Desde hace milenios el hombre ha utilizado para construir el adobe, tanto por su resistencia a compresión 7kg/cm2 como por su transmisión térmica K, de unos 5,75 W/m2 ºC. Pero a día de hoy, con cáñamo como esponjante y cal de aglutinante, mejoramos a 12,28 kg/cm2 de resistencia y 1,357 W/m2 ºC de transmisión. En cuanto al aislamiento acústico, adobe y cáñamo van de la mano con 56 db (A) para 40 cm y 52 db (A) respectivamente.

Por David Hurtado

Por cuestión de costes, el barro ha sido siempre el material más económico para construir, como muro de carga y para enfoscar, pero también implica riesgos, ya que su resistencia a la tracción es bastante baja y por tanto ante un seísmo no garantiza buenas condiciones de supervivencia por derrumbe, así como agrieta fácilmente en pareces como material de enlucido.

En este valor, la tracción, cáñamo/cal superan al adobe, porque el elevado % de cañamizas de la mezcla, se entremezclan como una red fibrosa que compensa las propiedades algo menos resistentes de la cal en solitario, creando un todo, que incluso acaba mejorando la fuerza a comprensión también.

El cannabis es ideal como material para cargar en exterior, enlucir en interior y como aislante. Junto a la cal, si es suficientemente resistente como para soportar un temblor, aparte de que es muchísimo mas ligero con una densidad aparente máxima de unos 1300 kg/m3 contra 2000 del adobe. El conjunto Cáñamo/cal, puro, sin añadir tierras o arcillas en la mezcla (algunos ladrillos del mercado), mejora su densidad, disminuyendo sensiblemente el valor anterior hasta llegar a unos 330 kg/m3., realmente un muro ligero. Por ejemplo la mezcla Tradical® para muros.

Algunas empresas, para mejorar la resistencia aún más allá de la calidad de la cal empleada, añaden cemento blanco, y el aislamiento térmico, acústico, no se ven afectados, pero la tracción y compresión, incluso mejoran.

Como mortero aligerado, puro, la cañamiza, posee unas propiedades excepcionales con una densidad de entre 110 y 150 kg/m3.

Su resistencia al ataque de hongos, la elevada transpirabilidad por ser tubos huecos de microfibras y su elevado porcentaje de aire contenido en estructura, le dan la ventaja de la petrificación gracias al proceso de carbonatación que comparte con la cal en la mezcla.

Sus filamentos o cañamizas son en realidad células xilemáticas unicelulares, tejido tipo traqueidas, con pared lignificada, cuyos extremos semejan a la punta de una aguja hipodérmica. Transmiten en vida la sabia bruta, y poseen como función primaria la conducción de líquidos, y la función de sostén como secundaria.

Al explicar esto puede entenderse mejor por qué, es tan transpirable a la humedad y evita que se acumule dentro, algo que la cal incluso mejora como propiedad intrínseca al cáñamo.

Su bajísima conductividad térmica de 0,05 W/m K lo hacen un material aislante excepcional.

Cuando dopamos al cáñamo con cal, vidrio, tierras o arcillas, este valor va aumentando y por tanto la cañamiza disminuye su poder aislante.

Un buen ejemplo es el material Tradical® antes nombrado, que en su mezcla para muros ofrece un dato de conductividad térmica de tan sólo 0,07 W/m.k, mostrando que lleva poco dopaje y un gran contenido de cañamiza, frente a otros productos más conocidos y menos puros.

Es muy importante que estos materiales mientras estén almacenados, no estén sometidos a la presencia de humedad constante, porque perderían sus propiedades antes de ser utilizados en la ejecución de la obra. Otra posibilidad es que los muros transmitan la humedad que encuentren alrededor, y por eso deben cuidarse las condiciones normales de aislamiento frente a los agentes, como en cualquier otro tipo de construcción. En todo caso resistirían bastante bien la acción del agua, por su capacidad de evaporarla y dejarla pasar.

Todo lo dicho anteriormente se aplica a los muros de cañamiza con cal, pero especialmente importante es indicarlo para el almacenamiento de estos componentes en solitario.

