La mayoría de las empresas recibe con cautela una regulación que considera limitada y que, de momento, beneficiará sobre todo a dos grandes compañías.
La regulación del cannabis medicinal aprobada este mes por el Gobierno ha sido acogida con cautela en un sector integrado en España por 70 empresas con casi medio millar de empleados y unos activos invertidos que alcanzan los 147 millones de euros. Esos datos se deben, fundamentalmente, a una producción que hasta ahora iba destinada al completo a la exportación a otros países por ser ilegal aquí su uso.
Las limitaciones de la regulación (se excluyen las flores de la planta (cogollos) y se restringe su prescripción a médicos especialistas y la dispensación, inicialmente, a farmacias hospitalarias) son las que alimentan esa cautela de un sector empresarial que ha llegado a situar a España en el G-7 de los mayores productores mundiales de cannabis medicinal. Y lo ha hecho gracias a las autorizaciones de cultivo para esos fines que concede desde hace más de una década la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), del Ministerio de Sanidad, en virtud de una ley de 1967, o sea, aprobada durante la dictadura de Franco.
El último informe de la principal consultora del sector, Cannamonitor, refleja que actualmente hay en España 70 empresas dedicadas al cannabis medicinal, casi la mitad de ellas enfocadas en el cultivo y el resto en la genética, manufactura y farmacéutica, con unos activos invertidos en esa producción que alcanzan en total los 147 millones de euros. De acuerdo con el estudio, esas empresas obtuvieron en 2023 unos ingresos de 34 millones de euros, un 31% más que el ejercicio anterior y más del doble que dos años antes.
Sus plantillas están integradas por un total de 490 empleados, más de la mitad de los cuales (283) trabajan en el cultivo de la planta, 102 en la manufactura de los productos, 90 en la genética y el resto en la producción farmacéutica.
La exportación era, hasta ahora, la única salida de la producción de estas empresas por la falta de regulación en España. Según el informe de Cannamonitor, este año exportarán más de 8 toneladas de flor de cannabis a los dos principales mercados europeos, Gran Bretaña y Alemania, es decir, casi dos toneladas más que en 2024 y el doble que en 2023. El cannabis español se vende también a Suiza, Italia y Portugal, sumados los cuales la exportación al resto de Europa superará las diez toneladas al final de 2025.
El principal productor y exportador de cannabis medicinal es Linneo Health, la empresa de la que ya es propietario mayoritario el grupo inversor Torreal de la familia del magnate Juan Abelló, quien anteriormente lideró el mercado mundial de la producción de morfina para la industria farmacéutica con la empresa Alcalíber y que, según la revista Forbes, se halla entre las 15 personas más ricas de España, poseedor, además, de una de las mayores colecciones de arte, aparte de otras muchas propiedades.
Linneo Health, según el estudio de Cannamonitor, posee el 32% de todos los activos invertidos en el mercado lícito del cannabis medicinal en España con un capital de 50 millones de euros, y su producción podría representar, de acuerdo con cálculos estimativos, más de dos tercios del total nacional, con una exportación cercana a las seis toneladas en el último ejercicio. Los datos publicados por la propia empresa, que no ha respondido a las preguntas de Público, reflejan que en sus instalaciones de la Comunidad de Murcia, con una superficie de 4,7 hectáreas, tiene una capacidad para cultivar hasta 17 toneladas de flor de cannabis y extraer una producción de 12.000 toneladas, una labor para la que dice contar con 120 empleados.
La empresa de Abelló, tras un periodo de pérdidas, experimentó un cambio accionarial el pasado verano, tres meses antes de la aprobación de la regulación del cannabis medicinal, cuando la sociedad inversora del magnate español aumentó su participación del 43% al 50,8% del capital, frente al fondo británico GHO, que rebajó la suya del 54% al 46,1%.
