipo, arcilloso, o no. Sin necesidad de aparatos sofisticados para medir estos parámetros, si cuando ha llovido y pisas tu terreno se te queda el barro pegado a los zapatos…malo. Quiero decir bastante barro. No sólo mancharte los zapatos. Me refiero al barro que se te queda a mazacotes y que después te lo tienes que quitar en cualquier bordillo porque no hay manera. Este es el tipo de barro que se forma en el 80% del territorio ibérico cuando llueve. ¡Que me lo digan a mí que vivo en medio del campo!

Este es el suelo arcilloso que el cannabis aborrece, de verdad. Los posos del café reducirán este efecto muchísimo además de ajustar vuestro PH. Una aclaración más para aquellos que tengáis un pehachímetro (medidor digital de PH) y queráis saber cuándo parar de echar posos de café a la tierra madre. Cuando tengáis ya una cantidad mezclada a medir, coged un poco, ponedlo en un vaso y añadir un poco de agua destilada. No mucha, tan sólo para empapar bien toda la mezcla y quizás que sobre un poco. No importa, lo dejáis reposar todo unas horas y después medís el PH del agua que suelta con vuestro medidor. La cifra que os de será la cifra correspondiente al PH de vuestro sustrato.

Por último, hablamos del recurso más cutre pero eficaz cuando no hay un euro que gastar: el sílice. La arena de río que se utiliza para mezclar con cemento y así hacer el hormigón. Esa arena tan barata, tan fina, tan silícea. Esta humilde roca es mucho mejor de lo que nos imaginamos. A más de uno y de dos le ha salvado el culo cultivando buen cannabis si se sabe utilizar. Pero permitidme que os cuente algo antes sobre los cultivadores de bonsáis y esta arena.

Desde hace años cultivo bonsáis. Es mi verdadera pasión. Voy camino de cumplir los sesenta y con muchos años dedicados a la botánica al final uno acaba aprendiendo. La naturaleza tarda mucho en contarte sus secretos, sus gustos, sus manías…Por este motivo, todos los que cultivamos bonsái sabemos cómo desarrollar los mejores sistemas radiculares posibles, los mejores cepellones, las raíces más finas y filiares, que son las importantes. En la disciplina bonsái, cuando no tienes dinero para comprar akadama o kanuma, los mejores sustratos para bonsái, recurres a la arena de río, algo mejorada. Recurres a la arena de río con alguna mejora que lo haga retener más agua ya que drena mucho y rápido. Pero es precisamente su capacidad de drenaje, demasiado rápida, lo que a nosotros nos interesa para combatir el exceso de compactación de nuestro suelo.

La arena de río el sílice, no contiene nutrientes, por lo que lo tenemos que considerar sustrato inerte, sin alimento alguno. Sin embargo, lo que no es tan conocido es que toda arena de río conlleva finos minerales traza en forma de polvo (mirad el polvo que se forma cuando abres una bolsa de arena de río) que encanta a los microorganismos los cuales, se lo comen para después excretarlo en forma de nutrientes de fácil asimilación para las raíces de las plantas. Aunque su función para nosotros, a la hora de cultivar, sea sobre todo dotar al sustrato de soltura, no olvidemos que sí aporta algo de nutrición en forma de favorecer la vida bacteriana que tan importante es para un buen cultivo orgánico, biológico.

Vamos resumiendo. Con estos tres productos: nuestra tierra madre mezclada con cáscaras de nuez, que es gratis, un poco de arena de río, que es muy barata, y algo de posos de café, también gratuitos, tenemos un sustrato muy digno para cultivo en guerrilla. No es el mejor del mundo, ni muchísimo menos, pero podemos comenzar.

A partir de este modelo gratis, evidentemente cuanto más mejoras le introduzcas mejor. Si además puedes poner algo de composta, con esa rica materia orgánica tan esponjosa…pues mucho mejor. Pero intento decirte el modelo, o uno de los modelos, más económicos y eficaces que yo he visto. La primera vez que vi esas plantas californianas con entre 10 y 15 nueces cascadas en cada agujero me pareció asombroso. Finalmente comprendí que eran verdaderas bombas de oxígeno.

Tierra madre enmendadaUna última recomendación. Soy de los convencidos que es imposible conseguir marihuana aceptable sin métodos naturales y biológicos. Es una opinión mía, que en ningún caso representa la opinión de El Cultivador ni su equipo directivo. Pero es lo que creo yo. Sí se pueden obtener marihuanas que te den un colocón tremendo, imponente. Pero personalmente valoro otros factores como la salud personal, los olores, sabores, que no me haga toser, etc. En mi modesta opinión como la marihuana natural, nada. Por este motivo, creo que una gran idea al comenzar cualquier cultivo, es añadir un poco de miel al mismo. Me explico mejor. La miel, mezclada con agua, atrae a los microorganismos que se nutrirán de esta exquisita melaza. La consecuencia más directa es que en poco espacio de tiempo, nuestro sustrato triplicará su población de bacterias beneficiosas. En definitiva, tendremos un sustrato vivo, con la importancia que ello conlleva para cualquier cultivo. Una cucharada sopera de miel o azúcar moreno en 5 litros de agua sin cloro es la mejor manera de regalar la comida a nuestros queridos microseres. No olvidemos que cuándo se trata de guerrilla hay que cuidar estos temas especialmente. En cuestión de días, la miel atraerá a los microorganismos autóctonos, los de la zona donde realizamos el cultivo de guerrilla. Los autóctonos son, con diferencia, los más beneficiosos y resistentes de nuestra zona.

A partir de la obtención de este sustrato, ya cada uno sabrá cómo abonar mejor o peor. No olvidéis que vuestro sustrato es rico en nitrógeno (N) pero no en los demás macro y micro nutrientes necesarios para el buen cultivo. Por lo tanto, seréis vosotros los que se lo deis. Pero todos los demás objetivos están cumplidos para la obtención de un sustrato muy respetable para el escaso dinero invertido.

No le faltaba razón a Platón y sus nueces. Pienso que en realidad en aquella época tiraban de lo que tenían más a mano. No podían ir a un vivero a comprar lava volcánica para enmendar sus suelos. Pero sí tenían nueces en cantidad. En definitiva…se buscaban la vida para conseguir sustratos muy decentes y gratis. Esta es la filosofía si no tienes un puñetero euro, como por desgracia demasiada gente. Seguro que la próxima vez que veas una cesta llena de nueces y un cascanueces te llevarás a casa las cáscaras. Y si no se las echas a tu cannabis échaselas a tus otras plantas. Y lo mismo te digo con los posos de café.

Hasta siempre.

 

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.