Trucos para cultivar marihuana
Muchos cannabicultores vuelven a iniciar sus cultivos indoor en otoño, ya que la bajada de las temperaturas permite gastar menos energía en climatizar la sala. En el post de hoy te damos 10 trucos para cultivar marihuana.
Sin embargo, esta época del año puede ser algo complicada para el cultivo en interior. Por una parte, al aumentar la humedad ambiental, se eleva también el peligro de infección por hongos y, por la otra, durante las primeras semanas sigue haciendo bastante calor, por lo que el riesgo de plagas continúa siendo alto. Llevar a cabo una estrategia de prevención adecuada es fundamental para no tener que hacer frente a ninguno de estos contratiempos. En este artículo explicaré las principales precauciones que debemos tomar en interior para evitar tener que combatir a plagas o enfermedades.
¿Qué son las plagas y enfermedades?
Normalmente, a la hora de establecer una estrategia de prevención que mantenga sano nuestro cultivo, nos referimos a las plagas y enfermedades como un todo, aunque no acaban de ser lo mismo. Una plaga es el aumento de la densidad de población de una determinada especie animal (normalmente insectos o ácaros) que provoca lesiones en las plantas, mientras que una enfermedad es un daño causado de forma persistente por algún factor determinado (un virus o la falta de nutrientes, por ejemplo). Cuando una planta está enferma, especialmente por factores abióticos (sequía, anegamiento u otro contratiempo derivado de un ambiente hostil), es más susceptible de sufrir el ataque de insectos o ácaros, ya que su sistema inmune se encuentra debilitado. Asimismo, aunque las heridas que estos producen no causan enfermedad de forma directa, sí que pueden favorecer su aparición, ya que pueden transmitir virus o provocar lesiones que faciliten infección por botrytis, por ejemplo. Tanto si sufrimos una plaga como una enfermedad, la consecuencia para el cultivo será la misma: una reducción significativa o total de la capacidad productiva.
Existen unos principios generales para el control de enfermedades en plantas que ayudan a manejar los percances que puedan surgir sobre cualquier cultivo en cualquier ambiente. Estos también son aplicables al cultivo indoor y fueron enunciados por Whetzel en 1929. Te los detallo a continuación:
- Evasión: Se evita la enfermedad cultivando en una época o lugar donde no se encuentra en inóculo o el ambiente no es favorable para la infección.
- Exclusión: Consiste en impedir la introducción del inóculo en el cultivo.
- Erradicación: Se pretende la eliminación, destrucción o inactivación del inóculo.
- Protección: Trata de impedir la infección por medio de algún tóxico o barrera.
- Resistencia: Se refiere al empleo de genotipos tolerantes o resistentes.
- Terapia: Hace alusión al tratamiento de las plantas infectadas1.
Muchos de ellos debemos tenerlos en cuenta antes de empezar a cultivar para poder prepararnos adecuadamente.
Trucos para cultivar marihuana: la sala de cultivo
Cumpliendo con los principios de evasión, exclusión, erradicación y protección, dos de los requisitos indispensables para una estrategia de prevención efectiva son la desinfección y aislamiento de la sala de cultivo. Es decir, antes de empezar siquiera a instalar los aparatos necesarios, deberemos aislar y desinfectar la habitación. Lo más recomendable es que en la estancia que vayamos a utilizar no haya nada más que lo imprescindible para cultivar. Las cosas de tela y otros enseres pueden servir de refugio a algunos organismos, por lo que debemos evitar su presencia en la medida de lo posible. Una vez hayamos vaciado el cuarto, pasaremos a aislarlo.
Es muy importante tener en cuenta que, para que la sala esté correctamente aislada, las ventanas no deben abrirse en ningún momento a lo largo de todo el ciclo. Algunos cultivadores noveles tienen la ocurrencia (admito que yo también la tuve en su día) de situar el cultivo justo debajo de una ventana que abren ocasionalmente para que “les dé el aire” a las plantas, especialmente cuando hace calor. Esto sólo acaba en plagas, así que evita hacerlo. No obstante, es bastante aconsejable obtener el aire fresco que entrará en la sala de cultivo del exterior. Para ello, la opción más sencilla es dejar la persiana casi totalmente bajada con una rendija por donde pueda entrar el aire y, con la ventana abierta, colocar una placa de porexpan, madera o algún material similar que cubra todo el ancho de la misma y que cuente con algún agujero donde situar el intractor. Si prevemos que el ruido del aparato pueda molestar a los vecinos, es aconsejable colocarlo en una caja que lo insonorice. Asimismo, es muy importante que coloques un filtro para evitar la entrada de esporas o insectos. Puedes utilizar una tela muy fina o comprarlo en cualquier growshop. En cuanto a la extracción, aunque no es recomendable ponerla en la misma ventana de la que tomamos el aire, si no nos queda más remedio, intentaremos situar el extractor en el lado opuesto al intractor, poniendo la entrada de aire en la parte baja de la ventana y la salida en la parte alta. De esta forma, como el aire caliente tiende a subir, nos evitaremos en cierta medida volver a introducir el aire que previamente habíamos expulsado. También es aconsejable poner algún filtro en la extracción.
Una vez tengamos la sala aislada, pasaremos a desinfectarla con agua y lejía, limpiando suelo, ventanas y paredes (si se puede). Asimismo, es recomendable desinfectar los enseres que vayamos a emplear en el cultivo, sobre todo si son reutilizados.