Linneo Health, que se publicita como líder mundial en la investigación, la fabricación con certificación EU-GMP y el suministro de flores, extractos y productos de cannabis medicinal a socios farmacéuticos que desarrollan terapias innovadoras basadas en esta planta, es, según diferentes fuentes del sector, la empresa mejor situada, con diferencia, para liderar el abastecimiento de los productos que permite la regulación aprobada por el Consejo de Ministros: preparados estandarizados de cannabis para la elaboración de fórmulas magistrales en las farmacias de los hospitales.
El 90% del sector se queda al margen
Iker Val, miembro de la junta directiva de la Asociación Empresarial del Cannabis Medicinal de España (AECAME) y CEO de Sovereingfields, una empresa que cuenta con dos licencias de la AEMPS para cultivo con fines de investigación y producción con fines médicos, cree que la regulación aprobada supone un avance, aunque le pone muchos peros. La ve positiva, porque arroja luz al marco normativo del uso de esta planta en España y crea dinámicas para garantizar el acceso a sus productos, pero cree que ha dejado al margen al 90% de las empresas del sector.
Ese 90%, según Iker Val, tendrá que seguir trabajando para el mercado europeo, es decir, continuar exportando su producción a otros países, fundamentalmente porque la regulación española ha excluido de momento la flor en la prescripción médica del cannabis. A su juicio, prácticamente Linneo Health y Medalchemy, de Curaleaf, una multinacional estadounidense que opera en Alacant, serán las dos únicas empresas que podrán registrar inicialmente los preparados estandarizados para la elaboración de fórmulas magistrales que permite la regulación española. “Nuestro modelo de trabajo está en Europa”, se lamenta.
El miembro de la Asociación Empresarial del Cannabis Medicinal de España y CEO de Sovereingfields califica como “conservadora” la regulación que ha aprobado el Ministerio de Sanidad, en la línea, precisa, de lo que siempre ha defendido la AEMPS respecto al cannabis medicinal. “Desde una perspectiva de una regulación eficaz, tiene todos los mimbres para ser ineficaz, porque no tiene un planteamiento de acceso claro a productos de cannabis medicinal, no se abre a la flor, no se abre a más patologías. Tiene muchas limitaciones”, explica a Público.
Iker Val pone como ejemplo lo sucedido en Portugal, donde después de siete años de regulación, los médicos apenas pueden prescribir el cannabis medicinal a los pacientes, mientras se exportan cada año toneladas a otros países europeos, entre ellos España, que, a su vez, la vende a otros territorios. “El estigma (del cannabis) condiciona la eficacia”, subraya.
Empresas extranjeras que vendrán a España
Arnau Valdovinos, fundador y responsable de la consultora Cannamonitor, estima también que Linneo Health y Medalchemy son las dos empresas que se encuentran más a punto para abastecer el mercado de los preparados que se ha abierto con la legalización del uso medicinal del cannabis. A ellas se sumarán, según sus cálculos, media docena de empresas extranjeras que aspirarán a entrar en el nuevo mercado español y también algunas nacionales del sector del CBD que podrían incorporarse a la producción medicinal.
Según Valdovinos, aunque el impacto económico de la regulación española será pequeño, será considerable en el aspecto anímico para impulsar a un sector muy necesitado de una apertura normativa que otros países ya emprendieron hace años. “Eso ya se está notando -dice a Público-. Hay un efecto bola de nieve. Las cosas se ven distintas, se ve que se pueden hacer cosas que antes no se podía. Y hay varios elementos por los que transitar, en el tema de la dispensación en farmacias comunitarias, con la flor, con nuevos productos…”
El decreto del Ministerio de Sanidad prevé la creación de un registro público, gestionado por la Agencia Española de Medicamentos, en el que deberán inscribirse todos los preparados estandarizados de cannabis que se utilicen para preparar fórmulas magistrales. Sin embargo, la norma no establece un listado cerrado de indicaciones para los que se podrán prescribir. Será la AEMPS la que determinará en unas monografías, que deberá publicar en una plazo máximo de tres meses, los usos clínicos autorizados, las condiciones específicas de elaboración, dosificación y prescripción.
