¿Qué es la difenidina? ¿cómo actúa en el cerebro? sus riesgos, efectos disociativos y el estatus legal de esta nueva sustancia psicoactiva

En esta ocasión vamos a hablar sobre una droga relativamente nueva en el mercado. Comencemos con su historia. El informe sobre la primera síntesis de difenidina la publicó en 1924 el científico Christiaen, que utilizó un método similar al usado por Maddox para obtener el PCP, y de hecho se sintetiza mediante una reacción análoga a la del PCP.

La difenidina nunca se utilizó ni se investigó en el ámbito médico, pero sí sustancias muy relacionadas con ella, como la lefetaina y el antagonista NMDA y antidepresivo lanicemina, y el antiepiléptico y medicamento antineurodegenerativo remacemida.

Así pasaron los años y las décadas, con la difenidina prácticamente guardada en el baúl de los recuerdos, con escasa investigación científica, hasta que, poco después de que se prohibiera la arilciclohexilamina en el año 2013, la difenidina y su derivado, la metoxfenidina, aparecieron en el mercado de los famosos RCs (research chemicals, o sustancias químicas nuevas, que aún no se han investigado seriamente y de las que se desconocen sus efectos a largo plazo).

Datos científicos

Su masa exacta es 265,183049741. Su fórmula es C19H23N, y su composición: C (85,99%), H (8,74%), N (5,28%)

El nombre científico de la difenidina es (±)-1-(1,2-Diphenylethyl)piperidine. Es una piperazina con efectos anestésicos, disociativos y levemente estimulantes, y se vende en polvo o en cristal formando rocas. Los datos que se suelen ofrecer en cuanto a sus dosis y duración son: dosis umbral (50 mg), efecto ligero (70-85 mg), dosis habitual (85-110 mg), efecto fuerte (110-150 mg), efecto muy fuerte (+150 mg). La duración total de su acción principal es de 2 a 5 horas, comienza entre 15 y 30 minutos y tiene unos ligeros efectos posteriores que duran entre 4 y 24 horas.

En cuanto a los datos farmacológicos, actúa como un antagonista en los receptores NMDA, con lo que los bloquea. Los receptores permiten que las señales eléctricas pasen de neurona a neurona; para que eso ocurra, el receptor debe estar abierto. Los disociativos inactivan los receptores NMDA bloqueándolos. Esta desconexión neuronal lleva a una pérdida de sensación, dificultad de movimientos y, con dosis altas, al famoso “hole” del que todos hemos oído hablar gracias a la ketamina. También es posible que actúe como un inhibidor de la receptación de la dopamina, aunque hasta ahora no se ha detectado su afinidad por los transportadores de este neurotransmisor; en cualquier caso, la referida acción explicaría sus efectos eufóricos y estimulantes. También parece que tiene cierta afinidad por los receptores sigma1 y sigma2. Se ha estudiado “in vitro” como tratamiento para los daños neurotóxicos. Puede que sea un potente antagonista NMDA contra el daño en esos receptores, mucho más que otros bastante conocidos, como la ketamina, el dextrometorfano, la iboga y la metoxetamina.

Forma de consumo y advertencias

Sin embargo, al tratarse de una sustancia prácticamente no estudiada, no podemos afirmar nada sobre ella. En cuanto a su consumo por parte de quienes buscan en ella una sustancia recreativa, lo normal es tomarla oralmente, ya que insuflada produce un fuerte escozor en las fosas nasales, incluso con dosis muy bajas, por lo que dosis altas pueden dañarlas. Se puede vaporizar o fumar para conseguir una acción más rápida, pero se sospecha que es carcinógena si se hace a una temperatura elevada. También puede administrarse por vía intramuscular e intravenosa, en cuyo caso se necesita una dosis mucho más baja para notar los mismos efectos, y evidentemente es muy peligroso utilizar dosis altas, por la rapidez y limpieza con que llega al sistema y da comienzo su acción. Es especialmente peligrosa al combinarse con sustancias depresoras, como las benzodiazepinas, el GHB, el GBL y los opioides, ya que con ello se potencia la relajación muscular, la sedación y la amnesia. Existe incluso cierto riesgo de vomitar estando inconsciente y morir por asfixia. Por ello, si el consumidor siente que va a quedar inconsciente, debe colocarse en posición fetal, de lado, para permitir que salga el vómito, nunca boca arriba.

