Resulta anecdótico echar la vista atrás y recordar aquellas épocas pasadas en la que no había ni Índica ni Sativa, solo marihuana. Aún hoy, para muchos usuarios habituales de cannabis esto sigue siendo así y todavía consumen hierba sin tener en cuenta la subespecie y mucho menos la variedad. Así que aquí os dejamos una pequeña guía para recordar las cinco diferencias básicas entre ambos tipos de planta.

El cannabis se divide en dos subespecies mayoritarias: las plantas índicas y las sativas. También existe otra subespecie menos común llamada Ruderalis, originaria de las regiones septentrionales como Siberia. Este tipo de plantas tienen un tamaño reducido y un periodo vital de dos a tres meses y son las madres de las autoflorecientes. Pero centrémonos en las otras dos.

Hay que tener en cuenta que es muy extraño encontrar genéticas puras índicas o sativas, ya que la mayoría de las variedades que existen hoy en día son híbridos de las dos subespecies, cuyas cepas se han ido mezclando a lo largo de los años. Las subespecies sativas se originan naturalmente en zonas cercanas al Ecuador; en países como Colombia, México, Tailandia o Camboya. Las índicas son originarias de zonas de mayor altitud, como Paquistán, Afganistán, Nepal o Turquía, generalmente de Asia y el subcontinente indio.

1. Tamaño

 

Las plantas índicas son más cortas; más ‘chaparritas’ y por lo tanto más idóneas para los cultivos de interior. Son plantas más ramificadas y de tallos más gruesos. Las sativas crecen más, especialmente en tierra y en macetas de exterior, algunas alcanzando alturas de más de tres metros. Tienen espacios internodales más largos y menos ramificaciones.

2. Colocón

 

El efecto que te proporciona una Sativa es mucho más cerebral, más psicoactivo. Es un efecto que te narcotiza muchísimo el cerebro, energético y muy estimulante. El efecto típico de las índicas es más físico, te pega más al sofá, te apalanca. Es mucho más relajante e incluso somnífero. Hay que tener en cuenta que estos son estereotipos. Los efectos varían muchísimo según la hibridación de las variedades y la constitución física y mental de cada usuario.

3. Floración

 

Las sativas tardan mucho más en cogollar. Sus períodos de floración son más largos y en exterior pueden tardar hasta 3 meses; probablemente apurarán todo noviembre para que puedas cosechar. Sus hermanas índicas son más rápidas en este aspecto y florecen en un período de 6 a 9 semanas; y no tienden a ganar altura rápidamente una vez que ha comenzado la floración.

4. Cosecha

 

Tradicionalmente las plantas índicas proporcionan una cosecha de mayor cantidad. Sin embargo, como hemos mencionado antes, depende mucho de la hibridación de cada variedad y de la forma de cultivo. En interior por lo general, va mejor una Indica, ya que son mas bajas y robustas, sacando mayor rendimiento en función del espacio por m2. Pero en exterior, con mucho sol, es preferible una Sativa gracias a que crecerá varios metros, dando también mayor producción en altura.

5. Aplicaciones terapéuticas

 

Los usuarios de marihuana con propósitos medicinales utilizan las variedades índicas para aliviar el dolor y para tratar el insomnio. Este tipo de cannabis se consume mayoritariamente a la tarde o por la noche, incluso antes de acostarte.

Beneficios de las índicas:

1. Analgésico

2. Relajante muscular

3. Sedante

4. Anti migrañas y dolor de cabeza

5. Aumenta el apetito

Las variedades sativas son mejores para consumir durante el día por su efecto energético y antidepresivo. Proporcionan un efecto muy estimulante. No en vano muchos artistas las utilizan en sus períodos creativos.

Beneficios de las sativas:

1. Ansiolítico

2. Mejora el estado de ánimo

3. Estimula y proporciona energía

4. Aumenta la concentración y la creatividad

5. Antidepresivo

Fuente: lamota.org

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.