En este articulo vamos a hablar del estado actual de las variedades puras de cannabis del mundo que hace años sirvieron para engendrar mitos tales como Skunk, AK-47 o White widow, y hoy día se están perdiendo en sus países de origen debido a causas diversas como guerras, prohibición, presión de las farmacéuticas o porque las variedades híbridas comerciales Europeas o Americanas, suelen ser más productivas y rápidas que las variedades de sus países de origen.

Por Alberto Garrudo (“Garru”)

Landrace es el término que se usa en botánica para referirse a las variedades de cannabis autóctonas de una región del planeta en concreto. Así, si nos referimos, por ejemplo, a “Afganistán Landrace”, estaremos hablando de una planta originaria del país afgano.

Existen cientos de variedades landrace repartidas por más de 70 países de todo el planeta, exceptuando los polos. Originaria de China y del Norte de la India, el ser humano, en su conquista del mundo, ha llevado consigo cañamones, ricos en aceites, para plantarlos allá donde se fue instalando, y con el paso de cientos de años, estas semillas se fueron adaptando al terreno donde crecían y dieron lugar a cientos de fenotipos y genotipos diferentes y únicos según el biotopo dónde estaban situadas, y también por efecto de la mano del ser humano, que fue seleccionando los ejemplares más a su gusto o necesidad, ya fuese por la fibra, resina, producción, potencia. Así empezaron a aparecer variedades sativas de larga floración y efectos psicoactivos en países cálidos cercanos al Ecuador como Colombia, Zambia, Angola, Congo, Tailandia, Laos. En cambio, las famosas índicas y afghanicas de corta floración y tamaño medio surgieron por estar en lugares con veranos más cortos e inviernos fríos, además de tener un efecto más narcótico: países como Afganistán, Pakistán, Líbano, China, Uzbekistán, de tradición nómada, que seleccionaban los ejemplares por su rapidez y producción de resina, para posteriormente elaborar hashish, mas fácil y cómodo de transportar en las caravanas que el cannabis seco. También existen las variedades Rudelaris, de zonas frías con veranos muy cortos; son las usadas para la creación de las famosas autoflorecientes, pero estas genéticas, en estado salvaje, no contienen niveles de THC superiores al del cáñamo industrial. El globo cuenta con un sinfín de posibilidades, o más bien contaba, ya que las cosas van mal para este tipo de plantas, y ahora vamos a ver por qué.

Hace no más de veinte años, un viajero podía visitar un país donde crece el cannabis silvestre, aprovisionarse de semillas para traerse de vuelta a casa y poder afirmar que las semillas eran autóctonas de la zona donde las recogió. Hoy día es muy complicado encontrar esa misma genética que veinte años atrás era tan fácil. El problema viene dado por el boom de los bancos de semillas y de los híbridos súper potentes de hoy día. Lo que nos da de fumar también nos está limitando el abanico genético del que podíamos abastecernos para hacer híbridos nuevos. Los cultivadores de zonas donde crece el cannabis de forma silvestre están usando cada vez más variedades híbridas para sus cultivos, por la facilidad de su cultivo y su producción final, y las semillas autóctonas se van perdiendo, día tras día. Lógicamente pensamos que todos los cultivadores tienen derecho a plantar híbridos y cruces F1, pero si no continuamos manteniendo las landraces, en pocos años estaremos fumando croquetas del solomillo que salió de los cruces F1 del pasado. A cualquiera de nosotros nos gustan los híbridos comerciales, y a no tantos nos gustan las landraces puras. Esto ocurre en todo el mundo, y como continúe así, el futuro genético de nuestras semillas no será verde, sino más bien tirando a negro.

De no ser por las variedades landrace no existiría ninguna variedad comercial del mercado actual. Por poner un ejemplo al uso, la famosa Skunk salió de cruzar una planta de Colombia con una mexicana, y su resultado cruzado con afgana. Hoy día sería muy complicado repetir ese híbrido. Por poner otro ejemplo, la White Widow es el resultado de trabajar un cruce F1 formada por una brasileña y una planta de la India.

