Millonarias inversiones alistan las empresas interesadas en desarrollar la industria del cannabis medicinal. La normatividad del negocio le permitirá al país convertirse en un importante jugador. Este es el panorama.

Gustavo Escobar, CEO de Ecomedics. 

La reglamentación expedida por el Gobierno, que define las reglas de juego para la producción y transformación del cannabis para fines médicos y científicos, abrió el camino a la creación de una industria que tiene un amplio potencial y al que ya varias compañías comienzan a apostarle.

Hace un mes se expidieron las resoluciones que definen el marco normativo en el cual se deben mover quienes tengan interés en ser parte de este negocio. Esta normatividad es integral, según los empresarios, pues pretende no solo regular el desarrollo y establecimiento de la industria, sino que además obliga al privado a invertir en investigación para asegurar tanto la calidad del producto como la seguridad para el consumidor.

Es tal la oportunidad que genera esta naciente industria que cinco empresas decidieron unirse para crear la primera agremiación del sector, la cual ya cuenta con personería jurídica y se conoce como la Asociación Nacional de Industrias de Cannabis Colombiana (Asocolcanna), fundada por Econnabis, Ecomedics (que se conocerá comercialmente como CleverLeaves), Cannavida, Medcann y Khiron Life Science Corporation.

Estas compañías están integradas verticalmente; es decir, que tendrán sus propios cultivos, desarrollarán, fabricarán y comercializarán los productos derivados del cannabis, con la idea de venderlos no solo en Colombia sino en otros mercados que ya tengan reglamentación.

Foto: Felipe Harker, socio fundador de Medcann. 

Felipe Harker, vocero de Asocolcanna, manifiesta que está en manos de los privados establecer las reglas que aseguren la sostenibilidad de la industria. “Esta es una realidad mundial y Colombia está aprovechando ventajas competitivas, como los bajos costos de producción y su posición geográfica para los cultivos, por estar en la línea del Ecuador”, dice.

El objetivo de Asocolcanna es vincular a todas las empresas que quieran participar de este negocio de manera formal y para ello cuenta con los vehículos necesarios para brindar la asesoría y apoyo en torno al marco regulatorio. La Asociación tiene una modalidad de membresía para pequeños cultivadores.

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Gustavo Escobar, CEO de CleverLeaves (Ecomedics), considera que la regulación no solo le abre posibilidades a grandes inversiones industriales, sino que también pequeños y medianos cultivadores o emprendimientos a menor escala pueden hacer parte de cualquiera de los eslabones de la cadena productiva.

Tras la aprobación de la normatividad, las empresas se centran en solicitar sus licencias, que primero deben ser autorizadas por el Ministerio de Salud para procesar la marihuana medicinal y luego dirigirse a Minagricultura para obtener la de cultivo. El gremio ya cuenta con tres licenciatarios: Ecomedics, CannaVida y Econnabis, que tienen el aval de Minsalud para producción y fabricación, pero deberán ahora obtener la licencia de cultivo, así como los registros del Invima.

Inversiones

Las apuestas por el negocio no son menores. Andrés Galofre, gerente comercial de Khiron, empresa fundada en Canadá, con filial en Colombia (Khiron Colombia SAS), manifiesta que las inversiones en los próximos 10 meses serán de $10.000 millones, recursos que se destinarán al montaje de la infraestructura para la investigación, desarrollo y fabricación de los productos, que esperan estén en el mercado en 2019.

Foto: Andrés Galofre, Gerente comercia de Khiron Life Sciences Corp.

Esta organización, con capital canadiense y colombiano, está presente en toda la cadena de valor y su objetivo es salir a la Bolsa de Toronto para acceder a más recursos, antes de finalizar el año.

Medcann, por su parte, desarrollará su propia genética, tendrá un cultivo de 10 hectáreas y una planta de fabricación y refinación de derivados.

El proyecto estará en el Meta y tendrá una inversión total entre US$15 millones y US$20 millones, manifiesta Felipe Harker, socio fundador de la firma. Este dinero será para comprar equipos, para extracción, procesamiento y laboratorios de analítica. La empresa tiene contemplado destinar 3% de sus ventas para inversión social y otro 3% para investigación y desarrollo. CleverLeaves tendrá sus cultivos propios en la Sabana, pero a la vez trabajará con pequeños cultivadores. Esta compañía fue la primera de capital colombiano en obtener la licencia para producir y fabricar derivados medicinales de cannabis.

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Los planes iniciales apuntan a inversiones entre los US$3 millones y US$5 millones, monto que variará de acuerdo con los avances del proyecto. Se trata de recursos propios, pero la empresa se está fondeando con inversionistas, tanto en Colombia como en el exterior, principalmente en Canadá.

Econnabis tiene una integración vertical completa. “Seguimos un modelo semilla a paciente. De esta manera, estamos asegurando la calidad de todo el proceso de producción: cultivo, procesamiento, y elaboración”, dice su CEO, Mauricio Krausz.

Estiman que en los primeros 3 a 5 años invertirán $15.000 millones, que provienen de grupos de inversión con experiencia en la industria, especialmente en temas de investigación.

CannaVida, de origen canadiense, ha invertido US$1 millón en sus operaciones en Colombia. Su CEO, Ron Marzel, manifiesta que la mayoría del dinero ha beneficiado directamente la economía local, pues ha sido usado para adquirir y desarrollar propiedades en Barichara y el pago de personal. Para el próximo año tiene planeado invertir cerca de US$10 millones, con el fin de desarrollar su negocio en un mercado que para el directivo es un reto.

El desafío de estas compañías es tener unas operaciones y procesos de producción en los que el consumidor sea clave para ofrecer medicamentos estandarizados y con una calidad fitoterapéutica.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.