No hay estudios sobre su posible toxicidad, no se conoce su potencial de adicción ni su dosis letal. Igual que sucede con otros antagonistas de los receptores NMDA, su uso continuo puede ser moderadamente adictivo, con posibilidad de dependencia psicológica y tal vez fisiológica. Si se crea adicción, hay cravings y efectos característicos de un síndrome de abstinencia. Tiene tolerancia cruzada con todos los disociativos, por lo que su consumo, por ejemplo, reducirá el efecto de la ketamina y sustancias similares.

Con dosis bajas hay ligera euforia, bienestar, sensación de estar flotando, dificultad para moverse, alteraciones sensoriales y despersonalización. Con dosis mayores se incrementa la disociación, con somnolencia, más distorsión sensorial, pérdida del control del movimiento, mareos, vómitos, amnesia e incluso pérdida de la consciencia. Genera tolerancia muy rápidamente, lo que obliga a administrarse dosis más potentes para obtener los mismos resultados. Consumidores expertos afirman que esa tolerancia se reduce a la mitad en 3-7 días y desaparece con dos semanas sin consumirla. Esto la diferenciaría de la ketamina, cuya tolerancia es muy difícil de reducir. Ellos mismos reconocen que puede tener cierto potencial adictivo, aunque se desconoce si es cierto. Curiosamente, también comentan que la tolerancia puede reducirse si la sustancia se administra junto a ácido cítrico o zumo de limón, ya que permiten alcanzar los mismos efectos con dosis menores, puesto que mejoran la absorción y potencian los efectos. Sin embargo, la mayor parte de la información de que disponemos procede de usuarios, con la subjetividad y la inseguridad que ello conlleva, alerta la organización Ailaket.

Informes sobre la presencia de difenidina

En el 2014 se publicaron dos informes sobre la existencia de difenidina, en combinación con cannabinoides sintéticos, en mezclas de inciensos herbales japoneses. Estos compuestos pueden consumirse fumándose, vaporizándose o haciendo un té con ellos. Lamentablemente, en un producto llamado ‘‘Herbal Incense. The Super Lemon’’ estaba presente la difenidina y hubo un caso de sobredosis mortal. En lo que respecta a su consumo como sustancia aislada, se presentó como una alternativa a la metoxetamina. No obstante, consumidores experimentados afirman que no hay efectos negativos para la salud si las dosis se mantienen a un nivel entre bajo y moderado, y si no se usa habitualmente.

En España se detectó por primera vez en el año 2014, mediante una alerta de la organización Energy Control, por la que informaban de que en Barcelona habían detectado muestras de falso MDMA, que en realidad eran difenidina. También se encontraron muestras de cocaína adulterada con difenidina. El caso de la MDMA es muy grave, ya que las dosis normales de esta sustancia (100-150 mg) corresponden a efectos muy potentes con difenidina. Por supuesto, Energy Control desaconsejó su consumo, como es lógico, ya que se conocieron dos casos de personas con problemas graves en España y nueve en Suecia.

Efectos

Enseguida describiremos detenidamente sus efectos, pero, en términos generales, suelen describirse como:

– Positivos: estimulación, euforia, desconexión del pensamiento y cambios en la percepción de la realidad.

– Neutrales: alteración de la percepción del tiempo, alteraciones del habla, alucinaciones, percepciones distorsionadas, confusión.

– Negativos: disociación grave, despersonalización, ataxia (falta de coordinación motora), amnesia temporal.

Pasando en concreto a una descripción más detallada de sus efectos físicos, podríamos decir que se pueden dividir en nueve componentes que se intensifican al subir la dosis. En cuanto a los físicos, tenemos:

– Desconexión táctil

– Sensaciones táctiles espontáneas. Hay una placentera sensación de hormigueo localizada principalmente en las manos, los pies y la cabeza.

– Supresión táctil. Esta falta de sentido táctil genera la supresión del sentido del tacto y una ausencia de sensibilidad en las extremidades. Así se demuestran las propiedades anestésicas de la sustancia.

– Desconexión del físico respecto de la mente.

– Pérdida de control motor. Suele aparecer con dosis altas. Si la persona está de pie caerá al suelo. Por ello, debe permanecer sentada o tumbada.

– Euforia. La posible acción inhibidora de la recaptación de la dopamina puede generar euforia física de muy distinto grado, según la dosis.

– Sensación de estar flotando. Parece como si el cuerpo no pesara.

