Una nueva investigación vincula el consumo habitual de cannabis con mayores tasas de abandono de opioides y destaca su potencial como herramienta frente a la crisis de sobredosis

La crisis de los opioides sigue cobrándose decenas de miles de vidas cada año en Estados Unidos. Frente a estrategias tradicionales centradas en la represión y el castigo, emerge una posible solución natural y accesible: el cannabis.

Un nuevo estudio publicado en la revista Drug and Alcohol Review ofrece evidencia contundente de que el consumo diario de cannabis puede aumentar significativamente las probabilidades de abandonar los opioides, especialmente en personas con dolor crónico.

La investigación fue llevada a cabo por un equipo de ocho expertos del British Columbia Centre on Substance Use, la Universidad de Columbia Británica y la Universidad Simon Fraser. El análisis se centró en 1.242 personas consumidoras de drogas con dolor crónico, concluyendo que quienes usaban cannabis a diario presentaban una mayor tasa de abandono de opioides en comparación con quienes no lo usaban o lo hacían ocasionalmente.

Este efecto fue más notable en hombres, lo que sugiere posibles diferencias de género en los efectos y patrones de consumo de cannabis.

Cannabis como sustituto terapéutico de los opioides

El estudio se suma a una creciente colección de investigaciones que apoyan la idea de que el cannabis puede ser un sustituto eficaz y seguro de los analgésicos opioides. Por ejemplo, en estados donde el cannabis medicinal es legal, se ha observado una reducción en la prescripción de opioides entre adultos asegurados. Otro estudio reveló que tras legalizarse el cannabis medicinal, los pagos de los fabricantes de opioides a médicos especializados en dolor disminuyeron considerablemente, lo que apunta a un cambio en las prácticas clínicas.

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Una de las evidencias más contundentes proviene de un estudio que relacionó la legalización del cannabis recreativo con una reducción de aproximadamente 3,5 muertes por sobredosis por cada 100.000 habitantes. Teniendo en cuenta que más de 107.000 estadounidenses murieron por sobredosis en 2021, de los cuales el 75 % fueron por opioides, el potencial del cannabis como herramienta para salvar vidas es innegable.
Impacto económico y social de una posible legalización

Más allá del ámbito médico, la legalización del cannabis supondría beneficios económicos y sociales significativos:

Creación de cientos de miles de empleos, miles de millones en ingresos fiscales, reducción del encarcelamiento por delitos no violentos, especialmente en comunidades vulnerables, y nuevas oportunidades para la investigación científica y el comercio internacional.

Desde una perspectiva económica, esta transformación podría ser especialmente atractiva para políticos con perfil empresarial. Sin embargo, muchas veces la legalización tropieza con los intereses de sectores que se benefician del prohibicionismo: grandes farmacéuticas, prisiones privadas y cuerpos policiales que reciben financiación para la guerra contra las drogas.

El derecho a cultivar: autocultivo como herramienta de salud

Mientras la legalización a nivel federal se retrasa, crece el movimiento a favor del autocultivo de cannabis con fines medicinales. Aunque aún ilegal en muchos estados, algunos pacientes con dolor crónico exploran esta opción para obtener una fuente segura, económica y personalizada de alivio.

El cultivo doméstico no solo garantiza la pureza del producto (sin pesticidas ni contaminantes), sino que permite elegir variedades específicas para tratar dolencias como el insomnio, la ansiedad, la inflamación o el dolor neuropático. Además, cultivar una planta puede ser una experiencia terapéutica en sí misma, fomentando el autocuidado, la paciencia y la conexión con la naturaleza.

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Cada parte de la planta puede aprovecharse: las hojas para jugos, los restos para cremas o infusiones, y las flores para consumo directo. Además, el coste es considerablemente inferior al de los productos de dispensario, lo que lo convierte en una opción especialmente valiosa para personas con recursos limitados.

Un cambio de paradigma necesario

El mensaje de este estudio es claro: el cannabis podría desempeñar un papel clave en la reducción del uso de opioides y en la prevención de muertes por sobredosis. Y sin embargo, la respuesta política sigue siendo lenta y condicionada por intereses económicos.

A pesar de que más del 65 % de los estadounidenses apoyan la legalización del cannabis, la legislación avanza a paso lento. Pero el problema no espera: cada día se pierden vidas que podrían salvarse con una planta utilizada medicinalmente desde hace milenios.

En este contexto, la legalización del cannabis no es solo una cuestión de libertad personal o reforma sanitaria: es una necesidad urgente de salud pública.

Acerca del autor

The Swami

Amante del cannabis y especializado en el mundo de las sustancias psicoactivas. Escritor y psiconauta.