En un entorno cannábico repleto de posibilidades a la hora de realizar un cultivo, ya sea de interior o de exterior, ¿por qué decantarnos por algo tan básico como un cultivo BIO? Para quienes anden más despistados, un cultivo BIO, ecológico, orgánico o como quieras llamarlo (ya que bajo la legislación del estado todo son sinónimos) consiste en un cultivo que respete el medio ambiente, donde no se utilicen productos químicos como abonos o pesticidas, que dañen el medio y a la propia planta. En resumen, un cultivo natural.
por Nvidia
Utilizando productos orgánicos, naturales y beneficiosos tanto para el sustrato, como para la planta y el medio que la rodea, obtendremos un cultivo BIO. En este tipo de cultivos no se admiten insecticidas químicos de ningún tipo, ni abonos con base mineral (denominados químicos también). Ni sustratos inertes como la fibra de coco, la arlita, etc. Y aunque algunos intentan hacer BIO cultivos en hidroponía, lo cierto es que solo algo tan natural y lleno de vida como la propia tierra puede ofrecernos la posibilidad de hacer un auténtico biocultivo.
Resumiéndolo un poco, basta con cultivar en tierra natural (esto lo veremos más adelante) y utilizando únicamente como insecticidas, preventivos, abonos y estimuladores productos orgánicos válidos para la agricultura biológica.
Seguro que te preguntarás qué diferencia puede haber en un cultivo elaborado con químicos y un cultivo elaborado con medios naturales (Bio cultivo). Supongo que la forma más sencilla de explicártelo, es que veas por ti mismo un vídeo donde una niña de once años te lo va a dejar más que clarito: http://goo.gl/p6FSgi
Sin duda te recomiendo ver el vídeo, pero si no tienes esa opción, te explicaré lo que sucede en él: Esta niña tenía curiosidad por saber cuánto tiempo tarda una patata en sacar raíz y hojas si la pone en remojo, así que junto a su abuela compran una patata en un supermercado y la ponen en agua. Esperaron tres semanas y no pasó nada, así que compraron otra patata y repitieron el proceso, pero tras otras tres semanas, tampoco sucedió nada. Decide ir a hablar con el dependiente que le vendió la patata, el cual le explicó que las patatas están rociadas con productos químicos prácticamente desde que germinan. Le recomienda a la niña que compre una de sus patatas ecológicas, ella acepta y se la lleva a casa. Repite nuevamente el proceso, la pone en remojo y tras más de un mes, nos muestra cómo la patata ha sacado unas tímidas raíces y unas pequeñas hojas. Paseando con su abuela, decide ir al mercado orgánico (donde se aplica más estrictamente la agricultura biológica) y compra una patata allí. Repite el proceso poniéndola en remojo y en tan solo una semana, la patata muestra unas raíces y unas hojas inmensamente grandes.
Este vídeo explica cómo nos están envenenando inmunemente y que la agricultura orgánica aporta frutos llenos de vida, frente a productos envenenados de la agricultura que utiliza pesticidas y abonos químicos.
Lo orgánico siempre es mejor, eso es indiscutible y por eso se hacen BIO cultivos de marihuana, para obtener cogollos lo más naturales posibles, ya que si podemos ofrecer lo mejor y más natural a nuestro cuerpo, ¿por qué hacerlo de otra forma? No es lo mismo fumar marihuana cultivada de forma natural que cultivada con abonos agresivos con base química. El sabor, el olor, el aspecto e incluso la ceniza que queda tras fumarla, es completamente diferente. Todo perro viejo en este mundillo sabe que una ceniza blanca y ligera en el porro es sinónimo de una hierba cultivada perfectamente, sin exceso de nutrientes químicos. Cuanto más oscura sea la ceniza (obviamente fumando solo hierba, sin tabaco), más repleta de nutrientes está, más rasca al fumar, es más nociva para nuestro organismo y en definitiva, está peor cultivada.
¿Necesitas más motivos? La hierba cultivada con productos orgánicos es más resistente a plagas y hongos, es más sabrosa tanto en olor como en sabor y su efecto es mucho más limpio. No vamos a negar que la producción es algo menor que la que podríamos obtener chutándoles abonos químicos, pero tiene su recompensa.
Si lo que buscas es obtener la máxima producción en tu cultivo sin importar la calidad del mismo, este artículo no te va a interesar. Si quieres mejorar la calidad de tu hierba y experimentar un sabor y olor más intenso junto a un efecto más limpio y definido, anímate a probar el BIO cultivo.
Acudo al grow en busca de un poco de tierra y comentando un poco el tema del biocultivo me indican que la mayoría de sustratos tienen una pequeña base de abono mineral (químico) y que algunas empresas han sacado un sustrato completamente orgánico.
