Tras aprobarse la Subcomisión sobre la regulación del uso medicinal del cannabis en el Congreso, ConSalud TV entrevista a Carola Pérez, presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal.

Hace apenas unas semanas, el Congreso de los Diputados aprobó de forma mayoritaria la creación de una Subcomisión para analizar las experiencias internacionales de regulación del cannabis para uso medicinal. El propósito de este órgano será recabar las prácticas de otros países sobre este asunto y remitir un informe al Gobierno con la voz de expertos en la materia, como paso previo a una posible regulación en España. Para debatir sobre esta propuesta, ConSalud TV ha entrevistado a Carola Pérez, presidenta del Observatorio Español del Cannabis Medicinal (OECM), quien pide a las instituciones “hacerlo bien” pese a que “llegamos muy tarde”.

¿Cómo habéis acogido la aprobación de esta iniciativa?

Ha sido la recogida del fruto de más de seis años que llevamos trabajando con partidos políticos y expertos, para que se abra el debate y de una vez por todas el Congreso de los Diputados y la clase política se tome en serio la petición que llevamos haciendo los pacientes desde hace mucho tiempo: tener acceso al cannabis medicinal, como cualquier otro medicamento. Para muchas personas, nuestra calidad de vida depende de su uso.

“El Observatorio Español del Cannabis Medicinal ha nacido para morir y en cuanto los pacientes estemos atendidos, desaparecerá”

Para nosotros era muy importante. Ya lo intentamos en 2017, mediante una Proposición no de Ley (PNL) con Ciudadanos, pero no salió adelante. Ahora de la mano del PNV, a los que estamos eternamente agradecidos. Hemos estado trabajando con ellos de manera continua para presentar esta Subcomisión y poder escuchar qué ocurre en otros países, poder estudiar sus modelos, ver qué resultados han tenido o cómo están siendo tratados los pacientes. Es un gran paso que la Comisión de Sanidad tenga en su agenda este tema.

Como dices, el foco se pondrá en las experiencias internacionales donde ya funcionan programas de este tipo. Aún así, ¿cuál va a ser vuestra participación?

Ya llevamos tiendo trabajando con los partidos políticos y también en esta subcomisión. Es un trabajo que viene de atrás. Para nosotros es muy importante que los partidos sepan de qué hablamos al hablar de cannabis, que conozcan la realidad y que podamos estudiar todas las realidades. Tenemos conversaciones constantes y fluidas con todos los grupos. Queremos ayudar y empujar a que esto nazca. El Observatorio ha nacido para morir y en cuanto los pacientes estemos atendidos, desaparecerá.

De modo resumido, ¿cuál es la situación actual en España? ¿Qué productos a base de cannabis se están utilizando para aliviar frente a ciertas enfermedades?

Actualmente en España tenemos dos medicamentos a base de cannabis. El epidiolex, un preparado de CBD (cannabidiol) que se usa para niños con epilepsias refractarias. Y el sativex, un medicamento que contiene CBD y TCH (tetrahidrocannabinol) a ratios iguales y en España lo tienen pautado pacientes con esclerosis múltiple en segunda línea de tratamiento y algunos como tratamiento compasivo. Creemos que los cannabinoides ya han demostrado su eficacia. Tenemos que intentar salir del marco de estos medicamentos, tener acceso a otros más económicos, para la Seguridad Social y el paciente, tener otras vías de administración y de ratios.

“Es importante que estemos en manos de médicos y nos podamos organizar. Ya es hora de que podamos acceder al cannabis medicinal como a cualquier otra medicación”

Somos más de 300.000 pacientes que usamos cannabis con fines medicinales. Actualmente tenemos que cultivarlo en casa y hacer nuestros preparados, acudir a la calle a comprar yerba o ir a un club social de cannabis. Pero son lugares para el consumo de uso recreacional, sitios en los que la sustancia no está analizada y no sabemos la cantidad de cannabinoide que tiene. Como sustancia psicoactiva que es, los pacientes necesitamos conocer qué cantidad contiene. Queremos que no se deje al paciente en manos del narco y que quede en manos del Estado.

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¿Cuántas personas calculáis que podrían usar este tipo de medicamentos? ¿Para qué otras enfermedades?

Cada vez el número va creciendo porque salen nuevas marcas de CBD al mercado, son más las farmacias que tienen cremas y productos y el boca a boca está trabajando cada vez más. Es incontrolable. Pero muchos de estos productos no están analizados y el paciente no está seguro. Muchas veces es estafado porque no tiene la cantidad de cannabis que dice que contiene. Al no haber control, es una situación compleja. Es importante que estemos en manos de médicos y nos podamos organizar como con cualquier otra medicación.

