Desde el sembrado a la recolección

Pese a ser un tema bien conocido por la gran mayoría de cultivadores, vemos interesante hacer un recorrido, a modo de revisión, por la problemática asociada a los primeros pasos que un cultivador nobel realiza.

Por Gospodin Konopí

En muchas ocasiones y como podremos ver más adelante, incluso en cultivadores avezados y de gran experiencia, se cuelan ideas, planteamientos o técnicas que no se pueden explicar por medio de la lógica de la agricultura, hablamos pues, de las leyendas urbanas asociadas al cultivo de cannabis. Un ejemplo de esta idea que esbozamos, un clásico de la mitología cannábica, es pensar en cultivar una planta de marihuana “triposa” regándola durante su crecimiento y floración con agua a la que se le ha añadido, de alguna manera, L.S.D.. Esta idea es del todo infundada. Lejos de beneficiarla, le supone una tara a superar, puesto que no existe evidencia científica alguna que sugiera que la planta de cannabis es capaz de sintetizar los principios activos presentes en el L.S.D. y mucho menos utilizarlos, asociando estos a los componentes psicoactivos originarios de la planta.

Sustrato inadecuado
Sustrato inadecuado

A lo largo de estos artículos iremos hablando de los errores más comunes que los cultivadores principiantes cometen y reproducen. Estos son errores completamente comprensibles que irán desapareciendo a medida que el cultivador se vaya convirtiendo en un grower experimentado, que procura controlar el máximo de variables posibles, pensando en que cuanto más se cuide a una planta y más se respeten unos principios básicos de cultivo, esta será mucho mejor en cuanto a calidad y producción. Esto se sustenta en el hecho de que la productividad de la planta no se verá afectada por esas variables que previamente hemos ido controlando. Dicho de otro modo, como hemos sido previsores y hemos considerado esas variables que son vitales para la planta, además tener en cuenta sus necesidades, tendremos un cultivo digno de tal esfuerzo.

Plantar de cualquier manera y en cualquier momento.

Por definición, los primeros pasos de un ser vivo son, con mucho, los más importantes. El cómo y el cuándo cobran aquí una trascendencia que marcará el desarrollo posterior de la planta. En muchos casos, el deseo de dar comienzo lo antes posible a la temporada  de cultivo conlleva unas prisas que lastran el crecimiento normal de la planta en ciernes. Hay que tener en cuenta una cosa muy sencilla, como cualquier planta. El cannabis tiene sus tiempos de siembra y no van a crecer más ni a desarrollarse mejor por mucho más temprano que se plante, la lógica natural no funciona de esta manera y lejos de ser así, si no se respetan sus tiempos la cosa no tendrá éxito.

Como muchos sabéis, la cannabis sativa es una especie aclimatada a latitudes más generosas con la temperatura, lugares de noches más templadas y con largas horas de luz, eso es lo que le gusta. No obstante, a lo largo de estas últimas décadas se han desarrollado variedades que se han ido acomodando paulatinamente a las características de los climas relativamente septentrionales, como es el caso de la región española. Esto es en gran medida lo que nos ha permitido optar a cultivos de gran calidad, puesto que cultivar en esta zona del globo plantas estrictamente sativas es una idea inasequible, algo que no es adecuado en términos de calidad y producción.

Cualquier planta crece en un sustrato apropiado
Cualquier planta crece en un sustrato apropiado

