Así lo aseguró María Evangelina Vallejos, investigadora del Conicet y del Instituto de Materiales de Misiones (IMAM). También señaló que el uso de las fibras de este material como refuerzo podría reducir hasta un 40% la utilización de plásticos en las industrias.

La planta del cáñamo forma parte de la familia del cannabis y se presenta como un nuevo aliado del medio ambiente en la lucha contra la contaminación plástica en el mundo, ya que el uso de sus fibras como refuerzo en materiales compuestos podría reducir hasta un 40% la utilización de plásticos en las industrias, explicaron especialistas.

«La obtención de materiales compuestos a partir de agregarle fibra de cáñamo a matrices tradicionales como el polipropileno puede reducir el contenido de plástico entre un 30 y 40%«, aseguró María Evangelina Vallejos, investigadora del Conicet y del Instituto de Materiales de Misiones (IMAM).

Vallejos, que realizó su tesis doctoral sobre el «Aprovechamiento integral del Cannabis sativa como material de refuerzo/carga del polipropileno», destacó que «el cáñamo tiene ventajas sobre otras fibras de origen vegetal porque son largas, rígidas y con un alto contenido de celulosa, que le aporta resistencia. Al mezclarlo con un polímero mejora la resistencia y la rigidez a comparación del plástico solo».

El cáñamo, al igual que la planta de «marihuana», pertenece a la especie Cannabis Sativa, pero a diferencia de ésta, sólo contiene bajas cantidades de la sustancia psicoactiva. Existen registros de que fue utilizada por la humanidad desde hace 10.000 años para la confección de hilados y textiles.

En nuestro país, el propio prócer Manuel Belgrano fue un reconocido impulsor de esta planta para el desarrollo local gracias a los beneficios industriales y comerciales que aprendió en sus estudios en Europa.

Sin embargo, en Argentina su producción o comercialización está prohibida penalmente, aunque este año mediante la Ley 27669 y el Decreto 266/2022 se creó la Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y el Cannabis Medicinal, que establece los lineamientos para el desarrollo de la cadena de producción y comercialización de la planta de cannabis, sus semillas y sus productos derivados.

Según el informe presentado en mayo de 2022 por el Ministerio de Desarrollo Productivo, en la actualidad más de 50 países han avanzado en algún tipo de legalización para el cannabis de uso industrial y/o medicinal.

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Del cáñamo se pueden obtener productos alimenticios, cosméticos, papel o biocombustibles, sin embargo unas de las líneas que más se están investigando en la actualidad es la confección de plásticos biodegradables.

Mariano Percivale, diseñador industrial y uno de los socios de Chanvre, una empresa que fabrica anteojos de cáñamo desde 2014 y exporta a varios países, comentó que el cáñamo «es una solución mágica» para el reemplazo de los plásticos.

«Hacemos biopolímeros a base de las fibras de cáñamo en un 73%. Queremos hacerlo todavía mejor, más exigente, poder controlar más el uso de los polímeros. Es una materia prima que pueda reemplazar al plástico, pero necesitamos más investigación», aseveró.

Según la ONU, el plástico representa el 85% de los residuos que llegan a los océanos y para 2040, los volúmenes de este material que fluirán hacia el mar casi se triplicarán, con una cantidad anual de entre 23 y 37 millones de toneladas.

«Necesitamos cultivar en gran escala. Genera mucha materia prima por hectáreas, tiene menos huella hídrica, el cultivo es rotativo (cura los suelos) y tiene huella de carbono negativa, es decir, absorbe más de lo que produce», sostuvo Percivale.

Entre los avances que hubo, está la creación este año de la Empresa de Base Tecnológica (EBT) Cannabis CONICET, que busca generar el conocimiento y del desarrollo tecnológico del cáñamo industrial y sus derivados, generando estándares de calidad e innovación en todas las etapas, desde el cultivo, la producción, los recursos humanos y el valor económico y social de la industria.

Según los especialistas, además de la cuestión medioambiental, el cáñamo se presenta como una oportunidad económica para el país.

«Esa mezcla de plástico y fibra se puede hacer hoy en día en las industrias plásticas, disminuyendo el grado de polímeros, y eso abarata costos porque hoy todos los polímeros que usamos en Argentina son importados», explicó Vallejos

«Esto va a ser un cambio paradigmático por la variabilidad de los usos. Va a generar mucho trabajo. El camino del desarrollo está en la manufactura, con esto podemos crear industria y ayudar al país», sostuvo Percivale.

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Esta visión económica ya comenzó a tomar vuelo ya que en septiembre en San Luis se realizó la primera Expo de Cáñamo Industrial de Argentina que reunió a productores rurales, industriales, proveedores de maquinarias, insumos, emprendedores e instituciones públicas y privadas más importantes de la Argentina y del mundo.

«Hoy contamos con dos problemas en la industria: la producción, porque no hay maquinaria para procesar la planta y lograr las fibras, y la falta de demanda, porque la población no sabe lo que es el cáñamo y lo que se puede producir, por lo que hoy en día no es rentable», explicó Percivale.

Al respecto, Vallejos aseguró que cada vez más gente conoce al cáñamo porque «se está produciendo un cambio cultural debido a que hay más información y de mejor calidad sobre planta».

«Antes era confuso, como si fuera todo lo mismo. Se ha estigmatizado a la planta por uno solo de sus componentes. Tiene muchas ventajas y beneficios», sostuvo la investigadora.

«Tiene todos los requisitos para ser la materia prima del futuro. Tenemos que ver cómo adaptar esta materia prima a la industria nacional. El cáñamo viene a cerrar la brecha entre desarrollo y ambientalismo: están los dos adentro», concluyó Percivale.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.