Su historia se podría remontar al 12.000 A. C. (Edad de Piedra) cuando se encontraron, los arqueólogos en Yuan-Shan en Taiwán (isla localizada fuera del continente asiático), restos de una alfarería burda, arenosa, que tenía en toda la superficie marcas de cuerda de cáñamo, junto con un pison de piedra con incisiones, y en forma de pilón, que empleaban para triturar el cáñamo (Robinson, 1999:107)
© Isidro Marín Gutiérrez

Una de las primeras evidencias del uso del cáñamo proviene de la cerámica decorada china del Neolítico, que tiene impresiones de cuerda. La cerámica pintada de Honan, provincia que corresponde a la cultura neolítica Yang- Shao (4200-3200 a.C.) indica la posible presencia del cannabis cultivado. También se han encontrado trozos de tela de cáñamo dentro de una jarra perteneciente a una cultura neolítica de una excavación de la provincia occidental de Gansu (2150–1780 a.C.). Además se han descubierto más fragmentos de cáñamo del periodo Neolítico en una excavación de la provincia de Chekiang.

En el 8000 A. C., según estudios arqueológicos, el cáñamo era ya cultivado para elaborar tejidos. Otros investigadores afirman que se comenzó a cultivar en el año 4.000 a. C. y en el Turkestán en el 3.000 a.C. De ahí se empezó a distribuir por todo el mundo tanto por factores naturales como culturales.

Así encontramos en la provincia de Zhe-jiang (4.000 a.C.) restos de artículos textiles de cáñamo. La cultura Shang (1400-1100 a. C.) en la aldea de Taixi, en la provincia de Hebei, se encontraron restos de una industria en la que se tejía el cáñamo: se descubrieron trozos quemados de cañamo, más de 13 piezas de un rollo de tela de cáñamo.

La tierra de las moreras y el cáñamo

La referencia china más antigua al cáñamo (ma, está compuesto de dos símbolos, que es “fibra” o ta-ma, que significa “gran fibra”) es con el rey Shu (2350 A. C.) que, en su libro, dice que en la provincia de Shantung la tierra era “blanquecina y rica… con seda, cáñamo…pinares y piedras extrañas…” y ese cáñamo era un tributo para los habitantes del valle del Honan (Abel, 1980). También se han encontrado fragmentos de hilado y de tejido de cáñamo en enterramientos de la dinastía Chou (1122- 249 o 265 a.C.) (Iversen, 2001:40). Concretamente en la tumba de Hsin- Ts’un, cerca de An-Yang, una tumba Chou. El ataúd interior estaba hecho de tablones reforzados con bandas de cañamazo sujetas al cofre de laca. En otra tumba de la dinastía Chou en la provincia de Shaanxi se encontraron también fragmentos de tejido de cañamo.

A China se la ha considerado la “tierra de la morera y el cáñamo”. La planta de la morera fue venerada porque era la comida de que se alimentaban los gusanos de seda, y la seda era en China uno de los productos más importantes. Pero la seda era muy cara y sólo la gente muy adinerada podría permitirse el lujo de los tejidos de seda. Pera la inmensa mayoría utilizaban un material menos afortunado, y más barato; ese material era el cáñamo. En el Libro de Ritos (del siglo II a. C.) se ordena que por respeto a los muertos, los familiares y amigos dolientes debían llevar ropa hecha de tejido de cáñamo, una costumbre seguida hasta hoy (Abel, 1980)

Los chinos descubrieron que las plantas de cáñamo se distinguían entre las plantas masculinas y las plantas femeninas; tenían diferentes nombres (el hsi para el varón, chu para la hembra). Los chinos también reconocieron que las plantas masculinas producían una fibra mejor que la de las hembras, aunque éstas eran las que producían las semillas (cañamones).

Los chamanes-curanderos chinos utilizaban amuletos, encantos, hechizos, sacrificios para conseguir que el demonio saliera del cuerpo. Los sanadores chinos envolvían una serpiente muerta alrededor o tallaban la imagen de una serpiente en un tallo de cáñamo y lo colocaban alrededor de la cama de una persona enferma o golpeaba la cama para expulsar los malos espíritus (¿De aquí vendrá el símbolo de las farmacias españolas?). Si era un problema psicomático y tenía fe en el chamán se recuperaría, pero si era una enfermedad orgánica raramente mejoraba.

La laca china se realiza con savia de un árbol (rhus verniciferas), la cual se tamiza en un lienzo de cáñamo para eliminar toda impureza; luego se calienta y se agita para homogeneizar y espesarla, al final se aplica sobre una base de fibra de cáñamo. En la expedición de una tumba de los albores de la dinastía occidental Han, en Lao-fu-shah, en la provincia de Kiansi, se descubrieron más de 200 artículos funerarios entre los cuales 70 objetos laqueados; varios de ellos eran copas de dos asas, con almas de cañamazo (Robinson, 1999:110).

