El cultivo de cannabis en América se debió a la acción humana consciente. Los españoles introducen el cáñamo en Latinoamérica y la cultivaron en sus colonias desde el siglo XVI al XIX con fines industriales (para cuerdas, velas, etc…) (Escohotado, 1999:68)

© Isidro Marín Gutiérrez | Ilustraciones: Laura Fernández Vadillo

Existe la historia de que el cannabis entró en tiempos prehistóricos por algunas de las hordas nómadas que pasaron por el estrecho de Bering; o que algún comerciante fenicio o tartesio hubiese cruzado el océano y hubiese introducido esta planta o alguna horda vikinga. Ésta era utilizada fumada, comida y para crear tejidos, cuerdas, redes, etc… (Salvat, 1997:16). Se afirma que se han hallado de numerosas madejas, una saya, una capa y una bolsa de cáñamo en una tumba prehistórica en Morgan Country, Tennesse. Otros investigadores afirman que “la marijuana fumada era conocida por los indios antes de la llegada de Colón” (Lingeman, 1969:146). Se afirma que la mota era conocida por sacerdotes toltecas, mayas, aztecas e incas. Lo utilizaban como incienso en partos y los bebes tomaban papillas de semillas de cáñamo como suplemento alimenticio. También era utilizado en la observación de las estrellas y en la comprensión de los mensajes de los viracochas o seres sagrados de la creación. También Miguel Ángel Asturias inserta directamente la hierba entre el patrimonio espiritual de los pueblos precolombinos en una de sus Leyendas de Guatemala (1930), la de la Tatuana. Yo dudo de todo esto, no creo que el cannabis se utilizara por los pueblos precolombinos. Tomaban otro tipo de sustancias como los hongos; los pueblos precolombinos edificaron templos y realizaron esculturas dedicados a diversos dioses-hongos. Entre los aztecas se rendía culto a Xochipilli considerada la diosa de las flores y los chamanes entraban en trance con diversas drogas alucinatorias como parte de los rituales de comunicación con los dioses. Lo que sí es cierto es que existe una variedad de cáñamo salvaje antes de llegar los españoles llamado cannabicum de Acnida o cannabicum de Apocynum que es una planta que produce fibra pero menos que el cáñamo (cannabis sativa) (Abel, 1980).

Otras plantas más importantes, el tabaco o el peyote

Pero los indios consumían tabaco, según Antonio Pigafetta (1491-1534) que fue secretario de Magallanes y llevó el diario de la primera expedición que dio la vuelta al mundo: “un tizón de hierbas cuyo humo bebían, no entiendo qué placer y qué provecho hallan en ello”. Dentro de las costumbres indígenas, estaban la adoración a los ídolos de madera y que durante las ceremonias, el cacique coloca en su cabeza un polvo que se aspira por medio de una caña de dos tubos que se mete en la nariz y entonces se pone “fuera de tino” delirando como borracho.

Los indios precolombinos consumían peyote. El 19 de junio de 1620 en la ciudad de Méjico la inquisición decretó formalmente el uso del peyote como prohibido:

“El uso de la planta o raíz llamada peyote es una actividad supersticiosa y reprobable por atacar la sinceridad de nuestra fe católica. Por consiguiente declaramos que nadie podrá usar dicha planta y ninguna otra de iguales o parecidos efectos, advirtiéndosele que en caso de obrar en contrario, en los delitos y faltas mencionados, podrá ser perseguido y procesado por rebelión y desobediencia contra la santidad de la fe católica” (Castilla, 2003:40)

Primeras semillas mejicanas

En 1519 Hernán Cortés zarpaba a la conquista de México. Se cree que el cáñamo fue llevado a Méjico por Pedro Cuadrado de Alcalá del Río, un conquistador del ejército de Cortés cuando realizaba la segunda expedición a Nueva España (Méjico). Cuadrado y un amigo cultivaron con bastante éxito. El gobernador finalmente les obligó a que limitaran su producción en 1550 (Mosk, 1939:171-175). En 1532 el Gobernador Don Sebastián Ramírez de Fuenleal mandó sembrar aquellas primeras semillas para desarrollo de una agricultura que era deficitaria entre los indios. Otros virreyes también fomentaron el cultivo de cáñamo, por sus múltiples aplicaciones, y llevaron labradores de España para instruir a los nativos.

Del uso meramente industrial del cannabis sativa se pasó al uso medicinal. En Méjico se conoció la aplicación medicinal del cannabis, pues en 1712, Juan de Esteyneffer, un jesuita, en su “Florilegio medicinal de todas las enfermedades” le asigna propiedades contra algunos padecimientos (Atlas de las plantas de la medicina tradicional, 1994: 974-976). Afirma que las semillas de cáñamo se usaban en horchata contra la gonorrea (enfermedad venérea muy común) y que masticadas disminuían la cantidad de leche materna.

