Descubre los efectos estimulantes y alucinógenos de la metilendioxipirovalerona (MDPV), su historia, dosis, riesgos y mitos sobre esta controvertida droga conocida como «sales de baño».

LA MDPV, acrónimo de “metilendioxipirovalerona”, a su vez abreviatura de 1-(1,3-Benzodioxol-5-yl)-2-(1-pyrrolidinyl)-1-pentanone, es principalmente un estimulante por su acción inhibidora de la recaptación de la noradrenalina y la dopamina, razón por la que tiene efectos similares a la cocaína y las anfetaminas. La MDPV está relacionada estructuralmente con la catinona, un alcaloide activo presente en la planta del khat. Es un anólogo del compuesto pirovalerona, desarrollado en los años sesenta para el tratamiento de la fatiga crónica y como anoréxico (suprimir el apetito).

La MDPV también tiene efectos psiquedélicos, y de hecho, aunque aumenta los niveles de noradrenalina y dopamina, este efecto no es tan marcado como en el caso de los estimulantes clásicos, a lo cual se une el citado hecho de poseer ligeras propiedades alucinógenas, del tipo de la MDMA. Precisamente basándose en análisis SAR (relación de la actividad con la estructura = “structure activity relationship”), se esperaba que su farmacología fuera similar a la de la MDMA y otras sustancias psiquedélicas del grupo de las feniletilaminas.

Datos objetivos y presencia en el mercado

Su fórmula molecular es C16H21NO3, y su peso molecular es de 275 g/mol. Tiene un punto de fusión de 200°C.

La sal hidrocloruro es un polvo muy fino, higroscópico (que absorbe humedad del ambiente) y cristalino, que tiende a apelmazarse, como si fuera azúcar en polvo. Su color oscila entre el blanco puro y el amarillento, y tiene un ligero olor que se incrementa a medida que presenta más color.

Lo creó en la década de los sesenta del siglo XX un grupo de la compañía farmacéutica Boehringer Ingelheim. A partir de esa fecha se limitó a ser una sustancia estimulante prácticamente desconocida, y fue sólo en el año 2004 cuando empezó a venderse como una droga de diseño, y a partir de 2010 sobre todo con la actualmente famosa denominación de “sales de baño”, que sólo sirve para confundir al consumidor y ofrecer carnaza y titulares a la prensa sensacionalista.

Comenzó a identificarse en un producto llamado “Ivory Wave” y se solía vender como “sales de baño” en paquetes de 500 miligramos, con la advertencia “sólo para uso ornamental”, y “no apto para consumo humano”, sin más instrucciones, en especial en lo relativo a las dosis.

Dosis y efectos

Hablando sobre las dosis normalmente administradas, la vía más frecuente es la insuflada, y páginas web como Erowid.org citan en ese caso 1-3 miligramos como la dosis umbral, 2-5 miligramos como una dosis ligera, 5-11 miligramos como una dosis normal, y 10-20 miligramos una dosis fuerte.

En cuanto a la vía oral, las dosis son un poco más altas, y la umbral está entre 2 y 6 miligramos, la ligera entre 4 y 10, la normal entre 8 y 15, y la fuerte entre 12 y 25.

Aunque pueda parecer raro, hay usuarios que también utilizan la vía rectal, con dosis parecidas a las nasales: 1-5 miligramos la umbral, 3-8 la ligera, 6-12 la normal, y 10-25 la fuerte.

En lo referente a los efectos, en el caso de la administración oral, la duración total oscila entre las 2 y las 7 horas. La aparición de los efectos tarda unos 15-30 minutos, la fase de subida dura unos 30-60 minutos, la fase de efectos estables es de 30-180 minutos, y posteriormente hay una fase de bajada de 30-120 minutos.

Si la vía de administración es la nasal, la duración total es más reducida, con un máximo de 3,5 horas. Tarda entre 5 y 20 minutos en hacer efecto. La subida oscila entre los 15 y los 30 minutos. Después hay una fase de meseta de entre 30 y 120 minutos. Y posteriormente hay una bajada de entre 30 y 60 minutos, con unos post-efectos que pueden llegar hasta las 48 horas.

