En el número anterior describimos algunas de las novedades en el mercado recreativo de drogas a través de Internet y cómo los cannabinoides sintéticos han ido abriéndose hueco en este negocio, pese a tratarse de sustancias potencialmente mucho más peligrosas que la planta del cannabis. En los medios de comunicación general, los cannabinoides sintéticos han sido conocidos como spice.
Por el Dr. Fernando Caudevilla
A partir de 2008 comenzaron a presentarse en distintos hospitales europeos casos de pacientes con alucinaciones visuales graves, ansiedad y otros síntomas físicos después de haber fumado mezclas de hierbas que habían adquirido a través de Internet. Algunos de los síntomas que presentaban los pacientes (ojos rojos, lentitud de pensamiento, cambios en la tensión y frecuencia cardiaca…) eran parecidos a los que aparecen en la intoxicación por cannabis. Muchos de los afectados decían que los efectos eran parecidos a los del cannabis pero mucho más potentes o duraderos. Veamos algunos comentarios de usuarios de estas sustancias en Erowid.org:
“Aún tenía la pipa en mi mano. “Mierda. ¿Dónde pongo esto ahora?”, pensé. Dejar la pipa en el suelo se hizo un esfuerzo sobrehumano. Y todo empezó a volverse extraño. No recuerdo cómo acabé allí, pero de repente estaba en el suelo, sin recordar exactamente cómo había llegado. En mi cabeza se agolpaban visuales increíblemente desagradables. Estaba siendo transportado a través de diferentes realidades, experimentando cómo podría ser el mundo. Fue horroroso. Progresivamente iba entrando en realidades cada vez peores hasta llegar al punto donde se supone que va la gente que muere. Pensaba que sería un lugar de paz, o al menos sin sentimientos. Pero era un lugar de lucha, tristeza y terror. Intentaba comprender lo que estaba sintiendo y todo lo que recibía eran oleadas de emociones desagradables procedentes de gente de todo el mundo” (JTHebert. «Casual User’s First Bad Trip: experience with Products – Spice and Synthetic Cannabinoids (ID 91960)». Erowid.org. Jan 3, 2012. erowid.org/exp/91960)
“Estuve usándolo desde junio a octubre de 2009 hasta aquella noche terrible. Comenzé a sentir el latido de mi corazón a través de los vasos sanguíneos cerca de mis oídos. Me quedé sordo de forma temporal sin poder oír hablar a mis amigos. Sólo un latido persistente que se iba haciendo cada vez más rápido e intenso. Todo lo que podía hacer era quedarme quieto en la cama y pedirle a Dios que no me llevara. Padecí una ansiedad extrema que nunca he sentido con otras drogas (setas, ácido, marihuana, anfetaminas, éxtasis…y la lista sigue…). Desde entonces tengo una aversión incontrolable hacia la marihuana, que me produce una paranoia incontrolable que yo compararía a la esquizofrenia”. (TrustGod. «Thank God My Heart Still Works: experience with Products – Spice and Synthetic Cannabinoids (‘Happy Shaman’) (ID 87022)». Erowid.org. Sep 8, 2010. erowid.org/exp/87022)
“Creo que estaba en un estado de semiinconsciencia. Podía oír las voces de la gente a mi alrededor pero no podía controlar mis sentidos. Mis patrones de pensamiento se volvieron repetitivos, escuchando las mismas frases una y otra vez. Escuché llegar a una ambulancia. Seguía siendo incapaz de controlar los movimientos de mi cuerpo, ni siquiera de abrir los ojos. De repente se produjo el silencio. Había dejado de convulsionar y creía que estaba muriendo. Después me dijeron que estuve llorando, aunque no lo recuerdo. Pero esta fase de oscuridad terminó tan bruscamente como había comenzado y volví a las convulsiones y oír los mismos gritos repetidos. Fue, sin duda, el peor momento de mi vida. (Inoxia. «A Trip Worse Than Hell: experience with Spice and Synthetic Cannabinoids (‘Bonzai’) (ID 85005)». Erowid.org. Oct 13, 2010. erowid.org/exp/85005 )
Erowid.org es probablemente la fuente sobre drogas más seria y fiable de todas las disponibles en Internet. Es particularmente útil para aproximarse a drogas novedosas, sobre las que no existen muchos datos de investigación científica. Por eso la información disponible en sus trip-reports (relatos de experiencias en primera persona con psicoactivos) resulta interesante a la hora de aproximarse a nuevas sustancias.
