Nace en Paracuellos del Jarama el primer club madrileño legal de fumadores de cannabis.

Fumarse un ‘canuto’ sin sentirse como un apestado social y sin necesidad de limitar esta práctica al propio domicilio -o a ‘botellódromos’ urbanos, en los que, entre calada y calada, el ‘infractor’ mira furtivamente a un lado y al otro, por si aparece ‘la ley’- y surtirse de hierba sin tener que recurrir a los que trapichean en los oscuros callejones. Esa es una de las grandes metas de los que, por necesidad médica o, simplemente por ocio, han incorporado la marihuana a su vida.

Desde el pasado 4 de noviembre esto es posible a sólo 17 kilómetros de Alcalá. Concretamente en Paracuellos del Jarama, localidad donde un grupo de defensores del uso libre y responsable de esta sustancia han abierto una brecha en la Comunidad de Madrid (como hicieron antes otros en el País Vasco y en Cataluña) con la creación del Private Cannabis Club. Una asociación, como ellos mismos dicen, “sin ánimo de lucro”, cuyos socios “son consumidores y estudiosos de todo lo relacionado con el cannabis y sus derivados.

El colectivo, que utiliza como sede social el antiguo restaurante Jarama de Paracuellos, surge  “como una respuesta al recorte de los derechos civiles”, tal y como explicó a Diario de Alcalá, la responsable de comunicación del Private Cannabis Club, Alicia Méndez. Esta última se ha visto inmersa, en las últimas semanas,  en una vorágine que no parece tener fin. Porque infinidad de medios de comunicación, algunos de ellos internacionales como Usa Today se han interesado por una iniciativa sobre la que, sin duda, correrán ríos de tinta.

Méndez explicó que el nacimiento del club parte de la premisa de “no fomentar el consumo de cannabis. Aquí no lo vendemos. Hay que dejar muy claro que no somos un coffeshop como los de Ámsterdam. simplemente los socios vienen aquí para consumirlo. Muchos lo hacen por prescripción médica, y los demás por ocio. En cualquier caso Se trata de un ejercicio de libertad, sobre todo teniendo en cuenta que no se puede comparar la marihuana con otras drogas como las metanfetaminas”.

Méndez aseguró que el club es extremadamente escrupuloso con la legislación española, que si bien castiga el consumo de marihuana en la vía pública, lo permite en lugares privados. En cuanto al suministro de cannabis, se permite el cultivo si es para cultivo propio. Aquí es donde chocaron con la Administración, dado que lo que no se permite es plantar para que consuman terceras personas. De ahí que se les negara una autorización para autoabastecerse.

En el “mercado negro”.

“No tenemos más remedio que acudir al mercado negro, aunque nos fastidie, dado que el tráfico de drogas sirve para alimentar actividades tales como el tráfico de armas o la trata de blancas”, afirmó Alicia, que también está pendiente, al igual que sus compañeros, de cómo les afectará la nueva ley del tabaco que prepara el Gobierno central. Lo que sí tienen claro es que se verán obligados a “admitir en el local exclusivamente a los socios”.

Si bien Private Cannabis Club no puede considerarse un negocio de la marihuana, lo cierto es que el consumo de esta droga mueve millones de euros legales cada año. Precisamente, el margen legal que permita que una persona pueda cultivar cogollos para su propio consumo hizo que hace más de una década llegaran a España los denominados grow shops, tiendas de semillas que, con el tiempo han evolucionado y, además de simientes, venden todo tipo de parafernalia relacionada con la cultura del consumidor de esta sustancia.

El primero en abrir, en 1997, fue House Plant (calle de la Palma, 42, Madrid). Tal y como señalan en su página web (http://www.houseplant.net/), los usuarios pueden comprar en persona, o a través de internet, “una gran variedad de semillas”, así como “pipas, bongs (pipas de agua), balanzas digitales, papel de fumar y hasta 2500 productos dedicados al cultivador y fumador”. En Alcalá también hay establecimientos de este tipo, como Verdemanía, ubicado en la calle Portilla, 29.

Los que quieran buscar aspectos menos lúdicos de la marihuana, más orientados hacia la  belleza, deben saber que ya hay empresas como The Body Shop, que el pasado mes de octubre lanzó una línea de cosméticos que utiliza el aceite de cáñamo (rico en Omega 3) como materia prima.

Pero hay más usos igual de gratificantes. Entre ellos la cocina. Internet está lleno de páginas web con recetas en la que el cannabis es, tanto por sus aspectos terapéuticos (supuestamente), como gastronómicos,  el perejil de todas las salsas, de los amantes de la cocina feliz.

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