El cannabis se utiliza para muchas enfermedades. Un foco sería el dolor y la resistencia a opiáceos: en España hay 3 millones de españoles con dolor neuropático y un 20% de la población sufre dolor crónico. La parte de oncología sería la segunda rama donde más se usa el cannabis, para náuseas y vómitos, abrir el apetito o acompañar el proceso de la quimioterapia. Otra gran familia serían las enfermedades neurodegenerativas, como parkinson y alzheimer, donde las investigaciones están teniendo resultados muy prometedores. Y también están los trastornos del sueño y la ansiedad, el gran cajón actual, más después de la pandemia.

A nivel internacional, ¿en qué países se puede fijar España como modelo a seguir?

Hay varios modelos muy interesantes. El israelí, el canadiense, el alemán o el colombiano. Cada país, lógicamente, tiene que adaptarse a sus circunstancias. Por ejemplo, Israel, Canadá o Estados Unidos ya llevan 20 años utilizando el cannabis como medicamento y cada vez el número de pacientes va creciendo en ellos, porque prefieren utilizar productos que no tengan sobredosis o usan del tipo planta. Al final, el paciente está cansado de estar medicado. Italia podría ser un modelo a vigilar por cómo se regulará, tener también competencias por comunidades y provincias. De todos y cada uno hay debilidades y fortalezas. Aún siendo un país pionero en investigación, llegamos muy tarde. Pero esto también nos ayuda a saber qué ha fallado en estos países.

¿Por qué cree que España aún no ha dado el paso definitivo para que la regulación del uso terapéutico o medicinal del cannabis sea plena?

Creo que hay dos cuestiones. Por un lado, la mezcla de argumentos. El hecho de que cuando pedimos la regulación del acceso al cannabis medicinal nos dicen eso de “los menores fuman porros”. Pero nosotros hablamos de un tipo de acceso que es distinto. Existe un gran desconocimiento: aunque se usa la misma planta en distintos formatos y se mezclan los conceptos; además hay un estigma añadido sobre el ‘fumeta’, mientras que aquí se bebe alcohol y se lleva a los niños a los bares desde pequeño.

“Es el momento de regularlo. Los políticos se están dando cuenta de que es una realidad, que España se está quedando la última y que estamos perdiendo mucha investigación e inversión”

El otro hecho es la voluntad política. La evidencia del cannabis está ahí desde hace muchos miles de años. Se prohíbe en los años 60 por temas políticos y de algunos lobbies. Y ahora tenemos que recuperar el reencuentro,  volver a hacer más investigación como se ha hecho con los opiáceos. Ahora es el momento, los políticos se están dando cuenta de que es una realidad, de que España se está quedando la última. Se está perdiendo mucha investigación e inversión. Se nos está yendo todo el talento investigador a empresas extranjeras. Y muchas veces los políticos se ponen en modo ‘Pasapalabra’ en algunas cuestiones. Hace falta hacer un debate pausado.

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¿Cuál es vuestra relación con el Ministerio de Sanidad? ¿Habéis mantenido conversaciones?

Íbamos a tener una reunión con Salvador Illa en marzo de 2020. Ya se estaban iniciando las conversaciones pero vino la pandemia. Nos consta que el Ministerio está ahora desbordado porque es una situación de extrema gravedad. Lo tenemos muy claro. Pero eso no quita que la ministra Darias nos de la reunión que nos debe y que poco a poco vaya escuchando. Es verdad que con el PSOE se ha cambiado el tono y la predisposición. Estamos agradecidos a los integrantes de la Comisión de Sanidad, porque las conversaciones son muy fluidas.

¿Tenéis esperanza de que esta Subcomisión y el informe que se elabore y se remita al Gobierno agilice la regulación definitiva en España?

Tengo que ser optimista porque si no estaría agotada ya después de todo este tiempo. Pero la aprobación de la Subcomisión y de tener la mayoría en el Congreso nos ha dado confianza y esperanza a los pacientes y al Observatorio, que lleva muchos años trabajando. Muchas veces el político no tiene formación sanitaria y las respuestas no tienen motivaciones médicas sino políticas. Escuchar estas excusas también duele porque hay unos derechos clave, a la salud y a la dignidad. Entonces, vamos a hacerlo bien.

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.