Todo cultivador de cannabis narcótico se ha preguntado alguna vez a lo largo de su experiencia como tal de dónde provienen las variedades comerciales que se están cultivando actualmente.

Con un poco de investigación y estudio se descubre rápidamente que existen unas determinadas zonas geográficas en las cuales el cannabis se ha cultivado desde hace tiempo inmemorial, unas veces de modo más o menos silvestre y otras con ciertos cuidados y técnicas de cultivo milenarias.

Presentación

Lo cierto es que hoy en día existen más de dos mil variedades comercializadas por innumerables bancos de semillas y criadores independientes, y cada vez aparecen más. También es cierto que estas variedades supuestamente nuevas o mejoradas raramente aportan algo realmente novedoso al panorama general del cultivo de cannabis narcótico, siendo casi siempre variaciones sobre el mismo tema o en el mejor de los casos versiones mejoradas de la misma variedad.

A raíz de la homogeneidad que cada vez se va imponiendo con más fuerza en el mundo de las semillas comerciales de cannabis narcótico, cabría pensar que es realmente difícil encontrar alguna variedad o línea nueva que pueda realmente aportar aire fresco proporcionando alguna característica desconocida o especial al híbrido comercial final. Y es cierto, pues las zonas geográficas donde se encontraban los orígenes de las líneas base con las que se trabaja actualmente se encuentran “contaminadas” o “hibridizadas” de forma natural o accidental o por otros motivos, habiendo perdido su pureza de linaje por haber sido fecundadas en algún momento de su evolución por polen procedente de variedades no autóctonas.

Estos son los motivos que han llevado al autor a realizar un estudio sobre las diferentes zonas geográficas en las que tradicionalmente a crecido el cannabis, estudiando las variedades originarias de cada lugar con una descripción de las características base de cada una de ellas, de manera que el lector pueda reconocer su presencia en determinadas variedades comerciales así como identificarla en caso de poder acceder a semillas de la zona.

A pesar de que numerosos expertos y estudiosos del tema categorizan las líneas puras de cannabis entre doce y quince atendiendo a su distribución geográfica, el autor prefiere unirse a la corriente que las clasifica en sólo diez, atendiendo a que algunas de las restantes podrían considerarse “familiares” en mayor o menor grado de las diez principales, aunque presenten características únicas que podrían llevar a confusión pues aunque realmente lo son, comparten el resto con alguna de las líneas “madre”.

Este estudio se presenta estructurado en diez capítulos coleccionables, en cada uno de los cuales se realizará un comentario sobre una zona geográfica concreta describiendo la variedad o variedades que comprende con una completa descripción de sus características así como experiencias de cultivo de diferentes cultivadores que han trabajado con esas líneas puras, aportando fotografías cuando ello sea posible.

La distribución se realizará en orden a la latitud , comenzando en el primer capítulo con la zona ecuatorial, que comprende aproximadamente la franja que va desde el paralelo -10 al 10. Esta zona es lo suficientemente amplia como para ser dividida en subzonas atendiendo a los distintos continentes que se comprenden en ella, por lo que se irán describiendo por separado.

Así pues, vamos a comenzar con los fenotipos ecuatoriales entre los que podremos encontrar algunas líneas perfectamente cultivables en nuestra latitud en exterior y por supuesto en interior. En concreto, el fenotipo centroafricano nos permite acercarnos a las delicias del continente negro. Efectivamente, en África se cultivan algunas de las líneas más famosas del mundo, como las apreciadas congoleñas, las tanzanas cultivadas por los Bushman o las más lejanas etíopes.

Descripción de la Zona

A pesar de encontrarse englobada dentro de la zona ecuatorial, esto es, en la franja entre los 10º latitud sur y los 10º latitud norte, existen ciertas características geográficas resaltables que aunque no modifican básicamente la respuesta fenotípica a los estímulos abióticos sí que produce algunas ligeras variaciones o matices en sus líneas.

