Representantes de todos los colectivos integrados en la nueva Federación rubricaron su código de buenas prácticas

Representantes de todos los colectivos integrados en la nueva Federación de Asociaciones Cannábicas de Cantabria firmaron ayer un código de buenas prácticas sociales y asociativas que será de obligado cumplimiento para todos ellos.

Una normativa, por decirlo así, nacida bajo el techo del Parlamento de Cantabria, donde tuvo lugar el acto protocolario de la rúbrica, y al abrigo de todos los grupos parlamentarios a excepción del PRC, que justificó su ausencia a los federados de antemano.

Así, Eduardo Van den Eynde (PP), Silvia Abascal (PSOE), Rubén Gómez (Ciudadanos) y Verónica Ordóñez (Podemos) fueron testigos de la firma de un código bajo el que se regirán, sin excepción, los colectivos que ayer participaron en la asamblea constituyente de la Federación de Asociaciones Cannábicas de Cantabria.

Según explicó el abogado del colectivo, Antonio Bezanilla, el reglamento era uno de los asuntos fundamentales sobre los que la federación venía trabajando durante estas últimas semanas.

«Hemos mantenido muchas reuniones en las que hemos abordado el reparto de poderes, la organización del trabajo, el pago de cuotas y, sobre todo, la elaboración de un código de buenas prácticas sociales y asociativas», indicó Bezanilla, para quien el resultado obtenido de todos los encuentros a este efecto «es un catálogo extenso, serio, autoexigente con los asociados y respetuoso con la sociedad».

Al acto asistieron miembros de todas las fuerzas políticas a excepción del PRC, que excusó su ausencia

Ayer vio la luz en el Parlamento, «un escenario que le da solemnidad a este acto», dijo el letrado, que explicó que los federados andaban buscando «una mesa en la que proceder a la firma».

Abrigo político

«Y ninguna mejor que la sede parlamentaria», añadió Bezanilla, satisfecho no sólo por la cesión del espacio sino por la implicación de los grupos de la cámara regional. «Han estado representantes de todas las fuerzas políticas cántabras –menos del PRC, que justificó su ausencia– porque les citamos para que fueran testigos del acto».

Después de verse en la firma y tras una primera toma de contacto, los responsables de la federación emplazaron a los políticos a una futura reunión en la que los primeros pretenden trasladar a los segundos «una batería de propuestas para trabajar juntos».

Durante esa breve entrevista, «nos han recordado que el Parlamento de Cantabria fue el primero en aprobar una proposición no de ley instando al Gobierno de España a regular el cannabis», dijo el letrado, que comentó que a los parlamentarios «no sólo les ha gustado sino que les ha sorprendido el catálogo».

Efectivamente extenso, el código recoge en cuatro grandes bloques «las obligaciones tanto legales como documentales a las que está sujeta esa federación»; «las obligaciones de seguridad y de protección de la salud pública como bien merecedor de la tutela social»; «las obligaciones higiénicas y de salud» y «las obligaciones medioambientales, de ordenación y de respeto por la convivencia ciudadana».

Doce páginas que recogen cuanto deben saber los integrantes de cualquiera de las casi 40 asociaciones cannábicas que existen actualmente en Cantabria para poder llevar a cabo sus actividades sin que ello interfiera negativamente en la buena convivencia con el resto de los ciudadanos.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.