Incluso se dice que los porros se inventaron en alguna isla del Caribe. Según un informe histórico que data del año 1561, en una isla caribeña de la cual no se especifica el nombre, al llegar la época de la recolecta, cortaban las hojas de cannabis, las ataban en fajos y las ponían al lado del fuego hasta que estaban perfectamente secas. Y cuando deseaban utilizarlas tomaban una hoja del conjunto y poniendo dentro una de las otras, las envolvían juntas estrechamente. Luego prendían fuego en una de las extremidades e introduciéndose el otro extremo en la boca, aspiraban el humo (Salvat, 1997).

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Los españoles introducen el cannabis con un fin mercantil para obtener fibra para los aparejos de su armada. En 1545 se introduce en Chile (cerca de Santiago de Chile) para realizar principalmente cuerdas (que años después logrará la capacidad de exportar a España); en 1554 entra en Perú.

El cannabis en Brasil y Cuba

Si los europeos conocían las cualidades del cannabis como fibra y su interés era éste, para la mano de obra esclava su interés por el cannabis era sus propiedades psicoactivas. La llegada masiva de esclavos a Brasil se inició en la segunda mitad del siglo XVI, pero ya en 1501 se registró la presencia de esclavos en Santo Domingo, Puerto Rico, Cuba y Jamaica, donde entraban al año unos 4.000. Los esclavos angoleños llevaron cannabis a las plantaciones del noreste de Brasil. No se sabe con certeza cuando el cannabis se introdujo en Brasil pero se establecería su cultivo en algún momento posterior a 1549. Los esclavos transportaron semillas de cannabis en muñecas de trapo atadas a sus recargadas vestimentas. Los colonos permitieron que cultivasen su maconha entre las cañas. Las palabras para la marihuana en Brasil incluyen maconha (de origen angoleño), liama y diamba que se parecen lingüísticamente al rimaba, diamba y liamba de origen africano. La utilizaban con fines religiosos y con fines festivos en sus cortos periodos de inactividad. Los colonos sólo se limitaban a oler los cigarrillos. Los indígenas y mestizos rurales adoptaron el consumo de cannabis para sus fines medicinales y sociales. El consumo pasó de Brasil al caribe a finales del siglo XIX (Courtwright, 2002:73).

La introducción del cannabis en Cuba fue en 1793 pero los agricultores estaban más interesados en la caña de azúcar ya que salía muy barata gracias al trabajo de los esclavos negros. Así que hubo poca producción de cannabis (Scafer, 1958:322).

En 1794 se crea por real cédula el Consulado de Buenos Aires. Como secretario, Manuel Belgrano inicia la propaganda en favor del comercio libre, propicia el cultivo del cáñamo y apoya la creación de escuelas de dibujo y náutica.

Introducción del cannabis en Jamaica

Sobre la introducción del cannabis en Jamaica no existe una fecha exacta. Mucho tiempo después de su descubrimiento, alrededor del 1800, los británicos enviaron a un experto en cáñamo ruso a Jamaica para comprobar si la planta se podía plantar productivamente en la isla, el esfuerzo falló y la producción se abandonó (Rubin y Comitas, 1975:15). A partir del Acta de Emancipación de 1834 provocó la desaparición en 1838, en las colonias inglesas, de la esclavitud en el Caribe; se estimuló que aumentase la mano de obra barata de otras zonas. Llegaron retenidos medio millón de indios forzados a trabajar en las plantaciones de azúcar. Las plantas de cannabis comenzaron a crecer salvajemente y cuando llegaron obreros de la India a trabajar a Jamaica descubrieron gratamente que existía ganja en Jamaica. Se produjo un proceso de sincretismo religioso entre los cristianos coptos jamaicanos y la religión hindú. Se han fusionado las dos tradiciones sobre todo en los grupos marginales que explican la Biblia y el Libro de las Revelaciones como una profecía de la diáspora negra. Así los jamaicanos fuman el ganja en chillums (llamados kutchiies) y el cannabis de mayor calidad se llama cally (en honor a la diosa india de la destrucción Kali) (Matthews, 2002: 38, 133) (Lambros Comitas, 1975). Pero el rastafarismo no aparece hasta principios del siglo XX, sobre todo a partir de los años 30 que fue una época de malestar social y de agitación provocados por la crisis económica de 1929 de los EE.UU. en donde 20.000 jamaicanos volvieron a sus casas al terminar sus contratos de trabajo en países como Panamá o Cuba.

A mediados el siglo XIX, influidos los poetas y literatos franceses (del llamado “Club del Hachís”) se comienza a consumir cannabis pero con distintas variantes. Así es como se extendió la costumbre, entre las más de 20.000 prostitutas de la vida nocturna de la capital mejicana, de fumar “mariguana”. Se llamó así, según nos cuenta una posible versión, con el popular nombre de marijuana por causa de que las curanderas se llamaban siempre Marías o Juanas y utilizaban la planta del cannabis (como aún se sigue haciendo) con fines medicinales.

