Las diez señales que delatan una plantación clandestina

Por Cristina Pizarro desde Multaspordrogas.com

No es un oficio fácil el de cultivador de maría. A los sinsabores habituales de todo agricultor se suman los inconvenientes de la clandestinidad. Aunque por todo el mundo soplan hoy nuevos vientos de libertad cannábica, de momento sigue siendo necesario actuar con mucha discreción si se está cultivando marihuana bajo techo, y especialmente en un entorno urbano. Tanto el vecindario como las autoridades están ya muy curtidos, y reconocen con cierta rapidez los indicios más llamativos. Estos son los diez elementos que delatan sin cesar a los cannacultores más imprudentes, diez aspectos a los que es imprescindible prestar atención si no se quiere ser descubierto en poco tiempo.

1. El olor.

Hasta los niños de dos años reconocen el aroma a marihuana. Es inequívoco, fuerte, persistente y lo impregna todo. Si tienes más de seis plantas, se percibirá desde la calle fácilmente. En el mercado existen infinidad de productos para combatir este problema, pero sin duda los mejores siguen siendo el filtro de carbón activado y el tiro de la chimenea. También se pueden utilizar geles o sprays neutralizadores, generadores de ozono y otros muchos productos para todos los bolsillos. No se debe descuidar nunca este tema, porque es como cantar “La Traviata” a la policía.

2. El consumo eléctrico

Un estudiante universitario con un consumo eléctrico desmedido levanta muchas sospechas, tanto a las propias compañías eléctricas como a la policía especializada en descubrir cultivos clandestinos. Utiliza todos los trucos que se te ocurran para reducir el gasto y sé muy prudente con las luces que enciendes y apagas.

3. El exceso de calor

Los puntos de una vivienda que concentran mucho calor también son llamadas de atención para las fuerzas de seguridad, que cuentan con detectores térmicos cada vez más sofisticados. Es necesario ventilar bien y dar tiempo al aire expulsado para que se enfríe. De nuevo, la mejor opción es un buen tiro de chimenea, porque cuando el aire ventilado sale al exterior ya está frío. Pero si tienes que ventilar por un rincón del tejado o por una ventana, procura que la tubería sea lo suficientemente larga para que el aire tenga tiempo de enfriarse.

4. Los accidentes domésticos

Un equipo deficientemente montado o que no se revisa cuidadosamente a diario puede dar lugar a todo tipo de desastres que dejarán tu plantación al descubierto -aparte de los perjuicios a los vecinos-. Apagones, incendios e inundaciones son la principal causa de problemas judiciales para los cultivadores. El mantenimiento debe ser exhaustivo, no te puedes permitir la menor dejadez en ese aspecto.

5. Las redes sociales y los móviles

O “¡cállate la bocota!”. A cuánta gente habrán pillado por no poder resistirse a publicar fotos de su plantación, por presumir de cosecha, por ofrecer estúpidamente todo tipo de datos a quien quiera investigarlos. El uso del móvil también debe ser hiperprudente, hay que asumir de una vez por todas que las comunicaciones están muy controladas.

6. El aspecto físico

Puede parecer algo un poco antiguo, pero estamos hablando de no llamar la atención. Hoy en día casi no existe una forma de vestir que sorprenda a alguien, pero hay cosas que siguen pregonando que eres cultivador de maría: tener pinta de hippie desaseado e indigente viviendo en un chalet de tres plantas, ir disfrazado de estrella del rap en un vecindario humilde, tener en la puerta una furgoneta hecha polvo con graffitis marihuaneros…. En fin, se trata de pasar desapercibido.

7. El trasiego de gente en la puerta

Además de suscitar sospechas, este tema molesta a los vecinos, por lo que es más probable que te denuncien. No quedes en tu casa con el personal, es la forma más rápida de acabar en los tribunales.

8. Tu actividad

Si vives de tu cultivo y no tienes necesidad de trabajar en otra cosa, ¡enhorabuena! Pero recuerda que a los vecinos les puede resultar extraño -y hasta fastidioso- que vivas tan bien sin pegar ni golpe. Disimula un poquito y hazte el ocupado de vez en cuando.

9. El transporte

Seguir a un coche sospechoso es la actividad más practicada por la policía. Cuidado con la carga y descarga y con los lugares de aparcamiento. Si vas a transportar marihuana, suele ser buena idea hacerlo en las horas punta, cuando el tráfico es más denso y es más raro que te paren.

10. El almacenamiento

Guardar cantidades importantes de maría en casa es imprudente, y si te pillan puede suponer una diferencia importante en cuanto a la posible condena. Lo mejor es compartir el riesgo con amigos de confianza y almacenar lo menos posible en un solo sitio.

Estas medidas de seguridad son imprescindibles pero, naturalmente, no eliminan el riesgo. El camino que elige el cultivador de marihuana es el de la aventura, y no hay aventura sin peligro. No obstante, es apasionante la cantidad de gente para la que vale la pena correr ese riesgo.

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Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.