En el siglo XI las embajadas del país de los bárbaros (Indochina) presentaron al emperador un tributo, afirmando que “está hecho con agua refinada de cáñamo fragante”. La corte lo describió como “brillante y radiante, que contagiaba a los hombres con su dulce aroma. Por esto, y por los cinco colores que llevaban entretejidos, era más hermoso y cautivador que los brocados de nuestros estados centrales” (Robinson, 1999:110).

Las leyendas cannábicas chinas

¿Cómo descubrieron los chinos que el cannabis era medicinal? Una leyenda cuenta la historia del emperador Liu Chi-nu. Un día estaba Liu dando una vuelta por el campo cuando aún no era emperador y vio a una serpiente. Arriesgándose a que la serpiente pudiera morderle le disparó una flecha y dejó a la serpiente malherida. Al día siguiente volvió al mismo lugar para ver si había muerto la serpiente y encontró a dos jóvenes que estaban moliendo hojas de cannabis. Cuando Liu les preguntó qué estaban haciendo, los muchachos le respondieron que estaban preparando una medicina para dárselo a su amo que había sido herido por una flecha. Liu se dio cuenta que había sido él, entonces preguntó a los jóvenes qué harían la próxima vez que le vieran (pensando que intentarían matarlo). Los jóvenes le dijeron que no tomarían represalias contra el futuro emperador de China. Lui se enfadó mucho ya que no era emperador ni tenía perspectivas de serlo así que se abalanzó contra los jóvenes, éstos huyeron despavoridos dejando la medicina para su amo, Liu se la quedó. En una batalla Lui fue herido y se aplicó la medicina de los dos jóvenes en su herida. Lo sanó y Liu anunció su descubrimiento a los chinos.

Otra leyenda cuenta que un granero fue mordido por una serpiente. Y vio como una serpiente herida por otra utilizaba cannabis para sanarse, al ver el granero como la serpiente se curaba probó la planta en su propia herida y también se curó (como vemos siempre aparece medicina y serpientes).

Como planta medicinal las primeras referencias históricas las tenemos en el 2737 A.C. T´sao Ching escribió un libro de farmacopea en el siglo I (el Pên Y’sao Ching) en donde relata que existió un chino herbario durante el reinado del emperador Shen-Nung (Escohotado, 1999:87). Podemos leer “crece a la orilla de los ríos y valles de T’ai-Shan, pero ahora es común donde quiera” y confirma:”tomado en exceso tiende a mostrar monstruos, si se usa durante mucho tiempo puede comunicar con los espíritus y aligerar el cuerpo.” (Escohotado, 1999:87). Shen-Nung decidió explorar los poderes curativos de las plantas. Se decía que podía ver a través de la pared abdominal en su estómago. Así pudo observar los funcionamientos de una medicina particular en esa parte de su cuerpo. Cuenta la leyenda que Shen-Nung ingirió setenta venenos diferentes en un solo día y descubrió los antídotos para cada uno de ellos (Abel, 1980). Prescribe la resina para “la debilidad femenina”, gota, reuma, estreñimiento, malaria, gripe y desmayos. Las flores de cannabis se utilizarían para curar las heridas abiertas. La cáscara de la semilla y la resina adherida a ésta se utilizaba para estimular el sistema nervioso. Las semillas se utilizaban para combatir las inflamaciones de la piel y eran consideradas como tónico, reconstituyentes, laxantes, diuréticas y muy apropiadas para extraer los gusanos a los recién nacidos y a los animales. El aceite se utilizaba como tónico para los cabellos y como antídoto al envenenamiento del azufre. El jugo fresco de las hojas servía para curar las picaduras del escorpión y la fibra para fabricar cuerdas y tejidos. En otro libro de la literatura china de esta época encontramos el Nei-Ching cuyo autor sería el emperador kwang-ti (Huang – Ti); comprendió que la población animal de China no podía abastecer a los hombres de piel suficiente para cubrirse.

El emperador Shen Nung incluyó al chu-ma entre “los elixires superiores de la inmortalidad” y aconsejó que sólo se cultivaran cáñamo femenino debido a sus virtudes medicinales superiores.