Una sustancia ritual

También es cierto que en la actualidad existen tribus que han aceptado el cannabis como droga ritual. Como por ejemplo los indios cuna de Panamá que utilizan cannabis como una planta sagrada; los indios cora de la Sierra Madre Occidental de Méjico que utilizan el humo del cannabis en el curso de sus sagradas ceremonias o los indios tepehua, familia de los mayas que consideran al cannabis la “Santa Rosa”, parte del corazón de Dios. En los años 50 el antropólogo Roberto William García (1963:215-221) de la Universidad de Veracruz, estudió un pequeño grupo de indios asentados cerca del Golfo de Méjico. Un miembro del grupo le dijo que “La Santa Rosa” no se podía tratar como algo que se consumía pasivamente. Afirmó: “No es necesario que juegue contigo. Es necesario que tú juegues con ella. Y los que no se pueden contener, los que tienen una mente llena de problemas, tienen problemas. Este tipo se viene abajo. Si uno controla aprende cosas nuevas sobre los procesos psicológicos”. Afirma que los indios cuna de Panamá ven al cannabis como una planta sagrada, como un pedazo del corazón del Dios (Matthews, 2002:134).

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Los taínos no consumieron cannabis hasta la llegada de los españoles. Utilizaban la “cohoba” (anadenanthera colubrina) es una droga visionaria que les ayuda a los taínos a la hora de comulgar con los dioses y de tomar decisiones importantes para la vida de sus comunidades. Esta sustancia la mezclaban con polvo de conchas y con tabaco.

 

BIBLIOGRAFÍA

  • Abel, E.L. (1980). Marihuana: The first 12,000 years. Plenum Press, Nueva York
  • Castilla, A. (2003). Cultura Cannabis. Editorial Megamultimedia, Málaga
  • Courtwright, D. T. (2002). Las drogas y la formación del mundo moderno. Breve historia de las sustancias adictivas. Paidós Contextos. Barcelona
  • Escohotado, A. (1999). Historia general de las drogas, Espasa Forum, Madrid
  • Lambros Comitas (1975). “The social Nexus of ganja in Jamaica”, en Cannabis and Culture, Mouton, The Hague
  • Mosk, S. A. (1939). “Subsidized hemp production in Spanish California” Agricultural History 13
  • Rubin, V y Lambros Comitas (1975). Ganja in Jamaica: A medical Anthropological study of chronic marihuana use, La Haya: Mouton
  • Salvat, J. (1997). “Érase una vez el cannabis en la historia” en especial Ajoblanco, Ediciones culturales Odeón S.A., Barcelona
  • Scafer R. J. (1958). The economic societies in the spanish world, Syracuse University Press, Syracuse

CRONOGRAMA

1492- Los barcos conducidos por Colón que llegaron a América llevaban 80 toneladas de cáñamo entre cuerdas, redes, velas y demás útiles navales.

1521- El conquistador Hernán Cortés mandó traer cáñamo para levantar la economía de la destruida ciudad azteca de Tenochtitlán.

1530- El conquistador Pedro Cuadrado de Alcalá de Henares trae las primeras semillas de cannabis sativa. La Segunda Real Audiencia, presidida por el obispo Juan de Zumárraga, autoriza el cultivo de cáñamo, inclusive él mismo la siembra en su rancho de Chalco, para comenzar una economía próspera.

1532- El Gobernador Don Sebastián Ramírez de Fuenleal sembró cáñamo para desarrollo de una agricultura que era deficitaria entre los indios.

1545- El rey de España Carlo I, emite una ordenanza real para autorizar sembrar cáñamo en las Indias occidentales y pide el apoyo de virreyes y gobernadores. Los españoles llevan el cannabis a Chile.

1550- El segundo virrey de la Nueva España Luis de Velasco recomienda reducir el cultivo del cáñamo porque los indígenas lo estaban utilizando para otros fines que no eran los textiles.

1554- Los españoles llevan el cannabis a Perú

1700- Los jesuitas llevaron a la Alta California el cáñamo para fabricar sus sayales y sandalias. La semilla se quedó en Sinaloa, aunque también se cultivo en California y en Atlixco, Puebla.

1712- El jesuita Juan Esteyneffer incluye el uso médico del cáñamo en su libro Florilegio de todas las enfermedades.

1769- Las Autoridades reiteran la prohibición del cannabis para el uso médico en la herbolaria indígena.

1772- El escritor José Antonio Alzate defiende el consumo de cannabis (llamado “pilpiltzintzintles”).

1776- El rey Carlos III ordena el inicio de la Empresa de Implantación de Cáñamo en la Nueva España, para producir velas para la Armada Española. Traen a 13 labradores gallegos para enseñar a los indígenas mejicanos a cultivar el cannabis.

1796- El virrey Miguel Lagrua Talamanca y Branciforte, emite un bando donde retoma las anteriores inicativas reales para fomentar e impulsar el cultivo del cáñamo para que ayude a la economía novohispana, se titula Instrucciones para Sembrar, Cultivar y beneficiar El Lino y Cáñamo en Nueva España.

1808- Comienzan las guerras de independencia hispanoamericanas. Se establecen las juntas autodesignadas en México y Montevideo, y se sigue de la constitución de los nuevos estados independientes.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.