Esta sustancia se caracteriza por la gran diversidad de posibles efectos, tanto positivos como negativos. Entre los positivos tenemos la estimulación (mental y física), la euforia, un aumento en el estado de ánimo, una mayor sensación de sociabilidad, de querer relacionarse con los demás, un aumento en el habla, una mayor productividad ergogénica y motivación, más claridad mental, más creatividad, sentimientos de empatía y aumento de la libido.

Los efectos negativos, como era de esperar, son mayores con dosis más elevadas. Puede aparecer una sensación de excesiva vigilancia y de alerta ante estímulos que en otro caso se percibirían como neutros. Bruxismo, rechinar de dientes y tensión mandibular. Pérdida del interés por la comida y de su disfrute. Problemas de sueño posteriores a la experiencia. Movimientos corporales involuntarios. Confusión. Molestias gastrointestinales. Tensión muscular generalizada. Bajada del estado de ánimo. Nistagmo (movimientos rápidos involuntarios de los ojos). Ansiedad, nerviosismo, paranoia. Náuseas. Agitación. Disnea. Estimulación excesiva, e incluso hiperactividad. Dolores de cabeza. Aumento del pulso y de la presión arterial. Pensamientos paranoicos. Alucinaciones (más probable con dosis elevadas o repetidas). Insomnio posterior. Cólico nefrítico. Conducta violenta.

Una vez finalizados los efectos, puede aparecer una bajada bastante fuerte que lleve a querer redosificar, ya sea para repetir la experiencia, o bien para evitar esos efectos negativos. Por eso suele decirse que es una sustancia que genera un fuerte craving por volver a administrársela. Es habitual la existencia de una estimulación residual que impide dormir, por lo que puede ser aconsejable la administración de una benzodiacepina. En casos extremos, su consumo ha producido prolongados ataques de pánico e incluso brotes psicóticos.

El tratamiento de las sobredosis se lleva a cabo con ansiolíticos, como benzodiacepinas, a fin de reducir su actividad en todo el organismo. En algunos casos se ha tenido que utiliza anestesia general porque los tranquilizantes no eran efectivos.

Otro tratamiento alternativo es el neuroléptico haloperidol.

La droga, en los medios

La droga se hizo famosa a través de los medios por noticias que resume perfectamente el siguiente comunicado de Energy Control:

“Recientemente hemos podido escuchar en la radio, ver en televisión o leer en la prensa varias noticias sobre una supuesta droga que causa canibalismo en aquellas personas que la toman. La noticia ha saltado a la escena mediática tras la detección de varios casos en la isla de Ibiza. Se citan términos como ‘agresividad’, ‘episodios de violencia extrema’, ‘mordiscos’, ‘canibalismo’ e incluso ‘apocalipsis zombie’”.

Frente a tal cúmulo de sensacionalismo, nuestra querida organización de voluntarios que se dedican principalmente a analizar muestras de sustancias, pero también, como es este caso, a informar, contestaron:

“Ante tal situación y la alarma social generada, desde Energy Control queremos desmentir este tipo de noticias e informamos que: 

– La droga en cuestión es MDPV (Metilendioxipirovalerona), una sustancia con efectos estimulantes y relativamente nueva como sustancia recreativa.

“No existe un solo caso de “ataques caníbales” documentados en toda la literatura científica mundial atribuida a la MDPV a pesar de que la droga ha sido detectada desde 2004.”

Man with gun fights with undead zombie, nightmare

Experiencias de usuarios

A continuación, las experiencias de algunos usuarios, tal como las han descrito en diversos sitios y foros de Internet.

Experiencia nº 1

+00:00 3mg insuflados

+00:05 Creo que siento algo, pero decido ignorarlo, por si acaso se trata de placebo

+00:10 Saboreo la gota y los efectos comienzan

+00:15 Efectos casi en su totalidad. Me siento mucho más motivado, bastante contento y ligeramente eufórico

+00:20 Efectos completo. Ligera euforia agradable. Me siento energético y de muy buen humor. Pongo algo de música techno y suena estupenda. Disfruto la música. Siento la necesidad de hacer algo, y dado que la música está puesta, bailo por mi habituación. La frecuencia cardíaca no se ha elevado.

+00:50 Apago la música porque me aburro de ella. Los efectos empiezan a desvanecerse, especialmente la alegría y la euforia. Aún me siento con energías y con necesidad de hacer algo. Tengo la necesidad de redosificar, pero me puedo controlar. Con la metilona normalmente no me puedo controlar.