Este modelo, según Sanidad, permite una actualización continua de los usos autorizados, en función de los avances científicos y de las evidencias clínicas obtenidas con respecto al cannabis medicinal. Además, el decreto ha abierto finalmente la posibilidad de que la dispensación no quede restringida a las farmacias hospitalarias. Concretamente, prevé que cuando haya una “situación clínica de dependencia, vulnerabilidad, riesgo o distancia física del paciente” a esas farmacias, las comunidades autónomas podrán establecer las medidas de dispensación no presencial previstas en la Ley de garantías de uso racional de los medicamentos, mediante la entrega de los preparados en establecimientos próximos al domicilio del paciente, como son las boticas comunitarias, o en su propio domicilio.
Las cifras del mercado ilegal
A la espera de ver la incidencia que tiene la regulación en la demanda nacional, los datos reflejan que el mercado ilegal del cannabis sigue teniendo un peso muy grande. Según el informe de este año de Cannamonitor, más del 80% de lo que se mueve en España es clandestino, un volumen que genera un negocio de alrededor de 2.650 millones de euros.
Arnau Valdovinos estima que si España tuviera una regulación del cannabis como la de Alemania, con un acceso autorizado a la flor de la planta, el 13% de lo que se mueve ahora en el mercado negro sería legal. Eso supondría, según sus cálculos, 80 toneladas de cannabis regularizadas con un valor de producción de 160 millones de euros y 500 millones en ventas.
El mercado español, contando el regulado y el ilegal, mueve un total de 600 toneladas, según datos de 2023, lo que representa el 20% de las 3.000 toneladas que circulan en toda Europa, precisa Valdovinos.
Iker Val considera, por su parte, que “el miedo a una regulación más amplia” del cannabis medicinal va a propiciar que una gran parte de los usuarios siga acudiendo al mercado negro para obtener lo que necesita. “No ha habido un análisis acertado. No ha habido voluntad política”, concluye este miembro de la AECAME.
Organizaciones como el Observatorio Español del Cannabis Medicinal han estimado que en nuestro país hay entre 250.000 y 500.000 personas que hacen uso en algún momento del cannabis con fines terapéuticos. La mayoría de esas personas se abastecen ahora con el autocultivo, con plantas cultivadas en sus hogares o en asociaciones de usuarios con consumo compartido, una modalidad de acceso al cannabis medicinal que no contempla para nada la regulación aprobada por el Gobierno.
España, un gigante mundial
A finales de 2024, la AEMPS notificó a la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) una producción de 51,3 toneladas de cannabis con fines médicos, un 42,5% más que al inicio de ese año, cuando España ya se había situado entre los siete primeros países del mundo con la mayor producción.
Toda esa producción procede de las entidades y empresas que cultivan cannabis con fines médicos o de investigación con licencias aprobadas por la AEMPS, autorizaciones que en 2024 habían aumentado un 150% con respecto a las concedidas cinco años antes. Actualmente, la Agencia Española de Medicamentos tiene concedidas 19 licencias. La primera que otorgó para producción medicinal fue en 2016, a Alcalíber, la empresa de la familia Abelló de la que surgió Linneo Health y que desde hace décadas se dedica a la fabricación de morfina para uso médico.
Las cifras de España superaron el año pasado incluso a las de otros países que entonces ya habían regulado el uso del cannabis medicinal, como Italia, Dinamarca o Portugal. Por encima de su producción tan solo figuraban las grandes potencias del sector: Gran Bretaña, Canadá, Uruguay, Australia, Israel, Colombia y Alemania.
Según los datos de Cannamonitor, en el último año se han incorporado tres empresas a la exportación de cannabis medicinal cultivado en España: Ondara, ubicada en la provincia de Soria, Medical Plants, en la de Almería, y Naturhem, en la de Tarragona.
Fuente Publico.es
Muchos años luchando en la sombra para que el cannabis florezca al sol.


