Pues bien, tras haber explicado en el capítulo anterior las condiciones de un material de revestimiento para aplicar a la termoarcilla, y en este, algunas características del cáñamo y la cal, vamos a indicar como desde Francia recomiendan mezclar los componentes básicos para crear un mortero que en este caso va ser descriptivo para construir un suelo aislante.

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Tan sólo varían las proporciones de cal y su tipo, dependiendo si se usa para revestimiento de muro de interior con cales menos hidráulicas o nada, o bien si es para exterior, con cales muy hidráulicas.

Batichanvre es una marca tradicional francesa, que comercializa cal puzolánica, para producir morteros de cáñamo, y la siguiente mezcla es como decíamos para aislamiento de suelo, uno, de los puntos más críticos de pérdida de calorías de una casa.

Ellos recomiendan mezclar un saco de 25 kg de esta cal normal, con 100 litros de cañamiza y con 5 litros de arena gruesa, con la adicción de unos 35-40 litros de agua.

Para unos 1000 litros de cañamiza, algo mas de 1 m3, le corresponden aproximadamente unos 250 kg de cal.

Primero se introduce el cáñamo con la arena y mientras gira la hormigonera se va rociando agua vaporizada hasta que la mezcla cambie de color sin que exceda el agua. Después de hecha la cal, en este caso Batichanvre, y se continúa la microaspersión de agua hasta que todo homogeneiza.

Esto puede llevar de unos 5 minutos a 8.

Esta indicación es para una hormigonera convencional de palas, y si fuera una hormigonera de tambor y de eje vertical de mucha más capacidad, se procederá del siguiente modo.

Primero se introducen unos 30 litros de agua y el saco de cal Batichanvre de 25 kg, hasta que obtengamos una pasta de aspecto lechoso que no debe poseer grumos, a la que añadiremos la cañamiza suelta, que se irá mezclando durante unos 5 minutos. Si fuera necesario al observar que requiere mas agua, se va añadiendo poco a poco, pero al final debe quedar con un aspecto como tirando a seco aparentemente y de consistencia fina o suelta. En total puede llevar unos 10 minutos todo el proceso.

Esta mezcla se vierte directamente sobre el suelo, previa colocación de un geotextil sobre la capa de drenaje. Nivelamos y compactamos el mortero muy ligeramente, usando las T de madera que previamente hemos construido, para esta operación. Cuanto más esponjado este el mortero más capacidad de protección térmica le conferimos, y esto es especialmente aplicable en los desvanes.

Esta capa, como decíamos, puede ser de unos 20 cm pero si aumentamos más cm con más material, mejoramos también, las condiciones de aislamiento, pero en ningún caso puede ser inferior a 8 cm.

Llegado a este punto tenemos dos posibilidades, instalar tarima flotante o bien suelo de terracota.

En el primer caso, por encima del mortero de cáñamo y una vez seco se superpone una panel fino de fibra de madera o de cáñamo si podemos comprarlo, sobre el que van los soportes de madera en los que apoyaran las tablas o tarimas de suelo.

Cuando vamos a instalar un suelo de gres o azulejo rústico, sobre el mortero de cáñamo aplicamos otro mortero de entre 1,5- 2 cm de grosor, pero esta vez de cal pura con un poquito de arena, para que respire el cáñamo que hay debajo, y a su vez asienten las piezas de gress. La cal también las permite transpirar, saludablemente.

Es muy importante no utilizar ningún material plástico que impida la comunicación del aire a través de las diferentes capas de materiales.

Esta operación con ambos tipos de suelos puede realizarse no sólo en la planta baja, sino también entre plantas, como veremos más adelante.

Al grosor mínimo de 8 cm le corresponde un valor de conductividad térmica de 0.11 a 0.13 W/m.K

Dejando un poco atrás los suelos aislantes, vamos a explicar como crear un muro interior dentro de la vivienda, algo que también vimos más extensamente en uno de los primeros capítulos, pero que aquí explicaremos por encima.

La mezcla a preparar no difiere mucho, pero si podemos permitirnos, perder un poco de propiedades de aislamiento, porque el muro se encuentra en una zona ya protegida del frío, nos servirá para añadir mas arena a la mezcla, de manera que con un saco de cal de 25 litros podremos mezclarlo aproximadamente con unos 200 litros de cañamiza, que suele ser el volumen de una bala de 24 kilogramos, mas unas 6-7 paladas de arena.