Entonces, puesto que hoy en día podemos elegir entre un montón de variedades de semillas que toleran bien las características climatológicas y lumínicas, propias de nuestro entorno relativamente norteño, tomémonos un tiempo en elegir el tipo de variedad que mejor se adapte al entorno y a nuestras necesidades o gustos. Puede parecer un tema de poca importancia, algunos de vosotros, queridos lectores pensaréis: ¿Qué más da?, al fin y al cabo una planta de marihuana es una planta de marihuana. Es cierto, todas las variedades presentes en el mercado y fuera de el, tienen las mismas propiedades en mayor o menor medida, pero la diferencia entre una planta con ascendencia índica y una con ascendencia sativa va a ser en muchos casos, una cantidad de horas de luz que traducida a días, rebasará con mucho el periodo  estival del que disponemos aquí. De esta manera, eligiendo una planta sativa para nuestro cultivo outdoor, nos quedaríamos sin días suficientes para su maduración. Esto sucede muy frecuentemente ya que fácilmente el tiempo de floración de algunas variedades sativas puede rondar los ciento diez días. Pero si de lo contrario elegimos para nuestro cultivo outdoor una variedad cuya genética tenga un porcentaje índico significativo, tendremos variedades que se van a ajustar a la perfección tanto en lo referente a la climatología y humedad, como en lo referente a la cantidad de horas de luz necesarias y horas de luz disponibles. Como podemos apreciar, la simple elección de lo qué plantar se vuelve un asunto delicado y digno de reflexión si se decide dedicarle un poco de tiempo.

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Como decíamos antes, las plantas de cannabis son originarias de regiones cuyas características son muy diferentes a las características de la península. Son plantas que se desarrollan plenamente durante el verano, pero el mes de  mayo es el mes especial, como para muchas otras plantas también para la marihuana. Se puede comenzar el cultivo antes o después de este mes en concreto, pero este es un momento idóneo, a partir del cual, las plantas que pongamos tendrán más de cincuenta días para desarrollar su potencial de crecimiento puro, cincuenta días, que si hemos elegido bien la variedad, serán más que suficientes. Recordemos que durante esta etapa necesitarán 18 horas de luz  y 6 horas de oscuridad diarias, además de un porcentaje de humedad ambiente que oscile entre el 50 y el 60%. De esta manera, con el cambio lumínico allá por el 21 de julio, cuando los días comiencen a hacerse más cortos y vaya habiendo menos horas de luz, la planta podrá comenzar su etapa de floración y continuar creciendo desde un desarrollo equilibrado y óptimo.

Así pues podemos decir que en este caso no por mucho madrugar amanece más temprano. Lo adecuado es respetar siempre los tiempos y las necesidades de la planta. No  hay que pretender llevar a cabo ideas no contrastadas o carentes de fundamentación por el simple placer de la duda, creyendo siempre que ocurrirá lo que en nuestras credulidades esperábamos.

Como hemos podido ver hasta ahora, el momento seleccionado para plantar adquiere, cuando se reflexiona ligeramente, un papel fundamental. Esta elección del momento termina por convertirse en muchos casos en un error garrafal, el primero que se pueda cometer y el que si se comete, estará presente a lo largo de todo el proceso de desarrollo de la planta. Como es bien sabido, no hay nada mejor al comenzar una empresa cualquiera, que comenzarla de la mejor manera posible, con esfuerzo y con mimo. En este sentido veo adecuado animar a todos esos jóvenes cultivadores que nos siguen, con el meritorio interés de aprender, a elegir cuidadosamente el momento para plantar. No en vano, todos los cultivos puestos en práctica bien venidos sean, porque todos ellos aportarán conocimientos prácticos y permitirán poner en práctica todos los conocimiento teóricos que uno va adquiriendo poco a poco y con tesón.

Plantitas de cannabis en crecimiento
Plantitas de cannabis en crecimiento

Concluimos aquí este recorrido por el primero de los puntos que conforman esta serie: “Los diez errores del cultivador principiante, desde el sembrado a la recolección”, para enfrascarnos seguidamente con él que yo creo, a falta de estadísticas, que es el error más común entre los cultivadores principiantes más nobeles y al mismo tiempo, el error más perjudicial para el desarrollo general de la planta.

Utilizar cualquier tipo de sustrato.

Para ahorrarse disgustos asegurados, lo mejor es no comprar la tierra que vamos a utilizar para formar el sustrato sobre el cual se sustentará la vida que tratamos de animar, en un bazar del tipo “Todo a un euro” o en los ya tan presentes “establecimientos chinos”. La idea rebosa sencillez, si lo que pretendes es tener unas plantas sanas, grandes, verdes y en definitiva hermosas, tienes que preocuparte primeramente por la elección del sustrato. Para que cualquier planta crezca sana y florezca de manera abundante es necesario que la tierra en la que se asienta sea rica en nutrientes, puesto que de una tierra pobre le será mucho más complicado alimentarse y su desarrollo se verá mermado de manera muy significativa. La gran suerte de la marihuana es que en ese sentido, es como el resto de plantas que habitualmente conocemos y necesita de una tierra rica y fértil.

