Beneficios de las micorrizas y el trichoderma en el cultivo de cannabis
En el número 141 de Cannabis Magazine tocamos el tema de los hongos, explicando qué son y centrándonos en la prevención y el control de enfermedades fungosas. Sin embargo, salvo una breve alusión al trichoderma, apenas hablamos de los que son beneficiosos para el cultivo, por lo que en este artículo trataremos el tema de las micorrizas y el trichoderma, explicando los beneficios que aportan a multitud de especies vegetales, entre las que se encuentra la planta de cannabis.
¿Qué son las micorrizas?
Con el término micorriza se designa la simbiosis que se establece entre las raíces de una planta y un hongo. Es una de las relaciones simbióticas más abundantes del planeta y suele estar presente en la mayoría de hábitats naturales. Mediante esta unión, la planta recibe agua y nutrientes del hongo, y éste, a su vez, carbohidratos y vitaminas. Evidencias fósiles y estudios moleculares sugieren que la asociación micorrícica se originó hace ca. 462-353 millones de años y, desde entonces, su formación es indispensable para el éxito ecológico de la mayoría de las plantas sobre la Tierra1. De hecho, se cree que su influencia fue determinante en la expansión de la vida vegetal sobre la superficie terrestre.
Esta asociación mutualista fue descubierta a finales del siglo XIX, y se ha estudiado ampliamente a lo largo del siglo XX y XXI por su papel en la absorción de nutrientes de la mayoría de especies vegetales. Siendo un fenómeno tan extendido, el término micorriza se ha generalizado entre los usuarios, y con él designan a los hongos formadores de micorrizas, aunque tal denominación no sea del todo correcta.
Tipos de micorrizas
Las micorrizas se dividen en dos grandes grupos según su morfología y forma de penetración en la raíz: endomicorrizas y ectomicorrizas. En el primer tipo, el micelio del hongo penetra a nivel intracelular en el tejido radicular y, en el segundo, forma un manto alrededor de él. Ambos se pueden subdividir a su vez en función de su morfología, siendo la subdivisión más importante para la agricultura la de las micorrizas vesículo-arbusculares, un tipo de endomicorrizas que se caracteriza por formar una fina ramificación dentro de las células vegetales y que puede o no formar vesículas entre las células o en ellas.
La función principal de la micorriza es facilitarle a la planta la adquisición y absorción de agua, fósforo y nitrógeno, principalmente; sin embargo, esta asociación proporciona otros beneficios a las plantas, entre los que destacan: la protección ante el ataque de parásitos, hongos patógenos y nematodos, el aumento de su resistencia a la herbívora, influyendo en la producción de sustancias defensivas por parte de la misma planta, la limitación de la absorción de metales pesados tóxicos como el zinc y el cadmio que son alojados en sus hifas, aumento del área de exploración de la raíz, lo que incrementa el flujo de agua del suelo a la planta2, etc. Además, mejora las propiedades físicas del suelo y promueve la actividad de bacterias y microorganismos beneficiosos.
Múltiples investigaciones científicas realizadas con muy diversas especies vegetales avalan la efectividad de la micorrización del suelo, que normalmente da lugar a plantas más sanas, vigorosas y productivas, con mayor resistencia a la sequía, mayor tolerancia a la salinidad, etc. y, teniendo en cuenta que permite reducir la aplicación de fertilizantes y otros compuestos, cobra especial importancia en la agricultura ecológica.
¿Qué es el trichoderma?
Un hongo que también es muy beneficioso para el cultivo es el trichoderma. Éste no actúa como formador de micorrizas, ya que no le aporta nutrientes de forma directa, sino que su función es más bien protectora y vigorizante. Las especies de hongos del género trichoderma son saprofitas, aunque pueden parasitar a otros hongos si se les presenta la ocasión. Presentan un crecimiento rápido y son capaces de colonizar multitud de sustratos, pero su principal característica es que actúan como agente de control biológico al prevenir efectivamente las enfermedades fungosas del sistema radicular.
