Cómo optimizar un cultivo hidropónico de cannabis de exterior con luz solar, buen control de EC y pH, y sin disparar la factura eléctrica

 Fotografías y texto por Marqués de Esquilache

Después de haber cultivado autos de distintas maneras, he llegado a la conclusión de que la forma más eficaz es la hidroponía en exterior. Pero para ello hay que tener en cuenta determinados factores. Si lo hacemos correctamente, obtenemos mayor cantidad, mejor calidad y mucha más comodidad.

La hidroponía se emplea normalmente en interior. Ello conlleva una serie de gastos, especialmente en electricidad, que hace que las ventajas no sean tantas como cuando este sistema se emplea en exterior, con la luz del sol como fuente de iluminación y sin necesidad de extractores, intractores, etc.

Lo que os mostramos es la forma de supervivencia de un par de amigos que, a base de prueba/error, han logrado fabricarse unos sistemas de hidroponía que ahora les permiten ser absolutamente autosuficientes. Cultivan sus lechugas, sus tomates, su marihuana… todo. Por supuesto tienen sus gallinas y se podría decir que han logrado optimizar el espacio disponible a unos límites que parecen imposibles.

Canastillas para las plantas
Canastillas para las plantas

El agua la obtienen del grifo que, en su zona tiene una EC de 0,4 milisiemens y un PH de 7,0. Durante la fase vegetativa se valen de ácido fosfórico para bajar el PH hasta 5,8 y, cuando comienzan a florecer, permiten que suba hasta 6,3.

Antes de abordar el tema, conviene recordar que las autos producen mayor cantidad cuanto más horas de luz tengan. En interior podemos regular este factor (pero pagando facturas de luz más elevadas). Sin embargo, en exterior tenemos un promedio de 15 horas de luz al día, si comenzamos a germinar a primeros de abril y cosechamos a finales de junio. Además, haciéndolo en estos meses, el agua nunca llega a pasar de unos 23 grados de temperatura, lo cual es perfecto para todas las plantas, en general, y para el cannabis, en particular. La temperatura “ideal” del agua en hidroponía es de 22 grados. Pero no sucede nada sin llega hasta los 24, como ocurre en este cultivo que os mostramos, y solamente alcanza esta temperatura el último mes (junio). Insisto en este asunto porque en todos los manuales se advierte del peligro de superar los 22 grados. Cuando es hidroponía en exterior, y en las fechas mencionadas, he podido comprobar que se puede superar esta temperatura en un par de grados, al menos el último mes de la vida de la planta. Quizás esto se deba a que la planta ya está completamente madura y con todo su sistema de defensas realizado.

Hay que tener en cuenta que el depósito de agua y los tubos de circulación son de color blanco, con lo que reflejan la luz solar, disminuyendo considerablemente la temperatura que el sistema puede alcanzar. En el peor de los casos, por muy poco dinero y con una potencia de 25 vatios, tenemos aparatos para mantener el agua a una temperatura constante de 22 grados. Y además, la luz solar es gratis. Por desgracia, la mayoría de los cultivadores estamos condicionados por este tema. Si tuviéramos que usar luz artificial, de la intensidad del sol, durante más de 15 horas diarias y tres meses, la factura de la luz pasaría de los 200 euros: un gasto considerable.

Cannabis, tomateras, calabacines, de todo...
Cannabis, tomateras, calabacines, de todo…

Etolización

La base de una buena planta es la semilla. Muchos cultivadores no son conscientes de lo difícil que resulta a los breeders conseguir semillas de calidad y homogeneidad. No es el tema que nos ocupa en este artículo, pero lo escribo para recalcar el hecho de que la calidad comienza con la semilla. Partiendo de una semilla de calidad, ¿hay algo que nosotros podamos hacer para mejorarla, incrementar su potencial y acelerar su germinación? Sí, podemos, y la técnica para lograrlo es bien conocida por los bonsaístas: se llama etolización.

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Se trata de estimular la germinación inmediata de la semilla. Para ello, simplemente debemos dejar las semillas, bien protegidas de la humedad, en la nevera; pero en el cajón de las verduras. Idealmente, deberíamos sacarlas de sus envases, ponerlas en un tupper con arena de río (la empleada para hacer cemento), y olvidarnos de ellas durante un par de semanas, incluso tres. Sin embargo, cuando abrimos la bolsa en la que viene la arena de río, es frecuente que ésta esté ligeramente húmeda. Si es así, lo más probable es que, al cabo de unos pocos días, las semillas hayan germinado. Por lo tanto, o primero te aseguras de que la arena está completamente seca (déjala al sol un día), o sencillamente mete las semillas en su envase original en el lugar de la nevera.

A través de la etolización no sólo conseguimos que las semillas broten en 24 horas, también estimulamos su vigor. Todo son ventajas. De hecho, los bancos serios practican esta técnica antes de venderlas a los distribuidores y/o los grows. Pero si estos no las conservan también a los 4 grados de temperatura de la fresquera del refrigerador, se pierde parte de este vigor extra. En cualquier caso, es más que recomendable realizar esta sencilla operación.

