En este nuevo artículo vamos a repasar las principales carencias y plagas que pueden darse en nuestros cultivos de marihuana. La mayoría tienen remedios sencillos, tal y como vamos a ver, aunque por desgracia algunos de estos problemas pueden costarnos la cosecha completa si no los tratamos a tiempo.

 Por Nvidia

Problemas con el Potasio

Es raro encontrar a un cultivador con experiencia, que no haya sufrido en sus cultivos alguna plaga o carencia. No son pocas las ocasiones en las que recurrimos a internet o a nuestro grow shop de confianza para consultar que les está pasando a nuestras queridas plantas, porque de repente les salen ciertas manchas o muestran extraños síntomas que nunca antes habían mostrado.    

Es gracias a la experiencia de muchos cultivadores que dejaron plasmados sus problemas y soluciones en la red, que podemos realizar este artículo agrupando las principales plagas, carencias y remedios, para que todos tengamos una referencia donde poder informarnos y comprender el motivo y solución del problema.

No son pocos los cultivadores, normalmente con poca experiencia, que o bien se vuelven locos buscando soluciones a los problemas que su cultivo está mostrando o bien terminan tirando la toalla, dándose por vencidos. Hay que reconocer que algunas plagas son muy difíciles de erradicar y muchas carencias pueden dar síntomas parecidos a otras causas, confundiéndonos con el diagnóstico y remedio.          

Antes de entrar en materia y ver las principales carencias y plagas, debemos tener presente que la mayoría de carencias en nuestros cultivos se dan por una “sobrefertilización”. Esto es debido a que muchas veces nos dejamos guiar por las indicaciones que el fabricante del abono que estamos usando en nuestros cultivos pone en la etiqueta.        

Hemos de tener presente, que si usamos un buen sustrato (de Canna o Atami por ejemplo, adquirido en cualquier grow), nuestras plantas cultivadas desde semilla no precisarán de ningún tipo de abono ni estimulador hasta su tercera semana de vida, por lo general. Sin embargo, si leemos el prospecto de la mayoría de abonos, éstos nos indican que debemos alimentarlas prácticamente desde que germinan…. grave error.          

Muchos cultivadores piensan que por aplicar cierto abono o estimulador, sus plantas van a crecer mucho mas rápido, fuertes y vigorosas…. algo completamente incierto (os invito a que realicéis la prueba y lo comprobéis por vosotros mismos).          

Una plántula creciendo en un buen sustrato (hablando siempre de sustratos orgánicos como la tierra), no precisa de ningún abono durante las primeras semanas de vida. Abonarla supone darle más alimento del que precisa, saturando su sistema radicular de nutrientes y sales innecesarias, con lo que podríamos provocar un bloqueo importante con la consiguiente sobrefertilización.   

       

Imaginaos por un momento que tenéis un recién nacido (un bebé) y en vez de darle las tomas de pecho que le corresponde, lo cebáis a comida y bebida desmesuradamente…. Ya podéis imaginaros el resultado. Pues con las plantas sucede lo mismo, hay que darles lo que necesitan y cuando lo necesitan, hacerlo de otra forma puede suponer crear múltiples carencias debidas a un indebido abonado que ha provocado una tremenda sobrefertilizacion.          

Partiendo de un buen sustrato orgánico y por lo general, es a partir de la tercera semana de crecimiento cuando debemos proporcionarles algo de alimento “extra” a nuestras queridas plantas. El abono que uséis debe ser específico para crecimiento, ya que contienen una cantidad adecuada de elementos para un correcto desarrollo vegetativo. De ahí en adelante, cada cultivador debe aprender cómo abonar correctamente en los diferentes estadios de la planta para obtener una buena producción de calidad.          

Como consejo personal y si valoráis más el sabor y la calidad que la producción, usad abonos y estimuladores orgánicos en vez de minerales. Además, los abonos orgánicos los podemos elaborar de forma casera, en su mayoría, ahorrándonos unos cuantos euros. Aunque si no disponemos del tiempo necesario ni de ganas, en nuestro grow shop de confianza encontraremos decenas de productos orgánicos listos para ser aplicados.          

Es obligatorio en todo cultivo de cannabis, disponer de un medidor de electro-conductividad (E.C.) y de acidez (PH) para asegurarnos que realizamos correctamente los abonados. Incluso cuando no aplicamos abono, debemos regular el ph del agua de riego para que nuestras plantas puedan absorber correctamente los nutrientes del sustrato. Si no disponéis de estos aparatos, estáis perdiendo muchísima calidad y producción en vuestros cultivos, tenedlo presente.          