En el siglo II el cirujano chino Hua Ge (Hua T’o) (Abel, 1980) preparaba una mezcla de hachís con vino, denominada ma you, que utilizaba como anestésico durante las operaciones quirúrgicas sumamente complicadas sin causar dolor (Mañoso/Cortés, 2000:44)

En China con el taoísmo (que surge en el 600 a. C.) la intoxicación de cannabis con fines lúdicos no estaba bien visto. En el culto taoísta el escritor Yin – Hsi, un estudiante de Lao Tsu, escribió el Libro secreto de la flor dorada, en el que estudia el cannabis. Los taoístas utilizaron cannabis junto con otros ingredientes en sus quemadores de incienso (Rudgley. 1999:86). En la dinastía Zhou (770-221 a.C.) la etiqueta de la corte exigía que los visitantes incluyeran ma fen entre los regalos ceremoniales. Durante la dinastía Qi (479-502) la selección de las plantas machos en flor del cultivo de cáñamo constituía un espectacular ritual público.

La literatura china sobre el cáñamo

En el siglo VI, en la obra Wu Tsang Ching o el “Manual de las cinco vísceras”, se hallan las siguientes instrucciones para los magos: “Si deseas provocar apariciones demoníacas debes comer constantemente las inflorescencias de la planta de cáñamo”. También se creía que el cannabis junto al ginseng otorgaba poderes visionarios para predecir el futuro. Pero el confucionismo frenó la difusión del uso del cannabis como sustancia psicoactiva. Los imprevisibles efectos del cannabis podían desembocar en comportamientos poco confucianos. El opio, fue más aceptado socialmente por el confucionismo. Esa es una de las claves pero también lo fue que el cannabis era utilizado por los chamanes chinos, al desaparecer estos por una religión mucho más organizada también hubo una desaparición del cannabis. También es posible que al ver los chinos que el cannabis era utilizado por sus vecinos bárbaros dejaran de consumirla ya que no deseaban caer en hábitos bárbaros y esto sigue siendo hoy en día una realidad; en el Turkestán chino (Xinjiang), los musulmanes locales, de etnia uigur, siguen siendo asociados al cannabis por los chinos han (Rudgley.1999:87).

Consumidora china de cannabisEn el Shih Ching (libro de Odas) recopilación de 305 canciones y salmos compuesto entre los años 1.000 y 500 a.C. mencional al cáñamo 7 veces (Robinson, 1999:108). El primer diccionario de Shuo- wen chieh-tzu, recopilado por Hsu Shen en el periodo Han Oriental, se indican 4 variedades de ma (cáñamo). En el Chi-chiu- pien, un silabario compuesto en el siglo I a.C. se menciona en una misma oración al arroz, al mijo y al cáñamo indicando su importancia (Robinson, 1999:108).

En el Fan Sheng-Chi Shu, tratado de agricultura escrito por Fan Sheng-Chi alrededor del 25 a. C. se habla ampliamente del cáñamo. Sus semillas recibían un tratamiento previo, que consistía en sumergirlas en un cocimiento de huesos de caballo triturados, acónito, gusano de seda y estiércol de oveja (Robinson, 1999:111).

En el Nan-Ch’i Shu se menciona una papilla de semillas de cáñamo. Las semillas casi dejaron de usarse como alimento básico en el siglo VI; con el tiempo fueron sustituidas por otras con menor valor nutritivo. Los campesinos chinos usaban las semillas para producir tinte negro para sus ropas.

En el siglo XVI el escritor Li She-Chen estudia los cañamones en su Pen tsao kang mu, compiló diversos escritos anteriores de farmacólogos y herboristas, con lo que se convirtió en el manual básico de la farmacopea de plantas medicinales. Atribuyó a los cañamones la capacidad de incrementar el ji interior, frenar el envejecimiento, estimular la circulación sanguínea, aumentar la secreción de leche de las madres lactantes y ayudar a los paralíticos. Afirmó que el empleo de semillas de cáñamo en la preparación de champú aceleraba el crecimiento del pelo (Jones, 1995:15-19) (Conrad, 1998:30).

Bibliografía

  • Abel, E. Marihuana: The first 12,000 years. Editorial Plenum Press. Nueva York (1980)
  • Conrad C. Cannabis para la salud. Editorial Martínez Roca. Barcelona (1998)
  • Escohotado, A. Historia general de las drogas. Ed. Espasa Fórum. Madrid (1999)
  • Iversen L. L. Marihuana: conocimiento científico actual. E. Ariel. Barcelona(2001)
  • Jones K. Nutritional and medicinal guide to hemp seed. Ed. Rainforest Botanical Laboratory. Gibsons, Columbia Británica (1995)
  • Mañoso Flores J. y Cortés Blanco M. Perspectiva histórica de las drogas desde un punto de vista militar. Ed. Agencia Antidroga. Comunidad de Madrid. Madrid (2000)
  • Rudgley, R. Enciclopedia de las substancias psicoactivas. Ed. Paidos Divulgación. Barcelona (1999)
  • Robinson, R. (1999). El gran libro del cannabis: Gui completa de los usos medicinales, comerciales y ambientales de la planta más extraordinaria del mundo. Inner Traditions / Bear & Company

Acerca del autor

Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.