Una de las mejores variedades de Paradise Seeds. Sin lugar a dudas la Swiss Purple es una de las variedades de cannabis más hermosas que existen en el mercado.
Sin embargo no es esta su única cualidad. En efecto además de su belleza cuenta con una resistencia ante las plagas extraordinaria y una gran facilidad de cultivo lo cual la hace ideal tanto para principiantes como para cultivadores avezados. ¡Os la recomendamos! ¡No os arrepentiréis!
La Swiss Purple es una de las variedades de cannabis narcótico que más me ha convencido a lo largo de años de cultivos y de años de entrevistar a cannacultivadores. Es quizás la variedad más resistente que he conocido y una de las más agradecidas en su cultivo. Y donde digo «agradecidas» léase «fáciles». Efectivamente es una planta que jamás da problema alguno y que aunque la dejemos olvidada en un rincón del jardín sin ni molestarnos en su cuidado nos proporcionará magníficos ejemplares llenos de resina y tricomas. Hay variedades que requieren cuidados específicos y un abonado riguroso para obtener marihuana de gran calidad. No es el caso de la Swiss Purple. En este reportaje os cuento cómo la he cultivado yo en algunas ocasiones y siempre con gran éxito en la cosecha; tanto en calidad como en productividad.
Personalmente he partido de semilla siempre. Desconocía la variedad y si me decidí a cultivarla fue porque me la regaló su propio creador: Luc, de Paradise seeds. No me dijo nada sobre ella y yo no le pregunté. Opté por un cultivo tradicional en tierra vegetal enriquecida. Y no hablo de una tierra especializada en el cultivo de cannabis sino una tierra normal de vivero de las que cuestan 3 euros los 50 litros. ¡Ojo! ¡Qué quede muy claro que desaconsejo esta práctica de usar tierras baratas! Sin embargo, en esta ocasión hice una excepción ya que se trata de una tierra que, a pesar de su precio, es de gran calidad.
Las semillas germinaron todas. Un cien por cien de éxito en la germinación me demostró que Luc es el profesional que demuestra y que trata sus productos con suma atención y cuidados. De diez semillas me salieron 4 hembras, lo cual es el ratio normal de hembras en casi todas las variedades de semillas que no son feminizadas. Desde el primer momento las pequeñas se pusieron a crecer demostrando tanta casta como deseos de sobresalir sobre las demás variedades. Tenían que compartir su espacio, un pequeño garaje, con otras 30 plantas de muchas variedades. No disponía de demasiada luz ya que me apañaba con 1.000 vatios para cubrir casi tres metros cuadrados. Sin embargo, las pequeñas Swiss pronto comenzaron a destacar por lo vigoroso de su crecimiento. Eran claramente índicas, con su estructura robusta y compacta y de entrenudos cortos. Las índicas son más fáciles de cultivar que las sativas lo cual me vino especialmente bien dadas las circunstancias que habrían de afrontar a lo largo de las siguientes semanas.
Las puse en macetas de 10 litros y les di un vegetativo de dos semanas. Había mezclado la tierra con un 20% de humus de lombriz lo cual la hacía especialmente apta para el periodo de vegetativo aunque no tan bueno para la fase de floración. El humus contiene mucho nitrógeno (N) lo cual hace crecer a cualquier variedad muy bien pero el exceso de N puede traer la desagradable consecuencia de producir cogollos de inferior calidad y cantidad. Por lo tanto no se debe poner más de un 20% si no tenemos la intención de dar a las plantas un periodo vegetativo prolongado, de cerca de cuatro o cinco semanas. Por supuesto no aboné nada durante estas dos semanas ya que entre el humus y los nutrientes de la tierra la planta estaba perfectamente atendida en todos los macro y micro nutrientes que pudiera necesitar para un crecimiento vegetativo óptimo. Aprovecho la ocasión para insistir en este tema. Cuando utilizamos una buena tierra enriquecida con diversos nutrientes no es necesario añadir abono durante un tiempo ya que todo lo que pueda necesitar la planta viene ya en el substrato. Es un desperdicio de dinero que incluso puede llegar a producir efectos muy negativos por sobre fertilización. Personalmente nunca abono en la fase de vegetativo ya que como he explicado no suelo dar a las plantas más de dos semanas y al usar macetas relativamente grandes las plantas tienen todo lo que precisan.
El agua siempre fue agua de gran calidad con un ph de 7 y que dejaba reposar un par de días antes de su uso para que el cloro se evaporase. También me preocupaba dejarla a temperatura ambiente para evitar en la medida de lo posible el estrés térmico que se produciría si la sacase inmediatamente del grifo en pleno invierno.
Efectivamente, como este cultivo se hizo en invierno, me decidí por encender las luces durante la noche y así evitarme el gasto extra de calefacción. Los focos producían el calor necesario para que el garaje se mantuviera a 20 grados Celsius de temperatura. Y por el día no ponía calefacción alguna.
Y llegó el momento de pasar las plantas a 12/12. Opté por un abonado a base de Biobizz. Concretamente Biobloom y un poco de Top Max. Me gusta añadir estos fertilizantes por separado y de forma alternativa. Si la primera vez abono con Biobloom la siguiente vez lo hago con Top Max. Y así, alternativamente, voy añadiendo los nutrientes siguiendo criterios de electro conductividad. Las primeras veces tan sólo llego a una EC de 1,00 milisiemens. Pero ya al final llego hasta 1,8 ms. Jamás sobrepaso esta cifra a no ser que se trate de variedades cuyas especificaciones de fabricante digan algo diferente. Efectivamente algunas variedades pueden llegar hasta 2,2 ms en su última fase. Pero en el caso de ser así el fabricante lo indicará en sus instrucciones.
