¿Desde cuándo está el cannabis en la península ibérica? ¿Quiénes fueron los primeros que la consumieron en estas tierras? Estas dudas nos pueden asaltar cuando alguien se fuma un peta mientras lee la revista.
© Isidro Marín Gutiérrez
Esta fue la duda de David Lorigados que nos escribió al correo de nuestra revista en www.cannabismagazine.es intrigado por tal cuestión. Había leído el artículo sobre el consumo de cannabis en los pueblos escitas que apareció en el número 71 de nuestra revista. David nos daba una pista sobre el consumo prehistórico en la Península. Concretamente nos indicaba nuestro amigo que en la revista TAPA (Traballos de Arqueoloxía e Patrimonio) número 32 (año 2003) en la “Arqueología en la gasificación de Galicia 18: Excavación arqueológica en el yacimiento de As Pontes (Abadín, Lugo)” aparecen restos de cannabis datados entre el 3.619 y el 3.357 antes de Cristo.
Esto me puso en la pista sobre el consumo de drogas en la prehistoria. Para saber más podéis descargaros de la página Web de Cannabis Magazine (www.cannabismagazine.es) los números 18 y 19 de la doctora en prehistoria de la Universidad de Reading en Reino Unido Elisa Guerra Doce titulado “¿Consumieron drogas las poblaciones prehistóricas de Europa?”
Primeras evidencias del consumo de cannabis en la Península
Pero rastreando evidencias del consumo de cannabis durante la prehistoria en nuestro país encontramos en el Abrigo de los Carboneros (Totana, Murcia) del tercer milenio antes de Cristo. Era un enterramiento femenino de adscripción calcolítica (2.500–1.800 a. C.) cuyos restos presentaba la cabeza vendada, para lo cual se utilizó un tejido elaborado con fibras de cáñamo, el cuerpo de la mujer estaba colocado sobre unos tablones de madera de nogal cubierto todo por una estera de esparto (López García, 1991:213-237).
También en el yacimiento de Coll del Moro (Gandesa, Tarragona) se encontraron restos textiles de cannabis (Alonso y Juan-Tresserras, 1994:137-142). En Coll del Moro también se encontraron uno de los yacimientos íberos más importantes de Cataluña. Más concretamente se descubrieron tres habitaciones en las que hubo, un taller de confección de tejidos de lino y cáñamo. En una de las habitaciones hay dos depósitos rectangulares e impermeabilizados con arcilla dónde se encontraron restos de lino y cáñamo macerado del que se conseguía la fibra para tejer. En este recinto también se encontraron 107 piezas de tejedora, como los contrapesos utilizados en las rudimentarias máquinas de la época. En la segunda habitación se descubrieron restos de grandes recipientes de cerámica, hecho que indica la posibilidad de que se utilizara de almacén. En la tercera hay un fuego a tierra redondo que ocupa casi toda la habitación. Estos restos, junto con la cerámica fenicia y griega, confirman que los pobladores del Coll del Moro se incorporaron a las civilizaciones antiguas del Mediterráneo.
Así, el consumo de cannabis en la península ibérica se inició posiblemente en el tercer milenio antes de Cristo, empleándose esta sustancia en la celebración de rituales, prácticas medicinales, como alimento y como textil. Con los datos que tenemos no podemos saber si los antiguos habitantes de la península ibérica cultivaban o si era una planta silvestre.
La cultura campaniforme
Las sociedades del tercer milenio antes de Cristo basaban su vida en la explotación de los recursos de la naturaleza, así es como tenían un gran conocimiento de las propiedades de la fauna y de la flora. Las características de este periodo son: 1) La Protourbanización de los poblados. Cada vez los poblados son más amplios y dotados de mejores infraestructuras. 2) Crecimiento de la producción ganadera y agrícola. Se constatan cambios en la cabaña ganadera y un avance de la agricultura intensiva. 3) Sociedad de jefaturas, cada vez más jerarquizada y controlado por caciques y cabecillas. 4) Los metales debieron ser un elemento innovador más dentro de los cambios del tercer milenio antes de Cristo en la Península. 5) Andando en el tiempo, se incorpora en las culturas calcolíticas de la Península Ibérica el vaso campaniforme, con un sentido de mera adición respecto al pasado inmediato. Vemos que en este periodo existen indicios de comercio con otros pueblos extrapeninsulares como son con el norte de África (marfil y cáscaras de huevo de avestruz), Centroeuropa (ámbar) u Oriente (ungüentarios, sandalias votivas). Incluso existe una revolución con la aparición de la escritura (Escritura Lineal Atlántica) según la doctora en Historia Antigua Ana María Vázquez Hoys. Incluso buscando en archivos he podido localizar símbolos indoeuropeos, como la esvástica, en cerámicas fechadas en el 2.500 a. C. concretamente en el Cabezo del Tesoro en Santa Bárbara de Casa (Huelva).
El profesor Andrew Sherratt de la Universidad de Oxford (1987) propuso el consumo de marihuana entre las élites de la cultura campaniforme, perpetuando una costumbre iniciada por otros grupos neolíticos y calcolíticos europeos cuyas cerámicas se caracterizan por la decoración de cuerdas, motivo ornamental logrado mediante la impresión de fibras de cannabis, como una forma de subrayar la importancia de esta planta para dichas comunidades (Guerra Doce, 2006:73). Así, el número de vasos campaniformes que han tenido evidencias similares han ido en aumento.