Faltaríamos a la verdad si afirmáramos que toda la información disponible en erowid.org sobre estas mezclas herbales es negativa. Algunos usuarios refieren que producen efectos agradables, similares a los del cannabis. Otras personas (sobre todo en EE.UU.) destacan que las mezclas herbales resultan más accesibles que la marihuana. Pero llama la atención el número de trip-reports con títulos como “Colocón incontrolablemente largo”, “Torpedo extraño”, “Historia de terror”, “Sentimiento de muerte” o “Un viaje peor que el infierno”. Las experiencias negativas con este tipo de sustancias parecen frecuentes, impresión que se confirma si acudimos a buscar información en otras de las webs y foros clásicos sobre drogas (como Drugs-forum o Bluelight). En castellano también podemos encontrar referencias a los Spice products en los foros de webs como energycontrol.org o cannabiscafe.net, y las opiniones y experiencias negativas ganan por goleada a las positivas.
Así, desde mediados de 2006, se comercializan a través de Internet una serie de mezclas herbales que producen efectos psicoactivos muy potentes, aunque, de forma retrospectiva, pueden encontrarse en buscadores de Internet referencias fechadas desde 2004. Las marcas comerciales y formas de presentación de estos productos son variadas pero presentan algunas características comunes. Suelen venderse en sobres de papel metalizado, con un contenido de entre 2 y 5 gramos. La tipografía del las etiquetas y las imágenes suelen evocar motivos, colores o imágenes de la cultura psicodélica o cannábica (en forma de fractales, hojas de cannabis, smilyies…). Los envoltorios indican que se trata de mezclas exóticas de incienso o aromas que no son aptos para ser consumidos por humanos, aunque la apariencia del producto invita a ello. En un principio la marca más conocida de estos productos fue Spice (con distintas variedades como Spice Silver, Spice Gold, Spice Egypt, Spice Tropical….) pero pronto aparecieron productos muy similares bajo otros nombres comerciales (Yucatan Fire, ChillX, Blue Lotus, Aroma, Scope, Genie, Gallaxy Gold…). Algunas marcas (AK47, Skunk…) son idénticas en su denominación a algunas variedades comerciales conocidas de marihuana.
Hasta el año 2008 las noticias sobre los efectos de estos productos procedían exclusivamente de los relatos de las personas que los habían adquirido a través de Internet, así como de algunos Servicios de Urgencias que habían atendido a pacientes intoxicados. Aunque los usuarios definían sus efectos como los de un “cannabis muy potente”, los resultados de analíticas de orina no detectaban la presencia de esta sustancia, ni a través de las técnicas convencionales ni utilizando los sistemas de análisis más avanzados.
Los envoltorios de los productos Spice suelen especificar las hierbas que supuestamente contienen. Algunas de las flores y plantas frecuentemente mencionadas son el haba de bahía (Canavalia rosea), Nenúfar blanco (Nymphaea alba), Nenúfar azul (Nymphaea caerulea), Gorro de enano (Scutellaria nana), Guerrero indio (Pedicularis densiflora), Oreja de león (Leonotis leonoru), Loto sagrado (Nelumbo nucifera)…El uso tradicional de muchas de estos vegetales, sobre todo en culturas tradicionales del contintente americano, incluyen propiedades medicinales y, en algunos casos, posiblemente efectos mentales. Algunas grow shops comercializan semillas de estas plantas pero ninguna de ella está fiscalizada, sus efectos psicoactivos no están demostrados desde un punto de vista científico y no parece razonable pensar que fumar una pequeña cantidad de hojas o flores secas pueda dar lugar a intoxicaciones tan graves como las que se habían descrito.