+1:10 Decido ir al gimnasio a levantar pesas. Normalmente me siento con poca motivación, pero en esta ocasión estoy entusiasmado.

+1:20 Llego al gimnasio. La mayor parte de los efectos han desaparecido, excepto una ligera estimulación. Aún disfruto haciendo cosas y estoy deseando ponerme a levantar pesas.

+1:40 Los últimos 20 minutos han transcurrido más rápidos de lo normal, mientras hacía ejercicio.

+2:05 Entrenamiento finalizado. Al final noté que tenía menos aliento de lo habitual, pero nada demasiado malo: en cuanto me concentré y respiré adecuadamente durante los ejercicios, apenas lo noté. Todos los efectos han desaparecido. Sin embargo, aún tengo un ligero estado de ánimo positivo. Durante las dos horas y media siguientes, la sensación persiste.

No hubo ningún bajón terrible, sino sólo una sutil bajada. Me ha gustado mucho. La próxima vez probaré 5 miligramos. Creo que estaría bien en un contexto social. Me gusta que puedo manejar fácilmente los efectos y no tengo una fuerte necesidad de redosificar.

Es una de esas drogas que tomaría si necesitara pasarlo bien una noche de fiesta: varias dosis esnifadas, unas copas y un poco de hierba.

Experiencia nº 2

(4 miligramos, insuflados). “Siento una leve euforia, cabeza ligera y un poco de estimulación, pero de buen rollo. Quiero hacer cosas, si bien no de forma compulsiva. No tengo muchas sensaciones corporales, pero sí muchos pensamientos. Siento que mi creatividad ha mejorado, y disfruto con el proceso de registrar mis pensamientos, escribiéndolos en el ordenador. Esto es una buena ayuda para el estudio, beneficiosa para escribir artículos”

Experiencia nº 3

(3 mg, insuflados). “Siento con pena cómo empiezan a desaparecer los efectos, especialmente la felicidad y la euforia. Aún me siento energético y con necesidad de hacer algo. Tengo necesidad de redosificar, aunque puedo controlarme”.

Experiencia nº 4

(14 mg, oral). “Hmm… mi pulso ha vuelto a 86 latidos por minutos. La energía mental/física se han agotado por completo. Es como si hubiese montado en una atracción del parque que me hubiese aportado mucha energía, y que el paseo se hubiese detenido por completo. El show ha terminado. Pero el precio que hay que pagar es esta molesta elevada frecuencia cardíaca. Taquicardia, mi nueva amiga. Un corazón acelerado en mi pecho. No es nada divertido”.

Experiencia nº 5

(10 mg., insuflados x 3). “Presión sanguínea elevada y lo mismo el pulso, ligera presión en la parte interna de mi cráneo. Ligeramente ansioso, pero aún concentrado. Imposible dormirme. Además, sensación de rigidez en el cuerpo. La bajada la percibo como muy suave, a pesar de los extraños efectos en mi memoria, lo cual ahora no me importa mucho… No hay problemas, como me ha sucedido con otros estimulantes. En comparación con la anfetamina, esto parece muy suave”.

Cuestiones legales

En lo referente a su estatus legal, en el Reino Unido está incluida entre las sustancias del grupo B, por lo que es ilegal venderla, comprarla o poseerla. En los países escandinavos es también una sustancia fiscalizada. Lo mismo en Australia, Canadá y Estados Unidos. En España está controlada desde junio de 2015. La mayoría de los países desarrollados ya han legislado en su contra. En conclusión, como puede verse, es una sustancia prohibida en la mayoría de los países.

REFERENCIAS

Energy Control: https://goo.gl/4e57Zf.

Erowid: https://goo.gl/zvrDOU.

Bluelight: https://goo.gl/v4TaJf.

Drugs-Forum: https://goo.gl/LaFLk1.

 

 

Acerca del autor

]. C. Ruiz Franco es licenciado en Filosofía y DEA del doctorado de la misma carrera, cuenta con un posgrado en Sociología y otro en Nutrición Deportiva. Se considera principalmente filósofo, y es desde esa posición de pensador como contempla el mundo y la vida. Se interesa principalmente por las sustancias menos conocidas, y sobre ellas publica mensualmente en la revista Cannabis Magazine.