Desde 2010 que la psiquiatra Suzanne Sisley investiga los efectos de la cannabis en el tratamiento del estrés postraumático en veteranos de guerra de EE.UU. Comprobó que muchos de ellos la usan para mitigar sus molestias.

Sin embargo, para probar clínicamente la eficacia de la sustancia tenía una dificultad: lograr una autorización oficial para usar marihuana en su experimentación.

La experta logró un paso decisivo en su afán el viernes pasado, luego que el Departamento de Salud de EE.UU. autorizó su estudio, la primera vez que este organismo acepta una investigación científica sobre el uso medicinal de la marihuana.

Sin embargo, funcionarios de gobierno advirtieron que la aprobación no implica un cambio en la política de drogas, sino sólo un reconocimiento de que la propuesta de la U. de Arizona cumple con las normas oficiales para la investigación con drogas ilegales.

Los protocolos del estudio fueron aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en abril de 2011, pero tras la aprobación del Departamento de Salud, sólo resta la venia de la Administración para el Control de Drogas (DEA), que debe autorizar la ubicación del lugar donde se almacenará la sustancia durante el estudio.

POTENCIAL MEDICO

“Había una montaña de evidencia anecdótica de que los veteranos estaban eligiendo la marihuana durante el tratamiento con medicamentos estándar de la FDA, medicamentos que no tuvieron eficacia y con frecuencia tenían efectos secundarios. Era imposible ignorar el creciente número de veteranos que parecen estar ganando alivio incluso con dosis pequeñas de cannabis”, sostiene la experta a La Tercera.

La investigadora se reconoce como republicana y asegura que nunca ha probado drogas ilícitas, pero que tiene el interés de saber por qué y cómo la cannabis estaba ayudando a muchos de sus pacientes.

La investigadora tuvo que pasar por un largo proceso en el Departamento de Salud para aprobar el estudio y ahora se enfrenta a los cuestionamientos de la DEA. “Se oponen a la naturaleza ambulatoria del estudio. Quieren que estos veteranos sean hospitalizados para administrarles la marihuana, lo cual es absurdo. Estamos tratando de hacer un estudio del mundo real y en los veteranos de la vida real y otros pacientes toman ese medicamento en sus hogares con seguridad y eficacia todos los días. ¿Por qué habríamos de encarcelarlos en el hospital por 12 semanas?”, indica.

Con tantos impedimentos, dice la experta, la mayoría de los científicos ha decidido no solicitar siquiera un permiso, por eso dice que esta aprobación es tan importante. “La implementación de este estudio podría dar lugar a otros proyectos de investigación cruciales”, sostiene.

La autorización estatal a su investigación es muy relevante, indica Sisley, ya que en los últimos 40 años todas las investigaciones han sido limitadas por el gobierno, porque la marihuana es considerada una droga de clasificación Clase 1.

En Estados Unidos, las drogas, sustancias y productos químicos se clasifican en cinco categorías, dependiendo del uso médico aceptable o del potencial de dependencia de la droga. La cannabis está en la Clase 1, la más peligrosa por su alto potencial para el abuso. Su consumo es penado y no puede ser usada como medicamento (ver recuadro).

A la fecha, sólo un centro de la U. de California en San Diego está autorizado para estudiar los efectos de esta droga en EE.UU. Se trata del Centro de Investigación de Cannabis Medicinal, creado por la Legislatura de California. Igor Grant, director del centro, indica que “hay una muy buena evidencia de que la cannabis es útil”. Hay 21 estados en los que se permite la marihuana medicinal, mientras en 2012, Colorado y Washington aprobaron su legalización para uso recreativo.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.