Por ejemplo, la presencia de desiertos y grandes sabanas en detrimento de junglas y selvas produce una sutil movimiento hacia la expresión índica aunque se mantengan las características genotípicas a nivel de crecimiento, maduración y psicoactividad. Estas características comunes de base a las líneas, que se producen en la franja ecuatorial, se ven también ligeramente modificadas por la climatología que influye directamente en las propiedades organolépticas así como en la psicoactividad final, debido sobre todo a la temperatura y a la humedad que aumentan el régimen de volatilidad de los agentes aromáticos así como una degradación rápida de THC a CBD en las zonas en las que la época de lluvias continuas coincide con la floración de las líneas del entorno.

También existen algunas zonas montañosas en las que a más de mil metros de altitud se dan características que se asemejan de alguna forma a las centroamericanas.

Climatología

Como se decía antes, las condiciones climáticas son las típicas ecuatoriales con algunos matices como un periodo corto de lluvias continuas en el interior seguido de largas sequías (Congo, Kenia). Por otro lado, la zona de los grandes lagos, como ejemplo de cultivo de valle, y la más montañosas de Tanzania como cultivo en altura muestran algunas características propias.

Fenotipos

A continuación, vamos a describir cada uno de los fenotipos ecuatoriales.

Centroamericano
Algunos estudiosos clasifican este fenotipo como “Colombiano” aunque realmente las características que parecen diferenciar las variedades colombianas del resto de las centroamericanas están provocadas por motivos medioambientales, por lo que en este estudio se agrupan con las demás, aunque se describan sus matices o “peculiaridades” locales.

Por un lado, nos encontramos con toda la zona de valles costeros húmedos de la zona atlántica de Panamá. Las variedades de esta zona y la colindante de Colombia son mediocres, pero es debido a las condiciones de cultivo, como ya se ha apuntado anteriormente.

Por otro, al desplazarse a zonas interiores de montaña donde predomina el secano en un clima más árido, como el microclima de la Sierra de Santa Marta, podemos encontrar la verdadera expresión del fenotipo o aspecto centroamericano así como esa mítica potencia psicoactiva producida por sus altísimos niveles de THC, aunque actualmente, debido al paulatino desplazamiento de los cultivos hacia zonas bajas y húmedas así como la práctica de técnicas de cultivo poco adecuadas la calidad de la hierba ha bajado considerablemente, pero además también ha descendido de forma notable la calidad de la genética original consecuencia de la endogamia y las polinizaciones descontroladas producto del abandono de las técnicas de cultivo antiguas en las que se seleccionaba y se retiraban los machos, etc… Aún se pueden encontrar buenos ejemplares, aunque su escasez va en aumento y obliga a realizar grandes plantadas para conseguir seleccionar unos pocos ejemplares o a veces ninguno.

El aspecto de la línea centroamericana en condiciones ideales de cultivo es muy ramificado y abierto, con tallo central alto y estirado con brotes cortos en ramas secundarias y hojas de foliolo finísimo con claros bordes aserrados de tono verdoso-oscuro. La producción de flores con cáliz más grueso se produce en el tallo central, mientras que las ramas laterales son escasas y producen cálices mucho más pequeños.

Cultivo
El cultivo de esta línea en nuestro país es relativamente complicado, debido fundamentalmente al fotoperíodo que en su latitud original es de 12/12 prácticamente todo el año. Al ser cultivadas en nuestra latitud, el descenso rápido de las horas de luz a partir de Agosto provoca que las plantas no acaben de madurar, con una floración interminable y de producción escasa pues son relativamente insensibles al cambio de horas de luz manteniendo su fase vegetativa aún con doce horas de oscuridad, con lo que al no empezar a florar y recibir cada vez menos horas de luz se desarrollan de forma débil y raquítica. Como colofón, cuando realmente empiezan a florecer, aquí es final de Noviembre o principios de Diciembre, con lo que las bajas temperaturas y la escasez de luz impiden un correcto desarrollo. Solamente las Islas Canarias y alguna zona microclimática del sur de España se acercan al clima necesario para poder conseguir un relativo éxito con estas variedades.
 
En el siguiente capítulo describiremos los otros tres fenotipos ecuatoriales, entre los que sí se encuentran algunas sublíneas mas adecuadas para ser adaptadas a nuestro entorno.

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