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Hoy día contamos con un mercado inundado y sobresaturado de productos para el cultivo de plantas en general y para el cultivo de cannabis en particular. Teniendo en cuenta este dato no hay excusas para no hacer un pequeño esfuerzo y adecuar el entorno en donde previamente hemos decidido establecer el cultivo. Como bien decía antes, existen un sinfín de productos y sustratos para tener el suelo más que apunto de cara al momento de plantar. Contamos con la posibilidad de adquirir sacos de tierra en los growshops de una calidad superior, unos sustratos exquisitamente oscuros, con una textura esponjosa y una frescura que denotan una tierra oxigenada y libre de parásitos, algunos de estos maravillosos sustratos contienen otros elementos tan interesantes como el guano de murciélago o el humus de lombriz. Esta es una opción estupenda siempre y cuando no pretendamos llevar a cabo un cultivo outdoor desproporcionado, en cuyo caso el gasto en tierra sería una carga económica a tener en cuenta. Conviene siempre que se vaya a utilizar el propio sustrato del entorno, que es una buena opción si el terreno lo permite, remover y arar la tierra para posteriormente abonarla de forma generosa, teniendo en cuenta que este proceso ha de hacerse unos meses antes, para que el terreno pueda asimilar todo ese alimento en forma de materia orgánica en descomposición. Toda esta preparación previa supondrá el alimento vital de la planta a lo largo de todo su desarrollo, desde la siembra hasta el final de su ciclo vital, por lo que es de suma importancia no precipitarse a la hora de elegir lo que mejor nos convenga en torno al sustrato que necesitamos.

Por lo tanto, si nos vamos a decantar por un cultivo tipo indoor o por un cultivo outdoor que no suponga un gasto inasumible en tierra, lo más adecuado es utilizar las diversas y variadas opciones que tenemos y que incluso se adecúan a las diferentes etapas por las que discurre el desarrollo de la planta. Así bien tenemos a nuestra disposición, diferentes tipos de perlita, varias opciones de turba, fibra de coco, lana de roca, jifis de turbas prensadas adecuadamente que hinchan al contacto con el agua, para los primeros pasos de la planta y muchas opciones en tierras diferentes. Esto va a marcar la diferencia con toda seguridad, entre unas plantas hermosas y sanas y unas plantas mediocres y de pésimo aspecto, calidad y producción. Como veremos posteriormente en uno de los puntos que planteo, los recipientes seleccionados tienen también un nivel de idoneidad en función del tipo de cultivo por el que nos decantemos. En el caso de decidirnos por un cultivo exterior, ya sea en una huerta, o mediante un cultivo tipo “guerrilla”, debemos realizar un acondicionamiento previo del terreno. Después de remover la tierra con ganas y asegurarnos de que la hemos des apelmazado, des compactándola y oxigenándola, podemos abonarla con casi cualquier tipo de desecho orgánico en descomposición. Si os resulta sencillo haceros con un poco de abono de caballo, oveja o gallinas estupendo, ya solamente tenéis que cubrir toda la superficie del terreno sobre el que se va a cultivar unos meses después, creando una película de abono de unos tres o cinco centímetros. Posteriormente se moverá de nuevo la tierra, con el fin de conseguir que todos esos nutrientes se repartan de manera equitativa y de que penetren en esta, nutriéndola del alimento que más adelante nos procurara unas saludables y hermosas plantas.

En el siguiente número, hablaremos de otros errores cometidos habitualmente cuando uno comienza en esto del cultivo de cannabis, como la negativa a utilizar abonos, el maltrato a las plantas o la utilización de recipientes inadecuados.

Acerca del autor

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Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.