¿Quién no ha oído el refrán que dice «el hombre propone y Dios dispone»? Todos los hemos escuchado en alguna ocasión y lo peor es que todos hemos podido constatar que es cierto. Muchas veces nos planteamos hacer algo de una manera determinada pero el destino se tuerce y acabamos haciéndolo de forma distinta o incluso no lo hacemos. Pues esto me pasó a mí con estas plantas. Mis intenciones eran hacerlo todo «de libro», a la perfección. Sin embargo, me pilló un divorcio por medio y otras desagradables circunstancias que hicieron que me sintiera muy desanimado y sin casi tiempo para dedicar a las niñas. De hecho tan sólo puede abonarlas con Biobloom en una ocasión. Por lo tanto las plantas crecieron sin ser fertilizadas en su floración. Pero mi mal hacer llegó más lejos. En algunas ocasiones las dejé sin regar durante varios días con lo cual sufrieron un gran estrés hídrico que las perjudicó severamente. La mayoría de las variedades que cultivé en esa ocasión acabaron dando una pésima marihuana. Algunas ni siquiera dieron cogollos «como Dios manda». Dieron cogollos pero muy finos y prácticamente sin resina o tricomas. Pero fijaos que he dicho casi todas las variedades pero no todas. ¿Adivináis cuáles se portaron como campeonas y dieron unos cogollos cojonudos? En efecto, las Swiss Purple apenas sufrieron por este mal trato. Las plantas estaban lozanas y cogollaron normalmente tal y como muestro en las fotos. Esto me hizo comprender que eran unas verdaderas campeonas y que de haber sido tratadas con esmero hubiera conseguido resultados muy brillantes. Insisto en que juzguéis vosotros mismos ante la vista de las fotos marcadas como A y B. Estas plantas han sido las que han padecido todo tipo de malos usos en el cultivo y sin embargo… ¡ahí están! ¡Lozanas, bellas y repletas de resina y tricomas!
Las plantas fueron cosechadas a los 60 días aunque quizás hubiera podido hacerlo a los 55 días. Pero a mí personalmente me gustan las marihuanas muy bien maduradas con efecto muy narcótico y relajante con lo cual siempre me excedo un poco del tiempo recomendado. Tras ser secadas en el mismo lugar, un garaje oscuro y frío, fueron puestas a curar. Las puse en cajas de madera de cedro de la marca 00 y allí permanecieron durante dos meses. Ya sabemos que todas las variedades mejoran con un buen curado pero en el caso de la Swiss Purple este hecho llega ala categoría de «dogma». Es espectacular el cambio que se produce. Los cogollos se ponen duros como piedras y el colocón es mucho más placentero y duradero. Y de los aromas… ¿qué se puede decir? Hay que olerlas para describirlo pero ya os garantizo que huele de maravilla con toques afrutados. Es suave para la garganta, especialmente tras un buen curado en madera de cedro o cartón, y no hace toser en absoluto, lo cual es muy de agradecer.
Marihuana para chicas
La Swiss Purple es una marihuana suave en su colocón. Tiene un 7% de THC, lo cual puede ser considerado bajo para según qué casos y usos se le quiera dar. Yo la denomino «marihuana para chicas» ya que las mujeres necesitan menos THC para conseguir el mismo colocón que los varones. Esto no es exclusivo de la marihuana; también sucede con el alcohol o con la alimentación. Una mujer necesita menos calorías que un hombre y se emborracha con menos cantidad de alcohol que los varones. Esto es un hecho médicamente constatado, no una elucubración mía. Por lo tanto la Swiss Purple es idónea para ellas. Y sin embargo también lo es para los hombres que según en qué casos queramos colocones más suaves. Es la marihuana que yo uso a la hora de ponerme a escribir o a hacer fotografías, que es mi trabajo. Si fumo marihuanas más potentes me agarro un colocón demasiado fuerte que me impide concentrarme bien en mi trabajo. Hace poco, en un conocido foro de Internet sobre el cannabis leí la intervención de un joven padre de familia que preguntaba por alguna variedad que le permitiera poder atender a sus hijas pequeñas, de 7 y 5 años, sin agarrarse un colocón tan grande que le impidiese concentrarse en su tarea de padre. Le aconsejé la Swiss Purple y poco tiempo después me lo agradeció de corazón. Por otra parte está muy bien equilibrada en relación al CD (canabidiol) con lo cual el colocón es muy relajante pero de excesiva intensidad. Lo dicho: perfecta para realizar actividades que no nos permita un pedete demasiado grande.
Y por último quisiera hacer especial mención de la rara belleza de esta planta. Os aseguro que es la variedad más hermosa que jamás haya cultivado. Sus colores son una mezcla de verdes lima, púrpuras que van desde el claro al intenso oscuro e incluso azulados. Todos ellos, mezclados con tanta armonía, dan como resultado una pintura expresionista salida de un cuento de hadas. Y esto es importante ya que el cultivo de cannabis no es exclusivamente una manera de hacernos con nuestra propia marihuana para fumar. También es una forma de terapia relajante en la que los aromas y los colores tienen una función fundamental y determinante. Si cultivar marihuana es relajante y un inmenso placer cultivar Swiss Purple es la «quintaesencia» del gozo. Os animo a todos a cultivar esta delicia conseguida por Luc, uno de los grandes gurús del cannabis.
Javier Marín
Fotos: Javier Marín y Paradise seeds.