La situación actual es desoladora en este tema. Al mismo ritmo que aumenta el mercado del cannabis en el mundo va disminuyendo el número de landraces, y cada vez menos bancos usan estas plantas para sus trabajos. Es más fácil partir de semillas ya hibridadas, puesto que en las variedades puras, antes de hacer tus híbridos, debes dedicar tiempo a “limpiar” la raza. Esto conlleva hacer reproducciones seleccionando sólo los ejemplares sanos y descartando las plantas raquíticas, enfermas, hermafroditas (en algunos casos el hermafroditismo está muy metido en los genes, como en las Thai). Esto significa dedicar no menos de un año solo para reproducir entre sí la variedad pura. Pongamos un ejemplo de un híbrido comercial. Partamos de dos variedades puras ya estabilizadas; en este caso cogeremos una hembra de Pakistán (Pine Tar Kush) y un macho de Mongolia. Podemos hacer el cruce F1, y del cruce resultante habría que seguir seleccionando los mejores ejemplares para la siguiente reproducción (F2), y así llegar a un mínimo de F3 para estabilizar la genética. En este punto ya sería apto para la venta comercial, aunque lo más aconsejable sería vender híbridos F1 por su vigor híbrido, o bien F4, por ser más estables y homogéneas. Para obtener un híbrido comercial partiendo de variedades landrace se tarda un plazo de entre 2 y 4 años. Por esta razón los bancos actuales casi no tienen landrace en sus proyectos de crianza.

Deep chunk

Entre el inmenso abanico de bancos de semillas que existe actualmente, muy pocos disponen de landraces en su catalogo. Entre ellos esta Cannabiogen, que ofrece en su catálogo Jamaican Blue Mountain, Pakistan Chitral o Panamá, una planta que hay que poner por lo menos una vez en la vida. Es un híbrido de landraces panameñas, Kaiki, breeder del banco, galardonado con el premio Breeder del año 2011 por el foro cannabico internacional IC Mag y considerado Breeder de Breeders. Ha logrado, mediante selección exhaustiva, acortar la floración hasta las 10-12 semanas, realmente poco para ser una sativa ecuatorial, variedades que no suelen bajar de las 14-18 semanas. Tom Hill, breeder Californiano, ha mantenido genéticas como X18 que, junto a Pine Tar Kush, son dos variedades de cannabis pakistaní de calidad suprema y la famosa Deep Chunk, landrace de Afganistán, recogida en su país de origen antes de la invasión soviética y mantenida durante años en sus cultivos en California. Apreciada por su carácter único, por el poder dominante de sus genes, la gran calidad de su resina y el gran aporte a los híbridos resultantes de cruzar esta joya única. El resto del mercado cannábico esta en mayor o menor medida hibridado, sin menosprecio alguno por mi parte.

Tampoco hay que olvidar a los cientos de cultivadores anónimos de todo el mundo que se esfuerzan y dedican su tiempo y dinero a mantener, reproducir y compartir las genéticas landrace para intentar, en un último esfuerzo, que no se pierdan, que se puedan preservar el mayor tiempo posible y que futuras generaciones puedan disfrutar de lo que realmente nos ofrece la Madre Naturaleza. Pero hay un inconveniente: cada variedad es como es debido al lugar donde creció durante siglos, y por mucho que un cultivador, con todo el amor del mundo, quiera reproducir esa genética en su casa para mantenerla, nunca podrá hacerlo de la misma manera que si lo hiciese en el país de origen. Poco a poco, reproducción tras reproducción, la genética irá variando, adaptándose al nuevo entorno y al criterio del cultivador, que descartará fenotipos no deseables. Así que lo mejor sería que los cultivadores de países con cannabis autóctono se concienciaran en preservar su genética, pero la globalización, incluso en el cannabis, es implacable.

A continuación os pongo una lista de cannabis Landrace de todo el mundo. Así os podéis hacer una idea de la cantidad de genética que estamos perdiendo, y seguro que me dejo más de una.

Afganistán: Deep Chunk, Red Khiber Afghan, Afghan Purple, Anthaeus, Dark Kush, Hindu Kush,             Gold Seal, Kandahar, Mazar-I-Shariff, Petrolia Headstash, Shebergan, Lapis Afghan, Alien Tech.  

Alaska: Matanuska Valley Thunderfuck, Kodiak Gold.

Angola: Roja, Verde.

Birmania-Myanmar: Burmese.

Brasil: Manga Rosa, Santa Maria, Amarelo, Aracaju Red, Brazilian Green/ Red, Lemon, Black, Cabeça do Nego, Bahia Black Head.

