De entre todas las variedades del banco de semillas Nirvana es quizás la «Special» la mejor. O al menos para los que disfrutamos «especialmente» de las variedades sativas.
Como todas las plantas esta tiene sus peculiaridades de cultivo aunque, en términos generales, no se puede catalogar de difícil. Estas son las claves de su cultivo según mi propia experiencia.
Personalmente partí de semilla y no feminizada. Tengo que reconocer que el ratio de germinación fue muy alto, casi del 90%. Sin embargo, el ratio de hembras no fue superior al 40%. O sea, lo normal con casi todas las semillas que no están feminizadas. Este es un dato muy a tener en cuenta cuando partimos de semillas de este tipo si no queremos llevarnos un gran disgusto después. Por lo tanto hagamos nuestros cálculos partiendo de una media de un 30% de hembras si no queremos pecar de demasiado optimistas.
La semilla en cuestión brotó rápidamente y con fuerza. Por temas logísticos que no vienen al caso no le di nada de periodo vegetativo y puse la lámpara, una Agrolite de sodio de 400 vatios, a 12/12 desde el primer momento en el que la niña asomó su hermosa cabecita. El substrato consistía en tierra vegetal enriquecida de vivero y bastante barata, 3 euros los 50 litros. Eso sí, de una marca que especifica claramente todos los datos técnicos que nos interesan para un cultivo responsable y meticuloso. Su PH es de entre 6,5 y 7,1. Y así venían especificados y escritos todos los datos. Como la tierra era enriquecida y disponía de una elevada cantidad de fósforo (P) y potasio (K) no aboné desde el principio. Las primeras veces aboné simplemente con agua de gran calidad (Comunidad de Madrid) cuyo PH es de 7,0, casi perfecta para el cannabis. La dejaba reposar unos 3 días antes de regar con el objeto de conseguir que toda la clorina se evaporase lo cual hacía sin lugar a dudas ya que medía su EC antes y después y la diferencia era notable. Y de esta manera estuve las 3 primeras semanas.
Al principio pasé miedo y llegué a pensar que aquellas plantas jamás me proporcionarían una marihuana digna de ser fumada. Los entrenudos eran muy largos, cosa que me fastidia especialmente, y parecía que el vigor mostrado al principio era cosa del pasado y que la niña no iba a despegar nunca.
A partir de la tercera semana comencé a abonar con cautela pero con un abono de calidad. Opté por el Biobloom en dosis medias. Fue como si la planta renaciese con una renovada energía. Pronto las primeras muestras de su feminidad comenzaron a hacerse visibles y desarrolló una rara belleza que me impactó mucho. Soy de los que disfrutan casi más cultivando que fumando y, por lo tanto, es muy importante para mí que las niñas que cultivo sean hermosas y de interesantes aromas y propiedades organolépticas. Sin embargo, he de reconocer que esta variedad es muy hermosa pero no destaca por un olor fuera de lo común. Huele de una forma seca, típica de casi todas las variedades, y no demasiado fuerte. Esta es una cualidad a tener en cuenta para todos aquellos que tengan problemas de olores delatadores. A un amigo mío le acaban de robar una cosecha de exterior por culpa del olor tremendo que despedían las plantas y que las delataba desde una manzana de distancia.
Par ahorrarme un buen dinero en calefacción ya que este cultivo fue hecho en pleno invierno opté por mantener las luces encendidas por la noche, desde las 20 horas hasta las 8 horas. Os aconsejo este sistema a todos aquellos que no dispongáis de una buena economía ya que el ahorro es más que considerable. Pensad que el único sistema que se puede utilizar en un interior es cualquiera que produzca aire caliente y estos sistemas salen carísimos ya que su consumo de electricidad es muy elevado. De esta manera el jardín estaba por las noches a unos 24 grados de temperatura y durante el día a unos 18 ya que las mismas plantas, 33 en total, mantenían un calor considerable.
De la misma manera tampoco usé ningún sistema de ventilación o extracción de aire. Durante las horas de luz la puerta de la habitación del jardín permanecía completamente abierta y tan sólo la cerraba al apagar las luces. Al llegar la cuarta semana de 12/12 opté por cambiar el periodo de luz a 11/13. De esta manera, al aumentar las horas de oscuridad aceleramos el proceso de maduración. Yo vivía en una casa alquilada y se aproximaba el día en el que finalizaba mi contrato de alquiler y debía abandonar la casa. Hubiera sido un verdadero desastre tener que cosechar antes de tiempo. Lo malo del cannabis es que si cosechas antes de tiempo la marihuana obtenida no coloca nada. Todo el proceso de fijación y maduración del THC se produce en 10 días. Si cosechamos antes de estos diez días la planta no coloca y si lo hacemos después el THC se degrada a gran velocidad. Por lo tanto comencé a preocuparme y 10 días después aumenté las horas de oscuridad a 14 diarias. ¡Ahí es nada! Hay quienes opinan que este sistema no vale para nada pero yo os puedo asegurar que sí. Lo que pasa es que aunque la marihuana madure antes baja un poco la productividad, lo cual es un importante factor a tener en cuenta y consideración. En ciertas ocasiones debemos optar entre productividad o rapidez.
