Un grupo se reúne en Miami para proponer una solución insólita: expandir la mente para cuidar la Tierra
En el corazón de Florida, donde la lucha contra el cambio climático es una carrera contra el tiempo, las ideas innovadoras emergen como oasis en el desierto. Desde empresas que construyen casas con plástico reciclado hasta tecnologías para transformar algas en fertilizante, el ingenio humano busca respuestas. Pero hay quienes piensan que la clave no está en la ingeniería, sino en la conciencia.
La propuesta de Psychedelics for Climate Action (PSYCA) desafía los paradigmas tradicionales. Según su planteamiento, el uso de psicodélicos como los hongos alucinógenos podría fomentar un despertar ambiental y una conexión más profunda con la naturaleza.
“Los psicodélicos enseñan que somos uno, una gran familia compartiendo este planeta. Si realmente lo sintiéramos, lo protegeríamos”, dice Marissa Feinberg, fundadora de PSYCA, durante el evento de lanzamiento en Miami.
Entre ciencia y espiritualidad
La idea, que en otros tiempos habría sido descartada por excéntrica, se apoya en estudios que han demostrado que sustancias como la psilocibina pueden generar experiencias de unidad con el entorno y despertar un sentido de responsabilidad ecológica. Aunque en Florida su uso sigue siendo ilegal, la comunidad científica avanza en su estudio como alternativa terapéutica para la depresión y el estrés postraumático.
En el evento, celebrado en el Climate Innovation Hub de Little Haiti, se dieron cita desde un terapeuta especializado en ketamina hasta miembros de la tribu Miccosukee. También acudieron expertos llegados de Suiza. La noche transcurrió entre charlas, meditación y danza, una fusión de ciencia y ritual en busca de respuestas urgentes.
La transformación de una vida
Entre los asistentes, Yadira Díaz, embajadora de PSYCA en Miami, compartió su historia. En otro tiempo, trabajaba en California vendiendo plásticos para Pepsi. Un día, tras una experiencia con DMT y hongos, su vida dio un giro radical. Regresó a Miami y fundó Gradible, una empresa que ayuda a negocios a reducir su huella ambiental.
“Cuando nos sentimos bien, hacemos el bien”, afirma con una sonrisa, convencida de que el despertar de la conciencia puede traducirse en acciones concretas.
Un debate con raíces profundas
El uso de plantas sagradas no es nuevo. Culturas indígenas han empleado estas sustancias durante siglos en contextos ceremoniales. Pero ahora, su incorporación a la lucha climática plantea dilemas éticos y científicos.
Reverendo Houston Cypress, de la tribu Miccosukee, recuerda que muchas de estas plantas están amenazadas por la destrucción del ecosistema. “Si van a usarlas, háganlo con respeto, sin agotar su existencia ni apropiarse de nuestras tradiciones”, advierte.
Hacia un nuevo activismo
Lejos de ser un simple experimento social, PSYCA busca convertir la experiencia psicodélica en acción. Sus planes incluyen la creación de una guía climática para canalizar la energía transformadora de estos viajes en proyectos comunitarios sostenibles.
“La meta final es que un día no necesitemos un movimiento climático. Que cuidar el planeta sea simplemente parte de lo que somos”, concluye Feinberg.
Una propuesta disruptiva en tiempos de urgencia climática. ¿Un desvarío o una revelación? El tiempo dirá si este nuevo paradigma logra abrir las puertas de la percepción hacia un futuro más verde.
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Acerca del autor
Escritor especializado en cannabis y residente en Miami, combina su pasión por la planta con la vibrante energía de la ciudad, ofreciendo perspectivas únicas y actualizadas en sus artículos.