Las principales carencias que se dan en los cultivos de marihuana, vienen derivadas de sobrefertilizaciones que saturan el sistema radicular de nuestras plantas provocando que no puedan absorber correctamente los nutrientes que demandan. Una buena solución para reparar estos problemas es realizar un exhaustivo lavado de raíces terminando con un riego suavemente abonado.

Veamos cuáles son los principales síntomas que podemos observar:

Carencia de Nitrógeno (N) :           

Nuestras plantas mostrarán un crecimiento lento y poco vigor, serán débiles provocando una disminución muy considerable en la producción de flores/cogollos.          

Podremos observar que las hojas más grandes y viejas amarillean excesivamente, debido a la pérdida de la clorofila, aunque este síntoma también se da en estados avanzados de floración cuando la planta demanda potasio. Si estamos en las últimas semanas de floración no debemos preocuparnos por este síntoma aunque lo observemos.         

Una evidencia de esta carencia, es que los brotes nuevos, las nuevas hojas que nacen en ramas y puntas son excesivamente claras, incluso amarillas (estas hojas amarillas también pueden ser síntoma de un exceso de riego, si regamos normalmente y el sustrato no está encharcado, el motivo será una carencia de Nitrógeno).          

Durante la etapa de floración es extraño observar esta carencia si usamos abonos específicos de floración, ya que éstos traen pequeñas dosis de Nitrógeno suficientes para dicho estadio.          

Si se da durante la etapa vegetativa (crecimiento), un sencillo abonado con humus de lombriz aportará todo el Nitrógeno que nuestra planta precisa. Notaremos una importante mejoría en apenas unos días, observando cómo los brotes que mostraban hojas excesivamente pálidas o amarillas recuperan lentamente su verde natural. También se pueden usar abonos minerales / orgánicos específicos para crecimiento.          

Hemos de tener precaución de no pasarnos abonando con Nitrógeno. Si esto sucede podremos observar cómo las hojas de nuestras plantas adquieren un verde excesivamente intenso, las hojas se retuercen en forma de garra mostrando pequeñas quemaduras en la sierra y el tejido de las hojas se vuelve muy blando. Incluso parecerá que a nuestra planta le cuesta mantener las hojas erguidas, dejando caer el borde de sus hojas (sierras) hacia el interior. Un lavado de raíces es la mejor solución para resolver un exceso de nutrientes, dado el caso.

Carencia de Fósforo (P) :          

Este tipo de carencia se da principalmente durante la etapa de floración, que es cuando la planta consume más este nutriente. Aunque también puede darse durante la etapa de crecimiento mostrando síntomas muy similares a los de un hongo. Es realmente complicado saber diferenciarlos si se da en la etapa vegetativa.          

Durante la etapa de floración, podremos observar que las hojas más grandes y viejas adquieren un verde intenso que termina volviéndose cobrizo o púrpura, para después secar las hojas. Éste es un síntoma inequívoco de carencia de fósforo.          

Aparecerán también manchas en el resto de las hojas, acompañadas de un crecimiento lento y una disminución en el tamaño de las nuevas hojas. La planta perderá vigor y veremos menguada la producción.          

Una solución orgánica puede ser abonar con harina de hueso o levadura de cerveza, ricas en fósforo, aunque lo más sencillo será utilizar un abono específico para floración que aportan las cantidades necesarias de fósforo a nuestras plantas.                 

Un exceso de fósforo bloqueará la correcta absorción de cobre y cinc, haciendo que nos volvamos locos intentando descubrir qué le sucede a nuestra planta. Lo mejor, como siempre en estos casos, es un lavado de raíces a conciencia.

Carencia de Potasio (K) :          

Ésta es seguramente la carencia más sencilla de detectar en nuestros cultivos y la más dada, puesto que el Potasio es uno de los nutrientes que más utiliza nuestra planta.          

Observaremos que las hojas más viejas comienzan a “amarillear” desde los bordes hacia dentro,. Después aparecerán lesiones necróticas (tejido muerto) y se expandirá a la mayoría de hojas de nuestra planta. El estado avanzado de carencia de Potasio hará que las hojas y ramas se vuelvan débiles, que la producción se reduzca drásticamente y que comiencen a secarse las extremidades de las hojas, tanto de las viejas como de las más jóvenes.          