El trichoderma cuenta con diversos mecanismos de acción, siendo los principales la competencia por espacio y nutrientes, el micoparasitismo y la antibiosis. Es decir, al presentar un ritmo de desarrollo considerable, el trichoderma compite por la colonización del sustrato con otros hongos patógenos de forma efectiva. Además, tiene la capacidad de parasitar a algunos hongos y causarles la muerte, y también produce sustancias tóxicas para estos. Todo ello se traduce en notables beneficios para las plantas, lográndose el control biológico de enfermedades radiculares, la inducción de resistencia sistémica, la mejora de la absorción de nutrientes y el aumento de su solubilidad y en un mejor desarrollo del sistema de raíces.
Como curiosidad sobre el trichoderma, cabe mencionar que su acción sobre ciertos hongos es tan efectiva que determinadas cepas constituyen un gran problema en los cultivos de champiñones.
Hongos beneficiosos en el cultivo de cannabis
Las micorrizas en el cultivo de cannabis también producen los beneficios anteriormente mencionados, por lo que su uso está totalmente aconsejado para aquellos cultivadores que deseen aprovechar las oportunidades que nos brinda la naturaleza sin recurrir a productos de síntesis química. Si tienes la intención de emplear hongos beneficiosos para el suelo en tu cultivo, es muy aconsejable utilizar sustratos de origen biológico como turba o fibra de coco. De hecho, si utilizas algún tipo de microorganismo en el cultivo, como pueden ser hongos formadores de micorrizas, bacterias o trichoderma, debes evitar el uso fertilizantes químicos y productos fitosanitarios demasiado agresivos, ya que los merman y dificultan su desarrollo y supervivencia, haciendo que su aplicación se convierta en una inversión inútil de tiempo y dinero.
Las condiciones del suelo influyen directamente sobre la capacidad de colonización de los hongos micorrícicos y también afectan al resto de seres vivos del suelo. En el caso particular del cannabis, se ha podido comprobar que la presencia de algunos metales pesados disminuye el porcentaje de colonización de las raíces. Según se explica en un estudio publicado en la revista Chemosphere en 2005: “El efecto de las micorrizas arbusculares en la absorción de metales pesados y translocación se investigó en Cannabis sativa. El cáñamo fue cultivado en presencia y ausencia de 100 mg g-1 Cd y Ni y 300 mg g-1 de Cr (VI), y se inocularon o no con el hongo micorriza arbuscular Glomus mosseae. En nuestra condición experimental, el crecimiento de cáñamo se redujo en las plantas inoculadas y la reducción estaba relacionada con el grado de micorrización. El porcentaje de colonización de micorrizas fue 42% y 9% en las plantas cultivadas en el suelo no contaminado y contaminado, lo que sugiere un efecto negativo significativo de altas concentraciones de metal en la infección de plantas por G. mosseae”3.