Burkina Faso: Burmese

Camboya: Mekong, Khmer Gold, Phnom Penh

Chile: Punto Rojo Chilombiano

China: Yunnan Sativa e Indica, Xinjiang, Sichuan

Colombia: Columbian Gold, Columbian Red, Columbian Black, Sabanera, Santa Fe, Santa Marta, Punto Rojo, Moño Rojo, Mangobiche, Corinto, Amazonas, Creepy, Lumbo.

Congo: Banghi, Pointe Noire

Egipto: Sianï

Filipinas: Philipines Kalinga, Sagada, Thrilla

Gambia: Green Makut, Casamance

Hawai: North Shore, Lemon Thai, Pakalolo, Markisian Pakalolo, Blue, Maui Wowie, Kauai, Kona Gold/ Green, Leper Grass, Mad Jag, Mauna Loa, Molokai Frost, Oahu

Hungría: Rudelaris

India: Kerala, Mumbai Mithai, Gangotri, Hymashall Pradesh, Gungeon, Kashmir, Kerala, Kumaon, Malana Shepperd, Manali, Manipur, Mysore, Naga, Pahari.

Indonesia: Sumatran

Islas Reunión: Zamal

Irán: Elburz

Jamaica: Jamaica ’85, Jamaican Blue Mountain, Negril, Jamaican Lambsbreath, Sugar Bush.

Japón: Fijian, Hokkaido, Misawan.

Kenya: Kilimanjaro, Kisumu.

Laos: Luang Prabang, Mekong High.

Líbano: Red, Bekaa Valley, Tyre, Sidon.

Malawi: Malawi Gold.

Marruecos: Ketama, Chaouen, Larache..

México: Acapulco Gold, Guerrero, Michoacan Spirit, Verde Limón, Jarilla de Sinaloa, Veracruz, Chiapas, Jalisco, Guadalajara, Mona Amarilla, Veracruz, Zacatecas, Piedra de chihuahua, Yucatán.

Mongolia: Baytic Shan.

Mozambique: Black Maconde, Kotakota, Shuruma.

Nepal: Baglung, Highland, Chtwan, Nepal Indica, Katmandu, Karakoram.

Nigeria: Lowland, Nightmare, Niakoy, Nigerian Silk.

Pakistán: Chitral Valley Kush, Hunza Valley, Laspur Gold, Laspur Kush, Purple Yarda, Yarkhun, Tirah Valley, Kashmir, Hindu Kush, X18, Pine Tar Kush “X16”.

Panamá: Panamá Red, Panamá 1974.

Paraguay: Verdinasi, Guarani, Corinto, La Caballero.

Perú: Moño Rojo Peruano, Moreti, Mango

Rusia: Rudelaris

Sudáfrica: Ciskei, Durban Poison, Transkei

Swazilandia: Polokwane, Swazi Gold/ Red, Rooi Bart

Tayikistán: Tajika

Tanzania: Magic, Zanzibar

Tailandia: Highland, Chocolate Thai, Continental thai, Meao Thai, Chiang Maï, Koh Samui, Thai Stick.

Uzbekistán: Línea CBG, Línea LMN.

Vietnam: Mekong, Dalat, Hoa Bac.

Zambia: Cooper.

México veracruz

Y ahora que habéis visto la inmensa cantidad de variedades puras que hay, os dejo un esquema de la genética landrace que interviene en las variedades más comerciales del mercado actual y de las cuales se abastecen la mayoría de bancos de semillas para producir sus híbridos.

Como podéis observar, de los casi setenta países del planeta que cuentan con variedades puras en su naturaleza, tan sólo una decena son los más utilizados con gran éxito para las variedades comerciales. El abanico posible que utiliza más variedades de landraces para producir híbridos comerciales es inmenso, lo cual da que pensar.

Si alguna vez caen en vuestras manos unas semillas de alguna genética pura del mundo, no se la deis a los pájaros. Plantadlas, os pueden dar muchas alegrías. Recordad que vuestra planta favorita procede de estas magnificas joyas de Pachamama, y que es una alegría para el corazón tener una planta así en tu jardín. Sería el equivalente a tener tomateras como las de hace más de doscientos años en tu huerta. Dejemos para las futuras generaciones cañamones de las variedades que enamoraron a nuestros padres, abuelos, bisabuelos… Evitemos que la existencia de existen landraces no sea otra leyenda más del cannabis.

En el próximo artículo hablaremos de algunas de las landraces más conocidas que visitan nuestros cultivos, y de los híbridos que hacen con ellas.

PRESERVAD LA SEMILLA

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.