Descubre por qué la araña roja vuelve con el calor, cómo identificar sus daños y las mejores estrategias para prevenir y controlar esta temida plaga en tus plantas de marihuana.
Con la llegada del calor regresa una de las amenazas más temibles para nuestras plantas, algo que a todos nos suscita pavor: la araña roja. Estos ácaros ven favorecido el aumento de su población por las altas temperaturas y su presencia y virulencia son mucho más notables en la época estival, siendo una de las plagas más devastadoras que pueden afectar a la marihuana. Su control es sumamente importante, pues este minúsculo arácnido forma colonias capaces de arrasar cultivos enteros en muy poco tiempo. En este artículo explicaré brevemente cómo dañan a las plantas y cómo podemos prevenir y controlar su presencia.
A pesar de su nombre común, la araña roja ni es una araña, ni tiene por qué ser de color rojo. Se trata de unos arácnidos clasificados como ácaros y su color puede ser rojo, marrón amarillento o verde, dependiendo de la especie, de la estación del año, la ubicación geográfica y planta huésped. La especie más común en interior recibe el nombre científico de tetranychus urticae y es sumamente difícil de combatir, por lo que la prevención es esencial si no queremos sufrir los síntomas de su incómoda y devastadora aparición. Se alimenta extrayendo los jugos de las células vegetales, que mueren tras su agresión, y deja una diminuta marca clorótica en el haz de la hoja como rastro de su picadura. A pesar de que la lesión ocasionada no es de gran envergadura, lo que la convierte en una plaga tan complicada es su gran capacidad de reproducción y dispersión, que hace que en pocos días su población aumente de forma exponencial, causando miles de estas pequeñas picaduras sobre una misma planta y provocándole la muerte. Las hembras adultas miden de 0,4 a 0,5 mm de longitud, mientras que los machos son ligeramente más pequeños1. Además, durante las primeras fases de la infestación se sitúan en el envés de las hojas, por lo que detectar su presencia a tiempo suele ser complicado si no se tiene ya cierta experiencia lidiando con ella. Cada hembra pone alrededor de doscientos huevos durante su ciclo vital, que se repite cada ocho días en condiciones óptimas, y su presencia respecto a los machos se estima en una proporción de 3:12. Por tal de protegerse, crean sobre las plantas una especie de telaraña que les sirve de refugio ante los posibles depredadores y también ante los acaricidas. Al aire libre, los ejemplares adultos pasan al estado de hibernación con la llegada del frío, pero al llegar el buen tiempo vuelve su implacable virulencia. En verano, el clima caluroso beneficia su reproducción tanto en exterior como en interior, facilitando enormemente su proliferación.
La importancia de la prevención
Aunque siempre es necesario organizar el cultivo de forma que esté protegido frente a los factores causantes de estrés y de organismos que le provoquen lesiones, en el caso de la araña roja es especialmente importante porque raramente la podremos erradicar y es capaz de malograr toda la producción. Es decir, una vez instalada la plaga, sólo podemos controlarla para que no nos impida cosechar, pero deshacerse de ella es enormemente complicado.
Durante la mayor parte del siglo XX, en agricultura convencional, se ha considerado que los pesticidas eran la solución al problema de las plagas. No obstante, lo cierto es que aunque estos hacen que la población de cualquier organismo fitófago descienda rápidamente y han supuesto un gran avance, su uso irracional y el abuso en su aplicación han ocasionado una serie de problemas ambientales todavía más graves. Por ejemplo, el tristemente conocido como trastorno del colapso de las colmenas, por el que las abejas obreras desaparecen de forma masiva y repentina en la época invernal, tiene su causa más probable en el abuso de insecticidas neonicotinoides. Además, la aplicación permanente de sustancias químicas ha causado que los insectos y otros organismos se muestren resistentes a ellas, esto quiere decir que ya no muestran ningún efecto, y requieren una dosis cada vez mayor3.
