Meta, meth, crystal, glass, ice, nazi-crank, yaaba, syabu, batu, batak, batu kilat… Llámala como tú quieras. Es la metanfetamina. El nuevo flagelo psicoactivo del Gran Hermano yanqui, que ahora la presenta en sociedad como la “droga más peligrosa del mundo”. De modo que, si tenemos en cuenta que los americanos llevan décadas marcando la pauta y las tendencias de la drogofilia internacional, tal vez podamos hacernos una idea de cual será uno de los platos fuertes que nos ofrecerá el mercado global del narco en temporadas venideras.
Variedades de metanfetamina
Las razones del auge
Introducción
Sustancia de potentes y duraderos efectos estimulantes. Supresora del sueño, del cansancio y del apetito. Puede consumirse vía oral, esnifada, inyectada, fumada en pipa o en papel de plata (1). En su día fue el carburante que hizo funcionar a los cazabombarderos y a los tanques de la Segunda Guerra Mundial o, más exactamente, el “suplemento farmacológico” que dio bríos, fuerza, energía y motivación a quienes tenían que pilotar dichos artilugios. Fue la “medicina” de los militares nazis y de los kamikazes japoneses. El catalizador de los incendiarios y furibundos discursos públicos del mismísimo Hitler. Hoy es la droga de los speed-freaks de la América profunda; el tentempié y sustento de los curritos y de las prostitutas de Tailandia, Filipinas y de otros tantos enclaves asiáticos; y, en Europa, el vicio de checos, eslovacos y húngaros, a la vez que el capricho de finlandeses, suecos y noruegos. En el resto del planeta, aun cuando existen pruebas incontestables de tráfico y consumo en lugares tan dispares y distantes como Nigeria, Reino Unido, Arabia Saudí, Nepal, o Islas Fiji, las prevalencias de uso continúan siendo poco menos que anecdóticas. Con todo, a nivel mundial hay más aficionados a la meta que a la cocaína y a la heroína juntas. De tal manera que sólo los cañamitas y fumetillas les superan en el ranking numérico de los fieles y devotos a las sustancias prohibidas. ¡Ahí es nada!
A la luz de estos datos, la pregunta es inevitable: ¿Cuáles son los motivos que han convertido a esta droga en el segundo plato del menú psicoactivo de la Aldea Global y han terminado por dejar al jako y a la coca para los postres?
La respuesta, como no podía ser de otra manera, viene a indicarnos que los artífices de estos cambios en los gustos y en las tendencias drogófilas de la población mundial no son otros sino los demenciales chefs de la cocina experimental del prohibicionismo, que, con sus políticas de represión y de reducción de cultivos a lo Antonio María Costa, han venido a dictar a los pinches del mercado ilícito la receta del plato que habría de estar presente en el menú del día que ofrecen los dealers de medio mundo. U.S.A.
En el Yanqui, el advenimiento del dragón blanco vino propiciado por las dinámicas intrínsecas de la prohibición y del mercado ilícito que ha generado. A fin de cuentas, a nadie se le escapa que, la durísima represión del narcotráfico en la que se basan las políticas prohibicionistas, sobrecarga de costes y de riesgos la producción y la comercialización de drogas ilícitas, dando lugar a que el negocio se torne excesivamente costoso y arriesgado, y fomentando, en consecuencia, que traficantes y usuarios exploren nuevas alternativas y que se decanten por aquellas que les resulten más seguras y provechosas. Es decir, se da el caso de que, en última instancia, el endurecimiento de las leyes antidroga termina, de una parte, promoviendo la venta y el uso de sustancias más potentes y baratas; y, de otra, impulsando el desarrollo y la implantación de métodos de producción y de distribución menos visibles, más eficaces, con menos intermediarios y, por lo tanto, menos arriesgados y más rentables. Estas son, de hecho, las ventajas que presentan la producción y la venta de metanfetamina en comparación con el cultivo y el tráfico de cocaína o heroína, y estas vienen a ser las razones últimas que subyacen al arraigo y a la proliferación de laboratorios caseros dedicados a producir crystal meth en los United States of America a lo largo de la última década.
A su vez, las dinámicas de la prohibición y del mercado negro fueron, también, las que propiciaron el surgimiento del tráfico internacional de metanfetamina dirigido a abastecer a los usuarios gringos. En este caso, los intentos de combatir la producción casera y el pequeño comercio local de Ice se centraron en fortalecer el control de los precursores químicos habitualmente empleados en la síntesis de esta sustancia. Sin embargo, tales medidas, aparte de resultar insuficientes para erradicar del todo los pequeños laboratorios locales, generaron un efecto llamada entre las redes de traficantes del vecino México, donde el control de los precursores era, por aquel entonces, infinitamente menor. De modo que, la mafia azteca, dedicada desde hace tiempo a proveer de heroína a los americanos, tan sólo tuvo que aprovechar la oportunidad que los estrategas de la erradicación mundial de las drogas les acababan de servir en bandeja para ampliar y diversificar el negocio. El resultado fue que, de la noche a la mañana, las exportaciones de metanfetamina mexicana con destino a los U.S.A. aumentaron exponencialmente. Una vez más, por lo tanto, las tácticas pensadas para acorralar a unos narcos vinieron a tener el efecto colateral de abrirles el camino a otros.
(1) En Estados Unidos fumar metanfetamina en papel de plata (chino) se conoce como cazar el dragón blanco.
(Continuará)