El contenido y uso de los vasos campaniformes era beber de forma ritual una bebida alcohólica muy especial, que sólo se consumiría en circunstancias muy concretas y establecidas (ritos de hospitalidad o ceremonias funerarias). La sustancia que se bebía era hidromiel pero también cervezas hechas a base de cereales (trigo o cebada), para cuya fermentación se había añadido miel y hierbas aromáticas (tomillo, salvia, menta, romero o Artemisa).
Para las sociedades calcolíticas el alcohol era un producto valioso y escaso, cuya elaboración exigía desviar parte de los cereales y frutos con alto contenido en azúcar. Fueron monopolizados por las minorías hegemónicas que las consumían en banquetes rituales destinadas al exaltar el estatus social de los anfitriones. Era un consumo lúdico ya que permitían al consumidor evadirse de la realidad cotidiana y modificar momentáneamente su estado de consciencia lo que era interpretado por las comunidades prehistóricas como una comunicación con el mundo sobrenatural (Guerra Doce, 2006). Los vasos campaniformes era cálices ceremoniales para distribuir y consumir bebidas alcohólicas, reforzadas con potentes alucinógenos entre una minoría selecta en el transcurso de reuniones solemnes de carácter ritual, relacionadas con ideas de tránsito y regeneración. Se pensaba que las bebidas acompañarían al difunto en su viaje al otro mundo. De ahí que aparezcan drogas en lo ajuares fúnebres del tercer milenio antes de Cristo.
En la cueva sepulcral de Calvari d’Amposta (Tarragona) de época de la cultura campaniforme encontramos los vasos del estilo marítimo o internacional que contenían restos de cerveza y beleño. Este preparado era una especie de enteógeno para las comunidades durante la celebración de sus ceremonias funerarias. Este tipo de cerámica se ha encontrado en Prats (Andorra) y en Pedra Cavada en Gondomar (Pontevedra).
Otras drogas consumidas en la prehistoria
Creo que la planta de cannabis fue exportada del extranjero en torno al tercer milenio antes de Cristo. Se ha descubierto semillas fosilizadas de Cáñamo desde tiempo inmemorial pero los registros palinológicos (estudios de pólenes y de esporas) demuestran que es en la Edad Media cuando el porcentaje de polen de cáñamo alcanza valores muy altos y de manera brusca. Anteriormente es poco abundante y esporádico o en porcentajes ínfimos.
Este no es el caso de la adormidera u opio. La península fue el lugar donde probablemente se produce la domesticación de la adormidera en el paleolítico. Esta planta es oriunda de la península ibérica, no como el caso del cannabis, y de aquí se exportó al resto del planeta. El opio pudo producirse en la Península en el Neolítico Impreso, extendiéndose luego al resto de Europa gracias al comercio que tenía la península con todo el Mediterráneo Oriental como así lo atestigua la cerámica de base anular (en jarritas pequeñas con forma de cápsulas de adormidera).
En la cueva de los Murciélagos (Albuñol, Granada) aparecieron una serie de restos humanos cuidadosamente colocados y junto a éstos se había depositado varias ofrendas funerarias y entre ellas cápsulas y semillas de opio de 5.000 antes de Cristo símbolos del sueño e imagen de la muerte (Guerra Doce, 2006:55).
Más restos de opio se han encontrado en la cueva de El Juyo (Igollo de Camargo, Cantabria). Pero también van a aparecer restos de opio en La Lámpara (Soria) del 5838-5664 a. C. o en la cueva de los Zuheros (Córdoba) del 5622-5064 a.C. En la cueva del Toro (Antequera, Málaga) del 4333 al 4048 a.C. En Buraco de Pala (Bragança, Portugal) del tercer milenio antes de Cristo molida para extracción de aceite. En la Calzadilla (Almenara de Adaja, Valladolid); Túmulo de la Sima (Miño de Medinaceli, Soria); Peña de la Abuela (Ambrona, Soria); Loma de la Tejería (Albarracín, Teruel); Valle de las Higueras (Huescas, Toledo). También se han encontrado opiáceos en los esqueletos de dos hombres enterrados en las minas neolíticas de Can Tintorer (Gavà, Barcelona) del cuarto milenio antes de Cristo. Aunque los arqueólogos no se ponen de acuerdo si era un consumo sólo masculino y si se utilizaba con fines medicinales. Durante el segundo milenio antes de Cristo el opio se convirtió en una importante sustancia para ritos religiosos. Por ejemplo en Fuente Álamo (Almería) un hombre y una mujer con unos vasitos que albergaron aceites vegetales de adormidera. También se ha encontrado cornezuelo de centeno en Mas Castellar (Gerona) y en Padilla de Duero (Valladolid) y en Padilla de Duero (Valladolid). Podemos concluir que el consumo de cannabis, opio, beleño o cornezuelo de centeno es anterior a lo que podríamos pensar.
Bibliografía
- López García, P. (1991): Estudios palinológicos. El cambio cultural del IV al II milenios a.C. en la comarca noroeste de Murcia. Volumen I (P. López García, ed.), C.S.I.C., Madrid.
- Alonso, N.; Juan-Tresserras, J. (1994): Fibras de lino en las piletas del poblado ibérico del Coll del Moro (Gandesa, Terra Alta): Estudio paleoetnobotánico. Trabajos de Prehistoria, 51 (2).
- Guerra Doce, E. (2006) “Evidencias del consumo de drogas en Europa durante la Prehistoria” Trastornos Adictivos nº 8
- Sherratt, A.G. (1987): Cups that cheered. En: W.H. Waldren y R.C. Kennard (eds.): Bell Beakers of the Western Mediterranean. Definition, Interpretation, Theory and New Site Data. The Oxford International Conference, 1986, British Archaeological Reports, International Series 331 (i), 1987, Archaeopress, Oxford: 81-114.
Acerca del autor
Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.