Dado que la araña roja es un ácaro muy polífago (ataca a muchas especies vegetales distintas), también constituye un gran problema en el sector agrícola, donde puede causar estragos y se la ha tratado con productos muy diversos, hasta el punto en que ostenta la fama de ser la plaga resistente al mayor número de insecticidas. Por tanto, hay razones de sobra para extremar la precaución, especialmente en la época estival, siendo el uso de acaricidas la última opción a la que deberíamos recurrir.
Medidas preventivas
En líneas generales, para prevenir cualquier tipo de plaga en cualquier tipo de cultivo es recomendable seguir las pautas marcadas por el manejo integrado de plagas. Se trata de una metodología que emplea procedimientos sostenibles para mantener las poblaciones de organismos nocivos bajo umbrales que no repercutan de forma significativa en la producción, basándose en la rentabilidad y aprovechando, en la medida de lo posible, los recursos naturales disponibles para controlar dichos organismos.
Dos de las principales medidas en este sentido consisten en el empleo de variedades resistentes y en evitar el monocultivo. Lamentablemente, la única forma de comprobar si una determinada genética de cannabis es resistente o no a la araña roja, es ver cómo avanza la plaga sobre una planta viva. Cabe aclarar que el concepto “variedades resistentes” no significa que haya plantas inmunes a la araña roja, sino que hay algunas variedades o fenotipos más susceptibles a sufrir su ataque, siendo el ritmo de progresión de la plaga mucho más rápido sobre ellos. Si nos atenemos a esta variación en la resistencia al embiste de la mencionada plaga, fácilmente podremos deducir que el cultivo de un solo fenotipo (esqueje de una misma madre) o variedad puede ser desastroso si todas las plantas son susceptibles a su ataque. Por esta razón, si cultivamos en exterior, es más que aconsejable incluir en nuestro huerto o jardín otras especies vegetales distintas al cannabis. Por otra parte, si cultivamos en interior, durante las épocas de calor, es aconsejable no cultivar esquejes de una sola variedad, sino escoger al menos dos genéticas distintas con tiempos de floración iguales o muy ajustados.
Otra de las medidas que debemos tomar consiste en mantener limpia la zona de cultivo, especialmente de vegetación debilitada o enferma, que suele ser más susceptible a sufrir el ataque de cualquier tipo de plaga. Asimismo, debemos tener en cuenta que el estrés hídrico y las carencias o excesos de nutrientes debilitan a las plantas, volviéndolas más susceptibles al ataque de cualquier tipo de plaga.

Prevención en interior
La principal medida que debemos tomar para evitar una plaga de araña roja en nuestro cultivo interior es mantenerlo correctamente aislado. Si bien es cierto que unas buenas condiciones ambientales dificultan la proliferación de la plaga, lo más importante es impedir su entrada y esto sólo se consigue mediante un correcto aislamiento. Para mantener el hermetismo de nuestra sala de cultivo es necesario tomar una serie de medidas. La primera de ellas consiste en no permitir que entre aire del exterior sin filtrar, lo cual incluye no abrir las ventanas de la habitación ni de las habitaciones contiguas si la puerta de la misma está abierta. Además, también debemos habituarnos a entrar con ropa limpia y a no traer invitados a nuestro cultivo, sobre todo a otros cultivadores (sí, sé que es complicado, pero es lo más recomendable). Por último, debemos ser muy prudentes con el intercambio de esquejes. Si decidimos aceptar los de otros cultivadores, debemos mantenerlos en cuarentena durante un tiempo prudencial de entre 30 y 40 días. Es decir, antes de introducir un esqueje ajeno en cualquiera de nuestras salas de cultivo, lo mantendremos en crecimiento durante al menos un mes para asegurarnos de que está completamente libre de plagas. Este lapso de tiempo puede parecer exagerado, pero hay que tener en cuenta que normalmente la araña roja llega a los cultivos por medio de esquejes ajenos. Si practicamos asiduamente el intercambio de genéticas por medio de clones, es muy aconsejable habilitar un pequeño habitáculo para mantenerlos en vegetativo antes de introducirlos en nuestra sala de crecimiento. No obstante, debemos intentar no poner muchos esquejes al mismo tiempo, ya que si uno está afectado, perjudicará a los demás.
