Por Massimiliano Salami (drgrow)

Introducción

Durante la primavera y el verano nuestras diminutas y familiares vecinas las hormigas aparecen de la nada e invaden nuestras casas y jardines. Estos insectos himenópteros pueden extender su radio de acción no solo hasta la comida que dejamos en mesas o cerca de la basura, sino que también los podemos ver en actividad frenética sobre ciertos vegetales. Los horticultores comerciales son conscientes del peligro que implica una plaga de hormigas pululando por los cultivos, pero los cultivadores de cannabis todavía no han adquirido ese grado de concienciación, ¡pues qué mejor que estimularla! A veces uno no se para a pensar por qué estos insectos que habitan en el suelo se mueven con esa actividad por ramas y hojas. Claramente, ese trajín solo puede estar asociado a la búsqueda de alimento, y por tanto podríamos preguntarnos qué alimento es el que buscan con tanto afán.

Un grupo de hormigas vigilando unas cochinillas acanaladas. Durante días han trabajado duro, han llevado a las jóvenes cochinillas hasta un lugar adecuado, bien protegido. Las hormigas parece que saben lo que hacen, pues llevan los pulgones a las hojas y las cochinillas a los tallos más suculentos para su nutrición.

Existen hormigas con hábitos fitófagos, aunque eso supondría encontrar en nuestras plantas síntomas como hojas recortadas; existen especies depredadoras, pero no son comunes en España y poca comida encontrarían en una planta de cannabis. Las hormigas más frecuentes son detríticas, viven en el suelo, pero emplean las plantas como zona de pasto para la cría y explotación de ciertos insectos-plagas que excretan melaza. De la larga lista de fitófagos que atacan al cannabis, solo algunos producen este manjar tan apetitoso y tentador para otros insectos: los homópteros.

En conclusión: se puede afirmar que la presencia de hormigas en un cultivo de cannabis presupone la existencia de algún homóptero, en la mayoría de las ocasiones.

Los homópteros

Los pulgones, las moscas blancas y las cochinillas son los homópteros más frecuentes en los cutivos de cannabis en territorio español. Es muy importante saber que todos los homópteros son fitófagos de algún vegetal, pero no necesariamente del cannabis.

Estos fitófagos tienen la peculiaridad de excretar melaza, una sustancia concentrada rica en azúcares procedente del floema de las plantas. No todos los homópteros segregan esta sustancia y no todos lo hacen en la misma cantidad; parece que las hormigas saben escoger a su ganado.

Estos insectos han evolucionado de manera especial, se alimentan usando unos largos estiletes que introducen en la planta hasta alcanzar los vasos conductores de la savia elaborada por el vegetal. Sus necesidades no son de azúcares del floema, sino de aminoácidos y otras sustancias como las vitaminas. La savia elaborada es muy rica en azúcares pero pobre en otras sustancias que precisa el insecto; por tanto, ingiere grandes cantidades de savia, la cual es filtrada antes de llegar al aparato digestivo. El producto filtrado superrico en azúcares es secretado directamente, sin digestión, en forma de gotas. Estas excreciones azucaradas se conocen como melaza o también como rocío de miel.

En la foto, una hormiga asociada a una plaga seria de mosca blanca.

Las hormigas

Existen más de 4.000 especies de hormigas, todas reunidas en una sola familia, la familia Formicidae. Las hormigas son himenópteros y están agrupadas en el mismo orden de las abejas y avispas.

Son individuos del suelo, viven en la tierra formando colonias muy grandes desde decenas hasta miles de individuos, y son muy organizados. Son insectos sociales y con una gran capacidad de adaptación al medio y a las condiciones ambientales, aunque prefieren temperaturas medias agradables. En condiciones extremas se refugian en el hormiguero, normalmente construido bajo tierra, en un muro o entre las raíces de alguna planta.

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Las colonias de hormigas se dividen en dos castas: las reproductoras y las obreras. Las obreras son las responsables de realizar todas las labores, tanto dentro como fuera del hormiguero. Las dos tareas básicas son defenderlo de extraños y buscar alimento para las crías y para el resto de la colonia. Existen multitud de cuentos que ensalzan a las hormigas, lo trabajadoras, persistentes y abnegadas que son, pero en este cuento que queremos contarles, las hormigas se dedican a la “ganadería”, al cuidado de homópteros que las surten de melaza.

Como se ha dicho, las hormigas pueden ser fitófagas, depredadoras, zoófagas y detritívoras. Especies pertenecientes a este úlitmo grupo son protectoras de los homópteros. Esta asociación hormigas-homópteros solo reside en la capacidad que tienen estos fitófagos de producir melaza, sustancia que resulta muy apetitosa y una fuente increíble de energía para los jóvenes de la colonia. A cambio del preciado oro líquido las hormigas prestan numerosos servicios.

Las relaciones establecidas entre estas especies (hormigas-homópteros) pueden considerarse una simbiosis. Esta simbiosis es mutualista, es decir, ambos insectos se benefician.

Las relaciones mutualistas entre homópteros como las moscas blancas, los pulgones y las cochinillas son las más estudiadas, al ser las más frecuentes en los cultivos tanto comerciales como de cannabis. La relación más presente en cutivos es la que se forma entre los pulgones y las hormigas.

Cuando detectamos en una planta una colonia de hormigas, se puede garantizar que se está generando una población importante de alguno de los tres géneros de homópteros nombrados arriba.