Por otra parte, con todo lo anteriormente expuesto sobre el trichoderma, cabe preguntarse cuál es el resultado de la interacción entre éste y los hongos formadores de micorrizas, ya que puede establecer relaciones sinérgicas o antagónicas con otros microorganismos. Diversos investigadores han postulado que el trichoderma ejerce un efecto negativo sobre los hongos formadores de micorrizas arbusculares, reduciendo su porcentaje de colonización de las raíces. Sin embargo, otros investigadores han hallado evidencias de lo contrario. En este sentido, Chandanie et al. (2009) mostraron que la inoculación combinada o co-inoculación del hongo formador de micorrizas arbusculares Glomus mossae y hongos promotores del crecimiento vegetal, como Penicillium simplicissimum GP17–2 y Trichoderma harzianum GT3–2 en plantas de pepino (Cucumis sativus L.) aumentó el porcentaje de colonización radical de los hongos formadores de micorrizas arbusculares. En contraste, la presencia de G. mosseae disminuyó el desarrollo de la población de T. harzianum alrededor de las raíces; sin embargo, el crecimiento de P. simplicissimum no se afectó. La co-inoculación de G. mosseae con T. harzianum mostró sinérgicamente un mayor crecimiento de las plantas. Curiosamente, los niveles de protección contra las enfermedades alcanzados por la inoculación de cada una de las especies solas, P. simplicissimum, T. harzianum y G. mosseae fue aumentando significativamente, mediante la inoculación combinada de cada hongo promotor del crecimiento vegetal con G. mosseae4. Los resultados de la investigación sobre las interacciones entre hongos saprofitos y hongos formadores de micorrizas arbusculares difieren ampliamente, incluso cuando se emplean mismas especies de hongos saprofitos. Por ejemplo, se han observado efectos antagónicos, neutros y estimulantes de Trichoderma harzianum sobre hongos formadores de micorrizas arbusculares. Por otro lado, también se ha observado un efecto adverso, neutral y positivo de los hongos formadores de micorrizas arbusculares en la densidad de población de Trichoderma. Esta variación en la interacción entre hongos micorrizógenos y saprofitos puede deberse a las diferentes cepas de hongos saprofitos existentes5.
¿Cómo emplear los hongos beneficiosos en el cultivo de cannabis?
Normalmente, lo ideal es aplicarlos al sustrato antes del trasplante inicial para conseguir una inoculación temprana que favorezca el desarrollo de la planta desde sus primeros días de vida. El uso racional de fertilizantes biológicos preservará la actividad de los microorganismos en la zona de las raíces. En el cultivo en tierra, evitaremos realizar excesivas labores de labranza, ya que éstas conllevan la rotura de las hifas.
Aunque, a priori, no podemos saber el grado de colonización de las raíces por parte de las micorrizas ni el volumen de suelo que estaría ocupando el trichoderma sin el empleo de mecanismos de observación avanzados, sí que podemos comprobar si su aplicación está resultando positiva mediante el cultivo de “plantas control”. Se trata de ejemplares a los que no se les aplica el inóculo y que sirven como punto de comparación para ver el efecto de dicha aplicación.
Por último, hay que tener en cuenta que, dadas las posibles interacciones entre los hongos formadores de micorrizas arbusculares y las distintas cepas de trichoderma, lo más aconsejable para cultivar obteniendo sus beneficios es la aplicación de productos especialmente formulados para el cultivo de cannabis. Muchos de ellos ya incorporan mezclados hongos de ambas clases y bacterias.
Espero que te haya gustado el artículo y que pueda serte útil para optimizar tus cultivos bio. ¡Muy buenos humos!
REFERENCIAS
- Camargo-Ricalde, S., Montaño, N., De la Rosa, C., & Montaño, S. (2012). Micorrizas: Una gran unión debajo del suelo. Revista Digital Universitaria, 13(7), 3-19.
- Ibid.
- Cittero, S., Prato, N., Fumagalli, P., Aina, R., Massa, N., Santagostino, A., Sgobarti, S. & Berta, G. (Marzo 2005). The arbuscular mycorrhizal fungus Glomus mosseae induces growth and metal accumulation changes in Cannabis sativa L. [Abstract] Chemosphere, 59, 21-29. doi:10.1016/j.chemosphere.2004.10.009
- Cano, M.A. (2011). Interacción de microorganismos benéficos en plantas: Micorrizas, Trichoderma spp. y Pseudomonas spp. una revisión. Revista U.D.C.A Actualidad & Divulgación Científica, 14, 15-31.
- Martinez, A., Obertello, M., Pardo, A., Ocampo, J. A., & Godeas, A. (2004). Interactions between Trichoderma pseudokoningii strains and the arbuscular mycorrhizal fungi Glomus mosseae and Gigaspora rosea. Mycorrhiza, 14(2), 79-84.
Acerca del autor
Mari SH
Aventajada maestra en el arte del cultivo, tiene una larga trayectoria como cannabicultura y redactora de contenidos cannábicos