Melina Alvarez es una madre de familia que está causando polémica en el país, debido a que está desafiando al Estado mexicano, al plantar marihuana en su propia casa para ayudar a su hijo enfermo.
Diego de 10 años de edad, tiene un diagnóstico de epilepsia, autismo y parálisis cerebral. Empezó a tomar gotas de aceite de cannabis en 2014, y desde entonces ha dejado de ingerir tres medicinas, las cuales representaban un gasto fuerte al bolsillo de Melina, además el menor dejó de presentar convulsiones y su rendimiento escolar ha mejorado.
“En casos donde la salud está en riesgo, pues la desobediencia. No tengo miedo porque creo que estoy defendiendo algo justo: la salud de mi hijo”, dijo Alvarez en entrevista.
La mujer se cansó de esperar por una respuesta por parte de las autoridades, ante el caso de su hijo, así que tomó los riegos necesarios para mejorar la calidad de vida de su pequeño.
Melina utilizó el internet como herramienta para aprender a cultivar el cannabis y sacar de éste los aceites necesarios para ser ingeridos por Diego.
Al ver los resultados positivos de la marihuana en su hijo, quiso perfeccionar su técnica asistiendo a un taller donde varios activistas enseñan las diferentes aplicaciones que la planta puede ofrecer a la salud humana.
“La gente que viene a ese tipo de taller, es la gente que ya se cansó de esperar respuesta de los médicos, de los políticos, de las autoridades sanitarias”, señaló Nico Malazartes, activista y educador.
Durante el mes de enero del presente año, la Ciudad de México aprobó el uso medicinal del cannabis, pero sólo podría entrar en vigor si se promulgará una Ley Federal.
El tema es tan controversial que diferentes canales indican que la marihuana es una planta que amenaza al sistema farmacéutico, pues es una hierba que puede crecer en cualquier parte y los beneficios que se obtienen de ella son numerosos, ya que puede tratar enfermedades mentales como la depresión, y algunas mortales como el cáncer.
“Creo que debería estar legalizado el uso del cannabis medicinal y también el autocultivo porque ¿de qué sirve que este legalizado si nos lo quieren vender?”, finalizó Melina.
Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.