En su edición del sábado 26 de julio de 2014, el muy serio diario The New York Times (NYT) se dirige a las autoridades federales estadounidense en un editorial – que en la edición digital del periódico aparece con una ilustración de la bandera, en la que el espacio azul de las estrellas se cambia por otro verde con hojas de cannabis- pidiéndoles que legalicen la marihuana, al menos para los consumidores mayores de 21 años.

“Hemos llegado a esta conclusión –se lee- tras numerosos debates entre los miembros del comité de redacción, inspirados por un movimiento, que crece rápidamente en los Estados, de reforma d elas leyes sobre la marihuana”.

Titulado “Repeal prohibition, again” (Abolid la prohibición, de nuevo), el editorial del NYT compara la prohibición vigente en la mayoría de los estados de la Unión con la del alcohol en los años 20 del siglo pasado, y sus consecuencias (entre otras cosas un aumento galopante de los delitos relacionados con el consumo y la venta). Después desmonta las tesis esgrimidas habitualmente por los partidarios de la antilegalización de una droga “mucho menos peligrosa que el alcohol y el tabaco”, como que conduce a la delincuencia y el desamparo y preconiza la autorización de la venta a los mayores de 21 años, reconociendo que existe una legitima preocupación social acerca del daño que su consumo puede causar en el cerebro de los consumidores adolescentes, así como el coste social del consumo de cannabis, en materia de trabajo policial.

“Estados Unidos –dice el NYT- tardó trece años en recuperar su ánimo y poner fin a la Prohibición, trece años durante los cuales la gente siguió bebiendo, de forma que algunos ciudadanos respetuosos con al ley se convirtieron en criminales y que se crearon y prosperaron los sindicatos el crimen. Hace más de cuarenta años, el Congreso aprobó la prohibición actual del cannabis, causando un gran perjuicio a la sociedad simplemente por prohibir un producto mucho menos peligroso que el alcohol. El gobierno federal debería despenalizar el cannabis (…) El consumo moderado de marihuana no parece presentar ningún riesgo para los adultos que disfruten de buena salud”.

Por otra parte, el NYT estima que los costes de la penalización del consumo de cannabis son “inmensos” y desproporcionados para la sociedad estadounidense. Citando cifras del FBI, el periódico habla de 658.000 detenciones por posesión de marihuana en 2012, muchas más que por posesión de cocaína, heroína y sus derivados, todos juntos, y considera que esta penalización conduce a “un resultado racista que afecta de manera desproporcionada a los jóvenes negros, echando a perder sus vidas y creando nuevas generaciones de delincuentes”.

En este año de 2014, Washington se ha convertido en el segundo estado, después de Colorado, que ha legalizado totalmente la venta de cannabis con fines recreativos, legalización que la mayoría de electores locales aprobaron en referéndum en 2012.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.