Durante los años 2007 y 2008 se comunicaron varias intoxicaciones graves en distintas partes de Europa (incluyendo dos cuadros psicóticos de semanas de duración, un intento de suicidio y varios casos de alucinaciones con taquicardia e hipertensión grave). Los sistemas de vigilancia epidemiológica de la Unión Europea sobre Nuevas Drogas funcionan razonablemente bien y la comunicación entre los Estados Miembros suele ser rápida y eficiente en estos aspectos. Así, varios equipos de investigación en Suecia, Alemania y Austria comenzaron a analizar de forma concienzuda los productos Spice en busca de su verdadera composición.
Analizar los componentes de una muestra en un laboratorio puede ser un trabajo muy complicado, sobre todo si no se sabe qué es lo que se está buscando. Para detectar una sustancia hay que compararla con los patrones (o modelos puros) de otras, y si la sustancia o sustancias son desconocidas el trabajo puede complicarse extraordinariamente. Los primeros resultados mostraron que las plantas a las que se hacía referencia en la composición del producto estaban presentes en proporciones muy variables, mezcladas con otros productos vegetales,o que incluso estaban ausentes o en cantidades insignificantes. Tampoco se encontró THC, CBD, CBN, otros compuestos de la planta del cannabis, ni por supuesto otros psicoactivos (triptaminas, derivados anfetamínicos, ketamina, salvinorina, cocaína…). Sólo llamaba la atención la presencia de vitamina E (tocoferol) en casi todas las muestras analizadas.
El hecho de que los productos vegetales que debían componer la muestra se encontraran en proporciones muy variables, incluso ausentes, descartaba de forma definitiva que éstos fueran los responsables de los efectos psicoactivos. Tampoco se había conseguido detectar ninguna de las drogas de uso habitual. Pero lo más extraño era la presencia de la vitamina E, ya que tiene funciones antioxidantes pero no produce efectos psicoactivos y se degrada al ser fumada. Estaba claro que al hallarse en casi todas las muestras y haber sido añadida de forma intencionada, tenía alguna relación importante con la clave del misterio.
Como se ve, en ocasiones la investigación científica se parece en algo a las novelas de detectives. Imaginemos un grano de arroz dentro de un bote de cristal. El grano es muy pequeño pero sería muy fácil encontrarlo si el bote estuviera vacío. Sin embargo, si ese frasco está lleno de algo que tenga un tamaño o forma parecido (por ejemplo, trigo o cebada) encontrar el grano de arroz será mucho más complicado. Si la vitamina E no estaba en las muestras para producir efectos psicoactivos, es probable que la hubieran colocado allí para enmascarar la presencia de otros compuestos con una estructura parecida y hacer más difícil su detección si alguien decidiera investigarlo. Elemental, querido Watson…
Con estas pistas el misterio estaba cerca de ser resuelto. La sustancia que producía los efectos psicoactivos guardaba relación con el cannabis pero no era ninguna de las moléculas de la planta, era muy potente (ya que era eficaz en poca cantidad) y estaba enmascarado con vitamina E. Casi de forma simultánea, en Diciembre de 2008 dos equipos alemanes comunicaron de forma independiente el hallazgo de cannabinoides sintéticos en muestras herbales de productos Spice. Por un lado, el equipo del Dr Auwärter detectó un homólogo del cannabinoide CP 47,497 llamado cannabiciclohexanol en una muestra de Spice Diamond. Otro laboratorio (THC-Pharm) descubrió un cannabinoide sintético llamado JWH-018 en varias muestras de Spice adquiridas a través de Internet.
