Cobertura informativa de Expocannabis Sur en el Diario Sur. La venta de semillas y de productos para el cultivo del cáñamo nutren la oferta de esta feria.

«Los siete mares ya tienen nuevo protector gracias al magnífico cruce con madre ‘Great White Shark’. Produce efectos medicinales por su alto contenido en CBD. Relaja el cuerpo y los músculos y garantiza un sueño reparador. Te sentirás el ‘Gran Kajuna’». Tal cual. Es uno de los diez textos que se puede leer en un catálogo de semillas de marihuana cogido al azar de uno de los cien expositores que forman parte de ‘Expocannabis Sur. Foro del Cáñamo y Tecnologías Alternativas’, que desde ayer y durante todo el fin de semana se celebra en el Palacio de Ferias de Málaga. Y el lugar es la primera sorpresa.

Para Raúl del Pino, uno de los responsables de la organización, «de alguna manera demuestra que la situación en España se está normalizando». Asegura que ni siquiera han tenido que batallar para conseguir este espacio y que les ha bastado con presentar el dossier.

Lo cierto es que aunque Expocannabis Sur se estrena en Málaga, tiene sus versiones consolidadas en Madrid y Barcelona, donde se celebra desde hace cinco y siete años respectivamente. La segunda sorpresa es el precio, que triplica el de otras ferias que se han celebrado allí. Entrar un día cuesta 12 euros; un bono para los tres días cuesta 30 euros. No está permitida la entrada a menores de 18 años, ni siquera acompañados. Además de la visita a los expositores, la entrada incluye conferencias que tratan aspectos tales como el cultivo del cannabis para ‘clubs de consumidores’; cómo actúa el cannabis en el cerebro o la legalización de la marihuana medicinal, entre otros.

Venta de semillas
El olor a marihuana viene y se va todo el rato, aunque hay que dejar claro que en esta feria sólo se venden semillas; productos y artilugios para cultivar, como tierras, fertilizantes o lámparas; todo tipo de parafernalia para fumar o vaporizadores para inhalar evitando los males de la combustión. Pero puede ocurrir que quien vende, fume y que quien visite la muestra fume también, y por eso el olor dulzón de la cannabis sativa viene y se va. «Es un lugar perfecto y una fecha perfecta. Si se consolida, muchos turistas aprovecharán para venir unos días de vacaciones y visitar este tipo de muestras».

Fernanda de la Figuera, de la Asociación Ramón Santos del estudio del cannabis (Arseca), está sentada al sol en la zona central descubierta del Palacio de Ferias. Le da unas caladas a un cigarrillo liado y le entra una tos tremenda. Mientras tose mueve la cabeza indicando que no; que no se le ha ido por otro lado: «es que esta es de interior y a mí las de interior no me van». Su presencia en la feria tiene más que ver con ese espacio que la organización reserva a las asociaciones que luchan contra el prohibicionismo; «A las asociaciones que pedimos un cambio de política, para que la marihuana ocupe el lugar que le corresponde como planta ‘number one’ en el mundo de la naturaleza», resume Fernanda. «Luchamos para que nos dejen cultivar para nuestro propio consumo y para que no nos señalen», dice Yolanda González, que tiene un ‘grow shop’ (tienda de cultivo) en Alicante.

Volumen de negocio

«¿Qué mejor forma de no acudir al mercado negro y financiar a la mafias que cultivando tú mismo?», se pregunta Raúl del Pino. El responsable de Expocannabis Sur y redactor jefe de la revista ‘Cannabis Magazine’ cifra en 50 millones de euros el dinero que mueve la industria: «Es dinero que se le resta al tráfico de drogas», mantiene.

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