El Potasio es sumamente importante, ayuda a mantener los niveles de hidratación y al engorde de las flores / cogollos, así como la acumulación y distribución de carbohidratos en nuestra planta.          

Solucionar una carencia de Potasio es bastante sencillo. Podemos abonar con infusiones de melón o plátano que son muy ricos en Potasio o con algún abono específico para floración, ya que traen niveles altos y adecuados de Fósforo y Potasio para nuestras plantas.          

Un exceso de Potasio quemará la sierra de las hojas de nuestras plantas y obturará gravemente el sistema radicular dando paso a múltiples carencias ocasionadas por una sobrefertilización. Un lavado de raíces sigue siendo la mejor opción para los excesos.

Carencia de Magnesio (Mg) :          

Este tipo de carencia es menos común aunque muy dada en plantas híbridas o descendientes de la familia White.          

Podremos observar que las hojas más grandes y viejas comienzan a amarillear desde la punta hacia dentro, con la notable observación de que los nervios de las hojas no pierden el color quedando verdes. La deficiencia de Hierro también muestra estos síntomas por lo que para diferenciar estas carencias debemos fijarnos en los nervios de las hojas afectadas.          

La clorosis irá en aumento provocando que nuestra planta pierda vigor, color y producción.   

       

Cuando se trata de una deficiencia de Magnesio, los nervios que permanecen verdes en las hojas amarillas forman una especie de “aureola verde” rodeándolos,. Ésta es la mejor observación para determinar que la carencia es de Magnesio y no de Hierro.          

Aplicar quelatos de Magnesio en el sustrato es la mejor forma de erradicar esta carencia. Algunos abonos de floración como el “Híbridos” de “Powder Feeding” vienen con un extra de Magnesio ideal para plantas Híbridas o descendientes de la familia White.          

Un exceso de Magnesio puede resultar fatal, bloqueando el sistema radicular y matando a nuestra planta si no la tratamos a tiempo. Si nos excedemos y para no variar…. un lavado de raíces es la solución.          

Éstas son las carencias más comunes en el cultivo de marihuana, todas ellas se solucionan con un sencillo abonado que siempre recomendamos sea natural (BIO). Los abonos minerales también corregirán estas carencias por lo que nada debería impedir que podáis corregirlas cuando las detectéis.          

Otras carencias comunes en el cultivo de cannabis son la carencia de Hierro (con síntomas muy similares a la carencia de Magnesio pero sin formar la famosa “aureola” alrededor de los nervios que se mantienen verdes), la carencia de Cinc (muestra clorosis entre los nervios de las hojas), la carencia de Molibdeno (similar a la carencia de Nitrógeno pero muestra malformaciones en las hojas nuevas, que se curvan hacia arriba formando pequeñas cucharas), la carencia de Boro o la de Cobre, aunque todas éstas son menos comunes en los cultivos si partimos de un buen sustrato.          

La mayoría de carencias vienen provocadas por un exceso de abono. No olvidéis esta parte ya que es el pilar de los remedios para las carencias.          

Veamos ahora qué plagas son las más comunes en nuestros cultivos de marihuana y cómo erradicarlas, aunque nos centraremos en la más puñetera…

Araña roja:      

Sin duda la plaga más común y temida entre cultivadores. Es tal su agresividad que puede destruir nuestro cultivo por completo arruinando la esperada cosecha.                 

Observaremos pequeñas picaduras o “mordisquitos” en nuestras hojas. Si miramos por el envés (por la parte de inferior de la hoja) podremos apreciar pequeños puntos negros o rojizos. Si usamos una buena lupa o microscopio, al ampliar dichos puntos observaremos que se trata de araña roja, aunque en su estado adulto o dependiendo de la variedad, pueden adquirir tonos más oscuros, incluso negros.          

Además de las arañas, veremos que las hojas están plagadas, en el envés, de grandes cantidades de puntos blancos pequeños, como diminutas gotas de leche. Éstos son los huevos de las arañas que pronto invadirán nuestro cultivo.          

La capacidad de reproducción de la araña roja es impresionante. Cada ejemplar puede poner tal cantidad de huevos al día que en apenas unas pocas semanas tendremos miles de arañas devorando y arruinando nuestro cultivo.          

