Pregunta: He leído en una revista que el cannabis puede ser un tratamiento eficaz para determinados tipos de cáncer ¿Es cierto? ¿Puede el hecho de fumar cannabis ayudar a curar el cáncer?
Respuesta: Las investigaciones sobre los mecanismos de funcionamiento del cannabis en el organismo han dado sorpresas importantes a lo largo de las dos últimas décadas. Una de ellas es la relación entre los receptores del cannabis y el control del cáncer por parte del organismo. Aunque se trata de mecanismos extraordinariamente complejos y no bien entendidos en su totalidad podemos intentar explicarlos de forma simplificada.
Un tumor consiste, en definitiva, en el crecimiento descontrolado y anárquico de un grupo de células que invade el resto del organismo. Desde hace tiempo se conoce que este tipo de células malignas se desarrollan con cierta frecuencia de forma natural en todas las personas sanas. A pesar de esto, en la mayoría de los casos la enfermedad no llega a manifestarse, y esto es así gracias al sistema inmune. Hasta hace pocos años se creía que el sistema inmunológico únicamente nos defiende de las agresiones externas (virus, bacterias, hongos…) Hoy sabemos que, además, las células del sistema inmune atacan y destruyen las células tumorales que el propio organismo produce por error. Así, cuando el sistema inmune se debilita mucho (como sucede en el caso de los enfermos de SIDA), es frecuente que aparezcan determinados tipos de cáncer.
El sistema de señales y receptores que el sistema inmunológico utiliza para atacar a las células tumorales, incluye un tipo de receptores llamados “CB-2”. Esos receptores, que aparecen en las membranas de las células defensoras del organismo, se activan por la acción de moléculas similares al cannabis que crea el propio cuerpo (los llamados “cannabinoides endógenos” ) y también por los principios activos del cannabis (THC, CBN, otros cannabinoides…).
En los últimos 15 años se ha demostrado que el sistema de los cannabinoides puede ser un arma eficaz en el tratamiento de tumores como el cáncer de piel, mama, útero, pulmón, próstata, leucemias y linfomas. La idea es estimular al sistema inmunológico para que destruya las células tumorales. Pero la mayoría de los datos de investigación son todavía muy prematuros y proceden de experimentos en laboratorios o en animales. Hace dos años, un equipo de la Universidad Complutense de Madrid fue el primero en el mundo en administrar THC por vía intracraneal (“pinchando” directamente sobre el cerebro) a ocho pacientes con un tipo de cáncer cerebral muy agresivo llamado glioblastoma multiforme.
Eso no quiere decir que fumar cannabis proteja frente al cáncer o ayude a combatirlo. La única aplicación demostrada en ese sentido es el control de nauseas y vómitos en personas sometidas a quimioterapia. Pero sí es probable que en las próximas décadas se desarrollen fármacos derivados del cannabis que puedan tener utilidad en el control de las enfermedades tumorales.