A partir de la cuarta semana de floración comencé a alternar el Biobloom con el Top Max. ¡Como lo agradecieron las niñas! Los pistilos comenzaron a alargarse notablemente y pronto las plantas comenzaron a sudar resina en considerable cantidad. Sin embargo, el problema de los entrenudos muy alongados permaneció hasta el final. Esta planta es así y hay que contar con ello. Por supuesto me ceñí exclusivamente a criterios de electro conductividad a la hora de abonar. Al principio comencé con una EC de 1,00 milisiemens. Pronto pasé a 1,6 y tan sólo el último mes me dispuse a darle fuertemente llegando a un máximo de 1,8. Ya sé que algunas variedades pueden llegar a soportar incluso 2,0 y algo más. Pero como yo no conocía la variedad en cuestión opté por la prudencia y creo que acerté de pleno ya que la planta siempre se mostró hermosa, sana y muy exuberante.
Por supuesto dejé de abonar durante los últimos 10 días y me dediqué a regar con abundante agua limpia con el objeto de limpiar a fondo las raíces de cualquier resto de sales metálicas que pudieran afectar tanto al sabor como a la combustión al ser fumada. No usé ningún tipo de encimas y ahora me arrepiento porque creo que es una muy buena idea. La marca B.A.C. organics tiene un producto llamado Final Solution que es una bomba de limpieza y que ahora siempre uso en mis cultivos de interior. Pero cuando hice el cultivo que nos ocupa este gran producto todavía no estaba disponible en el mercado.
Al ser un híbrido de índica y sativa pero con predominancia sativa esta planta pronto creció más allá de las luces que colgaban del techo y no me quedó más remedio que tumbarlas con pesas para que el cogollo superior recibiese mucha luz. Como encendía las luces por la noche y la temperatura era muy moderada permití que la punta del cogollo central y único estuviese a tan sólo 30 centímetros de la lámpara. Ya sé que puede parecer una barbaridad pero creedme que la planta no padeció el mínimo estrés por ello y de hecho lo agradeció mucho. Pienso que lo ideal hubiera sido una lámpara de 600 vatios pero en aquel entonces mi economía era muy modesta y el consumo de las lámparas de 600 es notablemente superior a las de 400. Lo que es importante es acercar tanto como puedas las luces a las niñas y la única manera de conseguir esto es creando un clima muy fresco en el jardín. Como ya he dicho yo encendía las luces por las noches cuando la temperatura exterior era de bajo cero en varios grados lo cual me permitía acercar la lámpara mucho y aún así mantener una temperatura muy moderada; no fresca ni calurosa.
Cuando llegó la cosecha me encontré con una productividad más bien baja. La culpa de ello residía precisamente en lo largos que son sus entrenudos y, como no, al hecho de su predominancia sativa en su hibridación. Como ya sabéis las sativas son considerablemente menos productivas que las índicas en casi todos los casos. Sin embargo, su rara belleza y sobre todo su «special» colocón las hace muy deseadas y deseables entre los cultivadores tanto de exterior como de interior. La Nirvana Special tiene un efecto más cerebral que narcotizante lo cual la convierte en una planta perfecta para el desarrollo de ciertas actividades tales como una buena conversación con los colegas (te partes la caja de risa) e incluso trabajos muy creativos como es el mío. Soy escritor y fotógrafo, dos actividades que exigen grandes dosis de creatividad. Cuando paso por una fase de «hambruna creativa» me fumo un cigarrito de una buena sativa y el problema se termina rápido. Pues en este sentido la Special es única. Tiene un subidón que dura bastante y después alcanza un pico muy elevado en el que te mantiene durante mucho tiempo. No es necesario fumar grandes cantidades ya que es fuerte y contundente.
Otra opción que recomiendo muy encarecidamente es comerla. Mezclada con algún dulce de chocolate es mucho más fuerte que fumada y desde luego produce efectos de tripi y muy duraderos. En cierta ocasión me hice una infusión con ella y pensé que algún colega me había colado un tripi en la infusión. ¡Tal era el pedo que llevaba!
Es importante someterla aun buen curado y a un mejor curado de al menos 2 meses aunque recomiendo personalmente llegar hasta los 3. Los cogollos adquieren una dureza fuera de serie y es como si los tricomas, muy abundantes, cogieran un brillo especial, como diamantino, que los hace particularmente bellos y apetecibles. En cualquier caso es siempre una opción muy interesante que recomiendo a cualquiera. Si hacéis las cosas «de libro» no tendréis ningún problema y os encontraréis con una marihuana de primera clase.