El CP 47,497 es un cannabinoide sintético, agonista de los receptores CB1 que había sido desarrollado por el laboratorio farmacéutico Pfizer durante la década de 1980. Se estudió, sobre todo en animales, por sus propiedades analgésicas pero nunca había sido comercializado ni estudiado en humanos. El JWH-018 (pentilnaftolindol) es un agonista de los receptores CB1 y CB2 que se une a los receptores CB1 cinco veces más que las moléculas presentes de forma natural en el cannabis. Ha sido estudiado en ratas y tiene un par de experimentos en humanos en condiciones estrictas de laboratorio, pero nunca ha sido valorado en ensayos clínicos ni testado en grupos amplios de personas.
Así, hasta el año 2009, los datos en humanos en relación con el JWH-018 eran inexistentes. Pero poco después empezaron a recibirse los primeros informes sobre toxicidad en consumidores de Spice. En un artículo científico en alemán titulado “Dependencia y fenómenos de abstinencia tras el consumo de Spice Gold”, el equipo científico dirigido por el doctor Zimmermann describía el caso de un joven de 20 años que había llegado a consumir Spice Gold de forma diaria durante 8 meses. Tras varios sin consumir la sustancia, desarrolló una serie de trastornos (ansiedad extrema, hipertensión arterial, taquicardia…)durante varios días de forma mantenida, que disminuyeron progresivamente hasta desaparecer y que los autores consideraban indicativo de un síndrome de abstinencia.
Además de su acción sobre el sistema de los cannabinoides, el JWH-018 actúa inhibiendo otro sistema cerebral llamado GABA (Gamma-aminobutirato), lo que facilita la aparición de convulsiones. Sobre todo en personas con antecedentes y/o con poca experiencia con cannabis o cannabinoides, el JWH-018 facilita la aparición de convulsiones graves. Las experiencias desagradables con contenido psicótico (alucinaciones auditivas amenazadoras, sensación de sentirse perseguido, delirios…) o incluso la posibilidad de desencadenar un trastorno psicótico crónico parecen mucho más elevadas que con el cannabis. Incluso se han descrito un par de muertes muy probablemente relacionadas con JWH-018.
JWH-018 es un cannabinoide sintetizado en los años 70 del siglo pasado por John W Huffmann, un químico orgánico de la Universidad de Clemson. Huffman ha sintetizado durante su carrera científica más de 450 cannabinoides sintéticos. Muchas de sus investigaciones han estado financiadas por el NIDA (instituto oficial Antidroga estadounidense) en búsqueda de fármacos para tratar a los consumidores de cannabis. Irónicamente, unas décadas después algunas de sus investigaciones han encontrado un lugar en el nuevo mercado recreativo de las drogas.
En una entrevista en 2010, Huffman señalaba que tomar Spice “es como jugar a la ruleta rusa, porque no tenemos datos de toxicidad, no conocemos los metabolitos ni la forma con la que actúan en el cuerpo”. Y el doctor Huffman tiene toda la razón. El problema es que la imagen de la “ruleta rusa” es la misma que se viene manejando durante décadas para cualquier situación que tenga que ver con las drogas ilegales, independientemente de cuál sea su peligrosidad real. De esta forma los mensajes pierden credibilidad y se impide ver la diferencia entre las situaciones que implican riesgos graves (como es esta) y otras en las que los riesgos son remotos. Y es que además parece que, el problema de los cannabinoides sintéticos no ha hecho más que empezar, como veremos en la próxima entrega.
Acerca del autor
Fernando Caudevilla (DoctorX)
Médico de Familia y experto universitario en drogodependencias. Compagina su actividad asistencial como Médico de Familia en el Servicio Público de Salud con distintas actividades de investigación, divulgación, formación y atención directa a pacientes en campos como el chemsex, nuevas drogas, criptomercados y cannabis terapéutico, entre otros.