Las semillas regulares son aquellas que producen ambos tipos de plantas, por lo que tienen la capacidad de florecer como marihuana macho o hembra. En este caso, el cultivador no tiene control sobre el sexo de ellas. Si bien en los últimos años la cantidad de usuarios que se decantan por esta tipología de semillas se ha visto menguada, siguen siendo la principal opción en base a preferencias para no pocos cultivadores de la vieja escuela, que apuestan por respetar la naturaleza de la planta. También son la opción preferida de los que tienen la intención de crear sus propias semillas u obtener plantas madre destinadas a la producción de esquejes.

Por otra parte, encontramos las semillas feminizadas.Al principio, producían plantas débiles y poco estables, incluso a veces con rasgos hermafroditas. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, estas semillas han logrado elevadisimas cotas de calidad, tanto en sabor y efecto como en términos relativos a producción. Las semillas feminizadas han absorbido un alto porcentaje de cuota de mercado a las semillas regulares.

La marihuana sinsemilla procede de las plantas hembras puras. Llama la atención que en el ámbito natural crezca como una planta dioica, (con sexos separados) con plantas machos y hembras. No suelen aparecer plantas hermafroditas. En cultivos de interior, producen cogollos de la máxima calidad, con elevadas proporciones de resina y sin semillas, que disminuyen el valor comercial de la cosecha. Las plantas hembras alcanzan su mayor concentración de resina en el momento final de su ciclo de vida, si no han sido polinizadas.  

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La resina es donde se ubican los cannabinoides (principios activos del cannabis), y los terpenos, que dotan a las plantas de su olor y sabor (propiedades organolépticas).

La flor masculina presenta forma ovalada y un tamaño que oscila entre 1-3 mm. Cuando entra en una fase avanzada de floración se forman ramilletes de flor macho. Si son pequeñas en ocasiones cuesta distinguirlas de la flor hembra. Es recomendable esperar pacientemente hasta reconocer sin duda alguna el sexo de la planta.

La flor hembra consta de un par de pelos blancos (en ocasiones de color rosado) llamados pistilos y que se encuentran envueltos por el cáliz (verde) en la base de forma parcial. Éste, a menudo está recubierto de resina (tricomas), y su función es la de albergar una futura semilla. Cuando entra en floración avanzada los brotes son recubiertos por montones de flores hembras y se forma el cogollo.

Para inducir a las plantas a la prefloración, pueden introducirse en una sala sin luz y dejarlas ahí unas doce horas a oscuras. En escasos días, bajo el nuevo fotoperiodo las plantas empiezan a florecer. Siempre que no se varíe el fotoperiodo para que no revegeten, las plantas deben estar preparadas para la recolección un par de meses después. No obstante, si hay mucha prisa, puede acelerarse todavía más la floración a partir de un fotoperiodo por la noche más largo, de trece o catorce horas. Con un solo clic puede obtener más información sobre otros métodos habituales en el cultivo.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.