El Ministerio de Agricultura ofreció tener lista la reglamentación relacionada con la despenalización del cultivo de productos de cannabis no psicoactivo con fines medicinales e industriales, hasta el próximo 21 de junio del 2020. Así lo anunció Andrés Luque, subsecretario de Producción Agrícola de esa cartera de Estado.

A través de una videoconferencia, difundida la tarde del miércoles 20 de mayo del 2020, el funcionario aseguró que la normativa está avanzada y que solo resta ajustar ciertos detalles finales. Este cuerpo legal debe ir en sintonía con las reformas al Código Orgánico Integral Penal (COIP), que entrarán en vigor en aproximadamente un mes.

Luque aclaró que, una vez aprobado el reglamento, el Ministerio de Agricultura emitirá licencias para importación y producción de semillas, siembra y cultivo, fitomejoramiento o fines de investigación, procesamiento e industrialización; así como exportación y comercialización de biomasa o aceite crudo de cannabis no psicoactivo.

Precisó que no se permitirá el autocultivo, ya que esto imposibilitaría el control, debido a que el cannabis no psicoactivo tiene características similares a su variante considerada sustancia sujeta a fiscalización: la marihuana. “En una casa o un garaje es difícil reconocer visualmente si una planta tiene ingredientes psicoactivos o no, fenotípicamente son iguales”, aseguró.

Además, se podrá solicitar licencias solo a través de personas jurídicas, entidades públicas, cooperativas o asociaciones domiciliadas en Ecuador. No podrán hacer este trámite personas naturales, pues se busca evitar la “informalidad”.

Asimismo, el representante legal deberá presentar un certificado de antecedentes penales. Deberán hacer lo propio los directores de la compañía y sus accionistas, con más del 6% de participación. “Se verificará que no hayan sido declarados responsables penalmente por delitos de tráfico de estupefacientes, lavado de activos, corrupción y otros delitos conexos”.

Otro requisito para obtener estas licencias será tener definido un comprador o una promesa de compra del producto, sea del mercado local o en el extranjero. El costo de la licencia será variable, dependiendo el número de hectáreas que se sembrarán. Por ahora no se ha definido el valor.

“Para dar licencias se tendrá en cuenta que el que quiera cultivar lo haga con un contrato o promesa de compra, de una industria que tenga el permiso aquí o en el extranjero”, manifestó el funcionario.

Si bien dijo que la idea del Ministerio es que empresarios que han tenido éxito en el sector florícola puedan acceder a este mercado nuevo, el Subsecretario aseguró que los pequeños y medianos productores también podrán acceder a licencias, bajo la figura de asociaciones. “No va a haber negocio de licencias, serán intransferibles, lo que buscan es que se genere divisas y trabajo”.

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