Qué plantar
Una vez tengamos instalado lo necesario para cultivar, llega el momento de sembrar. A la hora de poner las plantas en la sala de cultivo, hay que seguir ciertas pautas para prevenir las plagas y enfermedades. En primer lugar, debemos utilizar un buen sustrato que esté libre de patógenos y tenga una buena capacidad de aireación. Si además le agregamos trichoderma, aumentaremos la resistencia a enfermedades en el medio radicular. También tendremos que añadir algo de arlita en fondo de las macetas para evitar el anegamiento y su consecuente falta de oxígeno para las raíces. Asimismo, procuraremos dejar cierta distancia entre macetas (unos cinco centímetros) para que las plantas no se toquen demasiado entre sí. En segundo lugar, deberemos decidir qué vamos a plantar. Lo más recomendable sería escoger variedades resistentes a las plagas o enfermedades más comunes. Por tanto, en líneas generales, si vivimos en una zona húmeda, intentaremos cultivar genéticas resistentes a los hongos y, si nos encontramos en una zona seca y calurosa, a la araña roja.
Si tenemos pensado iniciar nuestro cultivo partiendo desde esquejes, es importante que asegurarnos de que provienen de una fuente fiable y que los tratemos previamente por si acaso. Para ello los sumergiremos completamente (hasta la base del tallo) en agua con extracto de canela, que tiene un efecto fungicida, acaricida e insecticida. También podemos utilizar otros productos, pero deben tener esta triple acción. Además, en el caso de los esquejes que no vayamos a florecer y que tengamos intención de llevar a nuestro armario de plantas madre, deberemos mantenerlos aislados en cuarentena previamente. Es decir, antes de introducirlos en el mismo espacio en el que guardamos nuestros parentales, es muy aconsejable tenerlos apartados durante un tiempo prudencial de treinta o cuarenta días aproximadamente para asegurarnos de que están completamente libres de plagas o enfermedades. Para mantener los esquejes durante este tiempo, podemos utilizar un fluorescente con un fotoperiodo de dieciocho o veinticuatro horas y macetas de medio litro aproximadamente.
Durante el cultivo
Si queremos preservar un correcto aislamiento, tenemos que evitar entrar a la sala de cultivo con la misma ropa con la que vamos por la calle, ya que, como he explicado anteriormente, las telas pueden albergar insectos o microorganismos. Además, siempre que vayamos a manipular las plantas deberemos hacerlo con las manos limpias, especialmente si hemos estado tocando cualquier otra planta o si hemos visitado otro cultivo. De hecho, lo ideal es entrar a la sala de cultivo recién duchados y con ropa limpia porque así estamos seguros de que no introducimos nada perjudicial para las plantas.
Para estimular el crecimiento y evitar el desarrollo de hongos, es muy aconsejable podar las ramas más bajas, ya que sus hojas suelen tocar el sustrato húmedo con bastante frecuencia y pueden pudrirse. También deberemos limpiar la sala de cultivo una vez cada quince días aproximadamente, quitando las posibles hojas caídas, el polvo de los aparatos, el sustrato que el riego ha arrastrado, etc.
Más allá de los trucos para cultivar marihuana que enumeraremos a continuación, otro requisito imprescindible para mantener unas plantas sanas consiste en regar correctamente, con agua de buena calidad y mantener unos parámetros ambientales adecuados. Las plantas que sufren exceso o carencia de nutrientes o agua son más débiles ante el ataque de cualquier organismo, ya sea un insecto o un hongo. Asimismo, hay determinadas condiciones ambientales, como una temperatura muy elevada o una humedad relativa demasiado alta, que favorecen el desarrollo de plagas u hongos.
Además de seguir todas estas recomendaciones, tampoco está de más la aplicación de algún preventivo como aceite de neem o infusión de cola de caballo para aumentar la resistencia de nuestro cultivo a plagas y hongos de forma natural.
Por último, pero no menos importante, para acabar de completar una buena estrategia de prevención, es necesario revisar a menudo las plantas para asegurarnos de que están libres de plagas y hongos. Esta tarea nos permitirá actuar a tiempo en caso de que surja algún problema, ya que si actuamos desde el primer momento nos será más fácil controlarlo.
Trucos para cultivar marihuana: diez pasos para un cultivo sano
Aunque llevar a cabo todas las acciones aquí descritas puede parecer una tarea algo pesada, lo cierto es que no son tantas y, si nos acostumbramos a cultivar de esta forma, sufriremos menos plagas y menos infecciones por hongos. Nada nos garantiza poder librarnos de ellos al cien por cien, pero una buena estrategia de prevención dificulta su aparición y proliferación y facilita su control. A continuación, te resumo las prácticas explicadas en diez sencillos pasos que puedes consultar fácilmente si lo necesitas.
- Vacía y aísla la habitación donde vayas a cultivar.
- Desinfecta la sala de cultivo y los enseres que vayas a emplear.
- Utiliza un buen sustrato (con trichoderma si es posible) y un buen sistema de drenaje.
- Cultiva variedades resistentes a las plagas o enfermedades más comunes en la zona o época.
- Trata a los esquejes con las medidas de desinfección y prevención adecuadas.
- Utiliza ropa limpia y lávate las manos para entrar a la sala de cultivo o manipular las plantas.
- Poda las ramas bajas y mantén limpio el espacio de cultivo.
- Riega correctamente con agua de buena calidad y mantén unos parámetros ambientales adecuados.
- Aplica preventivos para reforzar las defensas naturales de las plantas.
- Revisa las plantas frecuentemente para asegurarte de que están libes de plagas y enfermedades.
Espero que te haya gustado este artículo sobre trucos para cultivar marihuana y que pueda serte útil para mantener más sano tu autocultivo. ¡Muy buenos humos!
REFERENCIAS
- Estrategias para el Manejo de las Enfermedades de las Plantas de The American Phytopathological Society, Sitio web: http://bit.ly/1TueyCc
Acerca del autor
Mari SH
Aventajada maestra en el arte del cultivo, tiene una larga trayectoria como cannabicultura y redactora de contenidos cannábicos