Las cochinillas también realizan una simbiosis mutualista con las hormigas. No todas las cochinillas se relacionan, especies como la Icerya purchasi de la foto, o el género Coccus, todas fitófagas del cannabis, se relacionan prósperamente con estos himenópteros. Las hormigas cuidan de las cochinillas al igual que hacen con los áfidos; la moneda de cambio es por supuesto la melaza.

Simbiosis con la mosca blanca

La relación entre las moscas blancas y las hormigas podríamos apuntar que es en cierto modo facultativa, es decir, no siempre que haya plagas de mosca blanca, por muy grave que sea la infestación, coexistirá una colonia de hormigas. Aún así, cuando aparece esta relación, las hormigas realizan una importante labor de defensa. Las hormigas ahuyentan a los depredadores y parásitos atacándolos y alejándolos de la colonia; inclusive retiran las pupas de moscas blancas parasitadas para evitar que la colonia de parásitos prospere. Esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de realizar sueltas de enemigos naturales como las avispas parásitas Eretmocerus sp. y Encarsia sp. (también himenópteros como las hormigas, ver [4]).

La aplicación de las avispas comerciales se realiza con pupas de mosca blanca parasitada. Estas pupas pueden venir desde criaderos adheridas a placas de cartón enganchables o sueltas mezcladas con sustratos a base de serrín. En el primer caso, las tarjetas se deben enganchar a las ramas y en el segundo, la mezcla pupa-serrín se deposita en unos dispensadores que también van trabados a las ramas de las plantas. Para las hormigas, el acceder a estas pupas parasitadas es un simple paseo: las recogen y se las llevan como alimento al hormiguero. Si no se tiene en cuenta esto, las pérdidas directas de enemigos naturales por la actividad recolectora de las hormigas pueden ser muy significativas. Además, la baja de enemigos naturales lleva aparejada una inevitable alza de la población de plaga.

Simbiosis con los pulgones

La simbiosis entre insectos más conocida y estudiada es la simbiosis hormiga-áfidos. Los áfidos o pulgones son grandísimos productores de melaza; además forman colonias importantes en muy poco tiempo (ver [5]), y esto desde el punto de vista productivo de las hormigas es algo a tener muy en cuenta. Las hormigas, como nodrizas, cuidan con esmero de los pulgones desde los estadios más juveniles. Los huevos son protegidos con especial cariño, pues parecen saber que serán la fuente de producción de alimento para la colonia. Pueden transportarlos hasta su madriguera para protegerlos y esperar la eclosión. Entonces, las larvas nacidas y hambrientas son traslocadas con mucho cuidado hasta las zonas donde podrán alimentarse sin ser molestadas y comenzar así la producción de melaza.

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En la lucha biológica contra los pulgones, el empleo de la avispa parásita Aphidius colemani es muy frecuente. Las sueltas comerciales de este insecto se realizan depositando las momias de pulgones parasitados directamente sobre las hojas o en dispensadores especiales que se cuelgan de las plantas. Al igual que en el caso de la mosca blanca, las hormigas recogen las momias y las aprovechan como alimento rico en proteínas, reduciendo así la eficacia de las sueltas comerciales y del mismo control natural.

En la foto, una planta infestada de pulgones. En el envés de las hojas se pueden observar todos los estadios vitales de este homóptero, incluyendo el estado alado (pulgón más oscuro situado a la derecha de la hormiga en el centro superior del foliolo). Las hormigas ahí presentes son obreras, y están realizando las labores propias de un ganadero: vigilando y “ordeñando” el rebaño.

Simbiosis con las cochinillas

Las cochinillas son otros de los insectos que establecen una simbiosis mutualista muy conocida con las hormigas. La simbiosis no se realiza con todas las especies, solamente con aquellas que excretan melaza; a cambio les ofrecen un servicio completo de protección contra los posibles depredadores y parásitos.

Además de ser las encargadas de su defensa, las hormigas limpian los cuerpos de las cochinillas de los excesos de melaza. Las hormigas recrían a las cochinillas como hacen con los pulgones.

De nuestras observaciones podemos concluir que las hormigas tienen sus preferencias a la hora de escoger el homóptero que desean “explotar y ordeñar”. El fitófago más deseado por los formícidos es por excelencia el pulgón, seguido de la cochinilla. En último lugar figura la mosca blanca.

 Referencias

  • García Marí F., Ferragut Pérez F. 2002. Plagas Agrícolas.
  • Salami M. 2008. Cannabis sativa Dr.Grow´s Productions.
  • Salami M. 2008. Lucha biológica contra la mosca blanca. Spannabis Magazine 52: 34-40.
  • Salami M. 2008. Lucha biológica contra los pulgones. Spannabis Magazine 55: 42-48.
  • Salami M. 2009. Cochinillas y sus enemigos naturales. Spannabis Magazine 56: 38-44.
  • Salami M. 2009. Icerya purchasi, la cochinilla acanalada. Cannabis Magazine 65: 38-42.

Acerca del autor

Massimiliano Salami

Massimiliano Salami es escritor, autor del libro Cannabis sativa L., colaborador de Cannabis Magazine e investigador en el cultivo del cannabis. Licenciado en matemáticas, es técnico en gestión de empresas agropecuarias con amplia experiencia como breeder.