Hasta 1,20 metros de automática
Hasta 1,20 metros de automática

En la típica macetita de hidroponía, del tamaño de un yogurt, relleno de arlita, unos cultivadores están cultivando hidropónicamente las autos que se aprecian en las fotografías. La planta del fondo, una Fast Bud, mide 1,20 metros y todavía le queda casi un mes para la cosecha. ¡Una maceta no más grande que un envase de yogurt! En semejante maceta, en un cultivo ordinario, la planta no mediría ni 15 centímetros. Sin embargo, una vez que las raíces han colonizado la minúscula macetita, comienzan a extenderse por los conductos por los que discurre el agua. Esto puede ser un gran problema si no se conoce bien el asunto ya que, las mismas raíces, podrían llegar a obstruir los conductos. Por esta razón, los tubos por los que discurre el agua, repleta de nutrientes, son más anchos de lo normal.

Gracias a la hidroponía, perfectamente utilizada, estos cultivadores tienen, en apenas dos metros cuadrados, tres plantas autos de cannabis enormes, lechugas, albahaca, calabacín, tomateras, etc. Esto sería imposible sin la hidroponía… y sin la luz del sol. Y, por otra parte, hay que acabar con el mito de que la marihuana (o cualquier especie hortofrutícola) tiene peor calidad o conserva menos propiedades organolépticas. Cuando la hidroponía se hace bien, los resultados son excepcionales. Y, desde luego, tanto la producción como el efecto psicoactivo son bastante más altos.

Gracias a la etolización, la semilla germina en menos de 24 horas y comienza a desarrollar su sistema radicular a una velocidad de vértigo. Al principio, el agua del depósito central tendrá una EC baja, de aproximadamente 0,6 milisiemens. Lo que dicen los manuales es que el agua debe ser osmótica. Sin embargo, estos cultivadores emplean un agua bastante blanda, la del grifo, cuya EC está alrededor de 0,4 milisiemens. Incluyo este dato para que el lector vea que no es tan complicado cultivar en hidroponía. Es cierto que los errores se pagan caros. Pero seguimos teniendo un margen de movimiento. Al crecer tan rápidamente, pronto iremos subiendo la cantidad de nutrientes hasta llegar, en el caso que os mostramos, a 1,7 milisiemens. Conseguir una auto de 1,20 metros de altura en dos meses, con tan reducido espacio y sin gastar un euro de luz, es todo un logro.

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Estas plantas pueden llegar a producir algo más de 100 gramos, lo cual es impresionante para una autofloreciente. Desde luego, hay que estar más pendientes de que todos los parámetros de cultivo sean los correctos ya que una sobrefertilización podría arruinar la cosecha. Sin embargo, con un mínimo de atención, es fácil hacerlo correctamente.

Se pueden emplear todo tipo de nutrientes en hidroponía. Pero lo normal es emplear los orgánico minerales, cuyo N P K es altísimo. De esta forma, y debido a la reutilización del agua, el gasto en este sentido es mínimo. El calcio (Ca) y el magnesio (Mg) son dos micronutrientes que deben aportarse en los cultivos hidropónicos. Estos nutrientes secundarios, no tienen la misma importancia cuando se cultiva cannabis en tierra.

La auto Fast Bud
La auto Fast Bud

Si bien es correcto decir que el cannabis hidropónico de exterior, bien realizado, produce mayores cogollos, con más resina y, en general, la planta resulta bastante más productiva, también es cierto que, dado el poco sustrato disponible, es esencial entutorarlos para que no se desplomen.

Como podéis ver en las fotografías, este cultivo hidropónico en exterior está dentro de un invernadero, abierto por numerosos lugares para facilitar la aireación y reducir las temperaturas. Pero las paredes hacen que la planta no tenga que hacer esfuerzo alguno para luchar contra el viento. Aun así, el enturado es esencial.

En interior, la hidroponía es más propensa a las plagas. Sin embargo, en exterior la cosa cambia bastante. Estos cultivadores tienen, además del cannabis, plantas que repelen a la mayoría de los bichos patógenos: albahaca, tomillo, romero, etc. No obstante, es conveniente la prevención. Ellos utilizan depredadores naturales de las plagas potenciales y, de ser necesario, una prevención durante la fase vegetativa con azufre. En cualquier caso, lo que puedo asegurar es que estos cultivadores obtienen unas matas espectaculares y, además, en perfecto estado de salud. Me acabo de comer una de sus lechugas y os aseguro que era una delicia: crujiente, sabrosa y natural. No tenía comparación alguna con la lechuga que compro en cualquier centro comercial. ¿Por qué habría de ser diferente con el cannabis?

Por último, insistir en que este artículo va sobre cultivo hidropónico de cannabis… ¡en exterior! Con este solazo único que tenemos en España, un control eficaz de los parámetros de la hidroponía y una buena genética, es como sumar lo mejor de uno y otro tipo de sistemas de cultivo. Personalmente, nunca había visto tanta eficacia en un cultivo.

Hasta siempre.

Acerca del autor

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.