Para construir paredes es necesario encofrar con madera para el grosor que deseemos. Unos 12-13 cm pueden ser suficientes, ya que si luego le ponemos azulejo, por ejemplo, si es un baño, nos da 1,5 cm extra por el interior del muro, y por el exterior si aplicamos un mortero de cal con pigmento le damos otro centímetro y medio, quedándonos un grosor estándar de unos 15-16 cm. El grosor mínimo esta vez es de 7 cm.

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Es importante colocar unas maderas de un grosor de unos 2 cm cada 30 o 40 cm a lo largo del muro y dentro del encofrado, que irá separándolo por tramos, de manera que realizan una función de soporte extra pero también estética, porque pueden quedar al descubierto si no las tapamos al enlucir el muro, dando un aspecto rústico muy agradable.

La mezcla va incorporándose dentro del encofrado y se apelmaza una vez que alcanzamos los 10-15 cm, continuando a lo largo del muro sobre la capa anteriormente aplicada, desde un lado hasta el otro, para que pueda ir permitiendo un secado progresivo y controlemos el proceso.

Es importante también que la mezcla tenga los niveles de humedad adecuados ya que es fácil que escurra agua si nos hemos excedido en la mezcla, provocando que tarde más en fraguar y que humedezca en exceso el material usado para el encofrado, abombándose.

Cuando esta labor de compactado se realiza adecuadamente, pueden irse cambiando de lugar los paneles y quedando la parte inferior del muro al descubierto mientras trabajamos en la parte superior, siempre y cuando calculemos muy bien en no excedernos en la fuerza aplicada en la compactación.

Todos los sistemas de cajas de luz, tubos de plástico o manguitos para cable deben ser colocados antes de cerrar el encofrado y luego con cuidado iremos compactando el mortero para que en esos puntos no queden bolsas de aire o huecos que no se aprecien mientras trabajamos, pero que luego al quitar el panel, quedan como desconchones o fallos.

Los paños sobre los que vamos trabajando no deberían ser superiores a 1 metro y el tiempo mínimo antes de retirarlos de una media hora.

Para tabiques o muros exteriores nos vamos a grosores mayores de entre 30 y 40 cm en los que ya no metemos maderas verticales ni tampoco dopamos la mezcla con arena, pero si podríamos añadir hasta un 5 % vidrio molido para mejorar la inercia térmica.

El tiempo ideal que debe esperarse para el revoque externo e interno es de unos 2 meses, cuando ya ha perdido toda la humedad la pared y la cal ha endurecido bastante.

Pues bien usaremos cal NHL2 siempre para interiores y cal hidráulica para exteriores, ya que este tipo de cal cuando la humedad ambiental es excesiva se dilata y cierra sus poros enviando que la pared pueda absorber más agua hacia el muro.

Esto último se refiere al enfoscado de muros de cáñamo, pero si el mortero es para muros de termoarcilla lleva mas cal que la anterior mezcla explicada, y es bueno también añadir una pequeña proporción de cemento blanco a la cal, para mejorar el fraguado y el agarre sobre la superficie de termoarcilla. El mortero de cáñamo y cal se adapta muy bien a estos ladrillos cerámicos haciendo que respiren y quitándoles exceso de humedad perniciosa para ellos.

Y ya finalmente para tratar el aislamiento de techos cabe indicar que el cáñamo se aplica libremente como cañamiza suelta sobre cajetines o compartimentos que realizamos, rebosando unos 2 cm para que puedan permitir posterior compactación. Aunque no es estrictamente necesario podemos añadir sal de borax como repelente para roedores e insectos, pero si están bien selladas y aisladas las cajas, esto no será un problema.

La capa a aplicar será mínima de 15 cm y máxima de 25. En estas zonas logramos un aislamiento de 0.09 W/m K, una cifra muy buena.

Con este versátil material podemos realizar las tres funciones más importantes que requiere una vivienda, logrando que el confort que disfrutemos sea máximo su sin necesidad de sufrir ningún material contaminante. Nos protegemos del frío, nos aislamos del ruido, y logramos una atmósfera cannábica.

Un saludo y hasta el próximo capítulo.

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.