Me decido por una de estas y lo pongo en pequeños vasos con el culo perforado, donde acostumbro a dejar las peques recién germinadas por una o dos semanas antes de trasplantarlas. Su aspecto es algo extraño, seco y áspero al tacto (parece que la tierra viene excesivamente seca), poco molido, con grandes “tropezones” de turba, algunos trozos de palo, fibras, etc.
En realidad el aspecto me gusta más de lo que en un principio me pareció, pienso que es bastante natural ya que parece como recién cogido de un pinar, por lo que me pongo a hidratarlo con mucha paciencia para finalmente poner las semillas recién germinadas.
Las semillas brotan a los pocos días, lo cierto es que parecen salir con buen vigor, supongo que este sustrato natural y bien oxigenado (parece coco en ocasiones), está influyendo muy positivamente en el crecimiento de las plántulas.
Existen ciertas bacterias presentes en los sustratos que son muy beneficiosas para las plantas, aunque no siempre están tan desarrolladas como deberían, ni existen en todas sus modalidades en todos los sustratos. Así que decido invertir en la compra de bacterias, son completamente naturales y beneficiosas para el biocultivo.
Tenemos a nuestra disposición decenas de estas bacterias que podemos encontrar en cualquier vivero, o como bacterias específicamente preparadas para el cannabis, de venta en la mayoría de grows. Me inclino por las específicas y pillo unos pequeños botes para la etapa de germinación (primeros días en tierra), crecimiento (estimulan el follaje y ramificación) y para la floración. Las iré aplicando cuando corresponda y para estimular el sistema radicular de la planta aplico el adecuado para la etapa de germinación en el agua de riego, una única vez.
Para evitar usar productos químicos, uso agua reposada durante unos días para evitar que contenga cloro y bajo el ph (la acidez del agua) con zumo de limón. Creo que es la forma más sencilla y natural de preparar agua para regar (depende de zonas, el agua del grifo no es nada buena para el cultivo por tener excesiva cal o sales, consulta la dureza del agua de tu zona).
Cuando las plántulas abren los cotiledones, aplico una leve pulverización de agua con aceite de neem diluido, a modo de preventivo para evitar que insectos no deseados se acerquen. El aceite de neem es un repelente cien por cien natural, obtenido de las semillas y frutos del árbol de neem. Se puede adquirir muy fácilmente y es económico si sabes dónde buscar.
Todo marchaba genial, apliqué nuevos riegos al sustrato conforme se fue secando. Esta vez ya mantenía una humedad notoria, algo que se extrañaba cuando la cogí por primera vez. Pero algo extraño estaba pasando, algunas plántulas estaban muriendo, sus tallos se doblaban y terminaban muriendo.
Son semillas regulares y feminizadas, de todo un poco, por lo que no puedo permitirme tener más bajas tras las últimas siete plántulas muertas. Monto lo que se podría denominar un puesto de observación frente al indoor en busca de respuestas (o lo que es lo mismo, yo con un par de petas observando) cuando de repente veo cómo varios mosquitos comienzan a revolotear entre las pequeñas nuevas falsas hojas y cotiledones.
Decido poner una trampa clásica, una tira adhesiva de color amarillo que atraiga los mosquitos y los deje ahí pegados. Es una trampa que usa pegamentos obviamente químicos pero que no uso en el cultivo, sino junto al cultivo para atraer a los insectos. Ningún producto de esta trampa estará en contacto con las plantas ni con el sustrato.
Cual es mi sorpresa al día siguiente cuando voy a visitar el cultivo, que la trampa tiene ya atrapados a más de veinte mosquitos, ¡en apenas unas horas! En cuestión de un par de días, la trampa estaba llena de mosquitos, tal y como podéis ver en las fotos (más de doscientos).
No sé si el problema viene del sustrato, así que cojo un poco de sustrato más del saco y lo pongo a remojo un poco. En apenas un día puedo apreciar cómo comienzan a salir decenas de mosquitos, por lo que no queda duda alguna.
Acudo al grow con la tierra que me había sobrado, la trampa de mosquitos repleta de mosquitos pegados en ella y unas fotos. Les explico el problema y quedan algo asombrados ya que se supone que los sustratos deben venir completamente esterilizados. Como son buena gente y entre amigos siempre nos entendemos, me cambian la tierra por otra sin el más mínimo problema, así que decido llevarme un saco de un sustrato con el que he trabajado varias veces y sé que funciona perfectamente (lo mejor de un grow no es la tienda, sino quien la atiende).
No sé el motivo por el cual esa tierra que tuve que devolver estaba infectada de larvas de mosquitos, supongo (y espero) que fuera un caso aislado ya que a mí me costo perder un par de semanas y un total de siete bajas.