– Mareo. Es poco habitual, pero hay personas que lo sufren.

– Náuseas. Puede haber vómitos en la fase más fuerte del viaje, que son bastante desagradables.

En lo que respecta a los efectos cognitivos, los usuarios describen la difenidina como especialmente eufórica, en comparación con la ketamina. Puede haber: desconexión de la conciencia, supresión del ego, ralentización del pensamiento, supresión del procesamiento de la información, distorsión temporal, euforia, introspección, sensación de déja vu, introspección, pensamiento conceptual, redosificación compulsiva

En lo relativo a los efectos visuales, esta sustancia no mejora los estímulos visuales; en su lugar, tiende a reducir la capacidad visual, pero a la vez puede producir:

– Desconexión visual, cuando se llega al equivalente al famoso “K-hole” de la ketamina, pero en este caso con difenidina.

– Visión doble

– Distorsiones visuales

En cuanto a estados de alucinación, a dosis elevadas puede producirlos en un alto grado, aunque son menos consistentes y reproducibles que con otras sustancias psiquedélicas.

Efectos auditivos: son muy comunes y se presentan a varios niveles, que conllevan mejoras, supresión, distorsiones o alucinaciones.

En conclusión, la difenidina presenta características casi idénticas a la metoxetamina, con sólo sutiles diferencias.

Estatus legal

Pasando a su estatus, actualmente existe un vacío legal que permite que se venda en numerosas páginas web de distintos países del mundo. Sin embargo, si las autoridades capturan a alguien con una cantidad elevada se le puede aplicar la ley de sustancias análogas. Esto dependerá mucho de la permisividad que pueda haber en un país en concreto. En España no está fiscalizada. En el Reino Unido, debido a la gran cantidad de páginas web que vendían RCs, está prohibido producir, vender o importar esta droga, por el Acta de Sustancias Psicoactivas, que entró en vigor el 26 de mayo de 2016. Esta acción legal conllevó el cierre de numerosas páginas web, que, o bien han cesado en su actividad, o bien han tenido que trasladarse a otro país.

Experiencias subjetivas

Si quien esto suscribe tiene que hablar sobre sus experiencias con esta sustancia, dirá que la ha utilizado sólo en dosis bajas y bajas-medias, por vía nasal. Puede dar fe de que escuece bastante en las fosas nasales, y el efecto es una especie de atontamiento que no le aportó nada, a diferencia del suave placer de la ketamina. La adquirió para compararla con la ketamina, sobre todo por su efecto tranquilizante y levemente despersonalizante a dosis bajas, pero debe reconocer que la experiencia ha sido un fracaso.

Para citar otras experiencias, en un foro de Internet un usuario esnifó 60 mg y tuvo un efecto pre-hole parecido al de la MXE, con mejora del estado de ánimo que duró tres horas. Otro usuario comparó 60 mg esnifados con dosis bajas de MXE y 3-meo-PCP. Otro usuario estaba interesado en sus efectos disociativos, pero afirmó que eran distintos de los de sustancias similares y que carece de su introspección característica. Por último, afirmó que 100 mg orales le proporcionaron una experiencia débil, pero que 150 le permitieron viajar hasta “Júpiter y más allá”. 

Personalmente, no hay deseo de probarla por vía oral a dosis mayores para experimentar los efectos que hemos detallado, ya que no pertenecen a lo que este redactor busca en una sustancia. En consecuencia, si debemos emitir un juicio subjetivo, el consejo sería no administrársela, a menos que al lector le gusten especialmente los efectos de despersonalización o desee llegar a un “hole”, con supresión de la consciencia. En cualquier caso, desde estas líneas recomendamos tener mucho cuidado, ya que en el plano científico y objetivo no se sabe prácticamente nada sobre la difenidina.

REFERENCIAS

 Disregard everything I say”: https://goo.gl/KmTtsn.

  1. https://goo.gl/ltzDRi.
  2. https://goo.gl/ze39Y0.

Acerca del autor

]. C. Ruiz Franco es licenciado en Filosofía y DEA del doctorado de la misma carrera, cuenta con un posgrado en Sociología y otro en Nutrición Deportiva. Se considera principalmente filósofo, y es desde esa posición de pensador como contempla el mundo y la vida. Se interesa principalmente por las sustancias menos conocidas, y sobre ellas publica mensualmente en la revista Cannabis Magazine.