Tratamiento
Normalmente, aunque tomemos todas las precauciones posibles, la araña roja acaba haciendo su aparición. Por mucho que pretendamos un minucioso aislamiento de nuestra sala, mantener al 100 % su hermetismo de forma indefinida es imposible. Ante un panorama tan desalentador, sólo nos queda conocer los posibles tratamientos, por si sufrimos su desagradable presencia.
Si detectamos la plaga durante la fase de crecimiento, a pesar de lo expuesto anteriormente, lo mejor es utilizar un acaricida altamente efectivo. Si no queremos recurrir a los productos de síntesis química, preferimos utilizar tratamientos ecológicos o estamos cultivando en exterior, podemos emplear extracto de canela que es muy efectivo contra este ácaro. Repetiremos la aplicación varios días después de la primera y, entretanto, aplicaremos algún otro producto con propiedades acaricidas como jabón potásico o azufre.
Por otra parte, si detectamos la plaga durante la fase de floración, el tratamiento se complica bastante por la dificultad de no poder rociar los cogollos con ningún tipo de producto. En este caso, lo más recomendable es llevar a cabo un control manual. Para ello, utilizaremos una esponja o trapo empapados en una solución acaricida y limpiaremos el cultivo hoja por hoja, retirando aquellas que tengan dañada una superficie superior al 50 % aproximadamente. Es una labor bastante tediosa, sobre todo si hemos escogido variedades con bastante hoja, pero es una de las mejores soluciones para controlar la araña roja en interior. Además, intentaremos mantener la temperatura entre los 17 y 18 grados Celsius y la humedad relativa alta para crear un ambiente hostil para ella y dificultar su desarrollo. Si cultivamos en exterior, llevar a cabo estos métodos es prácticamente imposible, por lo que procuraremos no mojar demasiado los cogollos al aplicar los tratamientos y emplear productos que se descompongan fácilmente para evitar residuos como los elaborados a base de piretrinas.
Dada la gran resistencia que presenta este ácaro, es muy recomendable utilizar varios productos, intercalando los tratamientos para una mayor efectividad. Asimismo, debemos recordar que durante la fase de floración no aplicaremos azufre sobre las plantas, ya que las partículas de polvo de este mineral se quedan adheridas a los cogollos, confiriéndoles un sabor muy desagradable.
Como alternativa al uso de productos acaricidas, en las primeras fases de la infestación, podemos optar por la lucha biológica en nuestro cultivo interior, liberando ácaros depredadores de la araña roja como el Phytoseiulus persimilis.
En épocas de calor, seguir estos pasos en caso de plaga no hará que ésta desaparezca, pero con paciencia y perseverancia podremos cosechar, aunque obtengamos una menor producción. No actuar o hacerlo tarde o con desidia comportará casi con toda seguridad la pérdida de la cosecha, ya que este ácaro es capaz de arrasar un cultivo entero en muy pocos días.
Espero que te haya gustado el artículo y que te sea útil para prevenir y combatir la araña roja. ¡Muy buenos humos!
REFERENCIAS
- McPartland, J. M., Clarke, R. C., & Watson, D. P. (2000).Hemp diseases and pests: management and biological control: an advanced treatise.
- Ibíd.
- Brechelt, A. (2004). El Manejo Ecológico de Plagas y Enfermedades. [archivo PDF] Chile: Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas para América Latina. Disponible en http://bit.ly/1NbovWv.
Acerca del autor

Mari SH
Aventajada maestra en el arte del cultivo, tiene una larga trayectoria como cannabicultura y redactora de contenidos cannábicos



