Ahora llega el trabajo, tengo que sustituir toda la tierra anterior por tierra nueva, así que con mucho cuidado debo desenterrar todas las pequeñas plantas y plantarlas nuevamente. No sé si este en concreto contiene una pequeña base de abono mineral, tendré que investigar más en profundidad sobre esto.
Las plantas se sienten un poco resentidas, con apenas dos semanas de vida ya las he tenido que trasplantar rompiendo sin querer algunas de sus delicadas raíces, ya que debía eliminar por completo todo el sustrato anterior. Así que aplico nuevamente las bacterias adecuadas para la etapa de germinación con la esperanza de que las raíces se desarrollen rápidamente, algo que funciona perfectamente ya que las plantas comienzan a crecer con normalidad tras apenas un par de días.
Para evitar problemas de mosquitos, coloco una nueva trampa amarilla con adhesivo y pulverizo nuevamente con aceite de neem diluido en agua. Pero con el paso de los días observo que el problema ha desaparecido por completo, la trampa apenas tiene uno o dos mosquitos y el sustrato parece tan limpio y esterilizado como debería, así que de momento, solo queda verlas crecer un poco más antes de pasarlas a macetas de tres litros.
El ciclo lumínico que estoy utilizando es el más clásico de todos, 18/6 en crecimiento para pasar a 12/12 en floración. No voy a experimentar con otros ciclos aunque tengo en mente hacerlo en breve, ya que creo haber encontrado la forma de crecer más rápido las plantas con las mismas horas de luz, pero como aún son ideas sin desarrollar, iré sobre seguro con lo que sé que funciona perfectamente.
Debido a las numerosas bajas, me he visto en la obligación de añadir nuevas semillas que por desgracia van algo más retrasadas de lo normal con respecto al resto, pero al tener la mayoría de ellas en formato regular, tengo que ponerlas sí o sí, porque después con el descarte de machos con suerte me quedarán más o menos la mitad, de las que también haré un descarte dejando solo las más vigorosas. Así que como podéis ver en las fotos, las plantas centrales van con casi dos semanas de retraso con respeto a las plantas de los bordes, mucho más desarrolladas. También podréis ver una planta revegetando en coco, es una excepción, aprovechando el ciclo de crecimiento le dejé un hueco.
Las plantas crecen a buen ritmo, al ser vasos transparentes algunas incluso comienzan a mostrar primeros indicios de crecimiento de algas/musgo en el sistema radicular, así que me apresuro a trasplantarlas a macetas de tres litros, para que tengan más espacio (y libre de luz) para desarrollar su sistema radicular y crezcan algo más.
Con el trasplante aplico un riego de bacterias también, esta vez uso el más indicado para el desarrollo vegetativo, ramas, etc. Las bacterias solo se aplican una vez, por lo que el resto de riegos los continúo haciendo solo con agua reposada con el pH corregido con zumo de limón.
El cultivo marcha a buen ritmo, aunque la humedad relativa es algo baja y no hay manera de subirla. El humidificador ha muerto de viejo y la lámpara de halogenuros produce un calor seco excesivo, que reduce los niveles del 60% actual al 30% en muchas ocasiones. Las plantas crecen algo más lentas de lo habitual debido a esto (un buen nivel de humedad es fundamental para un crecimiento rápido y bueno).
Como no hay prisa, tampoco me preocupo en exceso, voy viendo crecer a las peques y conforme comienzan a sexar (solo algunas), voy marcándolas y desechando los machos. Aún me quedan muchas por sexar… así que habrá que esperar una o dos semanas más a ver si sexan todas.
Para los más despistados, las plantas sexan durante la etapa de crecimiento, más o menos a partir de la cuarta o quinta semana (algunas un poco antes). De forma que podemos desechar los machos de las semillas regulares mucho antes de pasar al ciclo de floración.
Esto comienza a ponerse muy interesante, cuando las plantas llegan a cierta madurez, han desarrollado ya cierto follaje y se ven fuertes, parecen incrementar su ritmo de crecimiento muy notablemente, de un día para otro puedo apreciar nuevos brotes.
Para evitar que las plantas se centren en sus ramas, conforme van creciendo las voy podando, de forma que centren toda su energía en el crecimiento vertical y no en ensanchar con ramas. La mayoría son variedades índicas o híbridos con predominancia índica, por lo que tienen cierta similitud con las lechugas.
Aquí ya no cabe más compañeros, así que en el siguiente número de El cultivador veremos cómo terminan de crecer y cómo florecen utilizando única y exclusivamente abonos orgánicos válidos para la agricultura biológica. Veréis los cogollos y os indicaré qué productos he usado, que en realidad son muy pero que muy pocos. Mientras tanto, sed felices. Nvidia.
Acerca del autor
Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.