Las condiciones óptimas para la reproducción de la araña se dan cuando la humedad relativa es baja (por debajo del 40%) y la temperatura ambiente alta (por encima de 25º). En estas condiciones la araña roja se propagará a una velocidad vertiginosa.                  

Erradicarla es muy, pero que muy complicado. Si la observamos durante el periodo vegetativo de nuestras plantas o incluso durante las primeras semanas de floración, podremos atacarla fuertemente con químicos para intentar destruirla.          

Pero si la observamos durante la floración avanzada…. sólo nos queda hacer lo posible para que haga el menor daño posible, ya que la aplicación de químicos quedaría completamente descartada para no “intoxicar” nuestros preciados cogollos que después querremos fumar…. No os recomiendo fumar cogollos que hayan sido rociados con químicos, simplemente por sentido común.          

Si las condiciones lo permiten, lo mejor sin duda es llenar un buen barreño con agua y bermectine (en su dosis apropiada dependiendo de los litros de agua usados) junto con un poco de jabón potásico. Una vez realizado el mejunje, sumergiremos nuestras plantas por completo (una a una, se entiende) con cuidado de que no se caiga el sustrato del cepellón.          

Frotad las hojas sumergidas con cuidado de no romperlas para que el envés de éstas quede bien impregnado. Ésta es sin duda la mejor forma de aplicar químicos contra la araña roja. Habrá que repetir esta misma operación tras doce o quince días, para erradicar las últimas supervivientes.          

También se pueden aplicar estos químicos mediante un pulverizador, aunque no es tan efectivo como sumergirlas, tal y como hemos explicado. Si estamos en floración avanzada y no podemos ni ducharlas ni pulverizarlas, por sentido común, podemos usar un paño humedecido en el químico preparado y con mucho cuidado ir frotando a mano cada una de las hojas de nuestras plantas por ambas caras con muchísimo cuidado de no impregnar ningún cogollo de químicos.          

¿Soluciones BIO? Por supuesto, existe un tipo de araña que proviene de selvas tropicales que se alimenta exclusivamente de araña roja, de forma que cuando la plaga de araña roja desaparezca…. estas arañas también morirán.          

Se trata de un ácaro depredador de araña roja llamado “PHYTOSEIULUS PERSIMILIS”. Podemos aplicarlo en cualquier fase del cultivo excepto en floración avanzada, ya que quedaría pegado a la resina y no podría erradicar a la araña roja.          

Las condiciones ideales para que este ácaro pueda realizar bien su trabajo, son una humedad relativa alta (sobre el 60% – 70%) y una temperatura suave (entre 20º y 25º). Nunca debemos aplicar estos ácaros después de un tratamiento con químicos, pues morirían sin realizar su función.          

Estos ácaros podéis adquirirlos en multitud de sitios a través de internet, aunque dejadme recomendaros este sitio: ControlBio.es. Aquí realizan los envíos en cajas especiales para que los ácaros lleguen vivos y sanos a nuestras casas. Son los mejores ácaros que he podido adquirir en todos mis años de experiencia con mucha diferencia. Por apenas 20€ más transporte podréis adquirir unos 2.000 ejemplares de este ácaro devorador de araña en perfectas condiciones, suficiente para erradicar la araña de un cultivo de doce metros cuadrados (imaginaos en un cultivo normal de un metro cuadrado qué mal lo van pasar las ¿pobres? arañas rojas).          

Aunque erradiquéis la plaga por completo y podáis disfrutar de una buena cosecha sin araña, no bajéis la guardia, en los próximos cultivos que realicéis seguramente reaparecerán las arañas rojas, por muy bien que desinfectéis todo o uséis ácaros o químicos, esta plaga es la desesperación de muchos cultivadores y sólo cabe desearos suerte con ella.          

Otras pagas que podemos padecer en nuestro cultivos son las de mosca blanca, mosquito del sustrato, trips, orugas, pulgón o minador de hojas…. Todas ellas se pueden erradicar fácilmente con los productos apropiados. No presentan tanta complicación como la araña roja y en cualquier grow shop podréis encontrar los químicos adecuados para una completa exterminación.          

También podéis disponer de alternativas BIO en la web que os he mencionado anteriormente, usando el mismo sistema, un depredador que no ataque a nuestras plantas y fulmine la plaga en cuestión.

En los próximos artículos hablaremos más extensamente sobre el resto de plagas y bacterias que pueden afectar a nuestros cultivos. Mientras tanto, sed felices. Nvidia

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.